cambio social
El sur y el este metropolitano de Madrid como sujeto político
La extensa área que se sitúa al sur y al este de la capital mantiene una distancia social con el resto desde hace décadas. De los 16 municipios de más de 25.000 habitantes gobernados por la izquierda en la Comunidad, 13 se encuentran en esa zona
Bruno Estrada / Javier Mayo 6/06/2020
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El pasado 5 de mayo se publicó un estudio titulado Madrid a dos velocidades: Sureste metropolitano vs noroeste residencial en el que se identificaba este espacio social y geográfico que está compuesto por 15 municipios que suman aproximadamente 1,8 millones de habitantes. El sur y este metropolitano de la Comunidad de Madrid reúne características comunes, y propias, que hacen de él un espacio bien definido: en términos de deuda municipal; nivel y composición de renta; desigualdad interna y concentración de esta; grupos sociales en riesgo y en situación de pobreza; tasa de paro; acceso a la vivienda.
En la Comunidad hay 29 municipios1 que superan los 25.000 habitantes; además de la ciudad de Madrid, 11 están situados en el norte y oeste de la región, y las otras 17 ciudades se encuentran en el sur y el este.
La Comunidad de Madrid es una región urbana con una alta concentración de población; estos 29 municipios suman 5,9 millones de habitantes, que suponen casi el 90% de la población de la región. En el municipio de Madrid viven aproximadamente la mitad de los madrileños (3,3 millones) y en el resto de los 28 municipios incluidos en este trabajo residen cerca de 2,7 millones de personas.
En términos políticos, casi 4 millones de madrileños de estos 29 municipios tienen alcalde del PP (11 ayuntamientos incluida la capital), cerca de 1,8 millones tienen alcalde del PSOE (15 ciudades), poco más de 100.000 tienen alcalde de Ciudadanos (2 municipios) y 88.150 tienen alcalde de Unidas Podemos (un municipio).
Por otra parte, hay que tener en cuenta que el gobierno de la Comunidad de Madrid está en manos del Partido Popular desde junio de 1995, es decir, desde hace 25 años. En las pasadas elecciones autonómicas, si bien el PSOE ganó los comicios con un total de 880 mil votos, fue insuficiente frente a la suma de los votos del centro-derecha y la ultraderecha: los casi 715 mil del Partido Popular, los 625 mil votos de Ciudadanos, que quedó en tercer lugar, y los 285 mil de Vox, quinta, permitieron que el PP alcanzara la presidencia en coalición con Ciudadanos y con el apoyo de Vox. En la izquierda, Más Madrid logró cerca de 472 mil votos y Unidas Podemos 179 mil.
Ahora bien, si analizamos estos mismos datos desde una perspectiva geográfica, vemos que 13 de los 16 municipios de más de 25.000 habitantes gobernados por la izquierda en la Comunidad de Madrid2 se encuentran en el sur y este metropolitano.
Es muy importante tener en cuenta que, en una situación de tanta fragmentación del voto, no gobiernan los partidos, sino las coaliciones de partidos que resultan de los acuerdos poselectorales. Así ocurre no solo en el gobierno de la Comunidad, sino en la mayoría de los gobiernos municipales de la región y también en el gobierno de España.
1. Un espacio urbano que concentra la mayor proporción de voto progresista en la Comunidad de Madrid
El conjunto de la izquierda obtiene sus mejores resultados en el sur y este metropolitano. El PSOE obtuvo resultados por encima del 30% del voto en las autonómicas en 15 ciudades del sur y este metropolitano –prácticamente en todas, con las únicas excepciones de Torrejón de Ardoz y Arroyomolinos– y no alcanzó ese porcentaje en ninguna de las ciudades del norte y el oeste, donde su promedio de voto fue del 22,39%. El mejor resultado del PSOE en las autonómicas lo obtuvo en Fuenlabrada, con el 38,7%, mientras que el peor resultado lo tuvo en Boadilla del Monte, con tan solo un 15,9% del voto. Superó el 32% en Alcalá de Henares, Getafe, Leganés, Móstoles, Navalcarnero, Parla, Pinto, San Fernando de Henares, y, por supuesto, en Fuenlabrada que fue, como ya hemos dicho, donde mejor resultado obtuvo. Todas ellas, ciudades del sur y este metropolitano.
Más Madrid y Unidas Podemos consiguieron su mejor resultado en Rivas Vaciamadrid, donde alcanzaron un 21,08% y un 12% respectivamente, y el peor en Pozuelo de Alarcón, donde Más Madrid se quedó en un 7,58% y Unidas Podemos en un 2%.
Si observamos los datos de forma agregada, podemos ver cómo en el municipio de Madrid, entre las tres fuerzas progresistas sumaron el 47% de los votos; en las 11 ciudades del noroeste consiguieron reunir el 37,32%; mientras que en el conjunto de las 17 ciudades del sur y el este metropolitano alcanzaron, entre las tres formaciones, el 54,34% de los votos emitidos.
Resulta interesante analizar la suma de los votos de las formaciones de izquierda (PSOE, Unidas Podemos, Más Madrid e IU) de las tres últimas convocatorias electorales autonómicas (2011, 2015 y 2019), ya que permite ver la evolución y distribución territorial del voto progresista en la Comunidad de Madrid.
El 50% del voto progresista procede de la ciudad de Madrid, entre el 8% y el 9% procede de los municipios del norte y el oeste, y entre el 31% y el 32% del voto progresista corresponde a municipios del sur y este metropolitano. Una distribución que se mantiene muy estable en las últimas convocatorias electorales.
Al analizar la distribución del voto de los partidos en las elecciones autonómicas de 2019 vemos que el PSOE obtuvo el 47,6% de sus votos en la ciudad de Madrid. En las ciudades del norte y el oeste metropolitano obtuvo tan solo el 9,6% de sus votos, y en las 17 ciudades restantes, todas ellas situadas en el sur y el este de la región, el PSOE consiguió el 32,4% de sus votos.
Algo similar sucede con Más Madrid y Unidas Podemos, aunque el sesgo del voto en la capital es mayor en Más Madrid, 55,7% del total, y en el sureste en el caso de Unidas Podemos, de donde procede el 35% de sus votos.
Estos datos son especialmente significativos si tenemos en cuenta el peso relativo de la población. Tan solo 10 municipios (Alcalá de Henares, Alcorcón, Coslada, Fuenlabrada, Getafe, Leganés, Móstoles, Parla, Rivas Vaciamadrid y Torrejón de Ardoz) con un total de 1,6 millones de habitantes concentran el 26,5% de todos los votos a formaciones de izquierda en las pasadas elecciones autonómicas, 405.000 votos progresistas. Estos 10 municipios representan tan solo el 23,6% de la población madrileña. Se da la circunstancia de que todas estas ciudades, además, están regidas por gobiernos progresistas.
2. Un futuro progresista para la comunidad de Madrid pasa por la construcción política del sur y metropolitano
Resulta evidente que el sur y este metropolitano es objeto de una profunda y creciente desigualdad; desigualdad en las rentas, incapacidad de los ayuntamientos para hacer frente a los problemas de los vecinos debido a su endeudamiento, grupos sociales especialmente desfavorecidos, altas tasas de paro, dificultad de acceso a la vivienda y escasos recursos en servicios sociales.
Esta es, en definitiva, la fotografía de esa extensa área urbana que se sitúa al sur y al este de la capital, cuya distancia social con el resto de la región se viene perpetuando desde hace décadas y probablemente se verá incrementada como consecuencia de la crisis derivada de la covid-19.
