LA VITA NUOVA
¿Y ahora qué?
Los peores políticos de la historia de Cat salen de la cárcel con euforia. Llevan una pancarta con el texto ‘Freedom for Catalonia’. Se trata de un eslogan de los 90, cuando los JJ. OO. Lo que es una metáfora de dónde estamos tras 10 años de nada
Guillem Martínez 25/06/2021
En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
1- En los 70 del siglo XX, en plena decadencia del Liceu, y en una primera función, los malos mataban a un figurante y herían al tenor. Un coro de soldados entró a retirar al tenor. Pero se hicieron la XXXX un lío y retiraron al personaje muerto. Mientras se lo llevaban a paso lento, el muerto, para comunicar la cagada-pastoret a los soldados, empezó a cantar: “Non sono iooooo/ Non sono iooooo”. Los soldados salieron por el foro. Volvieron, al poco, con el fiambre. Lo depositaron en el lugar del crimen, se llevaron al tenor, y a otra cosa, mariposa. Nadie se enteró.
2- Los minutos musicales del punto 1 son para explicar que la decadencia es lo que uno quiera. Pero también, y sobre todo, cuando no te enteras.
3- El lunes, en un acto en el Liceu, Sánchez presentó los indultos a la sociedad civil, esa cosa que, estadísticamente, nunca ha existido en el Liceu. En tiempos, se llamaba a sí misma “la sociedad”. Hasta el 98 eran partidarios del proteccionismo y de leña al mono al obrero, ese sueldo bajo que, junto al proteccionismo, les permitía ir al Liceu. Después, pues también. Aquello no era sociedad civil, esa cosa ajena al Estado, sino su contrario. Estado. En términos generales, no existe sociedad civil en Esp. Lo que explica la cultura y la política esp del siglo XX y XXI. Y, en términos generales, no existe sociedad civil en Cat. El procés ha demostrado que no hay de eso, sino una corriente de obediencia absoluta, sin paliativos ni filtros, al Estado en Cat/la Gene. A principios del siglo XX, Josep Carner, un gran poeta maltratado por la historia –carnal, apasionado, con genio personal, no encajó con las futuras autoridades cat; ni siquiera en el franquismo, cuando no las hubo–, definía la catalanidad con una sola palabra: ironía. A principios del siglo XXI no hay de eso. Hay su contrario. Fe y obediencia. Lo que habla y sella la ausencia de una sociedad civil, esa gamberrada que, por sí misma, dificulta los autoritarismos. Esa ausencia –esp y cat– habla de sociedades hipernacionalistas.
4- En el Liceu, ante 300 ciudadanos –como en las Termópilas– con el trademark de sociedad civil, Sánchez presenta los indultos. Sinopsis: a) los indultos son “un gesto a los votantes” –de nueve personas que serán excarceladas–; b) “un punto de partida”. También c) cita a Martí i Pol. Un poeta pobre de recursos y mirada –literalista, para cuando no hay ironía ni sociedad civil–, con mucha tirada en el procesismo, para el que la poesía es como la ópera para sus antepasados. Un ruido de fondo. Sánchez no ofrece ninguna fórmula para el después, que ya es el ahora. Tan solo conceptos como “afecto”. Y el concepto “concordia”. Es un concepto importante. Lo será más, me temo. Fue emitido en 2017, por el rey. Posteriormente fue muy utilizado por el PP. Casado lo tiene en la flor de sus labios. La concordia es una actitud. No formulada en ninguna ley ni en ningún cambio. Es concordia porque sí, esa cosa posible en grupos sin sociedad civil. Por eso mismo es inquietante. Por lo demás, y se ponga uno como se ponga, los indultos son un objeto valiente, sin premio previsible. Y una doble victoria. Sobre el Deep State –los indultos, por sí solos, hablan de un abuso de Estado anterior; lo reconocen; se dice rápido–, y sobre el procesismo –ese otro abuso de Estado; propagandístico: la mentira, sobre la que ahora se podrá hablar con tranquilidad–. Por lo mismo, son dos triunfos precarios.
5- El varapalo al Deep State ha sido llamativo en un topos sin sociedad civil. La Conferencia Episcopal o el empresariado cat y esp se han decantado por los indultos. La recogida de firmas contra los indultos, por parte del PP, ha quedado pichí, de aquella manera, poco lucida. A 1.000 años luz de un boicot al cava resultón. PP, Vox y C’s se han opuesto a los indultos más allá de lo decoroso y, visto lo visto, más allá también de lo real. En el trance de hacerlo, han utilizado la alocución “golpismo”, para referirse al procés. Algo que ni siquiera hizo el TS en su sentencia sobreactuada. Importante: tras la aparición en el BOE de los indultos, PP-Vox-C’s han presentado, o han anunciado, sendos recursos. Si bien es exótico, es posible. Cabe suponer que solo ha lugar el de Vox, el único partido que estuvo, como acusación particular, en el juicio. El PP se ha dotado de la legitimidad para hacerlo gracias al ulterior informe de la Guardia Civil sobre los CDR. Un informe por los pelos, lo que dibuja una legitimación del PP por los pelos. Los recursos han sido admitidos. Algo normal. Queda por saber si serán desestimados –que es lo que tocaría, con la ley en la mano; o en el pie; o sobre la nariz–, o no. El constitucionalismo se diferencia de lo constitucional en que es incalculable. No desestimarlos, en todo caso, supondría una expansión de la Sala III del TS que chocaría, de morros, con el Consejo de Europa y con su TEDH.
6- Sobre la publicación de los indultos en el BOE. Son indultos parciales. El Gobierno ha tenido la amabilidad/buen rollito con el TS de indultar no solo la sedición esa, sino la malversación. Lo que exime al TS del engorro –y de la erosión– de recalcular las penas para el delito de malversación. Por lo demás, son condicionales. Como todos los indultos: los indultados no pueden cometer un delito grave en un segmento de tiempo. Se mantiene la inhabilitación. Importante: ningún indultado, ni ningún medio acólito, ha puesto el grito en el cielo por ese hecho. Lo que habla de cierto estrés, y de cierto agotamiento propagandístico.
La recogida de firmas contra los indultos, por parte del PP, ha quedado pichí, de aquella manera, poco lucida. A 1.000 años luz de un boicot al cava resultón
7- Esta semana el Consejo de Europa votó un texto sobre los indultos. Se trata de un texto rodeado de poesía. Es decir, de capacidad de relacionar, con cierto arte, elementos distantes e imprevistos. En el texto se aludía, sin bien diferenciándolos, al Estado esp y al turco. Un indicio de que la judicialización de la política ha supuesto un orientalismo. Una erosión importante, vamos. Rajoy, con sus decisiones, expuso el constitucionalismo, una aberración de consumo local, al público internacional, acostumbrado a productos judiciales de mayor calidad. El texto aboga por los indultos, por suspender las extradiciones de los exiliados, y por una reforma del Código Penal. El texto, a pesar del rapapolvo implícito, es un éxito gubernamental. Es un objeto de presión para el TS, para el Deep State, para la sociedad incivil, a favor de los indultos. El procesismo, a su vez, lo ha vendido como un éxito absoluto –como todos, como siempre– para su causa. Lo es si entendemos que el concepto ‘su causa’, esta mañana a primera hora ha quedado reducido a la excarcelación de sus presos. No hay otra. El texto también cuestiona, en ese sentido, los modos procesistas. La unilateralidad postdemocrática a la que, en su día, ya aludió, negándola como posibilidad democrática, el TEDH. Con todas esas letras.
8- Sobre el TEDH, ya veremos. Los indultos ralentizarán la causa en el TEDH, que ha perdido su urgencia. Cabe suponer que, llegado el caso, el TEDH no se adentrará en la sentencia del TS –el meollo; junto a la fase instructora, el pasote–, pero sí sobre posibles irregularidades en el juicio –las hubo– sobre el uso de la preventiva en modo Conde de Montecristo, y sobre la conculcación de derechos parlamentarios en algunos acusados. El Estado, de una manera u otra, todo apunta a ello, pringará. Posiblemente a través de la tan dolorosa figura de la pasta-gansa. Será bueno que una instancia superior modere el exceso de celo nacionalista de la Justicia esp. Está por ver, y mucho, si lo hace de la forma épica que el procesismo –recordemos, desautorizado también por el TEDH– presenta en sus discursos y en sus medios informativos.
