1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.340 Conseguido 91% Faltan 16.270€

Unai Sordo / Secretario General de CC.OO.

“La sentencia del Constitucional refuerza el poder autoritario del empresariado”

Gorka Castillo Madrid , 6/11/2019

<p>Unai Sordo, durante la entrevista. </p>

Unai Sordo, durante la entrevista. 

Manolo Finish

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

El secretario general de Comisiones Obreras (CCOO) adelanta lo que aguarda al próximo inquilino de La Moncloa en materia sindical: “La corrección en profundidad de la reforma laboral que aprobó el PP en 2012 es el punto número 1 de la agenda. No vamos a negociar un nuevo estatuto de los trabajadores hasta que no se corrija”. Pero las cosas se han complicado todavía más en los últimos días. Al menos así lo ve Unai Sordo (Bilbao, 1972) tras la reciente sentencia del Tribunal Constitucional avalando los despidos de trabajadores en baja laboral incluso con prescripción médica. “Supone una degradación del derecho laboral incuestionable”, afirma sin ambages. Sordo defiende a capa y espada las ventajas de la negociación en todos los ámbitos de la vida. Hijo de uno de los barrios más proletarios que hay en la capital vizcaína como Uríbarri es consciente de los retos a los que se enfrenta el sindicalismo del siglo XXI para seguir siendo el pegamento que siempre fue para el interés de clase. “Pero hoy ya no es lo mismo ser un trabajador que lleva 25 años en una empresa que un rider o el operario que está en la tercera cadena de subcontratación. Debemos estar muy cerca de la gente y seguir luchando por una negociación colectiva que implique situaciones tan variadas” explica. Y mientras tanto escucha con atención los discursos que se vierten en esta campaña electoral que declina. No oculta su preocupación. “Que los tres partidos de la derecha compitan por una bajada generalizada de impuestos me espanta porque con ese planteamiento programático meten a España en un deterioro brutal del modelo social o nos quiebran”, concluye. Sordo inaugura el 14 de noviembre el congreso de la Fundación 1º de Mayo “Repensar la economía con las trabajadoras y trabajadores”, en el que colabora CTXT como medio asociado. 

El Tribunal Constitucional (TC) acaba de avalar el despido por baja laboral aunque esté justificada. ¿Se trata del golpe más duro lanzado contra los derechos de los trabajadores?

Sí, obviamente, pero no es el primero. El TC se ha pronunciado más veces sobre la reforma laboral en respuesta a demandas sindicales y en todas ha avalado la constitucionalidad de la norma basándose en unos preceptos que ponen los intereses empresariales por encima de derechos tan básicos como la salud de los trabajadores o la negociación colectiva. Ya dictó una sentencia que supuso una degradación del derecho laboral al someterlo a una posición subalterna respecto a las políticas económicas puestas en marcha en 2012 que hicieron disminuir los salarios para devaluar el país. Que conste que no es una valoración personal o sindical. Lo ha dicho literalmente el propio Constitucional cuando afirma que cada reforma laboral “representa una opción legislativa diferente como un instrumento al servicio de una concreta política económica y social del Gobierno”. 

Ya dictó una sentencia que supuso una degradación del derecho laboral al someterlo a una posición subalterna respecto a las políticas económicas puestas en marcha en 2012 

Los magistrados del TC justifican su decisión en base a la libertad de empresa y a la defensa de la productividad.

Es una afirmación tremenda, con una evidente carga política, que ha sido contestada en el voto particular de la magistrada María Luisa Balaguer y otros jueces al decir “no puede asumir que la libertad de empresa pueda ser antepuesta al derecho a la integridad física y moral de los trabajadores, y a un valor tan fundamental como es la salud humana”. Las consecuencias de la sentencia pueden ser tan duras como que las trabajadoras y trabajadores aceleren procesos de recuperación sin estar en condiciones para ello y soliciten sus altas médicas para evitar despidos. Esto incrementará el riesgo de sufrir accidentes laborales. 

Queda la posibilidad de recurrir la sentencia en instancias europeas, ¿CC.OO. piensa hacerlo?