Objetivamente, los habitantes del sur y este metropolitano están en situación de demandar medidas que compensen estas desigualdades. Para ello, quizá haya llegado el momento de poner en marcha una estrategia desde amplios sectores progresistas del sur y del este de la región que sea capaz de poner sobre la mesa un conjunto de propuestas sobre aspectos tales como movilidad sostenible, vivienda y espacios urbanos, infraestructuras; servicios públicos, energía, digitalización, tejido productivo, empleo, fiscalidad; educación, salud pública, áreas verdes, o alimentación y calidad de vida, entre otros. Un buen marco de encuentro para ello podría ser el terreno programático neutral que ofrece la Agenda 2030.
Posiblemente sea también el momento de que los ayuntamientos del sur y este metropolitano, como instancia de gobierno que son, asuman su papel de instrumentos de cambio social y político. Hay que recordar que no fueron elegidos únicamente para reducir la deuda pública suprimiendo gastos, sino que, desde una gestión responsable, tienen el deber de asumir el compromiso que les corresponde en defensa de los intereses y los derechos sociales de sus administrados; mucho más si cabe en los tiempos que se avecinan.
Hablamos de un territorio que tiene una clara identidad social y que, como acabamos de ver, también tiene o puede llegar a tener una notable identidad política.
En definitiva, creemos que ha llegado el momento de que los partidos y movimientos progresistas en la Comunidad de Madrid, junto a sus ayuntamientos, compartan un programa de mínimos con carácter público; que dicho programa sea el resultado de un consenso integrador en el espacio local; que sirva para que estos movimientos y, especialmente, los partidos del espacio progresista sean capaces de trazar una estrategia más allá del espacio institucional al que ya han accedido; y que entre todos hagan posible un proyecto diferenciado que sea una alternativa al modelo “modernizador” (léase neoliberal) del actual gobierno de la Comunidad.
3. De la identificación de un espacio social a la construcción de un espacio político
Esta gran área urbana en términos sociales del sur y este metropolitano de la Comunidad de Madrid debe proyectar su singularidad en términos políticos.
- Es el espacio geográfico más golpeado en nuestra región por la pandemia de la covid-19, que sitúa a muchos sectores sociales en una posición de especial vulnerabilidad.
- Por ello es necesario alcanzar un gran acuerdo entre partidos, sindicatos, asociaciones de empresarios, ayuntamientos y agentes sociales para la reconstrucción de la economía y la sociedad madrileña, a semejanza del pacto nacional. Este gran acuerdo tiene que ser capaz de presentar una estrategia en la región para afrontar las necesidades y urgencias de los sectores sociales históricamente más desfavorecidos.
- Su elaboración debe ser la consecuencia de un profundo debate sobre el modelo social y, por tanto, no debería ser un acuerdo de élites, sino el resultado de un proceso de trabajo desde el tejido social más pegado al terreno, es decir, desde el ámbito local.
- Dicha estrategia implica la articulación como sujeto político, entre otros, de un espacio de especial relevancia cuantitativa y cualitativa en la Comunidad de Madrid: el sur y este metropolitano, en el que deben jugar un papel fundamental los gobiernos locales, en su mayor parte progresistas.
Notas al pie:
1. Alcalá de Henares, Alcobendas, Alcorcón, Aranjuez, Arganda del Rey, Arroyomolinos, Boadilla del Monte, Collado Villalba, Colmenar Viejo, Coslada, Fuenlabrada, Galapagar, Getafe, Las Rozas de Madrid, Leganés, Madrid, Majadahonda, Móstoles, Navalcarnero, Parla, Pinto, Pozuelo de Alarcón, Rivas Vaciamadrid, San Fernando de Henares, San Sebastián de Los Reyes, Torrejón de Ardoz, Tres Cantos, Valdemoro y Villaviciosa de Odón.
2. Alcalá de Henares, Alcorcón, Arganda del Rey, Coslada, Fuenlabrada, Getafe, Leganés, Móstoles, Navalcarnero, Parla, Pinto, Rivas-Vaciamadrid y San Fernando de Henares.
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Bruno Estrada es economista.
Javier Mayo es investigador social.
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