desigualdad
La investigación científica sobre la covid, marcada por la brecha de género
El Ministerio de Ciencia señala la infrarrepresentación de género en los equipos de investigación sobre la pandemia. Apenas el 28% de los 127 proyectos que están siendo financiados por el Instituto de Salud Carlos III están liderados por mujeres
ctxt 17/06/2020
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La segregación vertical de las mujeres en ocupaciones científicas y de investigación es un problema de largo recorrido, pero la pandemia ha sacado lustre a una desigualdad que se está viendo seriamente agravada por las tareas de cuidados y conciliación que se han disparado con el confinamiento. Así lo asegura un documento publicado por la Unidad de Mujeres y Ciencia (UMYC) del Ministerio de Ciencia e Innovación, donde se recogen algunos datos sobre los proyectos y equipos de investigación que han surgido durante las últimas semanas y donde se puede corroborar los obstáculos que afrontan las mujeres para acceder a la toma de decisiones en un sector esencial en la lucha contra el virus.
Según las cifras que ha recopilado este organismo del Ministerio –que asegura que aún quedan por conocerse más equipos y comités–, apenas el 28% de los 127 proyectos que están siendo financiados por el Instituto de Salud Carlos III están liderados o coliderados por mujeres.
Los datos, malos de partida, son aún más preocupantes cuando se comprueba que, a nivel general, el 40% del personal del entorno científico y de investigación del país es femenino. Es decir, ante una situación de partida ya poco equitativa, el ascenso a puestos de responsabilidad se complica aún más para las mujeres, que terminan chocando con un techo de cristal todavía más latente en tiempo de coronavirus.
Durante los meses de abril y mayo, ellas han publicado cerca de un 20% menos de trabajos académicos
Si bien se trata de problemas con un larguísimo recorrido, el documento apunta a la conciliación y cuidados como los principales propulsores de esta desigualdad de género en materia científica durante el confinamiento. Y, al igual que ocurre con muchos otros sectores, las mujeres se están viendo frenadas incluso antes de poder optar a los puestos de responsabilidad. Aquí, las cifras recopiladas también son elocuentes: más allá de los proyectos que ya está financiando el ISCIII, la presencia de investigadoras en las solicitudes previas que ha recibido el organismo también es muy baja. Solo el 29% de los cerca de 1.360 proyectos que se han presentado ante el Instituto está encabezado por una mujer.
Los datos que ofrece el Ministerio demuestran una mejoría si se atiende a otro de los grandes centros de investigación del país: el CSIC. En este caso, cuatro de cada diez proyectos de la Plataforma de Salud Global del centro –coordinada por la investigadora Margarita del Val– está liderado por una mujer. Un hecho que el Ministerio considera especialmente positivo habida cuenta de que solo un 36% del cuerpo investigador del CSIC es femenino.
Pero la desigualdad que sufren las mujeres en el ámbito de la ciencia o el I+D no solo se limita a la composición final de los equipos que optan a los proyectos. Con las escuelas cerradas y con la población encerrada en sus hogares, la UMYC también advierte que “el confinamiento ha permitido acumular puntos en la carrera por la ‘productividad’ a quien no tiene que conciliar, a quien ha tenido tiempo disponible y de calidad para escribir, lo cual supone un agravio comparativo evidente y una forma de discriminación indirecta hacia las científicas”.
En un ambiente muy competitivo y con altas cargas de trabajo, de nuevo los factores de desigualdad recurrentes –cuidados, conciliación, etc– se refuerzan en un contexto de teletrabajo generalizado, tal y como han demostrado varios estudios recientes. Durante los meses de abril y mayo, ellas han publicado cerca de un 20% menos de trabajos académicos, y existe un importante desequilibrio entre los papers sobre covid que publican hombres y mujeres.
Frente a esto, el documento advierte que la perspectiva de género en el ámbito científico y de la investigación no solo es relevante desde el punto de vista de la equidad de oportunidades, sino que además “el análisis de género de la covid-19 es importante para entender los patrones diferenciados de desarrollo de la enfermedad en hombres y en mujeres, así como para asegurar los mejores tratamientos según las diferencias encontradas”. Es decir, la igualdad entre hombres y mujeres también es esencial para mejorar la praxis técnica y científica en la investigación.
En última instancia, la publicación recuerda el importantísimo papel que han jugado las mujeres en la lucha contra la pandemia en los últimos meses: ellas asumen la mayoría de las tareas de cuidados, tienen una alta presencia en sectores esenciales y representan cerca del 75% del personal sanitario. Un ámbito, este último, donde también se registra una segregación vertical muy acusada que se materializa en los salarios de sus trabajadores, con una brecha entre hombres y mujeres que alcanza el 29,3%.