ENCUESTA MONARQUÍA | OPINIÓN
Un poquito de referéndum sobre la monarquía, por favor
Señor Sánchez, la pelota está en su tejado, y aquí habrá partido, como parecen demandar una mayoría de españoles, si usted pone el balón en circulación
José Luis Martí 13/10/2020
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Acaba de ser publicada en CTXT la encuesta de 40dB. para la Plataforma de Medios Independientes. De las muchas informaciones interesantes que se pueden extraer de ella, déjenme que me centre aquí en la cuestión del referéndum. ¿Deberíamos los españoles poder votar acerca de la continuidad de la monarquía o la instauración de la república? Voy a argumentar que sí. Pero, antes, haré un par de comentarios preliminares. En primer lugar, hay que celebrar esta magnífica iniciativa de la Plataforma, ya que el CIS lleva años escatimándonos información detallada y fiable sobre el apoyo popular a la monarquía en España. Y segundo, ahora que gracias a la prensa extranjera nos vamos enterando cada vez más sobre los desmanes y abusos cometidos por Juan Carlos de Borbón es más apropiado que nunca plantearnos este debate, como ocurriría, quiero pensar, en cualquier monarquía constitucional respetable, como la sueca o la danesa (y sí, sé que el emérito tiene presunción de inocencia, y tendremos que esperar a que se celebre el juicio en Suiza y esperemos que también en el Supremo español, pero mientras tanto su huida, así como la retirada del sueldo y la teatralizada y extemporánea prerenuncia a la herencia por parte de Felipe VI, son indicios de que el reinado de Juan Carlos I no fue el más esplendoroso de la historia de la monarquía).
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Vamos a lo nuestro. A la pregunta de si debería realizarse un referéndum en España para elegir entre monarquía y república, un 47,8% responde afirmativamente, mientras que sólo un 36,1% cree que no, habiendo más de un 16% de indecisos. De acuerdo, el sí a la convocatoria del referéndum no alcanza el 50%, pero supera en casi 12 puntos al no. Y una vez los indecisos se decanten por una u otra opción, no es descabellado pensar que el sí al referéndum supere con claridad la cifra del 50%. Hay una mayoría de españoles con hambre de ser consultados. Es más, dado que la pregunta estaba formulada en términos de necesidad (“crees que es necesario realizar un referéndum…”), no descartemos que algunos de los que creen que NO es necesario, en realidad aceptarían de buen grado que se convocara uno. Eso es ya una conjetura. Pero el dato cierto es que casi un 48% de españoles creen que es necesario convocar un referéndum. ¿Sería posible en estos momentos un referéndum sobre esta cuestión? En seguida afirmaré que sí y explicaré cómo hacerlo. Pero antes sigamos analizando los datos de esta jugosa encuesta.
Hay dos datos adicionales sobre la voluntad de los españoles de ser consultados en referéndum que vienen desagregados y permiten una lectura más rica. En primer lugar, uno que no sorprenderá a nadie. El apoyo al referéndum se reparte de manera desigual por las distintas comunidades autónomas. Es altísimo (entorno al 70%) en País Vasco, Navarra y Cataluña, y en cambio no llega al 40% (aunque se queda cerca) en Madrid o Andalucía. De hecho, esto coincide ampliamente con la distribución territorial del apoyo a la monarquía o a la república. Aunque no tengamos total seguridad al respecto, todo parece indicar que la mayoría de personas que apoyan la república (que en País Vasco, Navarra y Cataluña superan el 60%) creen que un referéndum sería necesario, y que algunas de las que apoyan la monarquía también lo creen así. Puede que algún republicano haya contestado que un referéndum no le parece necesario, pero me inclino a pensar que ese caso será más bien marginal. Más bien creo que el 47,8% que lo consideran necesario se componen de gran parte del 40,9% que declara que en un referéndum votaría a favor de la república, más una fracción no desdeñable (¿tal vez una cuarta parte?) del 34,9% que dicen que votaría a favor de la monarquía.
Es cierto que la monarquía fue aceptada en 1978. Pero lo fue como parte de un paquete en el que nadie pudo votar separada o discriminadamente sobre ciertas cuestiones
El segundo dato desagregado puede resultar más sorprendente, pero no deja lugar a dudas. El porcentaje de aquellos que creen que el referéndum es necesario es muy mayoritario entre los jóvenes (el 60,9% entre los de 18 a 24 años) y luego va descendiendo progresivamente en cada grupo etario mayor (pasa al 54,3%, por ejemplo, entre aquellos que tienen entre 25 y 34 años, y llegar a ser tan solo del 41,1% entre los mayores de 65). Inversamente, los que dicen no ver necesidad alguna en el referéndum van progresivamente aumentando con la edad (alcanzando el 49,7% entre los mayores de 65 años). Esto, igual que sucedía con la distribución territorial, en parte se correlaciona con el apoyo a la república, que es claramente superior entre los más jóvenes. Pero puede haber también una mayor aversión a los referéndums por parte de las personas de más edad. No olvidemos que en España los que tenían 18 años en 1978 y por lo tanto ahora 60 pudieron votar en el referéndum constitucional que ratificó la constitución y que incluía la institución de la Corona.
Y bien, ¿necesitamos o no necesitamos un referéndum sobre la monarquía? Puesto así, no tengo muy claro que la respuesta deba ser afirmativa. No es una cuestión, me parece, de necesidad. Sin embargo, creo que debe quedar claro que un referéndum sobre el tema es posible, sobre todo si es consultivo, y que además sería muy aconsejable celebrarlo. Explico por qué.
En primer lugar, es cierto que la monarquía fue aceptada en 1978 por los españoles. Pero lo fue como parte de un paquete en el que nadie pudo votar separada o discriminadamente sobre ciertas cuestiones especialmente controvertidas, como esa justamente esta. Los españoles tuvieron que elegir entre una constitución democrática, que ya traía incorporada la Corona, superprotegida además por el procedimiento agravado de reforma, y el abismo político. De hecho, no se sabía bien qué podía pasar si la gente hubiera votado “no” a la constitución. Pero ¿se hubieran entendido siquiera las razones para votar “no”? En esas condiciones, tras casi 40 años de dictadura, y acariciando la expectativa de una democracia mínimamente homologable, yo también habría votado “sí” al texto constitucional. Sin dudarlo. Luego, en cambio, hemos sabido por unas declaraciones de Adolfo Suárez en una pausa de una entrevista, que los datos que manejaba el gobierno sobre el apoyo popular a la monarquía eran bastante malos para esta, y que la forma que tuvieron de “colarla” fue justamente evitando cualquier consulta discriminada sobre la monarquía. Si a eso sumamos las disposiciones dejadas explícitamente por el dictador Franco sobre la continuidad de su gobierno a través del reinado de Juan Carlos, ciertamente no ofrecen, digamos, el pedigrí democrático con el que uno podría soñar.
La España de 2020 nada tiene que ver con la de 1978. La democracia ya está consolidada. No hay riesgo de nuevas guerras civiles, ni golpes de Estado
Pero dejemos todo eso a un lado. Yo no le discuto a la monarquía en España la legitimidad democrática de origen. Es más, creo que la monarquía pudo ser un buen punto de encuentro político en la España de la transición. Y aunque fuera engañados o ignorantes de lo que se cocía realmente en el reinado, lo cierto es que una mayoría clara e indiscutible de españoles le dio apoyo a esa forma de Estado durante décadas. No es necesario discutir nada de ello para desear proponer un referéndum consultivo hoy en día en España.
