Un tercio de las emisiones de efecto invernadero provocadas por el tráfico se concentra en las ciudades
Los gases contaminantes producidos por el transporte por carretera aumentaron en 2018 un 2,6% y ya representan una cuarta parte del total de emisiones que se producen en España
ctxt 11/06/2019
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El tráfico es uno de los principales responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero en España. Y los que más las sufren son, como se puede suponer, los habitantes de las ciudades y las grandes aglomeraciones urbanas: al menos un tercio de las sustancias nocivas provocadas por el tráfico rodado se concentran en estos núcleos de población, según los datos publicados recientemente por el Ministerio para la Transición Ecológica.
Las cifras forman parte del Avance del Inventario de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero, uno de los documentos que las instituciones europeas obligan a presentar a los Estados miembro para evaluar estas emisiones contaminantes que están directamente relacionadas con el cambio climático y el calentamiento global.
En total, los gases de efecto invernadero producidos por el transporte aumentaron durante 2018 cerca de un 2,7%, dejando al sector como líder de la contaminación que se producen en el país con un 27% del total de emisiones registradas. Según los datos del Ministerio, este aumento ha sido provocado, en gran parte, por el alza en el consumo de combustibles como la gasolina (4,8%) y el gasóleo (2,0%).
Por su parte, solo el tráfico rodado, es decir, el de vehículos como coches y camiones, acapara a su vez una cuarta parte de los gases de efecto invernadero registrados en el inventario del Ministerio. Unos datos que demuestran, una vez más, lo contraproducente de medidas encaminadas a la reapertura del tráfico en grandes centros urbanos, como se pretende hacer en lugares como la ciudad de Madrid.
Tras el transporte, los sectores que más gases de efecto invernadero emitieron durante 2018 fueron la industria (19%), la producción eléctrica (17%) y la agricultura (12%).
El país, eso sí, ha mejorado alguno de sus registros sobre contaminación respecto al año 2017, con una reducción en las emisiones de CO2 superior al 2%. En total, durante el año pasado se emitieron 332,8 millones de este gas contaminante, responsable del 82% del total de gases nocivos que se producen en el país.
Las malas noticias del documento del Ministerio de Medioambiente llegan en forma de coyunturas. Por un lado, la meteorológica: gran parte de la reducción de las emisiones de efecto invernadero de 2018 se produjo por el cambio en las tendencias de generación eléctrica, donde la energía hidráulica creció casi un 85% gracias a los meses especialmente húmedos que hubo en el país. La producción eólica también experimentó una subida del 3,5%.
Por otra parte, también existen circunstancias económicas que no invitan a la tranquilidad. Según el documento, nuestro modelo productivo es contaminante. O al menos así lo sugiere al afirmar que “en un año con un incremento del PIB del 2,6%, se registraron subidas de emisiones vinculadas al transporte (+2,7%); al consumo de combustibles en los sectores residencial, comercial e institucional (+1,9%); y al consumo de combustibles en maquinaria agrícola, forestal y pesquera (+4,1%)”. En total, las emisiones de la industria crecieron un 2% y las de la ganadería un 1,4%.
España aún se encuentra 15,4 puntos porcentuales por encima del nivel de emisiones registrado en el país en 1990, fecha de referencia de varios organismos internacionales para evaluar el control en la emisión de gases de efecto invernadero. Y han sido precisamente los sectores sujetos al escrutinio de la UE los que más redujeron sus emisiones en España en 2018, con una bajada del 6,6% respecto del año anterior.