1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.335 Conseguido 91% Faltan 16.440€

Tribuna

¿Repetirá Colau? De presiones y depresiones

Dejar la ciudad en manos de Maragall o gobernar sólo con ERC sería un suicidio para Barcelona y para los Comuns

Steven Forti / Guillem Martínez 12/06/2019

<p>Ada Colau en una foto de archivo.</p>

Ada Colau en una foto de archivo.

Manolo Finish

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

CTXT se financia en un 40% con aportaciones de sus suscriptoras y suscriptores. Esas contribuciones nos permiten no depender de la publicidad, y blindar nuestra independencia. Y así, la gente que no puede pagar puede leer la revista en abierto. Si puedes permitirte aportar 50 euros anuales, pincha en agora.ctxt.es. Gracias.

Este sábado 15 de junio es el Día D para la cosa constitución de consistorios. Aún hay mucho en juego en todo el Estado. Y especialmente en Barcelona, donde todas las opciones siguen abiertas. El pasado viernes, tras una votación de las bases de los Comuns, que respondieron a una pregunta lacónica –“¿quieres que Ada se presente a la investidura?”, una pregunta que no informa de ninguna negociación de programa con el PSC–, Ada Colau ha decidido dar el paso y optar a la reeleción como alcaldesa. En ERC ha cundido el pánico. Es decir, la presión en medios y redes, y con ella, a su vez, más pánico y en más partidos –la presión, en fin, consiste en eso–. Sin embargo, no hay ningún pacto cerrado de momento. Como tampoco es necesariamente posible que haya alguno abierto. Se está jugando al póker. Y, como de costumbre, en los juegos de cartas puede pasar cualquier cosa, salvo hacer saltar la banca.

Colau y su votante están sufriendo una presión descomunal y, hasta cierto punto, novedosa

Colau y su votante están sufriendo una presión descomunal y, hasta cierto punto, novedosa. No se trata tan solo de los hiperventilados, trolls y bots que han convertido Twitter y Facebook en un psicoanálisis gratuito. La presión es mucho mayor y ante un sujeto nuevo, que en ocasiones es tratado como ajeno a la catalanidad y cercano a Spektra. La portavoz del Govern y consellera de Presidencia, la post-convergente Meritxell Budó, ha declarado que la posibilidad de que Colau siga como alcaldesa –con el apoyo del PSC y los votos regalados de Valls– es una “operación de Estado”, que necesita de “una respuesta de país”. Es cierto que la postconvergente Budó ya mostró su familiaridad con la postépoca de Acuario –la posverdad, vamos–, al perfecto estilo de Trump, cuando, hace unos días, repitió, delante de unos desconcertados periodistas, que el independentismo –que sumó el 39,4% de los votos y perdió 3 concejales respecto a 2015– había ganado las elecciones en Barcelona. Declaraciones como estas muestran dos cosas. La primera: el procesismo se alimenta cada vez más de teorías conspirativas, poseedoras de una lógica no contrastada con la realidad, pero compartidas por su afición de una manera rápida y espontánea. Una dinámica, por otra parte, común en el nacional-populismo global. La segunda: el procesismo piensa representar al país –¿cuál?; ¿qué parte del país no es país?–, ampliando la grieta existente en la sociedad catalana.

La política se hace fraguando pactos, antes que inventando o creyendo mitos de grandes conspiraciones. La historia, sobre todo en su lado más oscuro, está llena de ejemplos de este tipo. La dinámica del mito conspirativo acaece también en otros ayuntamientos: en Tarragona, por ejemplo, ERC se hará con la alcaldía, aunque el partido más votado ha sido el PSC. En ese caso no se habla de fraude democrático ni de operaciones de Estado. Hay un gran parecido, aquí, con lo que dice y hace el nacionalismo español al respecto: en 2015, el PP defendía que debía gobernar la lista más votada en los ayuntamientos, con el objetivo de evitar que Carmena se convirtiese en alcaldesa de Madrid; ahora los de Casado no dicen ni mu al respecto y les parece normal que ellos puedan hacerse con la alcaldía junto a Ciudadanos y Vox, siendo Más Madrid la fuerza más votada. En realidad, no hay nada nuevo bajo el sol: Artur Mas hizo lo mismo en 2003 y 2006, cuando se formó el Tripartit en la Generalitat.

