Estancados –o estabilizados, si se quiere ver desde el lado positivo– en un punto nada satisfactorio y aún muy preocupante. Así se podrían resumir los datos sobre la prevalencia del sobrepeso y la obesidad infantil en España. En un momento en el que se da por superada la crisis, todavía cerca un tercio de los menores de entre 7 y 13 años en el país sufre este problema, muy relacionado con la capacidad económica de las familias para proveer de una alimentación adecuada a los menores.

Las cifras, que nos sitúan como el quinto país de Europa con la peor tasa en este ámbito, se pueden encontrar en dos informes publicados por investigadores del Centro de Estudios Sociosanitarios de la Universidad de Castilla La Mancha, y que han aparecido recientemente en distintas revistas científicas de divulgación. 

Ambos estudios han analizado la evolución en las tasas de sobrepeso y obesidad en el continente europeo durante distintos periodos de tiempo y para distintos grupos de edad. En el primero, más acotado, se analiza la evolución del fenómeno entre la población de 2 a 7 años en la década comprendida entre 2006 y 2016. 

En el segundo, más amplio, se han incluido datos de 103 trabajos de investigación que incluyen información de más de 470.000 niños de 28 países de la región. En este caso, el análisis se divide a su vez en tres periodos de tiempo: la época de bonanza, entre 1999 y 2006; el inicio de la recesión, entre 2007 y 2010; y la salida de la crisis y los años posteriores, de 2011 a 2016.

Los resultados muestran, por un lado, que la estabilización de estos indicadores de sobrepeso y obesidad ha mantenido la importante desigualdad en la prevalencia de este fenómeno a nivel Europeo. En los países del sur, donde se encuentra España, las tasas combinadas de sobrepeso y obesidad todavía se sitúan por encima del 25%. En el extremo contrario, la región central –que incluyen Estados como Alemania, República Checa o Polonia– arroja porcentajes que escasamente sobrepasan el 15%. 

En el caso concreto de nuestro país, los datos de las investigaciones apuntan a un descenso significativo en los indicadores de sobrepeso y obesidad entre los menores más jóvenes –de 2 a 6 años–, para lo que la tasa combinada pasó del 27% en el periodo 1999-2006 al 19,7% entre los años 2011 y 2016.

Sin embargo, la misma comparativa entre los niños de más edad, los que tienen entre 7 y 13 años, deja un cifra casi igual de elevada en ambos periodos, con tasas del 31,9% y 32,1% para cada uno de ellos, respectivamente.

Por otra parte, los datos extraídos de la investigación también apuntan a otro elemento importante en las tendencias del sobrepeso infantil a nivel europeo: los efectos que la crisis económica de 2008 tuvo sobre la salud y la alimentación de los menores, de nuevo especialmente concentrados en el sur del continente. 

Tal y como apuntan los estudios, fue en esta región donde más crecieron las tasas de sobrepeso durante los peores años de la recesión, lo que confirma la asociación directa que existe entre estos problemas y la situación socioeconómica de las familias.

De esta forma, entre los periodos 1999-2006 y 2007-2010, la tasa de obesidad entre niños de 7 a 13 años creció casi un punto en Portugal, más de dos en Chipre y más de cinco y medio en Italia. En España, por su parte, el ratio de obesidad para los menores de esa edad pasó del 8,1% al 8,5% durante esos años, con el agravante de que en los últimos tiempos ha vuelto a aumentar hasta situarse en el 9,2%.