Querido suscriptor, querida suscriptora:

Esta carta se dirige a una comunidad que ha crecido mucho en los últimos tiempos y aún sigue creciendo, ya sois casi ocho mil, qué nervios, y yo con estos pelos. Por culpa del coronavirus y gracias a vuestra generosidad, podemos decir, de forma cada día más rotunda, que somos un medio sostenido por sus lectoras.

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Se os ha pedido ayuda y habéis venido, habéis decidido gastar en lo nuestro unos euros que bien podrían haber ido a, yo qué sé, Netflix, un jersey, una silla de oficina, dos mancuernas, un vibrador. Muchas gracias.

Lo habéis hecho, además, sabiendo que publicamos en abierto, es decir, que ser suscriptores no os da acceso a contenidos exclusivos y vedados para el común de los lectores, aunque sí vais a tener descuentos en los cursos online, libros, y otras cosas que tramemos. 

Lo habéis hecho, parece, porque consideráis que CTXT es importante, que, como dice la gente de bien, os aporta algo. 

Y esa reacción vuestra no solo nos puede sacar del apuro económicamente, sino que nos anima a seguir con esto, a hacerlo mejor y más bonito. A mí, que soy una persona ridícula y a veces me da por pensar que me sentiría más realizada plantando calabacines o montando muebles, saber que dais ese valor a esto me viene bien.   

Vivimos un momento de cambios, ¿no? Sufrimos la pandemia esperando el advenimiento de la vacuna. Lo nuestro va para abajo, pero eso no quiere decir que el conjunto vaya para abajo (lo de Asia oriental va para arriba, parece). Turquía se pone chula. Francia se tira al “choque de civilizaciones” contra lo islámico. Son malos tiempos para la industria del turismo y la filosofía de la vida como una acumulación de experiencias. Crecen las grandes empresas, la normativa, la mala hostia, los apretados aprietan más a los que tienen debajo y los demás, de paso, también. Las cosas que se decía que iban a pasar con el cambio climático están pasando. El feminismo se enreda. Los jóvenes ya no somos tan jóvenes y los más jóvenes tienen su propio rollo. En el momento de escribir esta carta todavía no se conoce el ganador de unas elecciones estadounidenses que se celebraron el martes, el actual presidente pide que se detenga el recuento y las televisiones desconectan con indignación de su rueda de prensa. 

En fin, otra cosa igual no, pero historias que contar hay muchas.

En octubre anunciamos que necesitábamos 4.000 suscriptores para salir enteros del 2020. Llevamos casi la mitad, y eso está muy bien, pero hace falta que el ritmo no pare. Si puedes, ayúdanos a resistir, corre la voz.

Si eres nuevo aquí, bienvenido. Y una vez más, gracias.

Elena de Sus

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