9- Sobre los exiliados. Los hay de tres tipos y situaciones, lo que puede implicar itinerarios distintos. Los que son eurodiputados, los que no lo son, y los que no lo son, pero tampoco tienen causas pendientes de cárcel en Esp. La situación de los expuestos a cárcel depende de un cambio en el Código Penal. Que les eximiría de una condena gore, en el caso de que vuelvan. Pero no de una condena. Fuentes gubernamentales se inclinan por la simetría. Por el hecho de que cumplan una condena similar al pack preventiva+condena sufrida por los presos indultados. Unos 3-4 años. Mucho por mentir como posesos, en ambos casos. Algunas fuentes procesistas dicen que ese tipo de condena sería asumida por Puigdemont. Yo, la verdad, no lo veo. El tema, en todo caso, queda vivito, coleando y distorsionando la política cat. Tras las últimas elecciones cat, ha vuelto una exiliada, y no la han corrido a boinazos. Lo que habla de juego de piernas y de salidas individuales. De genio. Ya veremos.
10- Los indultos han solucionado nueve problemas individuales. Han facilitado la vida a nueve familias. Suponen un aviso –resultón, efectivo pero precario– al Deep State, para que en posteriores emisiones de Cruzada se autorregule –algo improbable–. Y han puesto al procesismo en contradicción. En ausencia de discurso propagandístico, emite ahora una Guerra Cultural a palo seco, en demanda de amnistía y autodeterminación. Es decir, utiliza el concepto autodeterminación ya como Guerra Cultural, de forma explícita. Lo que es una derrota. Waterloo pierde puntos y asideros. Algo, por otra parte, innecesario para seguir elaborando propaganda, si hay medios que la reproducen y le dan trato de información. Los hay. Estos primeros días de indulto, los medios públicos y concertados van, en ese sentido, a tutiplén. Es normal. Es normal porque a) eso ya es un oficio. Y porque b) es normal ese desfogue después de casi cuatro años de cárcel no justificada. En pocos días, si no cesa, la cosa seguirá siendo normal, esa normalidad subnormalizada, sustentada en esa propaganda sin políticas denominada procés. Eso sucederá si no hay catarsis. Si, aprovechando un correctivo a la Justicia, la sociedad, poco civil, no habla del otro abuso cometido en estos años. Sobre ella.
11- En el momento de salir de la cárcel, una cámara captó a los presos hablando. Hablaban de qué expresión utilizarían cuando salieran ante su público. Unos decían que deberían gastar cara de euforia. Otros, que cara d’enterrament/entierro. Se impuso la opción euforia. “És una victòria”, agregó otro. El procesismo afirma que hay 3.000 encausados. No los hay. Pero sí muchos. Demasiados para algo que no fue nada, salvo una dura competencia entre partidos, a ver quién se quedaba el muerto o el herido del escenario cat. Este, en fin, es un indulto para ellos. Para las élites, no para los umpa-lumpas del procesismo. La pregunta es si esos miembros de la élite saben lo que ha pasado. ¿Saben que el grueso de la sociedad cat, incluso los descartados como sociedad por el procesismo, han apoyado estos indultos y han sido, por tanto, su motor? ¿Saben que dejan a la sociedad dividida? ¿Que en el Parlament hay dos grupos de extrema derecha, uno cat y otro esp, que viven como pez en el agua, cuando el agua es la mentira? ¿Saben que se han perdido consensos amplios? ¿Saben que una sociedad pequeña, sin consensos amplios, desaparece? Los peores políticos de la historia de Cat –en lo que es una competición en verdad difícil– salen, finalmente, de la cárcel con euforia. Llevan una pancarta con el texto Freedom for Catalonia. Se trata del eslogan de una campaña de los años noventa, cuando los JJ. OO. Lo que es una metáfora del retraso adquirido, de dónde estamos tras 10 años de nada.
12- La decadencia es lo que uno quiera. Pero también, y sobre todo, cuando no te enteras. ¿Se han enterado? ¿Darán explicaciones a su sociedad? En lo que es una metáfora de lo ocurrido, a las pocas horas de esta liberación, el TC confirma la cárcel a los condenados por Encerclem el Parlament, un intento desesperado para detener la austeridad en Cat, posteriormente transformada en procesismo. Esos políticos eufóricos ¿saben lo que ha pasado? Si no lo saben, es el fin.
1- En los 70 del siglo XX, en plena decadencia del Liceu, y en una primera función, los malos mataban a un figurante y herían al tenor. Un coro de soldados entró a retirar al tenor. Pero se hicieron la XXXX un lío y retiraron al personaje muerto. Mientras se lo llevaban a paso lento, el muerto,...
Autor >
Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí