PROCESANDO EL RELATOR
Relator II. Esta vez es personal
El modo de confundir nación, Estado y democracia es la propuesta del discurso del rey del 3-O. A diferencia del procés, esto va en serio. Era cuestión de tiempo que las derechas esp descubrieran el filón
Guillem Martínez 7/02/2019
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1- Estas series sobre el procés son como dejar de fumar. Cuando ya estás decidido a dejarlo, pasa algo que hace que te fumes, de una calada, toda Vueltabajo, Pinar del Río, Cuba.
2- ¿Qué ha pasado? Ha pasado el concepto ‘relator’. Lo que nos lleva a la pregunta ‘¿qué es un relator?’
3- Relator es, básicamente, una palabra. Es decir, algo sumamente importante, beligerante y trascendental en el trade-mark procés, en el que todo es léxico. Es decir, gestos. Es decir, nada.
4- Se podría pensar que un relator es alguien que toma nota y limpia asperezas en una reunión o negociación. Que relata lo pactado, así nadie se escaquea. Si nos ponemos así, el planeta está lleno de relatores. Y la política local. En octubre del año pasado, Urkullu hizo de relator. Vamos, negoció y limpió asperezas entre Rajoy y Puigdemont. A todo el mundo le pareció bien. Menos a Urkullu, que tras su inmersión en el cosmos procesista acabó con esa cara de me-lo-habían-dicho-pero-no-me-lo-puedo-creer que se le pone a todo el mundo que ha inmersionado en el procesismo.
5- Un relator es, por tanto, alguien que media. Algo muy práctico si se tiene novio/a. Yo, por ejemplo, tengo un relator, y nunca salgo de casa sin él.
6- Un relator es, por tanto, algo usual y práctico, como un botijo. Pero en la vida en sociedad y, por ello, en la política, una palabra no es su significado. Por eso mismo, relator no es su significado ni su normalidad, esbozada en los puntos 4 y 5.
7- Para el caso que nos ocupa, relator es un fósil. Es lo que queda, a fecha de hoy, de uno de los 21 puntos entregados por Torra a Sánchez cuando la reunión que tuvieron en diciembre pasado. Esos 21 puntos, por otra parte, son un resumen del procés/la cara que se le quedó a Urkullu. No se pierdan, en ese sentido, el punto 21.
Se podría pensar que un relator es alguien que toma nota y limpia asperezas en una reunión o negociación. Que relata lo pactado, así nadie se escaquea
8- En el pack de los 21 puntos de Torra aparecía la necesidad imperiosa de que hubiera algún tipo de observador o mediador internacional en las reuniones Govern-Gobierno. Se trata de una fantasía del momento terminal del Puigdemonato, en octubre'17. Hubo, en ese sentido, dos ofrecimientos serios por esas fechas. Uno, por parte del Gobierno suizo, otra por parte del entorno de Romano Prodi. Ningún gobierno del mundo, por otra parte, asumiría, a temperatura y presión normales, la presencia de un observador internacional en una negociación interna. Y ese fue –y será– el caso. No consta ninguna intensidad de la propuesta suiza. Respecto de la italiana, Bobo Craxi llegó a entrevistarse con Puigdemont en la Gene –obviamente, no con Rajoy–. El mediador acudió, a su vez, con otro mediador, un italiano de BCN, la colonia extranjera más numerosa en BCN –hasta el punto que no son ni colonia, ni extranjera–, que advirtió a Craxi de que cuidadín, que esta vez el Govern disponía de un plan infalible para la cosa indepe. El italiano de BCN salió de la reuni con chiribitas en los eyes y diciendo no-tienen-nada-no-tienen-nada-no-tienen-nada. Craxi, más profesional, salió del encuentro nocturno con cara de Urkullu. Nota divertida: en la conversación entre un político profesional y otro diletante –Craxi utilizó esa palabra–, Puigdemont afirmó que “ojalá” le propusieran volver al Estatut de 2007. Es decir, ojalá le propusieran algo. Eso, me temo, es el procesismo. Hasta el punto en el que le ofrecen algo, momento en el que hace cosas que modulan, en el observador, la cara de Urkullu.
9- Tras la reunión de Torra y Sánchez en Pedralbes/diciembre, se acordó una discusión en dos planos. Plano a) las negociaciones bilaterales Gobierno-autonomía, que se harían a través de la ministra del ramo, Meritxell Batet, y el conseller al uso, Alfred Bosch. Plano b) una mesa de partidos cat –en la que no está ni PP, ni C's ni CUP–. El palabro mediador ni estaba, ni se le esperaba.
10- Esta semana se empezó a hablar de un mediador. Miguel Iceta le llamó notario, Adriana Lastra, portavoz del PSOE en el Congreso, coordinador. La ministra Calvo –que la lió; no se pierdan los puntos 14 y siguientes–, relator, y desde Moncloa, facilitador. Hay otras palabras posibles. Desde la tradición cat, se podría haber llamado a esa persona y función con los medievalismos bonhome, home de pau, o home honest. Otras posibles palabras, no obstante, serían: nada, nadie, o el chico/a de los cafés. Se trata, recuerden, de un fósil. De algo que, por encima de todo, no es un mediador pero que, en tanto que gesto, facilitara la negociación con el procesismo. Y ser presentado como mediador por TV3.
11- Lo divertido, es que, a estas alturas, tampoco se sabe donde ubicar al relator. En el plano a) reuniones ministra-conseller, como que no. En el plano b) mesa de partidos cat, era la propuesta del Gobierno. Rechazada, por lo que se ve, por el Govern. A ningún Gobierno del mundo, en fin, le gusta que le pongan un mediador en su mesa. Al cat, pues tampoco. En ese sentido, lo que parece que quiere el Govern es una mesa de partidos esp. Con relator equipado de serie. Algo que comunique al mundo que esto es como las reuniones de Daytona. Algo para consumo interno, pues el mundo externo ya tomó nota del percal en octubre de 2017.
12- Sobre el notario/coordinador/relator/facilitador/nada. En un principio era un nombre internacional, luego se pasó, informa La Vanguardia, a un vasco –lo mejor que te puede pasar en una mesa, al menos en una mesa de una boda, es que te toque un vasco al lado–. Ya se está hablando de un chico/a cat. Tengo curiosidad por saber quién o qué será, si llega el caso. No existen muchos nombres posibles, no hay muchos equidistantes con autoridad moral en una sociedad que se ha polarizado hacia extremos que poco tienen que ver con la ética y la independencia personal. Cabe suponer, que ni procesismo ni el Gobierno querrán un equidistante, por otra parte.
En el pack de los 21 puntos de Torra aparecía la necesidad de que hubiera algún tipo de observador internacional en las reuniones Govern-Gobierno. Se trata de una fantasía del momento terminal del Puigdemonato
13- Anyway. Es importante negociar. Y difícil. No sólo porque en la cultura política esp negociar está considerado como de enclenques y degenerados, sino porque negociar con el procesismo es un caos que modula en el rostro el careto de Urkullu/Craxi. Si para ello es necesario un relator, o una jirafa, se compra en Wallapop y a tirar millas. Eso sería lo normal, supongo. Con la información de la que se dispone hoy, parece ser que, ya sea por la cosa presupuestos, o por una voluntad de aportar soluciones en un tema que se puede volver a cerrar en cualquier momento con otro Gobierno, el Gobierno Sánchez está apostando. El límite de lo discutible es algo varias casillas anteriores a un referéndum –que, me temo, sería lo deseable– y a una reforma constitucional –no se va a reformar la Consti en la vida/no va a haber mayorías sensibles de dialogar al respecto en años–.
14- Pero lo normal, por aquí abajo, es lo subnormal.
15- Aún flotaba en el aire el fonema ‘r’ del palabro relator, emitido por Calvo, cuando las tres derechas se pusieron palotes.
16- Supongo que porque el término relator evoca al concepto relator-de-la-ONU. O porque consideraron que era una buena oportunidad de negocio. Vox, C's y PP han reaccionado espontáneamente a la posibilidad de un relator –es decir, de nada o/y de nada nuevo– emitiendo esta ecuación: relator = reuniones de dos gobiernos con observador internacional = alta traición.
Vox, C's y PP han reaccionado espontáneamente a la posibilidad de un relator emitiendo esta ecuación: relator = reuniones de dos gobiernos con observador internacional = alta traición
17- Cabe señalar que la espontaneidad existe muy pocas veces en la vida civil. Imagínate en la política. Las tres derechas reaccionan, por tanto, de una manera pactada y no improvisada. Es más, las tres derechas mantienen una coordinación informal, pero estable y meditada. Y con, glups, un proyecto. Metáfora: Rafael Bardají. Bardají es un crack. Director de política internacional de la FAES durante el aznarato, fue el líder y creador de la revolución léxica del PP de los 90’s y principios del siglo XXI, sustentada en el uso de léxico democrático radical, si no abiertamente libertario. En la II legislatura del aznarato fue felicitado personalmente al respecto por el think thank republicano, con estas palabras: “Nuestra revolución del lenguaje ha triunfado nítidamente en España más que en nuestro país”. Se dice rápido. Pues bien, ese exElcano, ese exFAES, ese exPP, desde finales de 2018 dirige el área comunicativa de Vox. No es normal ni razonable que alguien con ese carrerón renuncie a sus honores anteriores y sueldos para meterse en un partido emergente de tipos con barba que parece que van o vienen de una despedida de solteros en un club. De lo que cabría deducirse que continúa gozando de sus honores anteriores y sueldos y compañías. Es decir, que continúa elaborando la política comunicativa del PP, ahora emitida desde esa fase denominada Vox.
18- Vox está emitiendo las coordenadas de comunicación sobre las que se acoplan C’s y PP. Es normal que las emita un pequeño partido ultraderechista, y no dos grandes partidos que quieren distanciarse formalmente del pack ultraderecha. Y es normal porque esas coordenadas vienen de la ultraderecha USA, y se están experimentado en las ultraderechas europeas. Son, vamos, la ultraderecha del futuro. Autoritaria, con hambre de cambios estructurales y legales, con ganas de reformar el concepto democracia.
19- Ese es, me temo, el interés de la ecuación relator = alta traición. No es la vieja táctica del PP consistente en dominar un marco –con Aznar, dominó al dedillo los marcos terrorismo, democracia, unidad nacional– y tirar millas, situando a cualquier otro partido en marcos contrarios. No es un boicot al cava, no es recogida de firmas contra el Estatut. Es un aumento en la espiral bélica considerable. Es un cambio. Es considerable así que el punto de partida y de llegada sea un delito –alta traición–. Es decir, la cosa va de interpretar la ley y fijar su significado. Es significativo que todo el planteamiento no repose en marcos, sino en posverdad. La posverdad es una verdad sentimentalizada. La verdad, en este caso, es que el Gobierno quiere negociar –mola–, y la sentimentalidad aportada es que ello supone traición, pues el Gobierno admite en la negociación relatores internacionales –que como que no–, y que está dispuesto a un referéndum –no lo está ni harto de garnacha, me temo–. El hecho de que todo esto conduzca a una manifestación el próximo domingo, contra la traición, la felonía –nunca he visto ninguna, pero creo que no tiene nada que ver con felación; pregunto y les digo–, y por la unidad nacional es un primer indicio de a dónde va la nueva derecha con su nuevo juguete: salir a la calle, crear una comunión mística entre representante y votante, y poner como límite de la política una lectura mítica de la nación, del volks.
20- Sí, se parece mucho a lo que ha dado de sí el procesismo. Como él, son fórmulas reaccionarias. Pero, ojo, ahora el juguete está en manos de personas con un proyecto firme, iniciado en los 90’s –la recentralización del Estado, la incomprensión y eliminación de las minorías–, y en manos de profesionales con solvencia contrastada/Bardají. Y, cuidadín, este modo de hacer, este modo de confundir nación, Estado y democracia como tres hechos, innegociables, en uno es la propuesta del discurso del rey del 3-O. Aparten a los niños. A diferencia del procés, esto va en serio. Sí, era cuestión de tiempo que las derechas esp descubrieran el filón de las herramientas del procesismo, ese reaccionarismo.
A diferencia del procés, esto va en serio. Sí, era cuestión de tiempo que las derechas esp descubrieran el filón de las herramientas del procesismo, ese reaccionarismo
21- Para finalizar y como simpático popurrí les pongo los 21 puntos de Torra. Básicamente, no son puntos para negociar, sino para comunicar. Son autorreferenciales. No se contrastan con la realidad, hasta el punto de que la Gene emite políticas distintas de las que aquí reclama. Son monos, pero carecen de utilidad política, que no electoral. Equipan al procesismo de una banda sonora, innegociable, inabarcable, y dibujan al otro bando, según el procesismo, como lo contrario a lo demandado. Es un manifiesto de cómo quiere ser percibido en su sociedad, antes de lo que es, y de lo que en verdad quiere. Posee varios fragmentos de pura época, como el momento volks, y el momento la-separación-de-poderes-es-un-engorro. Ahí van. 1) No se puede gobernar contra Cataluña. 2) Hay que reconocer y hacer efectivo el derecho de autodeterminación del pueblo de Cataluña. 3) Es necesaria una mediación internacional que debe facilitar una negociación en igualdad. 4) La soberanía de las instituciones catalanas debe ser respetada y no amenazarla con la aplicación del artículo 155. 5) Se ha de investigar los abusos policiales y económicos ejercidos contra el pueblo de Cataluña. 6) La vía judicial debe quedar atrás. 7) Hay que impulsar un compromiso para la ética política –aquí, emoticono de carita llorando de risa–. 8) Debe garantizarse la separación de poderes. 9) Es imprescindible poner fin a la limitación de derechos fundamentales. 10) El retroceso de la calidad democrática de España se debe revertir. 11) Hay que frenar el deterioro de la imagen de España en el mundo. 12) Se debe poner fin a la complicidad de cuerpos policiales y aparato judicial con la ultraderecha. 13) Hay que garantizar la independencia judicial. 14) Es necesario asegurar el respeto a los derechos humanos. 15) La sombra y la influencia de la cultura franquista pervive y es incompatible con la plenitud democrática de España. 16) La indolencia con el fascismo, la impunidad con las actitudes fascistas, tiene relación directa con la impunidad de los crímenes del franquismo. 17) Se deben aislar y denunciar los grupos neofascistas. 18) Es incompatible con la democracia la existencia de privilegios derivados del franquismo. 19) Hay que emprender un proceso explícito de desfranquización y de un debate sobre la monarquía. 20) La nulidad de los juicios franquistas es un paso imprescindible de memoria histórica. 21) Se debe hacer efectiva una política de fosas comunes.
22- Otra posible traducción de los 21 puntos: “Ojalá” nos dieran el Estatut de 2007. O lo que sea.
23- Bueno, otra derecha ha descubierto el juego. De espejos. Y esta no sólo sabe jugar más y mejor, sino que juega en casa.
¡Hola! El proceso al Procès arranca en el Supremo y CTXT tira la casa through the window. El relator Guillem Martínez se desplaza tres meses a vivir a Madrid. ¿Nos ayudas a sufragar sus largas y merecidas noches de...
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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