ANÁLISIS
Confinamiento en V asimétrica
Mientras Alemania, Francia y Reino Unido confinan a sus ciudadanos y cierran el consumo no esencial, en España manda la economía. Con casi todo el país en riesgo extremo, el Gobierno sigue sin contemplar encierros domiciliarios
Vanesa Jiménez 3/11/2020
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El viernes 30 de octubre Francia se confinó en casa hasta el 1 de diciembre. Ni el cierre de bares en París ni el toque de queda en la capital y varios departamentos dos semanas antes consiguieron parar el avance del coronavirus. Durante al menos un mes, en el país vecino solo seguirán abiertos los colegios, los parques y los establecimientos de primera necesidad. “Si hoy no frenamos de forma brutal los contagios, los hospitales estarán saturados muy pronto”, explicó el presidente Emmanuel Macron. “Estamos desbordados por una segunda oleada que será sin duda más dura y más mortífera que la primera”, sentenció el presidente. El día antes habían muerto 527 personas con covid y se habían registrado 36.437 nuevos casos. En Francia viven casi 67 millones de personas y según datos oficiales desde el comienzo de la pandemia hay 37.019 fallecidos con coronavirus.
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El lunes 2 de noviembre, Alemania inició un estricto confinamiento que se prolongará como mínimo un mes. “Necesitamos actuar y tenemos que actuar ya”, dijo la canciller Angela Merkel al anunciar las medidas en rueda de prensa. “Si los contagios continúan creciendo a este ritmo, en unas semanas estaremos en el límite de la capacidad de nuestro sistema de salud”, advirtió. Alemania también se acerca mucho al confinamiento total, con la excepción de los comercios –que seguirán abiertos con severas restricciones de aforo– y las guarderías y los colegios, que tampoco cerrarán. El Gobierno alemán anunció un paquete de ayudas por valor de 10.000 millones de euros para los autónomos y las empresas de hasta 50 empleados, que recibirán el 75% de lo facturado en noviembre de 2019. Un día antes del confinamiento, Alemania registró más de 14.000 infecciones por coronavirus y 29 muertes, según el Instituto Robert Koch. En el país viven más de 83 millones de personas y desde marzo han fallecido 10.541 personas con covid.
El 5 de noviembre, Reino Unido empezará un confinamiento casi total que durará, al menos, hasta el 2 de diciembre. Boris Johnson, defensor en marzo de la inmunidad de grupo –hasta el día 23 no confinó al país, había que salvar la economía– explicó en rueda de prensa que “ningún primer ministro responsable” podría ignorar el incremento de contagios. En Reino Unido, que el sábado 31 de noviembre alcanzó oficialmente el millón de casos de coronavirus y sumó 326 muertos, la población solo podrá salir de casa por motivos justificados. Según datos oficiales, en el país, con 66,65 millones de habitantes, han muerto 46.717 personas con coronavirus.
Francia, Alemania, Reino Unido, pero también Bélgica, Irlanda, Portugal, Austria, Grecia, e Italia. Gran parte de Europa vuelve a un escenario similar al de la primera ola de la pandemia mientras España, con una incidencia acumulada (IA) de 521,07 casos por 100.000 habitantes en catorce días (datos del 2 de noviembre) se limita a un toque de queda nocturno, a cierres perimetrales de territorios y a restricciones en las reuniones sociales y en los aforos. En Alemania, el confinamiento se decretó con una IA de 148.
España, “disciplina social y moral de victoria”
El domingo 25 de octubre, Pedro Sánchez informó en una comparecencia televisada que el consejo extraordinario de ministros acababa de decretar el estado de alarma en todo el país y que entraría en vigor esa misma tarde. A lo largo de la semana, diez Comunidades Autónomas –Cataluña, País Vasco, Cantabria, Asturias, Extremadura, La Rioja, Navarra, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana y Baleares– y la ciudad autónoma de Melilla habían pedido al Gobierno que pusiera en marcha este régimen excepcional.
“La realidad –explicó Sánchez entonces– es que Europa y España estamos plenamente inmersos en la segunda ola de la pandemia. Con el cambio de estación nuestro país, al igual que Europa, está viendo agravada su situación. Aumenta el número de contagios, aumenta la presión hospitalaria…”.
El presidente dio las cifras que explicaban la que definió como “situación extrema, la emergencia sanitaria más grave vivida por España en el último siglo”. En aquel momento, la AI era de 362 por cada 100.000 habitantes y el número de fallecidos 34.752. Ocho días más tarde, la AI era ya de 521,07 y los muertos 36.257 (España tiene casi 47 millones de habitantes).
Casos covid confirmados a 2.11.20 (Ministerio de Sanidad)
Tras la crudeza de las cifras, el presidente pidió “disciplina social, resistencia y moral de victoria”. Y pasó a detallar las características del nuevo estado de alarma, “adecuado”, dijo, a la segunda ola de la pandemia: delegación en los presidentes de las Comunidades Autónomas, toque de queda modulable desde las once de la noche a las seis de la madrugada, posibilidad de cierres perimetrales de territorios y limitación a seis personas en las reuniones. El estado de alarma se extendería hasta el 9 de mayo, para lo que pedía el apoyo a todos los grupos parlamentarios.
De todas esas medidas anunciadas con excepcionalidad una mañana de domingo, la única novedosa realmente era la prohibición de circular de noche. El resto ya se aplicaban en varias comunidades con el amparo de los tribunales competentes, como es el caso del cierre de Ourense a principios de octubre o las restricciones del Govern a mediados de mes.
Dos días después, el Gobierno levantó el toque de queda obligatorio. En la prórroga de estado de alarma que el consejo de ministros envió al Congreso ya no estaba contemplada la obligatoriedad de esta medida, por lo que a partir del 9 de noviembre serán las Comunidades Autónomas las que decidan sobre la limitación de la movilidad nocturna de sus ciudadanos.
Pedro Sánchez terminó la comparecencia marcándose una meta: una incidencia de casos acumulados en 14 días por debajo de los 25 por cada 100.000 habitantes. Según el semáforo de la covid-19 en España, que establece cuatro niveles de alerta dependiendo del grado de contagios, el 30 de octubre doce territorios –Andalucía, Aragón, Asturias, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Ceuta, la Comunidad de Madrid, Melilla, Navarra, el País Vasco y La Rioja– se encontraban en riesgo extremo; cuatro –Baleares, la Comunidad Valenciana, Extremadura y Murcia– en riesgo alto y tres –Canarias, Cantabria y Galicia– en riesgo medio.
Pese a la extrema gravedad de la pandemia en España, Sanidad confía en que las medidas incluidas en el estado de alarma permitan controlar la evolución de los contagios. El Gobierno no quiere hablar de confinamiento domiciliario. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, pide “templanza”, “no entrar en una especie de competición para ver quién toma la medida más dura”.
Madrid
Isabel Díaz Ayuso, desde la Comunidad de Madrid, lidera la defensa de la economía (“Nos estamos arruinando”. “No podemos cerrarlo todo, no nos lo podemos permitir”). Con una estrategia efectista en la que los test baratos han sustituido gran parte de las pruebas diagnósticas por PCR, sin controlar a los contactos estrechos desde hace un más de un mes, con la atención primaria saturada… el Gobierno de la Comunidad presume de doblegar la curva. También de un nuevo hospital sin médicos y una nueva morgue.
Desde hace dos semanas bajan camas, UCIs, ingresos, Primaria y Urgencias.
— Isabel Díaz Ayuso (@IdiazAyuso) October 10, 2020
Nuestras medidas, moderadas y técnicas, funcionaban.
Hoy @ComunidadMadrid ya tiene una IA por debajo de 500 (el indicador del Gobierno).
Madrid no debe estar en alarma. Si no es libre no será Madrid.
Las pruebas diagnósticas realizadas en España la semana del 23 al 29 de octubre muestran cómo la Comunidad de Madrid hace ya más del doble de test de antígenos (130.834) que de PCR (61.754). Andalucía le sigue en pruebas rápidas, con 49.789 frente a 111.633 PCR. Catalunya, por el contrario, realiza 220.161 PCR y 33.191 test rápidos.
Pruebas diagnósticas realizadas en España a 2.11.20 (Ministerio de Sanidad)
En el análisis que CTXT publicó el 29 de septiembre (Los tests rápidos y baratos de Ayuso están diseñados para pacientes con síntomas) se explica que estas pruebas están indicadas para detectar la covid-19 en pacientes con síntomas. La OMS señala por su parte que tienen gran probabilidad de “funcionar bien en pacientes con cargas virales elevadas que suelen aparecer en los pre sintomáticos (1-3 días antes del inicio de los síntomas) y en fases sintomáticas tempranas (dentro de los primeros 5-7 días de la enfermedad)”. Conclusión: una estrategia de detección masiva basada fundamentalmente en estos test rápidos tiene el riesgo de dejarse por el camino buena parte de los contagios.
El gráfico que publica la propia Comunidad de Madrid sobre la evolución de los hospitalizados y los ingresos en UCI tampoco da motivos para el entusiasmo: desde el 3 de octubre, el número de pacientes que ocupan los cuidados intensivos de los hospitales de la región se ha sostenido en el tiempo.
