alpinismo
Los sherpas toman el mando en el Himalaya
La etnia nepalí, que durante décadas ha trabajado en la sombra para los occidentales en las montañas más altas del planeta, se convierte en actor principal en el ámbito deportivo y en el económico
Ricardo Uribarri 2/02/2021
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Durante décadas han sido meros porteadores, personas que cargaban con kilos de material en las ascensiones a los picos más altos de la Tierra, simples guías que marcaban el camino a seguir y también resistentes escaladores que, a pesar de arriesgar en muchas ocasiones su vida, no obtenían el mismo reconocimiento que sí lograban los clientes occidentales que los contrataban cuando alcanzaban el objetivo. Un siglo después de la primera expedición británica al Himalaya, los sherpas parecen haber dejado atrás esos papeles secundarios y están decididos a ser actores protagonistas en las montañas que tanto conocen, tanto en el aspecto puramente deportivo y de aventura, como ha demostrado la escalada de 10 nepalíes al K2 en invierno, siendo la primera vez que se logra en esta época del año, como en el económico y laboral, con varios de ellos convertidos en hombres de negocios con varias empresas a su cargo.
Con sus 8.611 metros, el K2 es la segunda cumbre más alta del mundo, sólo por detrás del Everest
Con sus 8.611 metros, el K2 es la segunda cumbre más alta del mundo, sólo por detrás del Everest, pero sus grandes pendientes, aristas escarpadas y una climatología que suele ser muy adversa, la hacen aún más complicada de ascender. Basta decir que ha habido más personas que han estado en el espacio que en lo alto del K2, que apenas ha sido coronado por 450 escaladores. Su ratio de fallecimientos en comparación al número de ascensos conseguidos es casi del 25%, siendo superado en ese aspecto únicamente por el Annapurna, con el 38%. El último en encontrar la muerte allí ha sido el español Sergi Mingote, que sufrió un accidente descendiendo al campo base el mismo día que se logró la cumbre. Si ya es difícil subir a la cima en verano, hasta ahora había sido imposible hacerlo en invierno, cuando habitualmente hay vientos de hasta 150 km/hora y temperaturas de -60º. Era el único ochomil que se mantenía inexpugnable en esta estación. Siete expediciones lo habían intentado con anterioridad y todas fracasaron. Pero el pasado 16 de enero, un grupo de 10 nepalíes, el exmilitar del ejército británico Nirmal Purja, y nueve sherpas –Gelje, Mingma David, Mingma Tenzi, Pem Chhiri, Dawa Temba, Mingma Gyalje, Dawa Tenzin, Kili Pemba y Sona– integrantes de tres expediciones distintas, consiguieron llegar a lo más alto. Para darle mayor simbolismo al histórico momento, todos ellos se reagruparon a 10 metros de la cima y los recorrieron cantando el himno nepalí.
La denominación sherpa (que significa gente del este) no define una profesión, sino que corresponde a una etnia que alcanza, aproximadamente, las 190.000 personas, aunque actualmente se catalogue así a cualquier guía y ayudante de las expediciones en el Himalaya. El origen de esta etnia se sitúa en las regiones centrales de China, desde donde hace unos 300 años se desplazó a varias regiones del Nepal. Allí es donde vive hoy la gran mayoría, aunque también habitan en la India y en China. En las primeras décadas del siglo XX su principal ocupación estaba relacionada con la agricultura y el pastoreo de yaks, pero todo empezó a cambiar en 1953, con la expedición del neozelandés Edmund Hillary al Everest. En compañía del sherpa Tenzing Norgay fueron los primeros en llegar a la cumbre de la montaña. Eso favoreció un interés creciente por la zona y la llegada en años posteriores de muchos alpinistas que buscaban coronar las cumbres más altas, dando la oportunidad a los sherpas de desarrollar una nueva actividad que les proporcionó ingresos.
