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180 grados es el último trabajo del actor y director Javier Ríos, largometraje que se une a sus obras anteriores Reset (2013) y Return (2018). El documental tiene lugar durante el confinamiento de abril de 2020 causado por la pandemia de la covid-19 y habla del virus desde las perspectivas ecológica, económica y social. Se destaca en palabras de Yayo Herrero, Ildefonso Hernández, Sol Sánchez, Javier Couso o Adolfo Rodríguez entre otros, que el actual sistema económico no es sostenible y en situaciones de crisis como la que estamos viviendo, acentúa la desigualdad y afecta seriamente a los más desfavorecidos. Con motivo de las elecciones en Madrid, se podrá visualizar en abierto a través del Vimeo de CTXT el 3M durante la jornada de reflexión, también se encuentra disponible en Filmin.
En estos momentos el director está trabajando en su próximo proyecto Aquí estamos, un documental sobre la situación que viven los migrantes que llegan por la ruta canaria y quedan retenidos en las islas.
El documental 180 Grados tiene lugar tras decretarse el estado de alarma y en pleno confinamiento. ¿Fue muy difícil desarrollar el proyecto durante esa situación?
Sí, sobre todo porque soy muy torpe y con la tecnología más. Para que te hagas una idea hace poco que me hice Twitter o Instagram para intentar difundir estos proyectos, soy bastante arcaico en ese sentido. Fue difícil porque se hizo todo por Zoom o Skype, con capturas de pantalla, reuniones por videollamada... En casa tuve la asistencia de mi compañera que maneja mejor la tecnología y es quien llevaba la dirección de producción.
Quiero destacar la labor de todo el equipo que hizo un gran esfuerzo en pleno confinamiento, Nacho Fernández en el montaje y el diseño, el músico y compositor Anthony Ocaña en la banda sonora original, de María Maganto en el etalonaje y Bernardo Fdz Pedrería en la mezcla de sonido...
¿Crees que la pandemia ha provocado que la gente se dé cuenta de que realmente el sistema no funciona?
Ojalá. Debería ser así porque creo que la pandemia evidencia que este sistema no funciona. Sol Sánchez (portavoz de IU con Unidas Podemos en la Asamblea de Madrid) comentaba que estamos en un momento histórico en el que incluso los liberales, o los neoliberales más feligreses, están pidiendo una participación más activa del Estado.
Vamos rumbo a la colisión, hacia un capitalismo quizá pintado de verde, pero capitalismo
Creo que es un momento histórico inédito en el que hay que luchar para equilibrar la balanza ante el neoliberalismo salvaje. Pero en España lo veo muy complicado, porque aquí la pandemia también ha sido un gran caldo de cultivo para avivar el odio y la extrema derecha lo ha usado en su beneficio, lo cual es muy peligroso. Yayo Herrero en el documental reflexionaba que, con todo lo que estamos viviendo durante esta pandemia, es como si tuviéramos un pequeño minuto de lucidez donde poder ver colectivamente lo que de verdad es importante.
Tras las crisis económicas y ahora la sanitaria, ¿cambiará el sistema mundial o seguiremos como hasta ahora?
Es una pregunta muy complicada, no podemos saberlo. Creo que todo lo que estamos viviendo debería servirnos para ver la necesidad de un estado fuerte ante un mercado totalmente psicópata. Esa historia de que el mercado es libre... el mercado es libre porque el Estado le permite ser libre, y eso es porque el mercado se ha colado dentro del Estado, de las instituciones, de los medios de comunicación, etc.
El mercado actúa con total impunidad, establece tratados de libre comercio, tribunales adoc y puede esquilmar el planeta y fomentar la desigualdad a escalas cada vez más preocupantes sin ninguna consecuencia, con la clara intención de convertir el planeta en un gigantesco paraíso fiscal cueste lo que cueste.
Creo que vamos rumbo a la colisión, hacia un capitalismo quizá pintado de verde, pero capitalismo. Este sistema que nos vendieron, supercompetitivo, se ha visto desnudo por un virus y aún así creemos con desapego y cierta desidia que no hay alternativa a él. Este tipo de proyectos no solo pretenden empujar el voto hacia la izquierda, sino hacia la movilización. Invita incluso a la desobediencia si es necesaria y a tomar conciencia sobre la situación en la que nos encontramos. La intención es que los movimientos sociales y las instituciones establezcan alianzas público/comunitarias, que exijan control al Estado ante un mercado depredador, un Estado que, ni en plena pandemia global, puso la sanidad privada al servicio de la pública, y ahora con las vacunas hemos visto que hasta el PSOE vota en contra de liberar las patentes.
En el documental se dice que la desobediencia institucional solo puede hacerla quien tenga una base social que la sostenga. ¿Qué crees que necesita la sociedad para movilizarse en contra de las instituciones?
