1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 1011 Conseguido 49005€ Objetivo 140000€

La vita nuova

Perdonar las molestias

Los indultos son necesarios. Pero insuficientes. Hay al menos un millar de encausados por el 1-O y otras gaitas. Muchos alcaldes, sometidos a dos violencias. La judicial. Y la propagandística: el procesismo les aseguró que no pasaría nada

Guillem Martínez 1/06/2021

<p>Fachada del Tribunal Supremo en Madrid. / <strong>Cberbell</strong></p>

Fachada del Tribunal Supremo en Madrid. / Cberbell

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

1- Repasando articuletes, la primera vez que defendí los indultos fue en octubre de 2017. Eso no explica ningún portento personal, sino que alude a otro fenómeno mayor: el grueso de los medios esp y cat de aquel momento, un tanto illuminatis, y que informaron, antes que de lo que sucedía, de las propagandas del constitucionalismo y del procés. Hoy, afortunadamente, eso ya no es así, de manera que los medios han abordado, ante los indultos, una discusión serena, madura, que... Rayos, no puedo seguir. Me tomo un frasco de Quememeo Compositum y les espero en el punto 2, a ver. 

2- Ah. Mucho mejor. Vuelvo a empezar. Se puede indultar a mamás que han robado leche materna en el súper. Pero también, y más frecuentemente, a todo lo contrario: corruptos, asesinos, torturadores, golpistas, terroristas de Estado o sin Estado. Se puede indultar a rubias, a bizcos, a sexadores de pollos, a anabaptistas, a filatélicos, a Barrabás. En general, se puede indultar hasta al gato. La momia egipcia de un gato no es más que un gato indultado, de hecho. El presente artículo, sobre la pertinencia muy razonable de un indulto a los presos procesistas, podría acabar aquí. Pero, y ya que ha salido un gato momificado, sigamos.

3- El indulto, precisamente, viene de ahí. De cuando los gatos momificados y el poder absoluto del faraón. Hoy es una atribución faraónica del Ejecutivo. Lo que supone que a) no se realiza en asamblea, ni participan en él, en modo starring, el Legislativo o el Judicial. Y b) es un fósil y una herramienta arbitraria con la que el Ejecutivo, ese arbitrario, puede, relativamente a pelo, especular, apañar, socorrer a un amigote. Pero también, c) ayudar a solucionar un problema político cuando los trámites legales no lo han conseguido, o solo lo han intensificado.

El indulto/minifalda afecta y alude a dos nacionalismos de Estado, parecidos, relacionados con un fenómeno de descomposición democrática que recorre el mundo

4- Que una herramienta que puede colaborar a solucionar un problema –poco más; la solución, lejana, está en otra parte; no se pierdan los puntos 12-14– haya sido recibida con el mismo estupor y temblores con los que, en su día, las derechas esp y cat recibieron a la minifalda, explica el carácter punk de este indulto. La razón: supone un duro correctivo al nacionalismo de Estado. El constitucionalismo. Que no es lo constitucional –o, glups, tal vez ya sí–, pero sí una máquina de poder no electo asombrosa. Pero, por aquí abajo y para acabarla de liar, tenemos más nacionalismos de Estado –la Gene, en fin, no es una ONG–. La debilidad, absoluta, de un pequeño nacionalismo de Estado frente al desproporcionado gran nacionalismo de Estado es un hecho, si bien eso no le exime, éticamente, de haber optado, si lo hace, por el mismo modelo y lógica que su primo el de Zumosol. Por, en mayor o menor grado, la misma idea de nación. Sagrada, innegociable, excluyente, sustentada en una minoría social y, por todo ello, reaccionaria, y sobre la que reposa cualquier otro concepto. Como el de democracia, que queda así reducido, como en Esp, a ser un objeto subsidiario de ese nacionalismo. Según esa lógica, los indultos no van de héroes y villanos. Sino de villanos y villanos. Unos villanos –poderosos– han ejercido el abuso de Estado sobre otros –menos poderosos, si bien más poderosos que tú; son Estado– que ejercieron la mentira de Estado sobre su sociedad. Ese abuso entre abusones no es anecdótico, sino que modifica el Estado de Derecho en favor de un nacionalismo. Por lo que debe corregirse.

