El factor Cipolla
En MAD, un biotopo rico en leyendas urbanas, se habla de cerebros que trabajan para el fracaso de un gobierno marxista-bolivariano-etarra
Guillem Martínez Madrid , 22/12/2019
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1- Bueno, han pasado ya unos días, por lo que se puede afirmar, con la perspectiva que da el tiempo, que lo de Luxemburgo ha sido descomunal. Una tunda. Un chorreo. El TS se ha metido solito –fue él quién creó el caso y no las defensas– en un marrón. El marrón, de por sí, es notorio. Conculcación de un derecho fundamental. Wala. No se había producido un varapalo semejante a la Justicia esp –fue vía colleja también al TS, y de rasqui al TC– desde la solemne clausura europea de la doctrina Parot, una politización en la Justicia encaminada no a solucionar un problema, sino a rentabilizarlo, a visualizar, en el mercado electoral, la hombría y el patriotismo del pack PP frente a otros legisladores blandengues. En un biotopo en el que es poco probable reintroducir la pena de muerte, la doctrina Parot fue algo que, semánticamente, se le parecía. En aquel caso, quien paró la cosa no fue el TJUE –que son narices– sino el TEDH –que, en efecto, son otras narices, también gordas–. Pero lo más alarmante no es ya todo esto, sino su sombra.
2- La sombra de la sentencia de Luxemburgo abarca muchos tramos del sistema esp. Afecta a la judicialización de la política –es decir, a un gobierno, el de Rajoy, Fiscalía General, TC, AN, TS–, pero también al rey, que en su discurso del 3-O dio solvencia a la teoría, sumamente excéntrica, de que el procés no era lo que observaba la ciencia –una payasada, esa cosa que se soluciona con tartas de nata–, sino un golpe de Estado I+D, sumamente meditado y con posibilidades. Por lo que se tenía que judicializar la política, a lo bestia, como defendía en el CEDA –PP, C’s. Vox–, y el pack medios. Es decir, el punto 3.
3- Es decir, el pack constitucionalismo. El constitucionalismo –PP, C’s, Vox, medios, Fiscalía General, TC, AN, TS y, según se vio el 3-O, el rey–, es la gran aportación intelectual de Aznar. En su día fue ralentizada, por los pelos, por la sentencia a la doctrina Parot, y por la victoria electoral imprevista de ZP. Supone una reinterpretación de la CE78 que posibilitó la incorporación al sistema de la extrema-derecha no incorporada en el 78. Es decir, de sus fantasías. Por definición, la reforma hermenéutica de la CE78 que supone el constitucionalismo, implica una separación confusa de poderes, a partir de un criterio democrático: ganar las elecciones. Quién gana, zas, se lo queda todo. Los ejes políticos del constitucionalismo son una lectura nacionalista y ultraliberal del texto consti. Y la implicación absoluta de la política en la economía –o, mejor, en la empresa; la privatización de las Cajas ha sido, tal vez, su punta, su do de pecho, su capilla Sixtina–.
4- El constitucionalismo es la forma latente del Estado, que se intensifica –que trasciende a la economía– en los periodos de victoria de la derecha esp. La sentencia de Luxemburgo es –como otras sentencias venidas de Europa, y que suelen afectar a la banca esp, esa bestia que campa a sus anchas en el país en el que madura el constitucionalismo– un asombro europeo hacia el fenómeno. Y, por lo mismo, recibida a navaja –que es como Palafox decía que se debía recibir a los franceses– por la derecha esp. De hecho, Vox ha utilizado la sentencia para presentar en sociedad la cosa ‘Espexit’. Lo de la sentencia no es una victoria del procesismo. O, al menos, sólo ha participado en modo dummy en ella. El procesismo, de hecho, no ha aportado ninguna herramienta democrática en su trayectoria –salvo esta oportunidad de describir el sistema esp, de la que no saldrá ninguna descripción operativa desde el procesismo–. Tan solo ha aportado todo lo contrario. Una lectura populista y nacionalista de la mayoría absoluta, de la que las derechas esp, que ya sabían un güevo, han tomado, glups, buena nota.
5- Pues bien, por primera vez ha aparecido la posibilidad de torearse el constitucionalismo. Ahora, la negociación de ello está en la ventanilla PSOE-ERC. De salir un acuerdo, el invento supondría la formación de una mayoría integrada por PSOE, y por otros partidos –UP, otros nacionalismos distintos al esp– con serios problemas con la CE78 y, más aún, con la lectura de la CE78 que realiza el constitucionalismo. Sería una mayoría con cierta capacidad de chulear al constitucionalismo. Relativamente. Es decir, sin capacidad de realizar grandes cambios estructurales, sin medios de comunicación y sin presencia en los altos cuerpos del Estado. No sería ni un gobierno ni una mayoría rupturista –la Comisión UE ha dado su Ok al gobierno de coalición, lo que permite visualizar, antes de lo que es, lo que no es; será moderado–. Aún así, las posibilidades sociales y políticas se multiplican, en comparación con lo que ofrece el constitucionalismo. Y, por encima de todo, resulta sexy la capacidad de emitir, cotidianamente, otra hermenéutica, de ampliar marcos, de apostar por una legalidad estable, posible, en la que participan grupos que no encajan en la legalidad restrictiva y patológica constitucionalista.
