1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

TRIBUNA

Renombrar el monstruo

La nueva ultraderecha, a diferencia del fascismo histórico, huye de cualquier unidad. Para no sucumbir ante ella, hay que redefinir el engendro. Y combatirlo con prácticas comunitarias y discursos fragmentados

Bernardo Gutiérrez 5/12/2018

<p>El Minotauro de George F. Watts</p>

El Minotauro de George F. Watts

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

CTXT es un medio pequeño pero sus luchas son grandes. Necesitamos tu ayuda para seguir avanzando. Puedes suscribirte en agora.ctxt.es o hacer una donación aquí:

Bajo un claro cielo de junio de 1944, Primo Levi echó a andar junto a Jean, el pinche de los carceleros nazis en Monowitz, uno de los tres campos de concentración de Auschwitz. Primo Levi, mientras caminaba para buscar la sopa, le explicaba la Divina Comedia de Dante. Le daba detalles sobre la división del infierno. A lo largo de Si esto es un hombre, sus memorias descarnadas sobre Monowitz, Levi intenta definir el monstruo y lo monstruoso. “Por qué calculada razón los alemanes habían creado este mito monstruoso”, se preguntaba. “Al viejo fin de eliminar o aterrorizar al adversario, unían un fin monstruoso, el de borrar del mundo pueblos y culturas enteros”, escribía. Levi relató la “locura geométrica” de los soldados alemanes: “Cuando suena esta música sabemos que nuestros compañeros salen en formación como autómatas; tienen las almas muertas y la música los empuja, y es un sustituto de su voluntad. La voluntad ya no existe (...) Los alemanes lo han conseguido. Son diez mil y son sólo una máquina gris: no piensan y no quieren, andan”.

Desde el fin de la segunda guerra mundial, el monstruo ha sido metáfora habitual para el fascismo. Hannah Arendt, en Los orígenes del totalitarismo, merodeó obsesivamente sobre el monstruo y lo monstruoso: “No se conmueven cuando el monstruo comienza a devorar a sus propios hijos y ellos mismos se convierten en víctimas de la persecución”. El italiano Antonio Gramsci insinuó que el fascismo era un monstruo provisional que surge mientras el viejo mundo se muere y el nuevo aparece.

El ascenso al poder de Donald Trump en Estados Unidos, de Matteo Salvini en Italia y de Jair Bolsonaro en Brasil ha relanzado la palabra monstruo como sinónimo de fascismo. Monstruos en Vistalegre (tras el mitin de Vox). ¿Cómo un monstruo llegó al poder en Brasil?. Bolsonaro, monstruo o mito. El filósofo Harrison Fluss recurre a Behemoth y Leviatán, monstruos de la mitología hebrea, para hablar del bestiario fascista de la ultraderecha: “Son bestias opuestas. Behemoth representa la autoridad estatal tradicional; Leviatán, el espíritu de empresa pirata capitalista”. Behemot es el hipopótamo tradicionalista. Leviatán, la serpiente marina y neoreaccionaria. Fluss afirma que la nueva ultraderecha contiene “visiones del mundo opuestas”: es Behemoth y Leviatán simultáneamente. Complejizando la ecuación, el filósofo advierte del peligro de usar la categoría fascismo. Las nuevas ultraderechas usan nuevos ropajes sobre el monstruo histórico. “Un nuevo fascismo, con su retahíla de intolerancias, prepotencias y servidumbre, puede nacer fuera de nuestro país y ser importado, teniendo otros nombres”, advertía Primo Levi.

La pregunta, atravesando un siglo convulso, explota en espiral. ¿La deshilachada ideología de Bolsonaro o de Trump de discursos contradictorios encaja con el fascismo de pensamiento único? Las narrativas cocinadas descentralizadamente por sus seguidores, ¿no son la antítesis de la propaganda vertical del fascismo? En el caso de Vox, del Frente Nacional francés o de la Liga Norte italiana, ¿estamos ante la vieja “infección latente” de considerar que “todo extranjero es un enemigo” que denunciaba Primo Levi? Si la nueva ultraderecha puede ser Behemoth y Leviatán al mismo tiempo, ¿podrá ser cuatro monstruos? ¿Un monstruo de cien cabezas? 