Budó, en su brillantez, no es un caso aislado. En una reciente entrevista, Joaquim Forn ha afirmado que la posibilidad de que la líder de los Comuns consiga la investidura con los votos de Valls es “una operación orquestada por los ‘poderosos’ que Colau tanto crítica”. Ernest Maragall llegó a afirmar que esto significaría “negar la soberanía de Barcelona”, y preguntó retóricamente a Colau si está “con las víctimas o con los carceleros”. Según Puigdemont, la actual alcadesa en funciones quiere “mantenerse en la poltrona a cualquier precio”, incluso pactando “con los del 155”.

Obviamente, la caverna mediática catalana –sí, existe, y no tiene nada que envidiar a la madrileña, salvo las camisas con cuello de otro color– ha cargado aún más las tintas. El periodista Jordi Barbeta, hombre de confianza de José Antich en La Vanguardia y ahora en El Nacional.cat, remachaba el concepto de la “operación de Estado”, y Tatxo Benet, socio de Jaume Roures en MediaPro, avalaba la teoría de la abducción de Colau por el Lado Oscuro. La guinda llegó el pasado fin de semana, cuando la sede de Barcelona en Comú fue atacada con pintura amarilla de forma intimidatoria. Los lazos, una vez más –no me lo puedo creer, en esta casa se juega–, se han utilizado como un símbolo partidista.

no es descartable que también los Comuns acaben presos del miedo y del chicken-game que hemos visto en la política catalana en los últimos años

Se trata de una disciplina ya vivida en los últimos años. Pressing. Los representantes que no voten lo indicado por la Divina Providencia pasan a ser traidores y botiflers, además de vendidos a los grandes poderes. El hecho de que esas acusaciones vengan de un Govern presidido por un esencialista que ve sólo animales donde Rivera, otro crack, solo ve españoles, y vinculado en el tiempo con los recortes más duros de la historia democrática, relacionado con Governs del 3%, con el saqueo demostrado judicialmente, o con la privatización fraudulenta de Aigües Ter-Llobregat, indica el carácter magnético y autosuficiente de toda esa presión. Es decir, de toda esa propaganda que viene a sustituir a la política. Incluso, a las políticas del Govern.

La presión es densa, cierto. Tanta y en tantos medios y géneros que no es descartable que también los Comuns acaben presos del miedo y del chicken-game que hemos visto en la política catalana en los últimos años. Es posible que sea eso lo que ha pasado en Tarragona. Pero Barcelona no puede acabar como la Generalitat, convertida en un feudo partidista, emisor de propaganda, libre de responsabilidades pero esclavo del procesismo e inútil para –toda– la sociedad. Ada Colau defiende la única propuesta que a largo plazo puede ser la solución a la crisis catalana: un gobierno de progreso formado por las tres fuerzas que han obtenido más del 60% de los votos el pasado 26-M, es decir Barcelona en Comú, ERC y el PSC. Se trata de una coalición realizada en otros ayuntamientos, pero de difícil traslado a Barcelona. La justificación de ERC, básicamente, es que es imposible pactar con “los del 155”, algo que no corrobora la hemeroteca: ERC está gobernando con los Comuns y el PSC en el área metropolitana de Barcelona. ¿Por qué no pueden hacerlo en la Ciudad Condal? Una respuesta es la política de bloques de ERC, que ha dejado al partido, en las grandes instituciones, sin más alianzas que las disponibles en el procesismo.

La política se hace con la correlación de fuerzas, o de debilidades, existente. ¿los anticapitalistas de la CUP no apoyaron el gobierno de la peor derecha neoliberal catalana?