Evolución de los ingresos en la Comunidad de Madrid a 31.10.20 (Consejería de Sanidad de Madrid)
El mes pasado se han contabilizado más de 400.000 casos de nuevos contagios y han muerto en España 4.087 personas. De los 36.257 fallecidos desde el inicio de la pandemia, 10.434 personas han muerto en la Comunidad de Madrid, según el Ministerio de Sanidad. La Consejería de Sanidad eleva los fallecidos hasta los 17.899 a 31 de octubre, ya que computa los muertos con sospecha o con confirmación de covid-19 según certificado de defunción.
Según los datos de la Unidad de Sanidad Mortuoria de Madrid, la evolución del número de muertos en la Comunidad en los últimos meses tampoco permite pensar que la pandemia está controlada. El 30 de junio, 15.111 personas habían muerto en la Comunidad. Un mes después, el 31 de julio, eran 15.202 los fallecidos (91 más). A finales de agosto se contabilizaron 275 muertos más, hasta los 15.449. El 30 de septiembre los fallecidos totales eran 16.585, 1.136 más en un mes. En el informe de la Consejería de Sanidad de Madrid de cierre de octubre el número total de muertos es de 17.899, 1.314 más que el mes anterior.
Asturias y Cataluña
El Gobierno de Asturias, presidido por el socialista Adrián Barbón, encabeza en este momento las presiones al Ejecutivo para el confinamiento domiciliario. Coincidiendo con el anuncio de cierre de toda actividad no esencial que entrará en vigor el 4 de noviembre, la Comunidad ha pedido al Gobierno un confinamiento general de la población de 15 días. Según informa Sanidad en el canal de Telegram habilitado para los medios, el martes 2 de noviembre el ministro Illa se reunirá por videoconferencia con la Comunidad Autónoma del Principado de Asturias. No obstante, el Ministerio ya avanza su postura: “Las medidas que ya han adoptado las CC.AA. requieren un tiempo para evaluar su impacto y hay, por tanto, un margen temporal para que su eficacia tenga resultados en la evolución de la pandemia”. “El estado de alarma permite además implementar otras medidas de contención del virus antes de llegar al confinamiento domiciliario”. “En el escenario actual, no se contemplan confinamientos domiciliarios en nuestro país”. La Junta de Castilla y León también se ha mostrado partidaria del confinamiento domiciliario si el ritmo de contagios continúa creciendo.
A mediados de octubre, la Generalitat de Catalunya puso en marcha una serie de medidas para frenar los contagios por coronavirus. Entre las más contundentes estaba el cierre de bares y restaurantes. Ciudades como Nueva York, que consiguieron controlar el virus, mantuvieron el interior de sus establecimientos de hostelería cerrados hasta el 30 de septiembre.
Dos semanas después, los cierres en Catalunya se ampliaron a las actividades culturales de cines, teatros y auditorios y a las actividades deportivas en espacios cerrados. Aunque el Govern ha barajado la posibilidad de un confinamiento domiciliario, en este momento ha aparcado la medida tras una ligera bajada del riesgo de rebrote y la velocidad de reproducción.
Mientras Europa vuelve a los confinamientos domiciliarios, el Gobierno de España defiende las acciones contempladas en el estado de alarma. A mediados de noviembre, las Comunidades Autónomas podrán levantar el toque de queda e implantar las medidas que consideren adecuadas. La economía, de momento, gana tiempo. El consumo de centro comercial y hostelería, también. En Madrid, durante el Puente de Todos los Santos, apenas cabía un alfiler en todo lo que estaba abierto. Una ficción de estado de alarma y confinamiento perimetral en el que los contactos solo se limitan por responsabilidad individual.
Desde julio, España es el tercer país de Europa con más mortalidad por coronavirus, solo por detrás de Rumania y la República Checa. Para doblegar la curva hará falta más que moral de victoria. La curva del Ibex, de momento, es la única que cae. La última semana descendió a niveles de marzo. Según las estimaciones de los expertos, la mitad de las empresas que cotizan en el índice llegará a 2023 sin recuperar los beneficios anteriores al coronavirus. Ellos, seguro, están entre los actores que toman las decisiones. También la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, el ala dura del Gobierno de coalición. Calviño pone el foco en la creación de empleo y el crecimiento económico e insiste en que la salida de España de la crisis económica derivada de la pandemia será en forma de V asimétrica. Lleva diciéndolo desde mayo.
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El viernes 30 de octubre Francia se confinó en casa hasta el 1 de diciembre. Ni el cierre de bares en París ni el toque de queda en la capital y varios departamentos dos semanas antes consiguieron parar el avance del coronavirus. Durante al menos un mes, en el país vecino solo seguirán abiertos los...
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Vanesa Jiménez
Periodista desde hace casi 25 años, cinturón negro de Tan-Gue (arte marcial gaditano) y experta en bricolajes varios. Es directora adjunta de CTXT. Antes, en El Mundo, El País y lainformacion.com.
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