MICHAEL LÖWY / SOCIÓLOGO MARXISTA
“Solo un movimiento revolucionario de masas puede acabar con el capitalismo”
Esther Peñas 9/02/2020
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Hablar de marxismo hoy en día exige una referencia obligada: la de Michel Löwy (Sao Paulo, 1938), quien además es uno de los más firmes impulsores del ecosocialismo anticapitalista. El que fuera director de investigación del Centro Nacional para la Investigación Científica en Francia acaba de publicar Cristianismo de liberación (El Viejo Topo), un ensayo en el que construye un espacio de entendimiento y lucha conjunta entre revolucionarios cristianos, ateos y agnósticos a partir de la relectura de ciertos clásicos como Marx, Engels o Bloch, pero también de Benjamin o Boff.
Modificando la definición que algunos revolucionarios franceses daban de sí mismos, ¿podría decirse que somos marxistas porque somos cristianos?
Bueno, yo lo formularía de forma un poco distinta: “Somos marxistas porque incorporamos y ponemos en práctica el mensaje revolucionario del Evangelio”.
¿Usted cree, como Gramsci, que “la religión es la utopía más gigantesca”?
Es una fórmula un poco enigmática, que puede ser interpretada de diferentes maneras. Creo más bien que muchas de las más grandes utopías tienen raíces religiosas.
¿Por qué no ha arraigado la teología de la liberación (o el cristianismo de liberación, como usted menciona) en Europa, un continente tan apegado al cristianismo?
Porque el cristianismo de la liberación es un movimiento característico de los países del Sur, dominados por una oligarquía feroz, en alianza con el imperialismo norteamericano. Son países en los cuales la desigualdad es mucho más brutal que en Europa, la pobreza es masiva, y las luchas sociales bastante radicales. En Europa hubo una izquierda cristiana bastante avanzada, entre las décadas de los 50 y 80 del pasado siglo, pero después perdió mucha de su influencia. El pueblo en Europa no es tan creyente como en América Latina, y no hubo en el Viejo Continente algo similar a la Revolución Cubana.
¿Sólo un ateo puede ser un buen cristiano, como apuntaba Bloch?
No lo creo... Es una fórmula paradójica. Bloch rechaza la idea de un “Dios todopoderoso”, Monarca divino del Universo, pero cree en el mensaje social subversivo del cristianismo originario. Esto es, creo, lo que significa su expresión. Pero me parece equivocada su formulación exclusiva: “Solo”.
Para la teología de la liberación, el desarrollo industrial, las nuevas técnicas y la modernización de la producción, lejos de solucionar los problemas sociales del continente los agravan e intensifican. Pero, ¿es posible repensar un mundo en el que las nuevas tecnologías y técnicas de producción sean otras? Parece que no somos capaces de ofrecer un modelo distinto al existente, lo cual me hace pensar que quizás el capitalismo no esté tan moribundo como algunos piensan…
Uno de los modelos alternativos al capitalismo es el ecosocialismo, que plantea una nueva civilización, basada en valores socialistas, así como en el respeto por la Madre Tierra
El capitalismo está en crisis, pero para nada moribundo... Walter Benjamin decía con razón que “el capitalismo nunca va morir de muerte natural”. Solo un movimiento revolucionario de masas puede acabar con él. Existen varios modelos alternativos al capitalismo. Uno de los más interesantes es el ecosocialismo, que plantea una nueva civilización, basada en valores socialistas y democráticos, así como en el respeto por nuestra casa común, la Madre Tierra. Esto incluye nuevas formas de tecnología, pero como resultado de una reorganización radical del proceso productivo, gracias a una planificación ecológica democrática.
¿Qué papel tienen las iglesias neopentecostales –tan retrógradas– en el ascenso de la extrema derecha? Por otro lado, ¿qué ocurre en Brasil que el Partido de los Trabajadores no ha sido capaz de convencer?
Estas iglesias, verdaderas empresas capitalistas de producción para un mercado de bienes religiosos, tuvieron un papel importante en la victoria del siniestro capitán Jair Bolsonaro, neofascista tropical. El Partido de los Trabajadores no logró convencer porque algunos de sus líderes estuvieron metidos en casos de corrupción (aunque menos que los partidos de derecha), y porque desde hace años dejó de hacer un trabajo de base. Pero es verdad que su candidato, Fernando Haddad, tuvo que enfrentarse a una violenta campaña de fake news, vía un sistema masivo de envíos por WhatsApp.
Dentro de esta fraternidad que usted propone entre cristianos revolucionarios y revolucionarios ateos y agnósticos, ¿qué papel jugaría la mujer?
Las mujeres son las principales organizadoras de las comunidades de base cristianas y de las pastorales populares. Tienen, por tanto, un papel importante en la participación de los cristianos en los movimientos sociales y políticos de izquierda. Pero no creo que en América Latina las relaciones se hagan en términos de “cristianos” y “ateos”...
Para Marx, el capitalismo es un sistema de explotación; usted afina y añade que también es un sistema de destrucción. ¿Estamos a tiempo de revertir este progreso (Benjamin decía que el progreso es la catástrofe)?
La revolución son los frenos de emergencia para parar el tren del “progreso” capitalista, que nos lleva al abismo
La lucha para impedir que se produzca la catástrofe ecológica destructora de la vida impulsada por el capitalismo es fundamental. Como también decía Benjamin, la revolución son los frenos de emergencia para parar el tren del “progreso” capitalista, que nos lleva al abismo. ¿Lograremos hacerlo a tiempo? No lo sé. Pero, y ahora cito a Bertolt Brecht, “quien lucha puede perder, quien no lucha, ya perdió”.
A cualquier orden católica, pero en especial a los jesuitas, se les exhorta a mantenerse al margen de cuestiones políticas. En este sentido, ¿el papa Francisco es una excepción en la política vaticana?
¡No! En realidad, tanto los jesuitas como los papas siempre hicieron política. Durante siglos fue la política de las clases dominantes. Para los jesuitas esto empieza a cambiar en los años 70, cuando el Padre Arrupe deviene en General de la orden. Muchos jesuitas (pero no todos) participaron en el cristianismo de la liberación. El papa Francisco es una excepción en el Vaticano, porque su política pastoral se orienta hacia las clases oprimidas, los pobres, y se preocupa por nuestra Casa Común, amenazada por el capitalismo. No hubo nada parecido en el pasado...
Tal vez el ‘problema’ es que cuando los intelectuales o las figuras de referencia (en cualquier orden) disienten del discurso oficial (usted vindicando el cristianismo de liberación, el papa Francisco atacando a la raíz del capitalismo) se neutralizan a sí mismos, ya que sus feligreses se sienten incómodos. No sé si ha experimentado usted esto.
Nuestros discursos no se neutralizan sino que se refuerzan mutuamente... Pero sin duda hay resistencias. Menos en el campo de la izquierda que, en general –salvo algunas excepciones–, acepta la convergencia con el cristianismo de la liberación, que en la Iglesia, donde existe una fuerte oposición de derechas, reaccionaria y regresiva, al Papa Francisco.
Si usted fuera un hombre de fe, ¿sería cristiano?
Como no soy un “hombre de fe” me resulta difícil contestar esta pregunta... Soy judío por mi origen y trabajé sobre la relación del mesianismo judío con las utopías revolucionarias. Pero soy latinoamericano, y tengo una gran simpatía y afinidad con el cristianismo de la liberación...
Hablar de marxismo hoy en día exige una referencia obligada: la de Michel Löwy (Sao Paulo, 1938), quien además es uno de los más firmes impulsores del ecosocialismo anticapitalista. El que fuera director de investigación del Centro Nacional para la Investigación Científica en Francia acaba de publicar...
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