El miedo

John Carpenter, figura de culto del cine de terror, define el miedo (y los monstruos) con dos historias. En una aldea, alrededor del fuego, el chamán apunta a la oscuridad: “Ahí está el terror”,  “en la selva y sus peligros, en la aldea de al lado, en países lejanos, en todo lo que nos es otro. Ese es el primer miedo”. En todas las culturas, el miedo al otro y a lo desconocido cristaliza en monstruos mitológicos. El minotauro, medio toro y medio hombre, se alimenta de carne humana en el laberinto de Creta. El burak musulmán tiene cara de hombre, orejas de asno y cuerpo de caballo. El kurupí de los guaraní deja las florestas en noches de luna llena para atormentar la vida de los indios. Godzilla, el dinosaurio surgido tras las bombas atómicas, genera caos en Japón.

Cada época tiene sus monstruos. En la Edad Media proliferaban los bestiarios, inventarios de bestias legendarias. En la Europa de entreguerras, los miedos fueron coagulando en un monstruo capital. En medio del caos, el irlandés William Butler Yeats preconizaba el nacimiento una bestia con cuerpo de león y cabeza de hombre: “Todo se desmorona; el centro cede / la anarquía se abate sobre el mundo / los mejores no tienen convicción, y los peores/ rebosan de febril intensidad”. Y el monstruo  nació. “Nuestro mito es la nación —afirmaba Benito Mussolini —, y a esta grandeza subordinamos todo lo demás”. Ese mito unitario, alimentado por el odio a las minorías, por el deseo de ser comunidad, propició un movimiento de masas para el fascismo. El filósofo alemán Walter Benjamin denunció que los fascistas querían “adueñarse del mito como tal”. Benjamin teorizó la estetización de la política que el fascismo construyó con ayuda de la radio y el cine: “El culto a las estrellas del cine exige la condición corrupta de ese público, con la cual el fascismo trata de poder sustituir su conciencia de clase”.

Sería naif disociar el fascismo histórico de las nuevas ultraderechas. Sería simplista usar el fascismo como adscripción categórica para los complejos movimientos surgidos alrededor de Donald Trump o Jair Bolsonaro. Lejos de ser una unidad, el trumpismo o el bolsonarismo son un magma heterogéneo sobre el que flotan malestares dispersos. Lejos de existir una doctrina coherente de mensajes políticos, la fuerza ultra de Trump y Bolsonaro reside en la producción de discursos hipersegmentados dirigidos a públicos diferentes. Discursos viscerales contra enemigos concretos. Mensajes adaptados y distribuidos por una red sin centro en la que cada seguidor es emisor y receptor simultáneamente.

Lejos de usar ideas cerradas, la nueva ultraderecha fabrica emociones abiertas para espantar el miedo. Odio contra enemigos externos (Trump, Salvini, Le Pen) o internos (la izquierda en el caso de Brasil). Los nuevos líderes ultras arremeten contra la intelectualidad del neoliberalismo progresista. Bolsonaro se dirige con frecuencia a las culturas estigmatizadas y al Brasil olvidado por las élites progres (evangélistas, favelas, habitantes de la Amazonia y Centro Oeste). Y en medio del caos nace un río de memes afectivos y una nueva comunidad ficticia (nacional) que hace más llevadera la era líquida. 

Sería naif pensar que ha vuelto el monstruo de siempre, el fascismo magnánimo. Sería un error pensar que evocar el fascismo va a movilizar automáticamente a la sociedad. ¿Qué hacer? Mientras el mundo nombra al viejo monstruo para combatirlo, la nueva ultraderecha despedaza con rapidez la modernidad liberal. Si el presente se quedó sin futuro/utopía, la ultraderecha se apoya en un pasado de grandeza nacional y en un turbo capitalismo mitificado que trasciende el tiempo de los hombres. El coche Tesla Roadster que Trump lanzó al espacio y una cruzada etno-religiosa rellenan de emociones este presente-sin-futuro.

Imposible derrotar al nuevo monstruo nombrando al antiguo. Imposible nombrar al nuevo con un único vocablo. Si la nueva ultraderecha consigue ser simultáneamente Behemoth y Leviatán, podría ser mil monstruos. Y tener, como apuntaba Levi, “nuevos nombres2.

Monstruos vulnerables

Jorge Luis Borges, en colaboración con Margarita Guerrero, publicó en 1957 El libro de los seres imaginarios. En las entrelíneas de este bestiario contemporáneo, nos topamos con muchos monstruos vulnerables. Casi todas las bestias tienen un punto débil. El dragón chino es inofensivo si le quitamos la perla de su estómago. Es fácil atrapar un unicornio si le tendemos una celada con una niña. A los lemures, las almas de los muertos malvados, se les espanta tocando los tambores. Ser vulnerable es una condición para ser monstruo. 

Mientras se renombra el monstruo, urge encontrar antídotos. Conjuros, herramientas, métodos, rituales. En la introducción del libro Antifa se define el antifascismo como un método con muchas formas: “Ahogar los discursos de los fascistas con cánticos, ocupar los lugares de sus actos antes de empezar o impedir físicamente la venta de sus publicaciones”. El método es, ante todo, un antifascismo cotidiano, un día a día barrial. Un método que crea sentidos comunes contra las bases del fascismo, “el racismo, el sexismo, la homofobia y otras formas de opresión”. 

Pier Paolo Pasolini preconizó en 1975 que el consumismo era el nuevo fascismo, “una nueva forma de vida jamás vista, más difícil de ser combatida”. La inclusión por el consumo del thatcherismo inglés, de la transición española o del lulismo brasileño aniquiló muchas redes de apoyo mutuo comunitarias. El repunte del discurso identitario flota sobre los escombros de una socialdemocracia neoliberal que arrasó la organización territorial de las clases populares. Por eso, es clave reconstituir la vida de las comunidades reales para combatir el make America great again de Trump o la España grande y única, que apela a una familia imaginaria-nacional. ¿Qué cánticos, ritos o amuletos pueden combatir a los nuevos monstruos? ¿Vale la pena renombrarlos?

Los antídotos

La premiada webserie Cabanyal Z recrea una Valencia apocalíptica casi destruida por la Fórmula , la Copa América y los pelotazos inmobiliarios. El Ayuntamiento, a cambio de las Olimpiadas de 2024, convierte a sus vecinos en cobayas humanas de un virus que los marines estadounidenses van usar en Afganistán. Algo sale mal: el virus convirtió a miles de valencianos en zombis. La resistencia se organiza en el barrio del Cabanyal. Y el antídoto lo tienen los gitanos. Los vecinos recorren el Cabanyal repartiendo jeringuillas para resistir la invasión zombi. Resisten de forma colectiva, tejiendo red vecinal. El zombi es una metáfora del neoliberalismo que transforma las ciudades en parques temáticos. El zombi también es la normalidad: el consumidor, el familiar que especuló durante la burbuja, el vecino individualista. Cabanyal Z contiene una lección para esta era monstruosa: a la apocalipsis sólo se sobrevive colectivamente. La red de iglesias evangélicas de Brasil, una de las bases electorales de Bolsonaro, creció sobre el vacío que el Estado y las izquierdas dejaron en el territorio. 

El proyecto Gri Gri Pixel, que conecta a makers africanos que usan impresoras 3D y movimientos barriales de Madrid, prueba que un amuleto puede ser también antídoto. Un gri gri, en el golfo de Guinea, es un amuleto que espanta demonios. Mediante la fabricación de grigris u objetos mágicos, el proyecto protege y reencanta espacios urbanos a través de talleres colaborativos. Construyendo colectivamente objetos útiles para el barrio frenan los procesos de mercantilización que acaban atrayendo a los monstruos. Los mecanismos de reciprocidad y apoyo mutuo son siempre antídotos. Frente al discurso contra la inseguridad de la ultraderecha, el modelo relacional de María Naredo busca una seguridad que pasa por repoblar la calle de relaciones de vecindad, incluso entre desconocidos. El tequio mexicano y el mutirão brasileño, mecanismos de trabajo colectivo no remunerado que todo vecino debe a su comunidad, sostienen a la sociedad. De las prácticas colectivas, surgen historias fragmentadas para liquidar a la bestia. De redes globales como Ciudades sin Miedo, nacida en Barcelona, emana un meta relato contra la ultraderecha. ¿Cómo acompañar los discursos con prácticas que los sostengan y viceversa?