6- La pregunta es: ¿Habrá Gobierno de coalición? ¿ERC apostará o se rajará tras la sentencia de Luxemburgo? ¿Cómo está el asunto después de la sentencia?
7- Diría que bien. Gracias a la sentencia de Luxemburgo, el PSOE se puede quitar de encima las aportaciones y el legado del Gobierno anterior frente al tema cat. La judicialización. El discurso de absoluto-respeto-a-la-legalidad–vigente, que mantienen los gobiernos esp incluso en momentos históricos sin legalidad vigente, puede ser utilizado por el Gobierno provisional gracias a una sentencia, de obligado cumplimiento, que invita, en su grado inferior, a la libertad de Junqueras y, en su grado superior de interpretación, a enviar a paseo la sentencia. Es, vamos, un respiro para el PSOE, con el constitucionalismo subido a su chepa. Por otra parte, también otorga valor de oportunidad a ERC. Gracias a esa sentencia, ERC dispone de una carta fuerte con la que negociar. La solución a un problema, entendido en Europa como un problema de difícil solución judicial sin mear fuera del tiesto. Es curioso, pero el poder judicial esp ha participado estos meses evitando la discusión de un problema, y el poder judicial comunitario, facilitándola. Lo que es una metáfora del poder judicial esp, ese objeto constitucionalista.
8- Entonces, ¿cuál es el problema?
9- El problema para un pacto PSOE-ERC es, como su nombre indica, el PSOE y ERC.
10- Esto se entiende mejor si les endoso una descripción de los ulteriores PSOE y ERC.
11- El PSOE es un partido que, pudiendo haber enhebrado el punto 5 este verano, cambió de marco, lo hizo todo más difícil y convocó unas elecciones salvajes en otoño, a las que concurrió con el marco modulado por las derechas esp. El nacionalismo. No ganó nada en esas elecciones, salvo que la extrema derecha nacionalista aumentara, lógicamente, su presencia en el Congreso. Es importante saber que todo este arriesgado malabarismo lo hizo Sánchez solito, alejándose de los consejos de sus asesores más próximos. Es decir, lo hizo un PSOE mínimo, vertical –jamás, me dicen los psoelólogos, fue tan vertical–, arbitrario, sin gran capacidad de cálculo. Suicida, incluso. Adjetivos que se deben tener en cuenta en esta negociación. Una negociación en la que diría –a través de fallos comunicativos, como el de Ábalos anunciando a los pastorcillos que ERC había abandonado la unilateralidad, algo que, si se produce, no se debe comunicar– que el PSC participa poco. O, al menos, no participa como traductor de ese lenguaje mítico del procesismo, en el que nada es lo que se dice, y que esconde una cultura política similar. El procés, en fin, esa estafa fundamentada en el lenguaje y en su reproducción seriada en medios, solo podía haber ocurrido en Esp.
12- ERC es otro partido vertical. Tan vertical que a) no ha dado cuenta de las tácticas que le impidieron acceder al liderazgo político en Cat frente a una CDC corrupta y gagá. Su b) participación en el programa de austeridad más radical en todo el Estado. No ha meditado sobre el c) fracaso de concurrir junto a CDC en 2015, sobre el d) error político de asumir en solitario la organización de un referéndum el 1-O –una operación con muchos riesgos legales y escasas posibilidades de éxito–; e) su responsabilidad en la toma de decisiones tras el 1-O –fatales, antipolíticas, propagandísticas–; y su f) responsabilidad en la toma de decisiones del 25-O –se decidió, a un alto coste ético, personal y político, mentir a la sociedad cat el 27-O–. Por otra parte, a principios de 2019 decidió, por ceremonias procesistas de chicken game, no votar los Presupuestos. Es decir, concurrir a las primeras elecciones en las que entró la extrema derecha en el Congreso, fortaleciendo su discurso. Con la que ha caído –encima de ellos, además– tampoco parece haber meditado mucho sobre la colaboración en la creación en Cat de un lenguaje nacionalista, sustentado en mitos del populismo nacionalismo europeo, y que sólo beneficia al populismo nacionalista derechista cat.
13- Estos currículums no descartan la tragedia. La tragedia, para los antiguos, era el Destino. Más para acá, es la estupidez. La estupidez, según Carlo Cipolla [historiador económico italiano], consiste en que alguien cause daño a otras personas no solo sin obtener ganancia personal alguna, sino provocándose daño a sí mismo. O puntos 11 y 12. Cipolla, ya puestos y para hacer unas risas, dividía los sujetos políticos y económicos en cuatro grupos. Inteligentes –benefician a los demás y a sí mismos–, incautos –benefician a los demás, pero no a sí mismos–, estúpidos –lo dicho–, y malvados –perjudican a los demás, si bien se benefician a sí mismos–. Para Cipolla y hasta para el gato, era preferible un malvado a un estúpido. Lo que tal vez explica la inteligencia colectiva que vota derecha en Esp, Cat, UK. O en Lima, me temo.
14- Se han producido momentos de estupidez en las negociaciones PSOE-ERC. Más si uno tiene en cuenta lo que me explicó un alto responsable de los pactos PSOE-UP. No me explicó nada de los pactos PSOE-UP, pero sí una regla universal de los pactos: “Mejor hacerlos en las fiestas navideñas. En las fiestas navideñas todo cuela, todo se olvida”.
15- Tanto a PSOE –presionado por el constitucionalismo–, como a ERC –presionado por el chickengamismo–, les iría de perlas pactar antes que Papá Noël vuelva con mamá Noël. No hacerlo nos lleva, directamente, y sin pasar por la casilla de salida, al punto 13.
16- Aún estamos en frame navideño. Y parece ser que algo se mueve. Calvo ha hablado de respeto absoluto a la sentencia de Luxemburgo, de obligado cumplimiento. Lo que, salvo el factor del punto 13, equivale a aceptar un duro correctivo al TS. Lo que es importante. Mucho. Si bien también hipotético. El correctivo al TS se lo debe propinar el propio TS, un ente constitucionalista. O, si nos ponemos cipollas, malvado, antes que inteligente. A su vez, ERC, en su segunda entrega de su Congreso, ha fijado que la indepe es “irreversible”. Pero, nanoniano, la ha alejado de una agenda próxima. Ha establecido que el referéndum es la solución, y ha establecido no uno, sino tres mecanismos para acceder a él. No solo uno, sino dos son unilaterales. Un número muy alto como para considerarlo. El Congreso, diría, ha sido un mecanismo de comunicación para comunicar –antes al votante que al PSOE– que habrá pacto si hay un giro en la tendencia a judicializarlo todo. Una buena nueva que viene, no lo olvidemos, de arriba, de Europa. Es más que asumible. Es obligado asumirlo.
17- Desde ERC se espera al lunes y a la propuesta de la abogacía del Estado para materializar el pacto. La buena noticia es que en su día, el 13 de junio, la abogacía se pronunció por dejar que Junqueras fuera a Bruselas a por sus papeles. La mala es que el Gobierno, en el trance de presionar a la abogacía para que, en el juicio al procés, pasara de rebelión y apostara por desobediencia, vio como al súpercicuta de la abogacía se le caían los anillos y, posteriormente, dimitía. La abogacía, alto cuerpo del Estado, es constitucionalismo. O, según Cipolla, una parte de lo malvado. En sus manos está no sólo recoger desde la cultura democrática la sentencia de Luxemburgo, sino no impedir –constitucionalismo; malvado– un gobierno progresista. Los altos cuerpos, como los cuerpos, a secas, se deben a su cuerpo.
18- Si falla la abogacía, puede fallar, o no, el punto 13. Que es lo único que quedaría.
19- Sobre la fortaleza sobria de la sentencia de Luxemburgo y su capacidad de cambio sobre lo inamovible. Puigde ya es eurodiputado. Es posible que en breve tenga una oficina, como parlamentario europeo, en BCN. Y que fije su residencia en Perpinyà, a donde se encaminarían las procesiones procesistas. Es decir, la presión sobre ERC será descomunal desde la escuela procesista –para Cipolla, malvada–. Más desde la última encuesta del CEO. ERC sube un potosí, y JxC baja lo suficiente como para perder. El procesismo suma la cifra histórica de 80 diputados. Si con menos prometieron la indepe en 18 meses, ahora podría prometerla en 17. La opción tripartit –ERC, PSC, Comuns– empieza a aparecer como una posibilidad verosímil, no obstante. Esa posibilidad, que se hable abiertamente de ella, ya es un indicio de pacto con el PSOE. Lo que puede suponer a su vez un aumento de la presión de JxC. En esta crisis de régimen, en Cat lo único que salva a los partidos de la ruina, de su crisis, de su pérdida de unión, es el reparto de sueldos en la Gene, lo único que queda de la amplia gama de accesos al botín de cuando el pujolismo. Una sombra de una sombra. Pero efectiva, tal y como está el patio. JxC –lo malvado– matará por ello.
20- Sobre presiones al PSOE. En MAD, un biotopo rico en leyendas urbanas, se habla de cerebros –Martínez: constitucionalistas; Cipolla: malvados– que trabajan para el fracaso de un gobierno marxista-bolivariano-etarra. Tras el fracaso, elecciones. O el plan B: un gobierno tecnócrata, presidido por un no diputado: Manuel Valls. Esta sería la labor de francotiradores en MAD y en BCN. El punto clave para valorar la verosimilitud de todo esto es si en MAD y en BCN hay más francotiradores que mamporreros. Cipolla, al grupo malvados, también le llamaba bandidos. Es el único grupo, de los cuatro que fija, con dos nombres.
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Autor >
Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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