María Blasco / Doctora y directora del CNIO
“Se envejece hoy igual que a principios de siglo, pero hemos reducido la mortalidad asociada a las enfermedades”
CTXT / Observatorio Social La Caixa 31/08/2018
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Un triunfo de la ciencia y la investigación. Según María Blasco (Alicante, 1965), esa es la explicación al extraordinario aumento de la esperanza de vida –España es, después de Japón, el país del mundo donde más años se vive– en el último siglo. Doctora en bioquímica y biología molecular, Blasco también es directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas. En 2016 publicó el libro Morir joven, a los 140 junto a la periodista Mónica G. Salomé, una obra divulgativa en la que se exponen sus investigaciones. “Hay que aclarar que seguimos envejeciendo biológicamente igual que a principios de siglo”.
¿Cómo es posible entonces que la esperanza de vida haya aumentado tanto? Según María Blasco, si bien el daño en las células y el mal funcionamiento de tejidos y órganos –el envejecimiento biológico– no ha cambiado, sí que hemos sido capaces de reducir la mortalidad asociada a la patologías que surgen por este deterioro: “Me fascina intentar descubrir cuáles son los mecanismos moleculares que hacen que envejezcamos, porque creo que ahí está la clave para conseguir tratamientos efectivos contra dichas enfermedades, prevenirlas y retrasarlas lo máximo posible”.
Entender en profundidad el proceso de envejecimiento es, por lo tanto, el eje para avanzar en medidas preventivas, curas o tratamientos para las patologías, asegura la investigadora.
Pero vivir más años también tiene, inevitablemente, un impacto en la sociedad: “Ahora la gente joven no se plantea que su vida termina a los 30 años, cuando encuentre un trabajo y una pareja. Creo que los anhelos de la gente han cambiado y estoy segura de que cambiarán más”. Según Blasco, son muchos y variados los aspectos en los que ha afectado el aumento en la esperanza de vida. Por ejemplo, en la edad de jubilación: “Alguien de 65 años todavía es una persona capaz de aportar a la sociedad”. También a nivel económico, con personas mayores que cada vez tiene una mejor salud y para las que se puede crear un mercado de consumo.
Y, como no, en el propio ámbito de la dependencia. “Vivir más años no quiere decir más dependencia, siempre que seamos capaces de vivir sanos”. En este sentido, vivar mejor, asegura la investigadora, pasa también por controlar, evitar disminuir las patologías: “El gasto sanitario aumentará si no encontramos maneras de prevenir la enfermedad. Hay muchos hábitos de vida que están aumentando el riesgo… Creo que aquí se tendría que hacer mucho trabajo preventivo de hábitos de vida, de ejercicio y de alimentación saludable”. Algo igual de importante a la hora de envejecer que la propia parte genética: “Ambas influyen en que unas personas envejezcan más rápido que otras. Hasta el nivel socioeconómico determina tu esperanza de vida”.
¿Existe la posibilidad de superar las barreras biológicas y vivir más? “Si manipulásemos los mecanismos de envejecimiento en humanos podríamos superar el límite biológico de nuestra especie”. Algo que, según María Blasco, también tiene sus propias limitaciones. Por ejemplo, las científicas y morales, que frenan prácticas como la manipulación genética, pero que dejan la puerta abierta a tratamientos farmacológicos que fomenten unas mejores condiciones en la salud.
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Este artículo ha sido elaborado a partir de lo expuesto en esta entrevista, publicada en el Observatorio Social de “la Caixa”.