1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.340 Conseguido 91% Faltan 16.270€

Pluma obrera

Las disidencias sexuales en la lucha de clases

Hoy como ayer, invertidas y rompepatrias

Piro Subrat / Ira T. 7/04/2021

Ira T.

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

“Escuche, don Álvaro (el ‘señoro’ de la época), creo que hasta las locas comienzan a hablar de política. Están todas revoloteadas y protestonas. [...] ¿Qué harán, entonces, los centenares de psiquiatras, que respaldando ‘científicamente’ las nociones de anormalidad, perversión, enfermedad… llenando sus salas de consulta con temblorosos maricones que se creían anormales, perversos enfermos a mil pesetas la hora? Se podría pensar en reconvertir el sector de psiquiatras desempleados en travestis de reserva. Si las mariconas se ponen contestonas, y si se ponen en serio, acabarán preguntando demasiado”. Con estas provocativas palabras comenzaba el documento de Gorría ‘Las mariconas se rebelan’, publicado en septiembre de 1973. 

Este texto es nuestra respuesta a los nietos de don Álvaro, los señoros de izquierdas de hoy. Estos aseguran que las disidencias LGTBI más llamativas, las masculinidades más feminizadas y las feminidades más masculinizadas, esto es, las transmaribolleras más horteras, no han formado parte de la lucha revolucionaria en los barrios, en los pueblos y en los centros de trabajo. Ciertamente nuestros diarios y genealogías se han escrito en las cloacas, también en las de la mitad del cielo, pero estábamos ahí, maricón. 

El libro Invertidos y rompepatrias: marxismo, anarquismo y desobediencia sexual y de género en el Estado español (1868-1982) es un ejercicio de arqueología para con las páginas polvorientas de nuestra crónica LGTBI silenciada, la memoria de los desteñidos rositas del hilo rojo de la historia. Porque la lucha de clases también nos atraviesa a las invertidas, hoy las locas le vamos a hablar de historia –que siempre es política–, con el único y radical fin de preguntar demasiado. 

En 1973, el Movimiento Español de Liberación Homosexual asumía análisis marxistas como herramienta para explicar la homofobia contra la que luchaban

Podríamos remontarnos siglos atrás y veríamos a los rebeldes a las normas sexuales y de género del momento dentro de las herejías, las insurrecciones populares y los motines del hambre. Pero no tenemos espacio para irnos tan lejos, y tampoco es necesario. En torno a 1870 ya nos encontramos a mujeres travestidas de hombres participando en la lucha por la constitución de la Comuna de París y en su posterior defensa, y también los primeros intentos de alianza con el marxismo de algunas maricas germánicas asustadas por el endurecimiento de la criminalización contra la homosexualidad que la llamada “Reunificación alemana” conllevaba. A pesar de que en un primer momento fueron intentos infructuosos, supusieron un primer paso para que en la década de los noventa del siglo XIX se diese una férrea alianza entre los primeros movimientos homosexuales y el Partido Socialdemócrata Alemán, y más tarde con el Partido Comunista. Tanto es así que, de no ser por el crack del 29 y el auge del nacionalsocialismo, ambos partidos hubieran tumbado la penalización de la homosexualidad en el Parlamento. También nos encontramos a estas mariconas haciéndole frente a las escuadras nazis de la S.A. en la calle, recibiendo balas en manifestaciones y militando entusiásticamente en partidos marxistas. 

No era casual: la Revolución Bolchevique constituyó el primer régimen que reformó una legislación homofóbica en toda la historia contemporánea europea. Y aunque ahora pueda sorprender, y puede que él mismo ni siquiera se lo mereciera, Lenin era un importante icono para los homosexuales en los años veinte. Pero en los treinta las cosas se torcieron: se disparó el auge del fascismo y el nuevo gobierno de la Unión Soviética prefirió optar por políticas reaccionarias en materia sexual. La Segunda Guerra Mundial terminó de destrozar los restos que aún quedaban en Europa de aquella importante alianza, cuando no fusión, entre las luchas homosexuales y los grupos de izquierda.

La España Republicana

El Reino de España y la República Española no fueron regímenes ajenos a estas alianzas, a pesar de que nunca llegaron a tener colectivos constituidos de homosexuales dentro de sus fronteras. La documentación nos habla de personajes abiertamente homosexuales que participaban en grupos anarquistas, y que apoyaron a la República antes y después del golpe de Estado de 1936, a políticos de izquierda radical y a militantes de la CNT en locales de travestis, o incluso gran cantidad de pruebas que muestran la probabilísima homosexualidad de figuras clave del anarquismo femenino del momento. Asimismo, también hay muestras del rechazo, la patologización y en ocasiones el odio férreo de marxistas y anarquistas contra la disidencia sexual y de género, incluso en ocasiones sabiendo que se trataba de sus compañeros y compañeras de lucha. 

Hace cien años la condena social a cualquier desviación de las normas sexuales y de género era generalizada y poderosa, y hoy podemos preguntarnos por qué grupos que querían desarrollar alternativas sociales también reprodujeron la moral sexual del momento. Aunque quizás la pregunta más interesante sea por qué en la actualidad, cuando dicha condena social se ha relajado hasta niveles impensables hace no ya cien años, sino veinte, nos encontramos esas mismas resistencias, patologizaciones y odios férreos readaptados a nuestro contexto actual.

La documentación nos habla de personas abiertamente homosexuales en grupos anarquistas, y que apoyaron a la República antes y después del golpe de Estado del 36

No solo en Alemania, Rusia y otros países centroeuropeos, sino también en la península ibérica hubo anticapitalistas, aquí más concretamente anarquistas, que hace un siglo trascendieron esos valores y se posicionaron a favor del travestismo y de las relaciones entre personas del mismo género, ya fuera por influjo de textos y personas del otro lado de los Pirineos, por un ejercicio de justicia social, o porque estas mismas personas fueran disidentes sexuales y de género –dentro o fuera del armario–. Evidentemente, la mayoría terminaron exiliándose o muriendo en cárceles franquistas tras 1939. La visibilidad que el tema homosexual y travesti había tenido durante la República, no como consecuencia del régimen político, sino porque las políticas que se implementaron dejaron más margen de actuación, quedó pospuesta hasta los años setenta. Algo que también ocurrió en el mundo de la izquierda antifranquista. Se evitaba cualquier posibilidad de que se asociara inversión sexual con actividades contra la dictadura, y eso conllevó la exclusión y expulsión de militantes de partidos comunistas. Pero a pesar de este rechazo, alentado en gran parte por una dictadura que publicaba en su prensa que había una Internacional Gay financiada y auspiciada por Moscú, nos encontramos a un gran número de gays, lesbianas e identidades trans en la mayoría de partidos comunistas, en la CNT, en los primeros grupos de autonomía obrera y hasta en la guerrilla. Una alianza soterrada y silenciosa que marcaría completamente los primeros pasos del movimiento gay español: con influencia del Mayo francés, la Revuelta de Stonewall y sus colectivos de liberación homosexual. 

En una fecha tan temprana como 1973 el Movimiento Español de Liberación Homosexual asumía análisis marxistas de forma orgánica y como herramienta para explicar la homofobia contra la que luchaban. Un análisis que permanecerá durante todos los años setenta en la mayoría de los grupos surgidos tras la muerte de Franco.

En la Transición, algunos partidos viraron hacia la asunción de las reivindicaciones homosexuales, e incluso llegaron a constituir comités compuestos por gays y lesbianas

Y así llegamos a los años setenta, probablemente la última época de la historia occidental hasta hoy en la que se pensó que se podía derrumbar el capitalismo y construir otra cosa. Quizás hay que rascar un poco para encontrar el papel de disidentes sexuales y de género en las décadas anteriores, pero en esta época, los colectivos de liberación gay, las lesbianas, las travestis y todo el espectro a su vera tuvieron un papel protagonista en el anticapitalismo del momento en EE.UU., Argentina, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Portugal… No verlo desde el presente comporta un ejercicio premeditado. 

En la llamada Transición española, las maricas, bolleras y trans de la época participaron en luchas ecologistas, feministas, nacionalistas, independentistas, obreras, sindicales, antifascistas y en coordinadoras que ya apostaban por el fin de la discriminación contra divergentes funcionales, personas diagnosticadas de enfermedades psiquiátricas y contra el pueblo gitano. Su presencia está probada en todas las familias anarquistas del momento, y probablemente en todos los grupos marxistas del momento. Algunos de estos partidos, tanto por su militancia homosexual como por el importante papel que estaban teniendo los frentes de liberación gay, viraron en cuestión de meses hacia la asunción de las reivindicaciones homosexuales del momento, e incluso llegaron a constituir comités internos compuestos por gays y lesbianas.

Asegurar que los disidentes sexuales y de género nunca han pertenecido a la lucha contra el capital y el Estado es un ejercicio de revisionismo histórico a la altura de la ultraderecha

Aunque Invertidos y Rompepatrias acaba más o menos con la estrepitosa derrota para la clase obrera y para los nuevos movimientos sociales que supuso la ‘Transición’, lo cierto es que las cosas no han cambiado demasiado en los últimos cuarenta años. Salvo por estallidos sociales muy concretos, nadie ha pensado que pudiera tirarse el sistema actual, y los que ha habido, como el movimiento 15M, han tenido una destacada presencia de personas ajenas a la cisheteronorma. Grandes luchas de las últimas décadas, como el No a la Mili o la de vivienda / okupación no solo han tenido una presencia importante de gente LGTBI, sino que en ocasiones estas han desarrollado partes autónomas importantes para el conjunto de la lucha, como la Insumisión Rosa o experiencias de centros sociales y viviendas queer, transmaricabollos y/o no mixtas. Incluso en la lucha obrera, tan entronada por algunos de los sectores en la actualidad más hostiles a los derechos LGTBI y a las políticas (trans)feministas, la presencia gay, lesbiana y trans se ha visto representada en la infinidad de conflictos que ha habido por despidos improcedentes provocados por homofobia o lesbofobia. Y, sin duda, ha habido infinidad de destacados y destacadas militantes y afiliadas sindicales que han ocultado poco su orientación sexual desviada, o su feminidad trans. Bastantes de estas últimas eran prostitutas que han luchado por los derechos de la clase obrera mucho antes de que se planteara una lucha parecida para su propio trabajo.

En estos últimos cuarenta años, la izquierda y las luchas LGTBI han seguido profundamente enraizadas, en ocasiones con una intensidad jamás vista antes históricamente, hasta el punto en el que podemos hacer un paralelismo bastante visible entre los procesos de institucionalización del movimiento LGTB oficial y el de partidos y grupos políticos que tenían estrechos vínculos con ciertos sectores del citado movimiento. Asegurar en nuestros días que las personas disidentes sexuales y de género nunca han pertenecido a la lucha contra el capital y contra el Estado, que nunca han formado parte de la lucha de clases, y que todo ello es fruto de que las teorías posmodernas se han puesto de moda en los últimos años, es un ejercicio de revisionismo histórico a la altura del revisionismo más cutre de ciertos historiadores de ultraderecha. Un revisionismo histórico motivado por tendencias ideológicas hostiles hacia la autoorganización de grupos sociales históricamente oprimidos y que pretenden arrojar una narrativa histórica que justifique sus ideas misóginas y LGTBfóbicas, entre otras muchas aversiones hacia colectivos que en los últimos años han alzado mínimamente la voz. 

Pues ya ve, don Alvarito, que los anales revolucionarios son mucho más mariquitas de lo que a usted le hubiera gustado, pero no se preocupe, porque si escoba bien su homofobia y su transfobia, aquí hay sitio para todas “en la lucha por una sociedad sin clases ni opresiones de ningún tipo”. En cuanto a vosotras y vosotros, lectores, que este proceso se esté dando dentro de la izquierda requiere de algunas reflexiones colectivas que van más allá del simple análisis histórico, pero esperamos con estos párrafos establecer las primeras líneas de debate, además de una merecida réplica hacia una parte de toda la mugre ideológica pintada de rojo que llevamos oyendo sin apenas filtros en el último año.  

Que de las ruinas del Centro Social Okupado La Pluma se erija la nueva casa del pueblo… 

––––––

Piro Subrat es autor de Invertidos y rompepatrias: marxismo, anarquismo y desobediencia sexual y de género en el Estado español (1868-1982) (Editorial Imperdible).

Ira T. es graduada en Estudios Ingleses en la Universidad de Zaragoza, especializada en estudios culturales y LGTB.

“Escuche, don Álvaro (el ‘señoro’ de la época), creo que hasta las locas comienzan a hablar de política. Están todas revoloteadas y protestonas. [...] ¿Qué harán, entonces, los centenares de psiquiatras, que respaldando ‘científicamente’ las nociones de anormalidad, perversión, enfermedad… llenando sus salas de...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

Piro Subrat /

Autora >

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí