Querido CTXT: antes de tu nacimiento el 15 de enero de 2015 no sabes la de veces que te había soñado. Ya no es necesario, aquí estás. Cinco añitos y te sigo viendo como el primer día. Rebosas salud y libertad.

Rescataste a los que como yo nos sentíamos huérfanos de periodismo. La propaganda barata mata y por aquellos años era lo habitual. Encontrar un periódico que tratase con dignidad la persecución, racismo y discriminación de la población gitana no era habitual. Lo común era leer noticias como “el rey de los gitanos” “el clan de los…”, “Los gitanos son…”

Hiciste algo que aún no había hecho nadie. Un mapa europeo sobre la persecución de la población gitana. Ese trabajo, todavía hoy, y a pesar de presupuestos millonarios, no lo ha hecho nadie. Ni tan siquiera organismos europeos, organizaciones que dicen representar los intereses de la población gitana, universidades, nadie.

Desde aquí sólo me queda darte las gracias. Gracias por ser, gracias por estar, gracias por poner en el centro del debate con rigor y seriedad a los débiles, a los que normalmente no disponen de un altavoz para que su voz pueda ser escuchada. Por ser un medio como diría Galeano “sentipensante”. Por ser fuerte con los fuertes.  Por vuestro compromiso.  Y sobre todas las cosas por contar con un director que no solo tiene la sensibilización necesaria para tratar todos estos temas, sino que es un gran conocedor de la realidad de esta población. Eso es en este tiempo un rara avis. Lo habitual es que la mayoría de medios, periodistas incluidos la desconozcan  por lo que cualquiera está validado para hablar en nombre de los gitanos como si de un ente se tratara. Por extraño que parezca tenemos en este país cientos de periodistas que piensan que, en su trabajo, el conocimiento de la población más perseguida de Europa no va con ellos. Al parecer eso es cosa de gitanos. Así que con este panorama todo vale, cualquiera puede hacerlo y cualquier cosa que digan será aceptada como animal de compañía. Así que, Miguel, gracias por amar tu profesión en la forma que lo haces, sin prejuicios, con dedicación, y por devolver al periodismo toda la dignidad que había perdido.

¡Salud y Libertad!