Solo tres capitales de provincia tienen una tasa de paro inferior al 10%
Un informe del Observatorio de Sostenibilidad analiza el desequilibrio de las capitales de provincia en temas económicos, sociales y medioambientales. La pobreza, la desigualdad y la contaminación son los problemas más comunes y acuciantes
ctxt 2/11/2018
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Ciudades inclusivas, resilientes, habitables y, en última instancia, sostenibles. Más de la mitad de la población mundial vive en zonas urbanas, alcanzando el 80% en España. No sorprende la prioridad que organismos como la ONU han dado a estos núcleos de población, centrales en el diseño de las agendas de desarrollo internacionales. Retos sociales, medioambientales –la mitad de las ciudades de países desarrollados aún no cumple con los estándares de calidad del aire– y económicos que, según el último informe del Observatorio de la Sostenibilidad, avanzan con buen pie en la comparación internacional de España, aunque todavía arrastran deficiencias importantes: el desempleo solo baja del 10% en tres de las más de medio centenar de las poblaciones analizadas en el estudio, mientras que la vulnerabilidad urbana afecta a cerca de la mitad.
Y no son problemas coyunturales. Según el observatorio, tras la crisis de 2008 los modelos urbanos han provocado un aumento de la pobreza, la precariedad laboral y la desigualdad en las ciudades, y se corre el riesgo de que estos problemas se cronifiquen en algunas áreas urbanas. En tres de cada cuatro capitales de provincia hay más de un 20% de la población con niveles de renta inferiores a los 6.000 euros anuales.
El informe, publicado por un grupo de investigadores y académicos adscritos a la entidad, evalúa 52 ciudades españolas –las capitales de provincia más Ceuta y Melilla– a través de 59 indicadores, 26 temáticas y cuatro bloques principales: sostenibilidad económica, social, ambiental y cooperación y trasparencia. En el indicador general, que integra todos estos ámbitos, las ciudades que arrojan los mejores resultados de sostenibilidad son Vitoria, Madrid, Barcelona, San Sebastián y Bilbao.
Junto con la pobreza y desigualdad, otro de los problemas urbanos más preocupantes son los niveles de contaminación y de calidad del aire. Solo una de las ciudades, Barcelona, tiene menos de un 30% de desplazamientos habituales al trabajo en transporte privado, un porcentaje que asciende al 40% en Madrid. La reducción de fuentes contaminantes, asegura el informe, debe ir acompañada de planes de movilidad, un aspecto también importante en las agendas de desarrollo. En términos medioambientales, destacan problemáticas como la urbanización de playas, algo que los investigadores califican de absolutamente insostenible y que alcanza el 100% en algunas capitales de provincia.
Otros resultados generales del estudio indican un nivel medio aceptable en cuestiones como la educación y la sanidad, aunque con diferencias territoriales bastante marcadas: el gasto en educación de las familias se multiplica por tres entre las poblaciones que menos invierten y las que más. Además, el presupuesto de la educación privada es bastante elevado en la ciudades grandes, algo que según el informe puede estar motivado por falta de eficacia de la administración pública o incluso por un modelo de negocio prevalente en la administración.
Los resultados en otros ámbitos como la vivienda son también desiguales, pero muestran deficiencias comunes: apenas tres de las 52 ciudades cuenta con un parque de vivienda protegida superior al 1% del total. Los problemas de acceso son más destacados en ciudades grandes o turísticas, como Barcelona, Madrid, Málaga o Palma, donde por lo general el coste de los alquileres supera el tercio de la renta media –un 60% en el caso la Ciudad Condal–.
A la hora de evaluar el desempeño de las instituciones públicas, el informe del Observatorio señala que, si bien el nivel de gasto público es un factor importante a la hora de mejorar la sostenibilidad de las ciudades, lo fundamental son las prioridades en los presupuestos. Es decir, cómo y en qué invierten las administraciones. Muestra de ello es que entre las diez ciudades con mejores resultados de sostenibilidad, tres de ellas tienen un nivel de renta per cápita inferior a la media nacional: Valencia, Oviedo y Huesca.