Sí, obviamente. De hecho, la reforma laboral supone obviar un convenio de la OIT, de obligado cumplimiento, que dice taxativamente que “la ausencia temporal del trabajo por motivo de enfermedad no deberá constituir una causa justificada de terminación de la relación de trabajo”. Es inconcebible ignorar esto, ya que es prevalente sobre el propio Estatuto de los Trabajadores. Por ello vamos a recurrir a la OIT y a la Comisión europea por violación de la Carta Social Europea. Pero la clave para nosotros es derogar la reforma laboral que precarizó la contratación, atacó la negociación colectiva y facilitó el despido. En cuanto se configure el nuevo parlamento retomaremos la presión para modificar esa reforma, que viene de hace seis años con la convocatoria de dos huelgas generales e incontables movilizaciones. No vamos a negociar un nuevo estatuto de los trabajadores hasta que no se corrija. Esto lo debe tener claro quien vaya a encargarse de formar el próximo Gobierno.

No vamos a negociar un nuevo estatuto de los trabajadores hasta que no se corrija

La sensación que provoca esta decisión del TC es que normaliza la desigualdad jurídica entre dos derechos fundamentales: Los empresariales, cada vez más blindados, y el de los trabajadores, cada vez más desprotegidos. 

Sí, porque hay un furor ideológico que se refleja en esa frase tan manida de que “las empresas son las que crean empleo” y en función de ella se legisla. Pero esa afirmación no deja de ser la lógica del cuñao. En las empresas se genera el empleo, cierto, pero para que esto ocurra se necesita una demanda solvente, una inversión pública, sistemas de educación, formación y salud para toda la ciudadanía. Le pondré un ejemplo: la renta que perciben casi 10 millones de pensionistas en España tiene un efecto económico enorme gracias al sistema público. Eso crea empleo y, por mucho que favorezca los márgenes empresariales, reducir las cotizaciones sociales no genera puestos de trabajo. Así de claro. Las últimas reformas laborales se hicieron con esa intención: Provocar una caída de los salarios como eje central de una política de devaluación interna y de transferencia de rentas a las empresas con el fin de que recuperaran sus beneficios, su nivel de retribución a los accionistas y que se desendeudaran. Pero la reforma de 2012 tiene, además, un profundo sesgo ideológico que ahora el TC ha interpretado a la perfección. Se trata de reforzar el poder autoritario del empresariado y debilitar cualquier elemento de contrapoder: la acción sindical, la negociación colectiva o la propia norma legal que, como he he dicho, se hace subalterna de la política económica. Por ejemplo, estamos conociendo procesos de deslocalización de empresas desde España a otros países. Las multinacionales, cuando tienen que evaluar los pros y los contras para invertir o desinvertir, se encuentran con que España es un “chollo” jurídico porque con un buen equipo de abogados que eviten la nulidad, los expedientes de extinción apenas encuentran filtros políticos o administrativos. La propia autoridad laboral confiesa que tiene las manos atadas porque la reforma lo ha hecho posible. 

Según el color del gobierno que salga elegido el 10N, ¿puede incrementarse esa “comodidad” fiscal para las empresas?

Sí, prevemos una ofensiva en esta dirección y la muestra está en la Comunidad de Madrid, que está actuando de liebre con un planteamiento de populismo fiscal basado en la creación de una especie de agujero negro en la recaudación que atraiga empresas de otros territorios –letal para la España vaciada, dicho sea de paso- y que de consolidarse nos convertirá en un destino low cost y sin futuro. Es inaudito que en un país como España donde el tipo efectivo en el impuesto de sociedades es del 10,5%, para los grupos bancarios, las constructoras y las inmobiliarias sea del 2,8 y el 3,5%. ¿Alguien puede defender que el eje central de la política económica puede ser desfiscalizar a las empresas? Hay quien pone como ejemplo virtuoso a Irlanda, que es un paraíso fiscal que contribuye a quitar decenas de miles de millones de euros cada año al conjunto de los europeos. Es una política de clase disparatada, nefasta para la mayoría social y desastrosa para el futuro del país que afrontará los retos demográficos y de envejecimiento poblacional, la transición ecológica y energética, y el proceso de digitalización con una presión fiscal siete puntos PIB inferior a la media europea, es decir, 90 mil millones al año. Y ahí está la hornada de dirigentes de las distintas derechas jugando a aprendices de brujo con la Curva de Laffer y la homeopatía fiscal del neoliberalismo más dogmático. Es tremendo.