Afortunadamente, por más que unos pocos se empeñen en lo contrario, la España de 2020 nada tiene que ver con la de 1978. La democracia ya está consolidada. No hay riesgo de nuevas guerras civiles, ni golpes de Estado. Y desde la madurez que hemos alcanzado, 42 años después de la ratificación de la Constitución, ya ha llegado la hora de plantearnos un referéndum consultivo sobre el futuro de la monarquía, sobre todo teniendo en cuenta que sólo una parte pequeña de los ciudadanos españoles mayores de edad hoy pudieron votar en ese referéndum. Ya sé. Las constituciones no se votan ni se ratifican cada 19 años, como pedía Thomas Jefferson –desgraciadamente, añadiría yo–, pero repito que yo no estoy diciendo que este referéndum sea necesario. Solo digo que sería conveniente. Y más si se tiene en cuenta que el procedimiento de reforma particular que se aplica a la Corona es poco más que un camino imposible, de manera que no vale, como valdría en otros países, el argumento de que los ciudadanos han podido reformar la Constitución siempre que han querido. Ese argumento en España es menos válido.
Por supuesto que si al final los españoles decidimos que queremos abolir la monarquía e instaurar una república, deberemos reformar la Constitución. Y eso solo podrá hacerse con el acuerdo de los dos partidos mayoritarios, cosa que de momento lo convierte en misión imposible. Pero lo que yo planteo es algo anterior, un referéndum consultivo de los regulados por el artículo 92 de la Constitución. No tiene sentido intentar siquiera el tortuoso camino de la reforma constitucional, sin saber todavía si los españoles realmente desean instaurar una república. El primer paso, el más natural a mi juicio, debería ser por tanto consultarles antes sobre qué es lo que quieren, qué forma de Estado desean para España. Al fin y al cabo vivimos en una democracia. Consultar a los ciudadanos debería ser, como digo, lo más natural del mundo. Es natural, es lo más deseable, y además es completamente posible.
Les recuerdo qué es lo que establece el artículo 92 de la Constitución y el artículo 6 de la Ley Orgánica 2/1980, de 18 de enero, sobre la regulación de las distintas modalidades de referéndum. El referéndum consultivo se establece para consultar a la ciudadanía sobre “las decisiones políticas de especial trascendencia”. Y qué duda cabe de que esta lo es. La iniciativa le pertenece al presidente del Gobierno, que lo debe someter a aprobación del Congreso de los Diputados por mayoría absoluta. Y el referéndum es convocado finalmente por el rey. ¿Es eso algo posible? Sin ninguna duda, sin ninguna dificultad. Sólo se necesita una mayoría parlamentaria similar a la que fue requerida para la investidura del presidente Sánchez, o a la que requiere la aprobación de los presupuestos, o a la que necesitará el gobierno para reformar el Código Penal, tal y como se propone hacer. Señor Sánchez, la pelota está en su tejado, y aquí habrá partido, como parecen demandar una mayoría de españoles, si usted pone el balón en circulación.
Y concluyo. ¿Quiere eso decir que la abolición de la monarquía y la instauración de la república está próxima en España? A pesar de que el video de propaganda real así parecería sugerirlo, mucho me temo que no es así. Los resultados de esta encuesta son, ciertamente, más halagüeños para la república de lo que ningún republicano podía haber imaginado hace un par de años. Sin embargo, y hablo como republicano, confieso que no soy demasiado optimista. Pero esto nos llevaría ya a otra discusión. Porque cuando uno pide un referéndum, como estoy haciendo yo aquí y como lo hacen al menos un 47,8% de españoles, uno lo hace con independencia de cuál vaya a ser el resultado esperado. Si una mayoría clara de españoles prefiere un gobierno republicano, no veo ninguna razón democrática para negárselo. Pero del mismo modo, si una mayoría prefieren preservar la monarquía, yo tendré que seguir aguantándome con lo que hay. Es lo que tiene la legitimidad democrática, que uno se compromete a aceptar el resultado de las reglas del juego, tanto si gana como si pierde.
Por de pronto ganamos todos teniendo más información sobre la mesa gracias a esta encuesta, y permitiendo reabrir el debate de la forma más seria posible.
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José Luis Martí es profesor de filosofía del derecho de la Universidad Pompeu Fabra.
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José Luis Martí
Es profesor de Filosofía del derecho de la Universidad Pompeu Fabra.
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