Es difícil saberlo, los medios de comunicación han sido claves en esto, están haciendo una labor muy dañina y peligrosa. Es llamativo, porque hay ciertos temas que no tienen cabida en los medios, las crisis en sus diferentes estratos, climática, sanitaria, económica, civilizatoria y términos o alternativas como el ecofeminismo no se llevan al debate mediático, cuando deberían ser centrales, sería difícil que algun@ de l@s protagonistas de 180 Grados tuvieran altavoz en los massmedia .
El caso de España es muy peculiar porque es un país que todavía no ha juzgado siquiera su dictadura y las víctimas del franquismo siguen sin reparación. Es difícil creer que l@s madrileñ@s olvidarán lo sucedido en los peores momentos de esta pandemia y que ello no pesará en las urnas el 4M , aunque el estado español padece una enfermedad degenerativa que afecta gravemente a su memoria.
180 grados es una continuación de tus documentales anteriores Reset y Return. Después de haber realizado estos largometrajes ¿tienes esperanza en que se produzca ese giro de 180 grados?
Depende del día. Adolfo Rodríguez “Fito”, profesor de economía y miembro de Ecologistas en Acción, comenta en el documental que la juventud será la que inicie esa revolución, que antes o después, quizá tarde, una generación dará un golpe sobre la mesa, porque no verá otra salida que luchar y exigir un futuro digno. Lo más esperanzador es esa juventud, que cada vez está más concienciada, por la precariedad que padece, porque sabe que no hay planeta B, porque que se informa únicamente por las redes, porque está inmunizada ante los grandes medios de comunicación y son generadores de movimientos como el cada vez más fuerte 8-M, Fridays for Future o Extinction Rebellion etc. Ell@s son el camino. En el anterior documental, Yayo Herrero mencionaba esa necesidad de dar un giro de 180 grados, un giro al sistema capitalista en menos de diez años si queremos evitar el ecocidio. Y no se trata sólo de que gobiernen partidos de izquierda, como dicen extrema, sino que a estos se les exija desde las calles que tomen medidas drásticas para darle la vuelta a esta situación de desigualdad brutal, de destrucción del planeta. Necesitamos algo similar al 15-M, a unas Marchas de la Dignidad aun mayores con la sanidad pública a la cabeza.
Ahora estás trabajando en tu próximo proyecto Aquí estamos en el que abordas la situación en la se encuentran los migrantes que llegan a las Islas Canarias. ¿Cómo surgió la idea del documental?
Hace dos meses nos fuimos de Madrid. Decidimos venir al norte de Tenerife y resulta que uno de nuestros vecinos es miembro de una asociación llamada Aquí estamos. A los pocos días subiendo cajas al piso, dio la casualidad que estaban por zoom hablando de temas de asilo, de los campamentos de la vergüenza... una casualidad que empujó a realizar este documental para intentar visibilizar la situación de las personas migrantes en las Islas Canarias, convertidas en Islas cárcel ante la pasividad del estado español, la UE y la comunidad internacional.
La situación que se está viviendo en Canarias se parece mucho a lo que sucede en Lampedusa, Lesbos, es una auténtica vergüenza
Está siendo una experiencia muy dura, pero a la vez es reconfortante y bonito ver la solidaridad innata en el pueblo canario, ver cómo están haciendo labores de acogida y cuidados que deberían estar haciendo las instituciones públicas. Las asociaciones de apoyo a l@s migrantes, y las que luchan por denunciar que migrar no es un delito, están haciendo un trabajo increíble, tanto jurídico, de denuncia, de apoyo, de recogida de ropa, comida y sobretodo de presencia.
¿Qué le diría a quienes dicen que los migrantes roban derechos a los ciudadanos del país al que llegan?
Eso es desconocimiento, miedo, lo que llena esos discursos de odio vacíos, pero con micrófonos y altavoces por todos los medios de comunicación. Es muy importante que la sociedad sepa que las personas que entran irregularmente a Europa no están cometiendo ningún delito. El hecho de emigrar y entrar a un país de forma irregular no es delito, en todo caso, sería una falta administrativa. Se trata de criminalizar la pobreza y utilizar a los migrantes, incluso a los menores, para fomentar la crispación y el odio. Nosotros intentamos con este proyecto visibilizar cómo se han afrontado las llamadas crisis migratorias, desde la de los cayucos de 2006 hasta la de 2020 en plena crisis sanitaria, con esos campamentos de la vergüenza que están completamente fuera de la legalidad y vulneran los derechos humanos a diario, aquí, en la frontera sur, en las Islas Canarias, no en Turquía o en Birmania, en el estado español, en Europa.