Se trata de reforzar el poder autoritario del empresariado y debilitar cualquier elemento de contrapoder

¿Ve a la izquierda capacitada para confrontar a la derecha en el terreno económico?

La derecha en España tiene un discurso en las áreas socioeconómicas mucho más ideológico que las izquierdas. Hacen una defensa de la bajada de impuestos incluso aunque sea irracional desde el punto de vista económico. Incluso aunque sepan que no van a poderlo hacer. Es populismo fiscal, que en el caso de Ciudadanos llega al paroxismo y en el de Vox alcanza el esperpento, pero que ayuda a conformar una mentalidad. Ahí la izquierda debe dar una batalla mucho más potente. La frase acuñada por la derecha de que el mejor lugar donde está el dinero es en el bolsillo de los ciudadanos la compra la mayoría de la gente.

También aquellos con menos recursos

Y son los que más necesitan un nivel de recaudación fuerte y un nivel de inversión y gasto social potente. Hay que contraponer ese discurso hegemónico. Es decir, hay que tener el valor de decirle a una persona que cobra 800 euros al mes que tener 3 euros más a fin de mes porque le han eliminado el IRPF va a acabar afectando a la sanidad pública, a la educación pública y a las pensiones que son la que necesita él. Al que gana 5.000 euros le da igual tener un estado raquítico porque esos servicios los encuentra en el sector privado. Esta pedagogía hay que hacerla porque la derecha ha hecho bandera de todo esto.

La derecha en España tiene un discurso en las áreas socioeconómicas mucho más ideológico que las izquierdas

El empresariado español ha celebrado la sentencia del TC. ¿Piensa más en los beneficios para sus accionistas que en el equilibrio social?

A veces pienso que necesitaríamos una reforma empresarial más que una laboral. Tenemos un perfil del empresariado manifiestamente mejorable. El empresariado español ha aprovechado la coyuntura laboral, y especialmente la depresión salarial sufrida entre 2010 y finales de 2018, para mejorar sus beneficios y sus excedentes, para incrementar la retribución a sus accionistas y bajar su nivel de endeudamiento. Hoy, reparten más dividendos y tienen menos deuda que antes de la crisis. Sin embargo, creo que este modelo no beneficia a todas por igual sino más a las peores. Me explico: aquella empresa que aspire a competir de verdad en un mundo globalizado deberá apostar por la formación permanente, la cualificación de sus trabajadores y la productividad por la vía de la mejora en el modo de trabajar. Y para ello necesita de un modelo de relaciones laborales fuerte y no el que sólo favorece a quien firma convenios colectivos a la baja y paga salarios de miseria. Es decir, el empresariado serio y responsable debería estar interesado también en corregir esos aspectos de la reforma laboral. Pero el perfil del empresario triunfador en España aparece ligado muchas veces a actividades que generan muy poco valor, muy relacionado con planes urbanísticos o en cómo se subcontratan actividades que caen del sector público. 

El secretario general de CC.OO, Unai Sordo, después de la entrevista. Manolo Finish

El secretario general de CC.OO, Unai Sordo, después de la entrevista. Manolo Finish

¿Puede estar ahí el obstáculo que ha impedido al Gobierno hacer cambios en la reforma laboral? 

Nosotros, que somos partidarios de los acuerdos pactados con la patronal porque siempre serán más perdurables, insistimos en que negociar sí pero otorgar derecho de veto a CEOE no. Se tenía que haber apostado por corregir la reforma laboral, incluso aunque los números en el Congreso de los Diputados anduvieran justos, entre otras cosas para que CEOE no interprete que tiene derecho a veto, porque de esa forma no vamos a llegar a ningún acuerdo. Y hay reformas estratégicas urgentes, las que tienen que ver con la digitalización, la formación profesional o la transición energética, que deben acometerse con un amplio consenso.

aquella empresa que aspire a competir de verdad en un mundo globalizado deberá apostar por la formación permanente, la cualificación de sus trabajadores y la productividad por la vía de la mejora en el modo de trabajar

Y este desafío neoliberal, ¿no sitúa también al sindicalismo frente al espejo?

Lo que ha hecho el sindicalismo, básicamente, es ir acomodando sus formas de negociación colectiva y de organización a una realidad que ha mutado en tres décadas de una forma brutal. Como te digo, lo que se está produciendo es un gran cambio del modelo de empresa, que ya no son esos enormes conglomerados industriales donde la mayoría de los trabajadores encontraban, de manera relativamente sencilla, la identidad de clase. Hoy funcionan en red, en cadenas de subcontratación y han encontrado fórmulas para externalizar los riesgos. Llevamos tres o cuatro décadas de una hegemonía del pensamiento neoliberal que ha provocado que la mayoría de la población se interprete a sí misma en claves muy individualistas, también en el mundo del trabajo. Pero el sindicalismo continúa siendo un elemento de reorganización y de resignificación de esas nuevas realidades para la clase trabajadora. Y su función es la de generar vínculos de interés colectivo entre personas que están en situaciones muy distintas. No es lo mismo un trabajador que lleva 25 años en una empresa automovilística que un empleado público, un rider o el operario que está en la tercera cadena de subcontratación. ¿Qué es lo que tenemos que hacer? Yo creo que ser útiles en todas las situaciones y tratar de ligar el interés de clase. Para hacerlo debemos estar muy cerca de la gente y seguir luchando por una negociación colectiva que implique situaciones tan variadas. 

Pero la capacidad de influencia del sindicalismo parece haber disminuido. Alguno de los nuevos políticos de izquierda minimizan su histórico papel vertebrador.

Yo creo que no ha disminuido. A veces falta un poco de visión comparada de cómo son las relaciones laborales en España, en Europa y, me atrevo a decir, que hasta en el mundo. Muchos se sorprenderían si supieran que uno de los países donde los convenios colectivos protegen a un mayor porcentaje de trabajadores es España. Aquí, más del 80% de las personas que trabaja siguen teniendo un convenio colectivo de referencia. Y eso, pese a la reforma laboral.

Llevamos tres o cuatro décadas de una hegemonía del pensamiento neoliberal que ha provocado que la mayoría de la población se interprete así misma en claves muy individualistas, también en el mundo del trabajo

En un país donde la cifra de desempleo ha llegado al 26%, la desigualdad es altísima y sufre un paro endémico, ¿cómo se encara una negociación laboral?

El paro mete miedo y también disciplina. Vivimos una situación de extrema dificultad y una cierta debilidad por los efectos de la reforma laboral. Eso nos ha obligado a hacer sindicalismo en las condiciones más adversas que se podían pensar, lo que no quiere decir que no estemos reconstruyendo cosas. Tan importante es tener conciencia crítica sobre lo que pasa como poner en valor lo que se hace. Que ahora mismo los salarios estén creciendo en el 2,31% significa que estamos incrementando la masa salarial. ¿Y por qué crecen? Porque previamente logramos que no desaparecieran los convenios colectivos. Más de la mitad de la clase trabajadora española vive una situación laboral de extrema precariedad. Por eso digo que organizar todas esas situaciones es terriblemente complicado pero, al mismo tiempo, es nuestro reto: Estamos obligados a adaptar nuevos procedimientos organizativos y nuevas formas de trabajar.

En las últimas semanas, el PSOE ha suavizado su posición crítica con la reforma laboral de 2012. De la derogación ha pasado a la corrección de ciertos artículos. ¿Teme que si Pedro Sánchez llega a la presidencia termine asumiéndola en su totalidad?

Desde que el PSOE está en el gobierno no ha mostrado la voluntad política necesaria, ni tampoco la valentía, de modificar los aspectos centrales de la reforma laboral. Es verdad que llevamos años de inestabilidad, con elecciones muy seguidas, etc, pero no vale escudarse permanentemente en esa falta de mayoría parlamentaria. Nosotros somos conscientes de que trastear el apoyo necesario para derogar la ley era complicado, porque dependía de grupos como el PdeCat que habría que ver cómo hubiera votado, pero creemos que muchos elementos cruciales de la reforma se podían haber revocado y el gobierno no se atrevió a hacerlo pese a tener un preacuerdo cerrado con CCOO y UGT. Para nosotros, la corrección en profundidad de esa norma sigue siendo el punto número 1 de la agenda para la próxima legislatura. 