El aventurero y escritor Sebastián Álvaro, que fuera director del programa Al filo de lo imposible de TVE, y que conoce bien a los sherpas por sus numerosos viajes a la zona, señala que el beneficio de contar con su ayuda en los intentos de ascender a las cimas más altas viene dado por su adaptabilidad física al lugar donde se desarrollan las expediciones, una cualidad heredada de sus antepasados. “La etnia sherpa, igual que los balties, provienen de un tronco común del Tíbet, que es el mayor altiplano del mundo, con una altitud media de unos 4.800 metros. Es gente que, por hambrunas o por persecuciones, abandonó el Tíbet llegando a Nepal y a Pakistán. Tienen unas características y unas modificaciones genotípicas que les hacen mucho más resistentes a realizar esfuerzos en altura en condiciones de hipoxia, es decir, de poco oxígeno. Esto les hizo estar físicamente y genéticamente mejor adaptados a la altitud, haciéndoles indispensables para las expediciones al Himalaya gracias a su compromiso y su trabajo. Sin ellos no se hubieran podido realizar la gran época gloriosa de escaladas”.
Actualmente hay unos 16.000 guías de trekking y expedición en Nepal. Y que cada familia relacionada con el alpinismo ingresa una media de 8.000 euros
Álvaro afirma que la evolución económica que han experimentado varios de los sherpas que se dedican al alpinismo “tuvo lugar a partir de 1996 y estuvo provocada por distintas razones, todas de origen económico y circunstanciales. Por un lado, la guerrilla maoísta, que tuvo controlado buena parte del país, hizo concentrar el negocio de la montaña en el valle del Khumbu, que estaba muy bien protegido por los militares y en el que un grupo de gente y de agencias, con el visto bueno de policía, militares y del gobierno de Katmandú, la capital de Nepal, empezaron a darse cuenta de que allí había una línea de negocio. Fue entonces cuando se pusieron en marcha las expediciones comerciales, que en un primer momento las organizaban gente de Europa, de Australia o de Norteamérica, pero enseguida las fueron promoviendo los propios sherpas. A pesar de los desastres medioambientales que han supuesto, la ganancia de dinero es tal que a las empresas les resulta muy rentable. Hay sherpas que después de unos años han pasado de ganar 100 o 200 dólares a ganar 6.000 convirtiéndose en alpinistas”. El interés por desarrollar esta actividad propició que aparecieran escuelas como el Centro de Escalada Khumbu, que lleva 18 años enseñando habilidades técnicas de escalada a los sherpas y los indígenas nepalíes.
Se calcula que actualmente hay unos 16.000 guías de trekking y expedición en Nepal. Y que cada familia relacionada con el alpinismo ingresa una media de 8.000 euros con la actividad que tiene lugar en primavera. Ejemplos de cómo han progresado algunos sherpas los encontramos, por ejemplo, en Mingma Sherpa, el primer nepalí en alcanzar las cimas de las 14 montañas más altas del planeta, que junto a su hermano Chhang dirige la empresa Seven Summit Treks, especializada en expediciones a los ochomiles de Nepal, China y Pakistán, y que es la más importante que opera ahora mismo en este campo. O en Sonam Sherpa, que también tiene otra agencia relevante, Thamserku Trekking, dos compañías aéreas, Yeti Airlines y Tara Air, y cadenas de hoteles, lo que le ha convertido en uno de los hombres más ricos del país, dando empleo a muchas personas.
Pese a estos ejemplos, la realidad es que hay sherpas que aún sufren muchas carencias en su día a día, como afirma Álvaro: “Países como Nepal y Pakistán son muy pobres, incluso en muchos aspectos, míseros. Pero de eso tiene la culpa las élites que siguen mandando. La mayor parte de la riqueza que genera el alpinismo se concentra en estas empresas, lo que provoca que siga habiendo aldeas que viven mal. El pueblo sherpa que conocí yo hace 35 años estaba bastante olvidado, pero era orgulloso, muy fuerte y absolutamente maravilloso en su trato. Pero en los últimos años eso está cambiando. Los sherpas son sensibles, como todo el mundo, a la codicia del dinero. Y lo que necesitan los sherpas es desarrollarse, evolucionar, mandar a los niños al colegio y tener una vida más digna. Eso en buena medida depende de las agencias que les dan trabajo, que fijan las condiciones salariales que quieren gracias a que hay un monopolio de facto que se está apropiando de un parque nacional como el de Everest. Nadie puede abrir una agencia allí que no sea de Nepal o de la India. Ellos deciden cómo se explota ese parque. Y las montañas no son de nadie, son bienes inmateriales que deberían ser propiedad de la humanidad”.