En Italia, la red Alpinismo Molotov nació en 2014 para descolonizar de fascismo el imaginario de las montañas. Si la leyenda ubica a Mussolini esquiando a pecho descubierto por las cumbres, Alpinismo Molotov teje mitologías antifascistas a partir de paseos colectivos. Caminar juntos para narrarlo. Práctica antes que discurso. “El Alpinismo Molotov es una actividad colectiva y no contempla lo solitario: comenzamos y volvemos juntos, ajustando el ritmo al ritmo más lento. No abandones a los compañeros”, dice su manifiesto. Los militantes de Alpinismo Molotov caminan para visibilizar el “depósito de historias y signos de revueltas pasadas, resistencias que esperan tener una nueva voz”. Caminar, narrar colectivamente mitos donde mueran los monstruos. Porque el minotauro también fallece en la leyenda, estilizada por Borges en La muerte de Asterión: “¿Lo creerás, Ariadna?, dijo Teseo. El minotauro apenas se defendió”.   

Acariciar al monstruo 

El chamán de John Carpenter que cuenta la historia de los dos miedos apunta ahora a su pecho: “El segundo miedo está dentro de nosotros. Está en el corazón humano y es el más difícil de contar, porque implica que todos somos parte del mal y lo monstruoso”. Todas las personas pueden ser un monstruo. El monstruo es nuestro vecino. Habla nuestra lengua. “Los monstruos existen pero son demasiado pocos para ser realmente peligrosos; más peligrosos son los hombres comunes, los funcionarios listos a creer y obedecer sin discutir”, escribió Primo Levi.

Para derrotar a los monstruos, el atajo es el antídoto. Para matar a Godzilla, la mejor opción es conseguir el “destructor de oxígeno”, tarea casi imposible. Afortunadamente, los rodeos también sirven. Cuando observamos a Godzilla, entendemos que su aliento atómico es una defensa. Y que también se emociona. Godzilla, aunque ataca a Japón, no permitió nunca amenazas sobrenaturales contra los japoneses. Godzilla es –podría llegar a serlo– una garantía de comunidad.

Es posible que haga falta renombrar al monstruo. Aunque tal vez que no haga falta matarlo con violencia. El aliento emocional de la comunidad puede traer de vuelta al monstruo. Quizá baste con mirar con comprensión, con entender que algunos temores y deseos de los votantes de la ultraderecha coinciden con los nuestros. Antes de estigmatizar a nuestro vecino como zombi, pensemos que también es una víctima de la bomba atómica del neoliberalismo. Quizá valga la pena intentar acariciar al monstruo. En el Libro de los seres Imaginarios, Borges describe un monstruo escrito por Kafka, una cruza, mitad gatito,  mitad cordero. La caricia sustituye al arma. La comprensión al odio. “En mis rodillas –escribe Kafka– el animal ignora el temor y el impulso de perseguir. Acurrucado contra mí, es como se siente mejor. Se apega a la familia que lo ha criado. Esa fidelidad es el recto instinto de un animal, que aunque tiene en la tierra innumerables lazos políticos, no tiene uno solo consanguíneo, y para quien es sagrado el apoyo que ha encontrado en nosotros”.

 

CTXT es un medio pequeño pero sus luchas son grandes. Necesitamos tu ayuda para seguir avanzando. Puedes suscribirte en agora.ctxt.es o hacer una donación aquí:

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Bernardo Gutiérrez

es periodista, escritor e investigador hispano brasileño. Ha cubierto América Latina desde el año 1999, como corresponsal en Brasil la mayoría de ese tiempo. Es el autor de los libros Calle Amazonas (Altaïr), #24H (Dpr-Barcelona),  Pasado Mañana (Arpa Editores) y Saudades de junho (Liquid Books).

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

1 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Lerele

    Combatamos el monstruo pues, que sigue agrediendo y oprimiendo la expresión de identidades y el ejercicio de derechos: https://www.gasteizhoy.com/la-upv-ehu-denuncia-la-brutal-agresion-a-un-estudiante-del-campus-de-alava/

    Hace 5 años 4 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí