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Es definitivo: algunas han decidido politizar el feminismo. Qué lástima. Las cosas bonitas e inocentes, como el deporte o las mujeres, nunca deberían ser politizadas. ¿Qué necesidad había? El feminismo se ha vuelto loco, viendo machismo por todos lados. Qué pena. Están siendo manipuladas para atacar a los hombres. Son como los nazis. Hubo otro tiempo, yo lo recuerdo, en el que –eso sí era feminismo sano- las mujeres protestaban cuando eran asesinadas. Aquellas quejas frente a los ayuntamientos, hechas con moderación y de forma discreta, estaban bien. Un minuto de silencio de vez en cuando no hacía daño. Pero lo de ahora… Esto es ensordecedor. El viernes 8 de marzo, millones de mujeres dejaron de ir a trabajar por segundo año consecutivo, dejaron de cuidar sus casas, sus niños y sus enfermos, ¿para qué? Para irse a la calle a pegar gritos –la que montaron– sin motivos de peso, como antiguamente el de ser asesinadas. Si esto no es sacar las cosas de quicio y politizar, que baje Dios –hombre todopoderoso– y lo vea. Además, ¿qué quieren? Es que ni ellas mismas lo saben. Unas, que si no sé qué de poder andar por la calle, como si no hubiera aceras para ellas; otras, que si las violaciones, cuando es al revés: una tía se inventa que la has violado y vas a la cárcel cuarenta años sin pruebas ni nada; otras, que si sus maridos no saben encender la vitrocerámica, pobres hombres lo que tendrán que aguantar; otras, que ni siquiera tienen vitro porque son migrantes pobres y que las migrantes blablablá; otras, que si cobran menos que sus compañeros hombres, que eso es un bulo que se han terminado creyendo. Un sindiós, vamos. Les encanta mezclarlo todo. Y tan mal no estarán. Sólo había que verlas en las fotos del viernes, tan monísimas todas, todas pintadísimas de morado, color nada casual. Claro: esto lo organiza Pablo Iglesias. Publicidad subliminal se llama, pero ellas no se dan cuenta de lo manipuladas que están por gente como Pablo o Pedro. Además, ¡si es que están súper protegidas! Que vayan a quejarse a otros países, donde a las mujeres no se las deja conducir. Las de aquí se quejan por puro vicio. Están histéricas y odian a los hombres. Y el problema es que cada vez son más.
Si has conseguido leer hasta este punto sin tirar el ordenador, la tablet o el móvil contra la pared, por la ventana o al váter, te lo agradezco. Así me da tiempo a explicar que lo anterior era una caricatura. O no tanto. Una caricatura provoca risas sin más y el discurso anterior, además de risas por lo ridículo, también provoca algo de incomodidad, de rabia, de miedo. Toda esa selección anterior de gilipolleces es, lo parezca o no, el cuerpo teórico que combate con cierto éxito la lucha por la igualdad real. Lo hace con armas muy, muy poderosas y efectivas como la ignorancia, la pereza o la resistencia al cambio. La ignorancia de no ver, que vive de la pereza de no querer esforzarse en entender, que a su vez vive de la resistencia a que las mujeres marquen el ritmo de la conquista de sus propios derechos. Cuando, a día de hoy, algunos siguen equiparando en sus discursos feminismo y machismo, no es que no entiendan el concepto “feminismo”: el concepto que no entienden es “igualdad”. Ahí está la trampa. Y enseñarles la definición de la RAE un millón de veces no servirá de nada.
El primer párrafo de esta carta –por el que pido perdón si tiraste la tablet al váter (mira en el cajón donde guardas los papeles, que seguro que todavía está en garantía) – es también el motivo por el que existen medios como CTXT, que tú apoyas y financias económicamente. Al final del día, lo que queda, cuando acabamos de trabajar, es haber intentado enfrentar como buenamente podemos la ignorancia y la trampa. Es por esa cosa tan básica por lo que tú nos das tu apoyo en el fondo del fondo. Desde los medios que entendemos la prensa como un bien común, tenemos la obligación de colocar en el centro de nuestro trabajo la que consideramos es la lucha más necesaria y beneficiosa de la historia, la que afecta a la mitad de la población. Y defenderla. Y combatir las trampas y las ignorancias que se lancen sobre este avance social. En CTXT, como dirían algunos, también estamos politizados. Pues claro, ¿no te jode? El viernes, CTXT se quedó cojo, con las mujeres que lo hacen parando por la huelga y manifestándose en la calle. Y con los hombres, también politizados, surfeando marrones y acompañándolas.
Como creemos que el feminismo es básico y urgente, intentamos aplicarnos el cuento siendo autocríticos y honestos con el propio medio. El 8M del año pasado nos marcamos un objetivo: que los textos publicados en CTXT fueran paritarios, la mitad firmados por mujeres, la mitad por hombres. No lo hemos conseguido. Y estamos aún lejos de hacerlo. Aproximadamente, el 70% de los textos publicados en CTXT a día de hoy son de hombres y sólo el 30% de mujeres. Tenemos brecha, aunque no es salarial. La mayoría de propuestas de publicación que nos llegan a la redacción son de hombres, especialmente artículos de opinión. Cuando buscamos una persona experta en cierto asunto, sucede de nuevo que nos encontramos con mayor número de hombres disponibles que de mujeres. Si, de entre todas las posibilidades, se le pregunta a una mujer, pasa que, en muchas ocasiones, esta no dispone por motivos que tienen que ver con el problema del que hablamos, del tiempo suficiente para realizar el encargo. A pesar de habernos marcado el objetivo, de momento, el problema estructural se cuela y se refleja también en CTXT.
En otros ámbitos sí estamos logrando mejoras. En las firmas fijas, las colaboraciones semanales habituales del medio, sí estamos en parámetros normales y sanos: mitad y mitad. En el Consejo de Administración de CTXT hay 5 hombres y 4 mujeres, y el Consejo Editorial está formado por 20 personas: 11 hombres y 9 mujeres. Paridad técnica con ligera inclinación hacia los hombres. En el día a día de la redacción física trabajan 4 mujeres y 2 hombres. La dirección de CTXT está formada por 2 mujeres y 1 hombre. Seguiremos intentando corregir el problema estructural exterior para mejorar estos datos internos. Mientras tanto, mientras el feminismo en general y CTXT en particular avanzan el terreno necesario, gracias por seguir ahí empujando con tu suscripción. Gracias por apoyar este servicio público, por ser parte de la reivindicación feminista también desde el frente de los medios de comunicación. Y por último, disculpad que haya sido yo y no una mujer quien os haya contado todo esto en la carta posterior al 8M. Pero es que mis compañeras estaban de huelga. Las muy politizadas. Feliz lucha diaria.
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Autor >
Gerardo Tecé
Soy Gerardo Tecé. Modelo y actriz. Escribo cosas en sitios desde que tengo uso de Internet. Ahora en CTXT, observando eso que llaman actualidad e intentando dibujarle un contexto. Es autor de 'España, óleo sobre lienzo'(Escritos Contextatarios).
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