Uno de cada tres jóvenes sigue desempleado en España
En el tercer trimestre de 2018 el número de parados menores de 25 años se situó cerca de 529.000, casi 6.000 más que durante los tres meses anteriores
ctxt 26/10/2018
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España ha conseguido reducir su tasa de paro por debajo del 15% por primera vez en casi diez años. Las cifras, como viene siendo costumbre, han sido recibidas con alegría por el Gobierno y criticadas por la oposición. Sin embargo, y más allá de las discusiones en el ámbito político, el lento retorno hacía las estadísticas previas a la crisis es una dinámica que sigue dejando a algunos grupos de población en una situación de importante vulnerabilidad. Según los datos publicados recientemente en la Encuesta de Población de INE, todavía uno de cada tres jóvenes menores de 25 años está en paro en el país.
Esto supone que cerca de 529.000 personas en esa franja de edad, uno de los segmentos más afectados por la recesión, sigue desempleada. La cifra, además, ha aumentado durante el tercer trimestre de este año en casi 6.000 personas, pese a que la tasa de paro entre los jóvenes descendió en más un punto y medio en el mismo periodo, pasando del 34,68% al 33%.
¿Cómo es posible que suba el número de personas desempleadas entre los jóvenes pero descienda su tasa de paro? Por la mejoría de los niveles de ocupación en este grupo. Según las cifras del instituto estadístico, en el tercer trimestre de 2018 hay casi 90.000 jóvenes más trabajando que en el trimestre anterior.
De esta forma, la población activa, que mide el tamaño de la fuerza laboral del país –esto es, el número de personas que están en búsqueda activa de empleo más el número de los que están trabajando–, ha crecido para este grupo de población en algo más de dos puntos durante los tres últimos meses, pero es menor –39,21%– que en el mismo periodo de 2017 –40,04%–.
En la comparativa con los datos previos a la crisis, la situación de los jóvenes en el país está todavía muy lejos de acercase a la que era a finales de 2007. En el tercer trimestre de ese año la tasa de paro para menores de 25 años ascendía al 17,8%, casi la mitad que la actual. Desde ese momento inició un ascenso meteórico hasta alcanzar su pico a comienzos de 2013, con casi el 57% de los jóvenes en desempleo. En números absolutos, a finales de 2007 había en el país 450.000 jóvenes desempleados, casi 80.000 menos que ahora.
Algo similar ocurre con el número de ocupados. En el último trimestre de 2007 España tenía 1,95 millones de personas menores de 25 años trabajando, mientras que ahora la cifra apenas alcanza los 1,07 millones.
La todavía muy elevada tasa de paro de los jóvenes en España no es el único problema relacionado con el mercado laboral que sigue afrontando este grupo de población. Según datos de Eurostat, muchos de los que tienen trabajo siguen sin poder asegurarse unas mínimas condiciones socioeconómicas mínimas: a finales de 2017, uno de cada cinco menores de 25 que estaba empleado en el país estaba a su vez en riesgo de pobreza, una tasa casi 6 puntos mayor que la de 2008.
En cuanto a la calidad del empleo, cerca del 64% de los jóvenes que trabaja en el sector servicios está sobrecualificado en su puesto de trabajo, mientras que la tasa de temporalidad general entre los menores de 25 años alcanza un altísimo 73%.