Más de la mitad de la clase trabajadora española vive una situación laboral de extrema precariedad

¿Se conformarían con una corrección del articulado más lesivo o seguirán exigiendo su completa derogación?

Nosotros pedimos su derogación integral pero también decimos que hay determinadas partes que hay que eliminarlas de forma inmediata mientras que otras se pueden superar por la vía de una negociación sobre el nuevo estatuto de los trabajadores. Por poner un ejemplo concreto: La prevalencia del convenio de empresa sobre el sectorial que puede afectar a la disminución de los salarios hay que derogarlo sí o sí. Sin embargo, las causas de despido o la precarización en la contratación se pueden suprimir por elevación haciendo una norma mejor. 

Pero Pedro Sánchez ya ha dicho que ante el riesgo de ralentización económica preservará la flexibilidad del mercado laboral. Y los datos indican que la temporalidad en España no reportan suficientes ingresos a las familias para salir de la precariedad.

Es que ahora mismo España no necesita leyes laborales aprobadas durante un periodo de crisis, la que hubo entre 2010 y 2016. Eso no lo digo yo ni CCOO. Lo dice el propio Gobierno en funciones, que ha mandado un plan económico a Bruselas donde explica que el 90% del crecimiento del país para 2020 va a depender de la demanda interna, es decir, de los salarios, de las pensiones y de las prestaciones sociales, básicamente. La solución, entonces, parece clara: garantizar que los salarios sigan subiendo en España lo que depende, en gran parte, de la corrección y derogación de la reforma laboral. Creo sinceramente que si el PSOE trabaja sobre la idea del riesgo de crisis para no tocar la ley puede terminar construyendo un discurso económico que va a favorecer las posiciones de la derecha, porque te acabas moviendo en su marco conceptual de que la eficiencia económica es igual a reforma laboral y precarización del empleo como mal menor. Nosotros decimos que hay que corregir la reforma laboral por justicia y por eficacia económica.

Desde que el PSOE está en el gobierno no ha mostrado la voluntad política necesaria, ni tampoco la valentía, de modificar los aspectos centrales de la reforma laboral

¿Cree que las propuestas económicas que Unidas Podemos (UP) presentó al PSOE para formar un gobierno de coalición eran asumibles?

Asumibles en su literalidad por el PSOE no lo sé porque son partidos distintos pero sí podían haber servido para alcanzar una síntesis programática perfectamente razonable para abrir un proceso de negociación. No me cabe la menor duda. Había diferencias pero las propuestas de UP, por mucho que algunos las hayan intentado demonizar, son equiparables a las de un partido socialdemócrata de hace dos décadas. Creo que una política redistributiva más ambiciosa, una recuperación de la inversión en servicios públicos, una política laboral distinta y una estrategia para la transición ecológica y digital es la base de la negociación para un programa de gobierno más o menos compartido. Pero un acuerdo de esta magnitud no se logra en tres horas.

¿Considera posible un acuerdo entre UP y PSOE tras las elecciones del domingo?

Nosotros nunca apostamos por una fórmula determinada de gobierno porque no nos incumbe pero sí por un acuerdo de carácter progresista, con coalición o sin ella. A partir de ahí, con lo que ha ocurrido, va a dificultar muchísimo que se recomponga un diálogo más o menos leal entre estas dos organizaciones. Pero, sinceramente, ese tampoco es el problema. Es que si los números dan para conformar una mayoría progresista están obligados a intentarlo. 

las propuestas de UP, por mucho que algunos las hayan intentado demonizar, son equiparables a las de un partido socialdemócrata de hace dos décadas

¿Qué propuesta le ha espantado más en esta campaña?