Si no se fragua un acuerdo tripartito, lo que a día de hoy parece altamente improbable, queda sólo una opción: que Colau gobierne junto al PSC y acepte el apoyo en la sesión de investidura de los tres concejales de Manuel Valls, que regalarían su voto para evitar que la ciudad caiga en manos de los procesistas. ¿Por qué haría eso Colau? Por varias razones: a) Valls juega en otra liga, que desconocemos, o al menos, aún hoy, es difícil comprender su apuesta municipal en Barcelona; b) Valls parece no estar en sintonía con Ciudadanos, un partido que ha roto la costosa dinámica francesa de no pactar con la extrema-derecha. Ada Colau se ha negado a cualquier acuerdo, incluso negociación, con el ex primer ministro francés, pero se ha abierto a la posibilidad de recibir su votos sin contrapartidas –“todos los votos que vengan, bienvenidos sean para la investidura”–. ¿Se debería dejar pasar esta posibilidad por purismo ideológico mediatizado por presión propagandista, o porque Valls no gusta en Comuns, como sostienen algunos? La política se hace con la correlación de fuerzas, o de debilidades, existente. Cosas más forzadas –y gracias a la presión mediática en una sociedad pequeña– hemos visto en los últimos tiempos: ¿los anticapitalistas de la CUP no apoyaron el gobierno de la peor derecha neoliberal catalana de la historia durante más de un trienio?

¿Quedan otras opciones? Maragall ofrece, con la boca pequeña, un acuerdo de gobierno a Barcelona en Comú, donde él sería el alcalde. ¿Sería esta una solución? En un municipio la alcaldía es determinante para las políticas. Además, todo lo que el Procés toca se convierte en algo que no es precisamente oro. Y ERC es procesismo puro y duro. Es posible que pronto tome la decisión de dejar de serlo, pero aún no es así. La reciente sentencia del TEDH apunta en la dirección de que el procesismo, o al menos su parte más cercana a la izquierda, se alejará de cualquier sombra de su pasado en breve, o estará perdido en Europa.

En estos cuatro años Barcelona en Comú ha demostrado tener un proyecto de ciudad, consiguiendo resultados importantes y cambiando las prioridades. Para acabar lo empezado, es necesario un segundo mandato. ¿ERC tiene un proyecto de ciudad? De patria –ese concepto inquietante–, sí. Pero, de ciudad, no lo parece. Dejar la ciudad en manos de Maragall o gobernar sólo con ERC sería, pues, un suicidio para Barcelona y para los Comuns: la Ciudad Condal se convertiría en el megáfono del procesismo y Barcelona en Comú acabaría estrangulada por el abrazo del oso.

El Procés sienta mal a todo el mundo. A unos más que a otros. Barcelona es una ciudad pequeña, al fin y al cabo, y la crispación es palpable estos días, aunque muchos intentan disimularlo. Simplemente, lo copa todo y a todos, en lo que es el objetivo de la crispación. Si las presiones deciden el gobierno de la Ciudad Condal, será una derrota para todos. A menos que sobrevenga alguna novedad de última hora, se llegará al sábado sin acuerdos. Los 41 concejales de Barcelona podrán votar Maragall o Colau. Si la líder de los Comuns no consigue el apoyo del PSC y de los tres concejales de Valls, Maragall, como candidato de la lista más votada, se convertirá automáticamente en alcalde. El póker es así.

 

CTXT se financia en un 40% con aportaciones de sus suscriptoras y suscriptores. Esas contribuciones nos permiten no depender de la publicidad, y blindar nuestra independencia. Y así, la gente que no puede pagar...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

Steven Forti / Guillem Martínez

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

8 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Qué mal todo

    Buffff, qué artículo de propaganda. Que el PSC no haya querido ni sentarse a hablar con ERC no lo mencionáis, ¿no? No fuera caso que se rompa vuestro fantástico relato. La realidad es que la política catalana y en menor medida la española, están bloquedas por el conflicto catalán. 40 y bastante % a favor, 30 y mucho % en contra de la independencia. La horquilla del 7-10% de Podemos es clave para evitar una mayoría independentista. Aceptad el juego al que jugáis. Para el establishment sois el mal menor.

