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Ágnes Heller, fotografiada en 2016.
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Ágnes Heller (Budapest, 1929) es una de las grandes pensadoras del siglo XX. De origen judío, logró evitar, junto a su madre, la deportación a un campo de concentración. No así su padre, que fue exterminado en Auschwitz. Heller fue discípula del filósofo marxista György Lukács y se especializó en el pensamiento hegeliano, ética y existencialismo. Militante del Partido Comunista desde 1947, viró más tarde hacia posiciones socialdemócratas. En esta entrevista con la revista Poitical Critique, Heller reflexiona sobre el gobierno tiránico de Orbán, que ha sido favorecido, dice, porque en la sociedad de masas interés de clase no existe: estamos en la era de la refeudalización.
¿Viktor Orbán es populista?
No me gusta el término populista tal y como se emplea en el contexto de Viktor Orbán porque no aporta nada. Los populistas, normalmente, se centran en los pobres. Orbán emplea un vocabulario y una retórica nacionalistas, instiga al odio hacia el extranjero y lo foráneo, pero no tiene nada que ver con el populismo. Tiene que ver con la ideología de derechas, pero esto también es discutible porque Orbán es un hombre al que solo le interesa el poder.
Entonces, ¿cómo lo calificaría?
Desde el momento en que fue nombrado primer ministro de Hungría, Orbán siempre estuvo interesado en concentrar todo el poder en sus manos. Lo describiría como un tirano. Es un tirano porque en Hungría no ocurre nada que él no quiera que ocurra, y se lleva a cabo todo lo que él quiere. Es un gobierno tiránico.
¿Se ha asumido el control de todas las instituciones?
El único poder que es relativamente independiente es el judicial. El siguiente paso de Orbán será lograr el control del poder judicial con el propósito de imputar y condenar a la oposición. Polonia nos lleva la delantera a este respecto puesto que Jarosław Kaczyński ya controla el poder judicial.
A menudo se compara el autoritarismo actual con el de la primera mitad del siglo XX, como el régimen de Miklos Horthy en Hungría durante las décadas de 1920 y 1930.
Hay diferencias importantes. En primer lugar, el entorno es distinto. Horthy operó en un entorno constreñido por la derecha, primero por el fascismo de Mussolini y posteriormente por el nazismo, y las democracias occidentales eran débiles y distantes. Orbán opera en el entorno de la Unión Europea; podría haber llevado a cabo políticas diferentes, más democráticas, más liberales. No lo hace por deseo propio.
Todo el que está bajo la autoridad de Orbán debe estar a su servicio. No se tolera una opinión contraria porque estamos en una sociedad de masas, no de clases
Otro factor diferente es que en la época de Horthy había una sociedad de clases. En una sociedad de clases existen diferentes intereses de clase, incluso entre la aristocracia y la nobleza había diferencias de clase. Aquellos que estaban bajo la autoridad de Horthy podían opinar de forma diferente, incluso que el propio Horthy. Cuando se declaró la guerra contra Rusia, uno de sus ministros se opuso a ello.
Ágnes Heller (Budapest, 1929) es una de las grandes pensadoras del siglo XX. De origen judío, logró evitar, junto a su madre, la deportación a un campo de concentración. No así su padre, que fue exterminado en Auschwitz. Heller fue discípula del filósofo marxista
Autor >
Jan Smolénski
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