El origen de la etnia sherpa se sitúa en las regiones centrales de China, desde donde hace unos 300 años se desplazó a varias regiones del Nepal
Sebastián aclara que los componentes de las primeras expediciones que fueron al Himalaya si respetaban y tenían en consideración a los sherpas. “No hay más que ver los libros de las que se realizaron en 1921, 22 y 24 para ver como los sherpas eran nombrados, como el propio Mallory (el escalador británico que falleció en el Everest en 1924) se culpabilizó de un accidente en el que murieron varios sherpas sin que realmente tuviera culpa, o como Lakpa Sherpa fue invitado a dar conferencias por toda Europa durante seis meses en 1924 junto a John Noel, cineasta y realizador de la expedición de aquel año en la que desaparecieron Mallory e Irvine. En un primer momento, los sherpas no estaban interesados en llegar a la cumbre porque era un trabajo mucho más sacrificado. Pero en los tiempos modernos y especialmente desde la aparición de las expediciones comerciales, ya sí, porque vieron que ganaban mucho más dinero. En esta época reciente es verdad que muchos sherpas han ido delante de sus clientes, les han llevado sus botellas de oxígeno y han puesto una cuerda para llevarlos hasta la cumbre y que el europeo se apuntara la gloria de haber subido al Everest”.
La ascensión invernal al K2 de los montañeros nepalíes ha merecido la felicitación de varios de los alpinistas más importantes a nivel internacional, aunque varios de ellos confiesan que les hubiera gustado que la hubieran hecho sin utilizar bombonas de oxígeno, lo cual facilita la escalada. Sebastián Álvaro se muestra muy crítico en este aspecto. “Hay unas normas no escritas pero que tienen que ver con la ética del deporte que practicamos. Y una de ellas es no utilizar bombonas de oxígeno. Yo pienso que ha estado bien lo que han conseguido y que los nepalíes han hecho una demostración de fuerza, pero el utilizar el oxígeno, ensucia, en mi opinión, el hecho de hacer una primera ascensión a una montaña como el K2”.
No es algo que parezca atormentar a los 10 nepalíes que lograron la ascensión, quienes prefieren poner el acento en la trascendencia que tiene este hecho para su país, donde fueron recibidos con todos los honores, y que ya es el tercero del mundo con más escaladores de ochomiles, tan sólo por detrás de Italia y España. Uno de ellos, Mingma G, ha señalado que “me sentí orgulloso; escalamos el K2 por primera vez en invierno por nuestro país y por nuestras futuras generaciones. Se trataba de aportar justicia. Los sherpas son la columna vertebral de la historia de las expediciones a los ochomiles. Si se nos hubiera escapado el K2, hubiéramos perdido los catorce ochomiles y las nuevas generaciones de alpinistas de Nepal nunca hubieran tenido un nepalí con una primera ascensión invernal”. De una manera o de otra, lo que parece claro es que las reglas de juego han cambiado en el Himalaya y que los sherpas son los que las están fijando. Como dicen los hermanos Pou, reputados alpinistas españoles: “Al juego de los sherpas, ganan los sherpas”.
Durante décadas han sido meros porteadores, personas que cargaban con kilos de material en las ascensiones a los picos más altos de la Tierra, simples guías que marcaban el camino a seguir y también resistentes escaladores que, a pesar de arriesgar en muchas ocasiones su vida, no obtenían el mismo reconocimiento...
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Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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