También nos centramos en la situación de los países de origen, en lo que está pasando en el Sáhara Occidental, en la causa saharaui, el por qué del conflicto entre el Frente Polisario y el dictador marroquí, algo clave para entender la afluencia de las migraciones por la ruta canaria, un conflicto silenciado y donde Europa y occidente están claramente apoyando a Marruecos, mientras España sigue sin asumir sus responsabilidades en el Sáhara como potencia administradora, y encima alardean de sus excepcionales relaciones con Marruecos, como por ejemplo, la semana pasada, la propia ministra de asuntos exteriores.
El profesor de Geografía e Historia en la ULL, Víctor Martín Martín, nos decía para el documental una frase muy significativa, “ellos están aquí porque nosotros estamos allí”. África es un continente rico, probablemente el más rico en cuanto a recursos minerales, combustibles fósiles, etc. Un continente en conflicto constante, maltratado, expoliado históricamente, cada vez de manera más sangrante, esquilmando sus mares, sus bosques, sin posibilidades de desarrollarse de manera autónoma y como consecuencia, empujando a sus pueblos y a su juventud a jugarse la vida en el mar.
La situación que se está viviendo en Canarias se parece mucho a lo que sucede en Lampedusa, Lesbos, es una auténtica vergüenza, l@s migrantes se encuentran en un auténtico limbo jurídico, no se les informa de si van a ser deportados, si se les va a dar asilo o protección internacional según sus circunstancias, no se les permite continuar su camino como a cualquier persona que persigue un futuro digno, muy pocos consiguen continuarlo dependiendo del estado de ánimo del policía de turno. Se encuentran literalmente encarcelados en las Islas sin haber cometido delito alguno y tras haber sobrevivido de milagro a un terrible viaje en patera por la ruta Canaria, una de las más peligrosas para llegar a Europa, es algo que no podemos normalizar ni consentir.
El 3 de mayo es la jornada de reflexión antes de las elecciones en Madrid y en el documental se dan muchas cifras sobre la situación del coronavirus en la comunidad. Con toda esta información ¿qué le pediría a la gente que tuviera en cuenta antes de votar?
Una de las pocas verdades que dijo Ayuso fue que Madrid es España dentro de España. Estas elecciones son clave, no solo para Madrid, sino para todo el estado español.
Es necesario que haya un cambio radical, y sólo con que l@s madrileñ@s tuvieran un mínimo de memoria, debería bastar para que ganasen las izquierdas en la comunidad. Pero no será suficiente para revertir la situación si no apretamos y exigimos desde las calles que se establezcan esas alianzas público/comunitarias tan necesarias. No deberíamos olvidar lo que ha pasado durante la pandemia en la comunidad donde hay 86 hospitales, de los cuales solo 22 son de gestión pública directa y que cuando estaban muriendo 700 u 800 personas al día no se pusieron a disposición de la sanidad pública.
Tampoco debemos olvidar lo que se hizo con nuestros mayores en las residencias, impidiendo que pudieran llegar a los hospitales. No sé si llamar a esto genocidio, pero no encuentro otra palabra. Que estas personas vuelvan a tener el poder en las instituciones, que salgan impunes y que la sociedad olvide lo sucedido sería algo terrible para todo el país.
Confío en que Madrid está llena de gente muy concienciada, solidaria y luchadora que no se dejará llevar por el odio, que únicamente defiende los intereses de una minoría. Deseo que gane la izquierda y he votado a la izquierda más a la izquierda, pero nuestros documentales no se casan con ningún partido, son un llamamiento a movilizar y a seguir exigiendo que esos partidos que llaman de extrema izquierda, o radical, que a la raíz van poco, escuchen las exigencias del pueblo.
¿Qué crees que va a pasar en las elecciones?
Pues sinceramente lo veo complicado. Siempre me pongo en lo peor, pero esta vez quiero tener esperanza en que en Madrid no seamos tan estúpidos como para no ver lo que hay detrás del fascismo, que es simplemente seguir protegiendo los intereses de una minoría privilegiada.
Quiero creer que no vamos a caer en esa trampa de nuevo, pero es difícil ser optimistas cuando no hemos salido a la calle todos los días a exigir que se juzguen los crímenes del franquismo, o cuando hemos comprado la versión de ese gatopardismo de transición.
Es difícil el cambio en un país donde se criminaliza el feminismo, la juventud, l@s migrantes, la pobreza... Todo apunta a que siga predominando la falta de memoria, el odio y gobernando el neoliberalismo más salvaje, pero si no tuviéramos esperanza no haríamos este tipo de proyectos, así que vamos a confiar en el sentido común, el giro puede que ya se esté produciendo.
180 grados es el último trabajo del actor y director Javier Ríos, largometraje que se une a sus obras anteriores Reset (2013) y Return (2018). El documental tiene lugar durante el confinamiento de abril de 2020 causado por la pandemia de la covid-19 y habla del virus desde las...
Autora >
Iballa Jorge Navarro
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