    Hace 5 años 5 meses

  2. Hanna

    ¡Vaaaya, lástima, Guillem, el de las holgazanas abreviaturas, lástima no sé quién (pero lo dice al final de estas líneas la Wikipedia de Marhuenda, este, en la nómina de la Secta), lástima Contexto! ¡Qué pedazo de discurso, reiterado en todo medio de incomunicación española, por cierto! ¡Qué pasión puesta en la intención de que nada cambie! Al final, va a ser que sí, que Ada no lo hizo tan mal, así que «Ada Colau defiende la única propuesta que a largo plazo puede ser la solución a la crisis catalana: un gobierno de progreso formado por las tres fuerzas que han obtenido más del 60% de los votos el pasado 26-M, es decir Barcelona en Comú, ERC y el PSC. Se trata de una coalición realizada en otros ayuntamientos, PERO DE DIFÍCIL TRASLADO A BARCELONA» (las mayúsculas, mías). En fin, al final va a ser que más que prejuicios -que, de paso-, son premisas que enumeráis... ¿para llegar al coligo más sensato? Ada + PSC (¡Dios!) + Valls, el listo malicioso francés. Esa es la fórmula idónea porque «La política se hace con la correlación de fuerzas, o de debilidades, existente. Cosas más forzadas –y gracias a la presión mediática en una sociedad pequeña– hemos visto en los últimos tiempos: ¿los anticapitalistas de la CUP no apoyaron el gobierno de la peor derecha neoliberal catalana de la historia durante más de un trienio?» ¡Jesús! mSequid dándole cancha al statu quo, pero ojalá que no os vaya bonito. No os lo merecéis. https://es.wikipedia.org/wiki/Steven_Forti

    Hace 5 años 5 meses

  3. Baltasar Hdez.

    Hay una gran falacia que se repite en los Comunes: si ERC no quiere pactar con PSC, pues nosotros no pactamos con ellos: queremos tripartito. Al mismo tiempo que pactan con el PSC para no pactar con ERC, lo que les quitaría la alcaldía. Los tres partidos se vetan. ERC al PSC y el PSC y BEC a ERC. Basta de monsergas.

    Hace 5 años 5 meses

  4. Baltasar Hdez.

    Vaya. Resulta que los que critican el Procesismo y criticaron duramente a la CUP por apoyar una coalición en la que formaba parte la derecha neoliberal más malvada de la historia, ahora se rasgan las vestiduras cuando les toca a ellos. Va resultar que son como los demás y yo con estos pelos...

    Hace 5 años 5 meses

  5. Vanchu

    Ciertamente esa frase de Jordi Amat será el resumen de esta miserable época catalana: "todo lo que toca el procés se convierte en mierda". Como Colau salga Alcaldesa, esta será la primera excepción a la regla general. A los dos ERCs desperados de abajo: el que siembre vientos recoge tempestades. En fin, alejar al Maragall chungo de la alcaldía será bueno para todos, incluso para los votantes de ERC.

    Hace 5 años 5 meses

  6. Pablo Azpilicueta

    La Generalitat lleva 7 años desaparecida, no hace política pero las grandes empresas y familias, sí. El ayuntamiento de Barcelona en cambio ha trabajado y con buenos resultados aunque limitados, y ha cambiado las prioridades de la ciudad. Hechos son amores y no buenas razones. Y eso en cuatro años en que ERC y todos los demás han hecho del acoso a los Comuns un deporte olímpico. Espero que los Comuns puedan inaugurar tantas obras que han quedado a medias y que se atrevan a seguir poniendo a la mayoría de la población en el centro de sus políticas. Los Comuns y Ada Colau son una anomalía, una gozosa anomalía.

    Hace 5 años 5 meses

  7. Au

    Uf, como artículo propaganda (o contrapropaganda) en estado puro. Pero lo cierto es que si Colau es investida por PSOE y Valls será el sosten del régimen del 78 y como votante de alguna de las confluencias con Podemos lo llevo fatal.

    Hace 5 años 5 meses

  8. Jordi

    Sólo se olvidan que el PSC no quiere ni sentarse a hablar con ERC. Por lo demás el relato les había quedado bastante bonito.

    Hace 5 años 5 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí