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Redes sociales

‘MAGA Patriots’, cómo construir un movimiento al margen de la realidad

La Alt Right estadounidense utiliza Twitter, sirviéndose especialmente de ‘hashtags’, para dar forma a un discurso que justifica actos como el asalto al Capitolio

Isabel Martín 8/01/2021

<p>Simpatizantes de Trump piden que se 'detenga el robo' de las elecciones frente al Capitolio de Minnesota.</p>

Simpatizantes de Trump piden que se 'detenga el robo' de las elecciones frente al Capitolio de Minnesota.

Chad Davis

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La frase “el medio es el mensaje, popularizada por Marshall McLuhan en 1964, defendía que en la era de la comunicación de masas las características del canal de transmisión tienen tanto o más peso que lo que se quiera decir. Este concepto se adapta hoy de una manera peculiar al universo de Twitter, una red social cuyo valor desde el punto de vista del relato político no es tanto el de vehículo de transmisión de información sino el de generador de posibles discursos.

Pero ¿en qué medida nos importa lo que se diga o deje de decir en la red de microblogging si sus usuarios solo suponen un porcentaje mínimo y segregado de la sociedad? La respuesta parca es que la política no es Twitter pero Twitter sí es un termómetro de la política. En otras palabras, sirve para intuir por dónde irán los tiros. La plataforma propicia una conversación entre sujetos politizados que fluye mucho más rápido que en otros medios, que carece de moderadores rígidos y que, al final del día, la lideran prescriptores (influencers) que inciden en el relato institucional, como lo son los políticos, actores y periodistas de renombre. Por ello, Twitter sirve para que los lobbies se hagan una idea del éxito que podrían tener sus relatos, utilizando a los usuarios que no son influencers como grupo piloto.

 

La base con la que trabaja este artículo es, pues, que Twitter ni se acerca a representar la sociedad. Sin embargo, la efectividad de un determinado relato como, por ejemplo, no hemos perdido las elecciones, nos las han robado se puede probar antes allí que en otras plataformas. En otras palabras, Twitter como paso previo a la agenda setting.

En el contexto del debate político en esta plataforma, el hashtag es una herramienta fundamental. La importancia del hashtag reside en que guía a los navegantes, desorientados o conocedores del panorama de la red, para asegurarles que lo que leerán no solo les interesará sino que pertenecerá a una línea ideológica con la que se sienten cómodos. De esta reflexión extraemos una premisa: el hashtag se erige como sello de calidad que puede llegar a sustituir al fact-checking. De “el medio es el mensaje” pasamos a “el hashtag es el mensaje”..

En este pequeño análisis repasaremos cómo la Alt Right americana utiliza esta plataforma, sirviéndose especialmente de los hashtags, para dar forma a su discurso.

El análisis se basa en el estudio de los 14.000 tuits que se publicaron entre el 26 de mayo y el 1 de junio con el hashtag republicano #Trump2020Landslide, término que Trump todavía utilizó el 6 de enero, mientras sus simpatizantes asaltaban el Capitolio.

Los tuits más exitosos

Los prescriptores de Twitter del republicanismo proTrump tienen un alcance excepcional. Para entender el contenido de aquellos mensajes con mayor capacidad para influir vamos a analizar los 10 más leídos. A la cabeza nos encontramos con uno que alcanzó a 1.439.362 internautas (casi 5 veces la población de Islandia) y que defiende que se utiliza la cuestión de la raza para dividir la sociedad americana como parte de un plan político para menoscabar la candidatura de Trump. El segundo, ajeno a los conflictos raciales, argumenta que a algunos no les gusta Trump porque no pueden controlarle. Es impredecible pero siempre da en el clavo, viene a decir este internauta. Una tercera tuitera advierte de los peligros de la extrema izquierda con un tuit dirigido a una periodista. La oficina donde trabaja la reportera ha sufrido destrozos durante los conflictos de Black Lives Matter y la tuitera la acusa de ser responsable de los mismos por el contenido que escribe. En cuarto lugar, una publicación aplaudiendo un desfile naval con iconografía proTrump. Todos los tuits que van del cuarto hasta el décimo puesto fueron escritos por la misma usuaria. En quinto, séptimo, noveno y décimo lugar, esta usuaria da las gracias a otros internautas por incluirla en distintas listas públicas de influencers de los MAGA Patriots. MAGA es un acrónimo del eslogan trumpista Make America Great Again, que en castellano significa devuelve la grandeza a América. En sexto lugar, defiende que hay que enfrentarse a los robos y a la violencia e incluye el hashtag #2ndAmendment, que hace referencia a la segunda enmienda de los EE.UU. que estipula el derecho a portar armas de fuego. En octavo lugar, un vídeo en el que aparece un afroamericano diciendo que votará a Trump.

Perfil demográfico de la Alt Right

Analicemos el 1% de las cuentas más populares, es decir, de entre todos los mensajes nos centraremos en los usuarios cuyos tuits llegaron a más gente porque entendemos que son los que tienen más capacidad para influir en su público. Dejaremos al margen cuentas de medios de comunicación o de colectivos, y sólo contaremos una vez a cada usuario.

Cabe destacar que cerca del 52% fueron mujeres, frente a un 25% de hombres. Un 55,7% son caucásicos. El porcentaje de latinos y afroamericanos entre los líderes de opinión es muy bajo. No se puede determinar la etnia de cerca del 41%.

Casi un 33% de los tuiteros analizados expresan apología de las armas en su biografía, ya sea con textos explícitos, imágenes, menciones a la Asociación Nacional de Rifle o citando la segunda enmienda. Si se sesga por género, vemos que un 15% de las mujeres hacían referencia a este asunto frente a poco más de un 8,5% de los hombres.

Respecto a la adscripción religiosa, el 47% se definen como cristianos. En prácticamente la totalidad de las biografías (98,57%) también podemos encontrar una exaltación de la patria que adopta diversas formas: banderas, imágenes, texto, hashtags…

La gran mayoría (67,87%) no hace referencia a ninguna profesión o gremio. Los militares, con una representación de casi el 8%, son el grupo más numeroso. Además, muchos han optado por, independientemente de si se definían o no como cristianos, incorporar consignas de apoyo a Israel. Los hashtags #Bluelivesmatter y #Backtheblue, que reivindican la importancia de las vidas de los policías, también aparecen con frecuencia. Por último, y en menor medida, también se ven proclamas provida.

Un discurso que justifica acciones como las del Capitolio

De este análisis establecemos que hay ciertas estrategias comunicativas de la Alt Right americana que permiten construir un discurso que justifica moralmente acciones peligrosas para el Estado de Derecho, como el asalto al Capitolio del 6 de enero.

1. El emisor de la Alt Right busca proyectar la imagen de figura ajena a la política

Los mensajes que lideraron el hashtag #Trump2020Landslide partieron de la sociedad civil y no de famosos, políticos o medios de comunicación. De este modo se construye la idea de que se trata de un movimiento social, una noción que coincide con la proyección de figura independiente de la política que promueve Trump de sí mismo. Se crea el relato de que, al no ser políticos profesionales, no poseen una agenda oculta. En un reportaje de ITV News, vimos cómo uno de los participantes de la revuelta afirmaba que “ellos [los congresistas] trabajan para nosotros. No son quienes para decirnos que no vimos lo que vimos”. Acusa así a la clase política de participar del fraude electoral.

2. El emisor cuida su identidad grupal

Esta imagen de movimiento social busca reforzar la identidad de grupo, tal y como demuestran la proliferación de listas donde se recomiendan influencers afines y las autodenominaciones como MAGA Patriots. Si el hashtag #Trump2020Landslide tiene carácter institucional, ya que el nombre de un partido o el de un político se explicitan en la etiqueta misma, a menudo aparece acompañado de #MagaPatriots, algo que dota el mensaje de carácter de movimiento popular.

3. El emisor vincula su ideología a valores morales

La comunicación proTrump en Twitter se nutre de la exaltación efusiva –ya sea mediante hashtag, texto o iconografía–, del patriotismo americano y del cristianismo. Un 47% de las cuentas más populares hacían referencias explícitas a la religión cristiana en sus biografías. Se presenta una sociedad en blanco y negro donde si eres republicano y proTrump eres un buen ciudadano y un buen cristiano. El usuario que inserta #Trump2020Landslide en sus mensajes conecta el republicanismo con esos valores; al otro lado se encuentra el antiamericanismo demócrata. Otro de los seguidores de Trump que logró entrar en el Capitolio defiende que se trata de una protesta por la libertad: “Nosotros respetamos la ley, somos buenas personas. El Gobierno nos hizo esto. Éramos gente normal [...] buenos ciudadanos y vosotros nos hicisteis esto. Queremos recuperar nuestro país. En estos momentos protestamos por nuestra libertad. Esa es la diferencia”.

Fuente: ITV News.

4. El contexto se sobredimensiona

La alta actividad de los MAGA patriots sobredimensiona el ruido que hacen. Siete de los diez tuits más relevantes que incluían la etiqueta  #Trump2020Landslide fueron escritos por una misma persona. Teniendo en cuenta que el menos popular de esos tuits fue visto por 210.149 personas, entendemos que cuatro prescriptores concentran una capacidad tal para incidir en el relato que da la sensación de que son muchos más. Este fenómeno también se aplica al total de la muestra ya que, a pesar de estar analizando aproximadamente 14.000 tuits, estos se escribieron desde solo 7.972 cuentas.

5. El mensaje se caracteriza por su rigidez

La Alt Right tiene una agenda de temas que funciona al margen de la actualidad. De los diez tuits más vistos, solo cuatro trataban de manera directa o indirecta el conflicto racial (Black Lives Matter), tópico que, junto con la pandemia, estaba dominando la realidad social de Estados Unidos. El hashtag #Trump2020Landslide posee una agenda y unos ritmos propios. Haría falta un estudio propio para analizar cuantitativamente el rédito o éxito que obtienen ciertos temas en segmentos de la población.

6. El código se fundamenta en argumentaciones emotivas

A la hora de defender cualquier idea se suelen utilizar 5 tipos de argumentos. Hagamos un ejercicio de simplificación para entenderlos. En primer lugar, el argumento de la mayoría: Todo el mundo sabe que la pizza con piña está mala. En segundo lugar, el argumento de autoridad: el catedrático de Harvard de estudios culinarios confirma que la pizza con piña está mala. En tercer puesto, el argumento de causa-efecto: si comes pizza con piña pierdes la sensibilidad para distinguir entre el dulce y el salado. En cuarto lugar, el argumento emotivo: cada vez que comes pizza con piña estás haciendo daño a un gatito. En quinto lugar, el argumento de la experiencia personal: el vecino del 5º comió pizza con piña y ahora no puede caminar. Sé de lo que hablo porque lo vi. Las estrategias emotivas, de mayoría y personales permiten que aportar datos cuantitativos pase a un segundo plano. Centrémonos en el discurso de Donald Trump que precedió al asalto al Senado. Trump afirmó a su audiencia que, literalmente, todo el mundo sabe que las elecciones fueron un robo.

Durante este mismo discurso, se dirige a sus asistentes para afirmar con una enorme carga emocional (vosotros, que sois valientes y decentes) que hay que recuperar el país: vamos a intentar dotar a los republicanos, a los más débiles porque los fuertes no necesitan nuestra ayuda, el tipo de orgullo y valentía que necesitan para que recuperemos nuestro país. Las referencias al principio de su intervención a la decencia o no de su segundo, Mike Pence, también son emocionales.