Pues que los tres partidos de la derecha estén compitiendo por una bajada generalizada de impuestos en un país como España, que tiene una recaudación fiscal 7 puntos de PIB inferior a la media de la Unión Europea. Es que con ese planteamiento programático nos meten en un deterioro brutal del modelo social o nos quiebran. Es que no hay vuelta de hoja. Para un país que tiene el 100% de PIB en deuda pública y 7 puntos de recaudación menos, que son 90.000 millones de euros al año inferior a la media europea, ir a una bajada generalizada de impuestos como quiere hacer el PP en Madrid es llevarnos a una situación de riesgo temerario. España no puede volver a un proceso de devaluación interna ni a una pérdida de peso de los servicios públicos porque puede arrastrar a la ciudadanía a una desafección de lo político y lo colectivo muy peligroso. 

Ya está abierto El Taller de CTXT, el local para nuestra comunidad lectora, en el barrio de Chamberí (C/ Juan de Austria, 30). Pásate y disfruta de debates, presentaciones de libros, talleres, agitación y eventos...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

8 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. José Luis

    Quisiera "agradecer" al "sindicato" que dirige Unai Sordo y al otro, todo lo que hicieron por evitar el poder autoritario del empresariado del sector de Grandes Almacenes cuando les firmaron hace tres años el convenio colectivo que nos condenó a tener 6 fines de semana libres, a trabajar gratis los domingos y festivos y que contiene una cláusula que permite absorber la subida salarial anual de casi 300.000 trabajadores, que dado que el convenio no limita la contratación a tiempo parcial, ya son mayoría quienes cobran unos 600 euros. Muchas gracias señor Sordo.

    Hace 5 años

  2. José Luis

    ¿Poder autoritario del empresario? ¿Se refiere a los 6 fines de semana libres al año, trabajo gratuito en domingos y festivos, y cláusula de absorción de la subida salarial anual que el "sindicato" de este señor, y el otro "sindicato" mayoritario, le firmaron hace casi 3 años ya en el convenio a los empresarios de ANGED, la patronal de Grandes Almacenes? Un convenio que como no limita la contratación a tiempo parcial ha permitido que la mayoría de trabajadores de este sector de multinacionales millonarias no ganen más de 600 euros. PEDAZO DE ... Ponganle el adjetivo que mejor califique esta traición y venta al por mayor del futuro y la vida digna de casi 300.000 trabajadoras y trabajadores.

    Hace 5 años

  3. NUBEROJA

    La tragedia de los trabajadores es tener sindicatos dirigidos por vividores.

    Hace 5 años

  4. NUBEROJA

    soy socio de CTXT y no me publicáis los comentarios. ¿ podriáis darme una razón para ese proceder tan inexplicable?

    Hace 5 años

  5. NUBEROJA

    El drama de los trabajadores y en general de las clases populares es tener unos sindicatos vendidos al capital. Dirigidos por auténticos sinvergüenzas. Aún recuerdo- entre las infinitas canalladas que han perpetrado estos burócratas indignos- la fotografía de estos sátrapas con el gobierno firmando acuerdos de mierda el día anterior a que culminase en Colón las Marchas de la Dignidad done no estuvieron estos vividores sino sus compinches en el control del pueblo ( la brutal policia de este Régimen odioso)

    Hace 5 años

  6. S.I.N CURRO

    Qué artículo más oportuno, éste es el foco más importante en el q todos los trabajadores deberíamos tener PPresente estas elecciones.

    Hace 5 años

  7. Sílver

    Unai Sordo, una de dos, o se hace el bobo, o nos quiere hacer bobos a los demás (algo frecuente, por otra parte, en el dúo dinámico sindical formado por CCOO y UGT. Porque lo que el T.C. ha sentenciado estaba recogido no ya en la Reforma Laboral del PP (2012) sino desde 1980, incluidos los tres gobiernos del PSOE y su propia Reforma Laboral. ¿No se les había ocurrido antes a estos avezados sindicalistas a elevar al T.C. una cuestión de inconstitucionalidad sobre estas reformas? Más detalles en: https://laboro-spain.blogspot.com/

    Hace 5 años

  8. Ed Vinhas

    Tenemos que comenzar a plantear un escenario de Huelga General contra ese esperpento que fue la reforma laboral del PP. Hay que comenzar a luchar por nuestros intereses de una forma clara. Esta sentencia del TC es un atentado contra los derechos de los trabajadores, y el TC solo está aplicando la ley que aprobó el PP.

    Hace 5 años

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí