gradas sin nadie
El fútbol no es un programa de televisión
Colectivos de aficionados se quejan de que los clubes prioricen en estos momentos la economía a sus seguidores y reclaman que el fútbol no vuelva hasta que puedan ir a los estadios
Ricardo Uribarri 16/04/2020
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“No hay nada menos vacío que un estadio vacío. No hay nada menos mudo que las gradas sin nadie” dijo una vez el escritor uruguayo Eduardo Galeano. Esa situación parece que será habitual el día que vuelvan a disputarse partidos de fútbol en España y en otros países por una cuestión de prevención a causa de la actual pandemia que vivimos. De hecho, la actual presidenta del Consejo Superior de Deportes (CSD), Irene Lozano, ya ha anunciado que así será, y en Italia incluso dicen que no habrá público en los campos hasta que no haya una vacuna. Algo que muchos asumen y defienden como inevitable. Sin embargo, nadie se imagina que se celebre un concierto sin público; ni que se represente una obra de teatro sin espectadores; ni que se proyecte una película en un cine al que nadie puede asistir. ¿Por qué el fútbol debe ser diferente?
Eso se preguntan muchos aficionados que defienden la idea de que las competiciones no se deberían volver a disputar hasta que las circunstancias permitan la presencia de público en los campos. Eso choca con la necesidad imperiosa que tienen los clubes de acabar la temporada para poder cobrar la parte de dinero de los contratos televisivos que aún no han recibido. Todo lo demás da la sensación de que es prescindible. Incluso un colectivo, el de los seguidores, al que en las buenas todos alaban y presumen de su necesidad, pero al que, una vez más, se ignora cuando se toman decisiones que les afectan directamente. Una realidad ante la que se rebelan y frente a la que quieren hacer oír su voz.
Nadie se imagina que se celebre un concierto sin público; ni que se represente una obra de teatro sin espectadores. ¿Por qué el fútbol debe ser diferente?
La Federación de Accionistas y Seguidores del Fútbol Español (FASFE), emitió hace unas semanas un comunicado que finalizaba con una frase que resume perfectamente su sentir en estos momentos: “La salud es más importante que el fútbol, pero los aficionados son más importantes que el negocio”. Así debería ser, pero existen numerosos ejemplos en los últimos tiempos que contradicen a la segunda parte de la frase. El secretario general y portavoz de FASFE, Emilio Abejón, afirma a CTXT que “el fútbol es un evento social y cultural al que si le dejas sin la presencia de público pierde todo su sentido. En ese caso se convierte en un programa más de televisión, en un reality, en algo a lo que yo me niego a llamarle fútbol. Entendemos esta situación como una muestra más de que hay gente que no entiende lo que significa este deporte en sus más de 100 años de existencia. Lo razonable para nosotros es que cuando las autoridades consideren que se pueden volver a realizar espectáculos públicos, será el momento en que se deberá empezar a competir. Dentro de las posibles soluciones, es la menos mala. Entendemos que hay otros actores en el mundo del fútbol que tienen intereses distintos, que no decimos que no sean legítimos, pero que deberían estar supeditados a la realidad del momento. Nosotros queremos que el fútbol vuelva cuando toda la gente que concurre a un evento deportivo, como los propios deportistas, los seguidores o los medios de comunicación, tengamos nuestra seguridad garantizada y no corramos ningún peligro de salud pública”.
En el debate de cómo conjugar los derechos de los aficionados con los intereses económicos de los clubes, Abejón señala que “hay que pensar que existen sectores infinitamente más importantes que el fútbol a nivel económico que se han visto paralizados por el estado de alarma. Por eso, no creemos que se deben hacer excepciones. En FASFE trabajamos desde hace muchos años por la sostenibilidad económica de los clubes, incluso antes de que a la Liga se le ocurrieran cosas como el control financiero, por lo que no nos pueden acusar de buscar su desequilibrio. Pero pensamos que los clubes de élite españoles deberían tener un colchón para aguantar unos meses y si no es así, a lo mejor es que la Liga no hace bien su trabajo y el estado de bonanza económica de los equipos que tanto han pregonado sus dirigentes no era cierto. Quien quiere reanudar el fútbol de una forma un tanto extraña e incluso totalmente desvirtuada y desnaturalizada es el que debería dar explicaciones”.
Una de las cosas que más molesta al colectivo de aficionados es el ninguneo al que es sometido por parte de los responsables del fútbol español e incluso de las autoridades públicas. “A nuestra organización –señala el portavoz de FASFE– sólo se le ha informado y de manera extraoficial, cuando hemos insistido en hablar con alguno de los dirigentes, pero no sabemos nada de LaLiga. Parece que somos prescindibles, que el fútbol puede avanzar aunque nos extirpen, literalmente, de las gradas. Cuanto menos es injusto, porque los clubes fueron fundados por sus aficionados, los han sostenido económicamente, sentimentalmente y con trabajo voluntario a lo largo de más de un siglo, y el hecho que desde hace pocos años los ingresos de televisión hayan superado a los de los aficionados no es motivo suficiente para recibir este trato”.
En esta situación no se puede olvidar el perjuicio económico que supone para el aficionado no poder asistir a un evento por el que ya ha pagado a través de un abono comprado
En esta situación no se puede olvidar el perjuicio económico que supone para el aficionado no poder asistir a un evento por el que ya ha pagado a través de un abono comprado a principio de temporada. De ahí que estas asociaciones que les representan estén pensando en qué pasos dar para defender sus derechos y reclamar compensaciones. Abejón explica que “estamos en proceso de informarnos para poner reclamaciones por el perjuicio ocasionado e intentaremos hacer casos colectivos en cada club. Pero además de las acciones de resarcimiento económico, también estamos pensando organizar algún tipo de manifestación para que se visualice nuestra profunda decepción y rechazo a una postura de este tipo, porque nos parece inadmisible que se delibere que hacer con el fútbol sin tener en cuenta la postura de las aficiones, que somos, como poco, una parte muy importante del sector”.
En esta lucha, los aficionados podrían encontrar un aliado entre los profesionales. Así ha pasado al menos en Inglaterra, donde la Asociación de Futbolistas ha manifestado a través de su presidente, Gordon Taylor, que, salvo imposición, no se plantean “la opción de jugar a puerta cerrada. No tenemos en mente jugar sin público. Preferiría que se alargara la situación y jugar cuando el virus se haya calmado. Lo contrario sería como un castigo”. De esa misma opinión es el entrenador del Manchester City, Pep Guardiola, que manifestó que “tenemos que preguntarnos si merece la pena jugar al fútbol sin espectadores. Hacemos nuestro trabajo para la gente y si ellos no pueden venir, ¿qué sentido tiene?”.
La vuelta a la actividad en un escenario de campos cerrados al público sería muy perjudicial para los clubes más modestos cuyos ingresos principales no provienen de la televisión
Abejón pide al sindicato español de futbolistas (AFE) que se posicionen en ese sentido: “confiamos en que los jugadores, que serían los trabajadores que tendrían que protagonizar este simulacro de fútbol sin espectadores, bien sea por cuestiones de riesgo para su propia salud y por tener que participar en una pantomima, en un esperpento de espectáculo sin espectadores, tomen la misma postura de sus compañeros ingleses”. Hasta ahora, la declaración más contundente en este sentido la ha hecho Íñigo Martínez, defensa del Athletic Club, sobre la posibilidad de que la final de Copa del Rey, que deben jugar su equipo y la Real Sociedad, se celebre sin público: “Los clubes y los jugadores descartamos esa opción, no la barajamos. Nos deberíamos plantar en esa postura”.
La vuelta a la actividad en un escenario de campos cerrados al público sería muy perjudicial para los clubes más modestos, los que no compiten en Primera y Segunda división, cuyos ingresos principales no provienen de la televisión, sino de otras partidas, como las taquillas y los bares que hay en los recintos. De ahí que se esté barajando por parte de la Federación Española suspender ya las competiciones nacionales a partir de 2ª “B”. De no hacerlo, se podría dar la paradoja de que “las instalaciones municipales en las que juegan la mayoría de estos equipos sólo se abrieran para disputar estos partidos, mientras que el resto de usuarios no pudieran utilizarlas”, señala Abejón.
La protesta de los aficionados no se circunscribe solo a España. En Italia, Francia, Portugal y Países Bajos, diversos colectivos de seguidores también se están movilizando en el mismo sentido, reclamando que el fútbol sólo vuelva cuando los espectadores puedan acceder a los estadios. Unos seguidores que, para mayor escarnio, ven como en algunos países deciden sustituir su presencia en las gradas por maniquís con las caras de personas que hayan comprado una entrada virtual, como en Bielorrusia, o por robots, como en Taiwán. Y es que, como dice Emilio Abejón, “el negocio edificado alrededor del fútbol no es ni bueno ni malo, hasta que llega el momento en que el negocio se come a lo otro”.
“No hay nada menos vacío que un estadio vacío. No hay nada menos mudo que las gradas sin nadie” dijo una vez el escritor uruguayo Eduardo Galeano. Esa situación parece que será habitual el día que vuelvan a disputarse partidos de fútbol en España y en otros países por una cuestión de prevención a causa de la...
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Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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