7. El hashtag es el mensaje

La Alt Right muestra abiertamente su falta de confianza hacia los medios de comunicación, centros de investigación, expertos, etc. Para compensar esta inseguridad informativa, ofrece su propia información, transmitida a través de medios y figuras afines. En Twitter promueven ciertos hashtags. Así, el hashtag se erige como sello de calidad del mensaje al que acompaña creando un canal de comunicación seguro que no genera dudas: el fact-checking es el hashtag y la veracidad pasa a un segundo plano. Todos los hashtags mencionados hacen las veces de sello de calidad.

8. Los que reciben información también crean información

Los canales propios creados gracias a los hashtags son multilaterales y permiten, como decíamos, crear un entorno seguro de flujo de información. En este entorno, el tuitero que escribe mensajes que incluyen el hashtag #Trump2020Landslide también recibe tuits con este hashtag. En otras palabras, el emisor también es receptor, y tiene unas convicciones que nutre a través de una serie de contenidos que produce y recibe de personas que comparten las mismas convicciones, creando una burbuja informativa que dificulta la recepción de inputs externos.

9. Hacia un búnker informativo

Tenemos ante nosotros un aparato informativo muy eficiente que afirma que ha nacido como movimiento popular. Un mecanismo que a menudo recurre a los mismas temas. Unos emisores que argumentan conmoviendo con casos particulares que pueden o no ser inventados. Una estrategia diseñada para plantear un panorama en blanco y negro incómodo donde o estás con ellos o estás contra ellos (la frontera de Yuri M. Lotman). Y, muy importante, un engranaje con unos canales de flujo de información multilaterales que garantizan la verdad. Un búnker informativo que facilita que cualquier teoría se pueda convertir en una propuesta defendible.

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*Los datos demográficos se basan estrictamente en lo que los tuiteros cuentan de sí mismos en su biografía de Twitter aplicando un conjunto de preguntas cerradas.  La primera es la afinidad explícita a un partido. Para ello se tendrán en cuenta mensajes de apoyo a representantes políticos, hashtags, eslóganes de campaña o referencias explícitas. La segunda hace referencia a la etnia. Para ello se tendrán en cuenta menciones explícitas en la biografía como #LatinasForTrump, fotografías de perfil así como también nombres y apellidos. La tercera es el nivel de patriotismo; se tendrán en cuenta referencias expresas como banderas, logos, eslóganes, hashtags (#MAGA, #KAG…) y cualquier tipo de apología a la nación. La cuarta es la religión, pudiendo optar entre cristiano, judío, musulmán, ateo, agnóstico, no especificado y otros. La quinta es la apología de las armas, con imágenes y apoyo explícito a organizaciones y leyes. La penúltima tiene en cuenta la pertenencia a un gremio o profesión. Por último, se constata el género. Aquí se incurre en una simplificación, ya que a no ser que en el perfil se especifique cisgénero o “no me identifico con ningún género”, se clasifica como hombre o mujer en base al nombre del perfil o la imagen. Es importante entender que se trata de estadísticas de autodefinición, es decir, de cómo quiere vender su imagen en Twitter cada sujeto. Hay ocasiones en las que no se facilita un dato, como la religión, pero eso no quiere decir que la persona no profese ninguna fe.

Este análisis presenta la deficiencia de que solo se hayan manejado mensajes pertenecientes a un espacio de 5 días, así que los datos extraídos pueden entenderse como una introducción o esbozo. Los tuits están geolocalizados en EE.UU. y todos se escribieron en inglés.

La frase “el medio es el mensaje, popularizada por Marshall McLuhan en 1964, defendía que en la era de la comunicación de masas las características del canal de transmisión tienen tanto o más peso que lo que se quiera decir. Este concepto se adapta hoy de una manera peculiar al universo de Twitter, una...

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Autora >

Isabel Martín

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