5- Sobre lo punk. No hay ningún gobierno punk en el mundo. De hecho, la voluntad del Gobierno con estos indultos es el orden. Solucionar un problema que ya huele internacionalmente. Salvar a la Justicia esp de sí misma. E intentar crear un cambio de ritmo, saludable –y por ello, snif, improbable– en la política esp. Sin embargo, el indulto –un indulto a políticos, algo antipunk; skin, incluso– tiene su qué de gamberrada cívica. Por sí solo dibuja que, ante el procés –y, en general, ante todo, y desde los 90, con el nacimiento del trade-mark constitucionalismo–, se ha perdido la neutralidad institucional. La ha perdido el Judicial, las FF.SS. y la Jefatura del Estado –el discurso del 3-O, no solicitado por el Gobierno, pero sí refrendado, legitimó e invitó todo el itinerario policial anterior y el judicial posterior–. Un indulto, por cierto, no puede ser edificado sobre la voluntad de modificar una decisión judicial. Algo que el Gobierno se cuidará mucho de hacer. Pero su propuesta parte, por fuerza, de una meditación colectiva sobre lo ocurrido en el Estado durante todo este periplo. Es decir, sobre la naturaleza íntima del Estado desde los 90. Por otra parte, el Gobierno –este, no cualquier otro– tiene un problema. La pérdida de neutralidad institucional esa. Lo tiene y sufre cada día. Y lo tendrá y sufrirá más con su voluntad de indultar. En ese sentido, se juega la vida. Literalmente.

6- El indulto/minifalda afecta y alude, por tanto, a dos nacionalismos de Estado, parecidos, relacionados con un fenómeno de descomposición democrática que recorre el mundo, si bien diferenciados en su poder y competencias. Los sabotajes que, a modo de indicio, se han empezado a emitir contra los indultos, provienen de esos dos nacionalismos. Permiten, a su vez, ver cuál será la pista americana de los indultos. ¿Cómo y dónde han empezado a reaccionar esos dos nacionalismos?

La Sala del TS se debe limitar a verificar que el texto del Gobierno proponga una lógica razonada, independientemente de que esa sea la lógica del TS

7- El nacionalismo esp ha empezado a emitir, como su nombre indica, desde el Estado, a partir del preceptivo, y no vinculante, informe del TS. Es un informe negativo. Lo que es normal. Esperar otra cosa hubiera significado una ingesta de burundanga. Lo que es importante, en todo caso, son los matices de esa negativa, en tanto que prefiguran los primeros fakes vertebrados por el constitucionalismo –político y mediático– para dificultar los indultos, para utilizarlos electoralmente y como Guerra Cultural. El mayor fake es que es necesario el arrepentimiento para acceder al indulto. No lo es. Tan sólo es necesario que el Ejecutivo no se arrepienta antes de indultar. Vamos, sólo se precisa la firme decisión del Ejecutivo, que debe ser explicada al TS en un documento con un itinerario lógico. Aludiendo a la convivencia en Cat, por decir algo. Y sí, el TS puede negar una petición de indulto. En 2013 el Ejecutivo –Rajoy– vio invalidada una petición para un caso de homicidio, del que fue defensor el hijo de un ministro del pack. La razón de la denegación fue, a su vez, correcta: en aquel texto, hecho con el XXXX, se solicitaba, sin razonarlo, un indulto. De hecho, a eso se debe limitar la Sala del TS que valore la petición de indultos. A verificar que, en efecto, el texto del Gobierno proponga una lógica razonada, independientemente de que esa sea la lógica del TS. No hacerlo sería una sorpresa. Y, por lo mismo, también supondría un TS haciendo política y extralimitándose en sus funciones. Concretamente, fuera de ellas. Técnicamente, eso sería un golpe de Estado. Del siglo XXI. Tranquilo, pausado, judicial, trumpista, bisontista, consistente en imponer percepciones determinantes no fundamentadas en la ley escrita ni la tradición democrática. Rayos, releído esto último, me digo a mí mismo que es acongojante la frescura con la que la cotidianidad nos lleva a hablar de la barbarie. Esta época es la monda.

8- Lo inquietante es que el TS ha hecho política ya a lo largo del caso. Y lo vuelve a hacer en su informe, en el que el TS intenta matizar doctrina, de manera que amplía la gravedad del caso respecto a lo expuesto en la sentencia. Supongo que eso es un signo de estrés. Un doble estrés. Por una parte ante a) los dos votos particulares recientes en el TC, en los que se alude a la desproporción de la pena, y que, ojo, suponen una matización importantísima al TS, y con consecuencias en instancias europeas. El TS responde en su texto al TC, aprovechando que responde al Ejecutivo, ampliando la gravedad de lo juzgado. Wala. Por otro lado, b) la posibilidad de indulto total, que era una probabilidad para que la cosa no llegara a Europa, ha sido imposibilitada por el propio TS –su informe negativo cierra esa vía–. El indulto será ahora parcial. A falta de ver la forma final del indulto –que esa es otra–, eso no sería importante. Lo importante es que los presos salgan de la cárcel, y no tanto que persista su inhabilitación, por ejemplo, en tanto que los presos –y los exiliados– son actores políticos que nunca volverán a la política, salvo en una política aún más degradada. Pues bien, parece que el TS también habla con Europa al ampliar la gravedad de los cargos. Todo ello es posible, pero también tendencioso. Y, como decimos los estetas brasileños, no es jogo bonito. También es un indicio de los problemas del constitucionalismo con Europa.

9- El constitucionalismo es un conjunto de apriorismos no escritos y, por lo común, preconstitucionales. Por lo mismo, no es ley, sino interpretación forzada y patriótica, por lo que no es exportable a Europa, como se vio con las euroórdenes. La Justicia soberanista, que no quiere asumir una jerarquía europea sobre ella, es una tendencia iliberal en los países –dos– en los que ya se ha producido. En sus actuaciones ante el procés, el TS no ha cumplido, en dos ocasiones, sentencias europeas. Lo que no es una metáfora, sino una prueba de que el TS es consciente de su soberanía amenazada. Y que lucha por ella. El constitucionalismo, si no cambia Europa –no es, snif, descartable– es una carrera hacia una colisión fatal con Europa, lo único que nos salva, en ocasiones, de casi todo.

El constitucionalismo, si no cambia Europa es una carrera hacia una colisión fatal con Europa, lo único que nos salva, en ocasiones, de casi todo

10- El procesismo ha respondido a los indultos, a su vez, desde las declaraciones de políticos y desde sus medios. Por ahora no ha emitido declaraciones institucionales, vacías y sin valor, lo que indica un cambio. Es sintomático que se opte por preferir oficialmente la amnistía, o incluso por rechazar el indulto. Por lo mismo que los rechaza el TS. Por el fake de afirmar que presuponen arrepentimiento. JxC está por la amnistía –un tanto de perfil y calladito estos días; no durará mucho; su futuro como partido puede pasar por luchar contra los indultos y visualizar en ellos una traición de ERC; mientras, esto es procesismo, acepta los indultos a lo bestia–. ERC, CUP y Òmnium también entran en ese bloque formalmente pro-amnistía. ANC, como la ultraderecha esp/el constitucionalismo, se niega frontalmente a los indultos. Es preciso señalar que la amnistía defendida por el procesismo son dos cosas: a) un intento, sin mucho trayecto, de que los presos no sean inhabilitados, y puedan seguir en cargos. Y b) una Guerra Cultural, con la que enfrentarse a los indultos –mientras se aceptan–, y al cambio de ambiente que supondrían. Parece ser, en ese sentido, que ERC no la practicaría. Lo que es otro cambio. Sobre la pertinencia de una amnistía: es una opción arriesgada, en tanto supondría una vía –del Legislativo, no del Ejecutivo– de excarcelación de políticos que, una vez desprecintada, quedaría en manos del PP, esa factoría de políticos encarcelados. Por otra parte, una amnistía implica un alto reconocimiento cívico que aquí no existe. Recordemos que los presos, víctimas de un abuso judicial, no son por ello Mandela. Mintieron. Y es muy probable que sigan haciéndolo. Mentir, recordemos, no es delito, o no lo es siempre. Es una molestia. Una imposibilidad de realidad.

11- Es llamativo y difícil de interpretar que el presi Aragonès haya optado –de manera momentánea y con freno y vuelta atrás; lo que es un cambio– por las armas maravillosas, tradicionales del procesismo, al apuntar vías fake para una amnistía. Como la aplicación de la Ley de Amnistía del 76. Algo que no es cierto. Ni posible. En general, los presos no saldrán de la cárcel por esa ley, por la Ley de Pesos y Medidas, o por el Tribunal de las Aguas. Ignoro el porqué de sembrar la confusión –la piedra angular del trumpismo y del procesismo– al respecto, por unos instantes y a estas alturas. Tal vez por mal asesoramiento legal, la gran seña de identidad del procesismo, y de la que debería alejarse, una vez visto a dónde le ha conducido.

12- Los indultos son necesarios. Pero insuficientes. Hay al menos un millar –casi 3.000 según la Gene– de encausados por el 1-O y otras gaitas. Muchos alcaldes, sometidos a dos violencias. La judicial. Y la propagandística –el procesismo les aseguró que no pasaría nada, que el 2-O habría un cambio legal, apoyado por Alemania, entre otros all-stars; se dice rápido; el staff procesista, preocupado por el posible castigo, quiso que la sociedad desobedeciera por ellos; lo dicho: tienen que desaparecer de la política–. Estas son las verdaderas víctimas. Muchos de los alcaldes son maestros. Una inhabilitación les impediría trabajar. Por años. Y sin recibir los 7.000 euros mensuales que han recibido del PDeCAT al menos dos presos. Habría que hacer algo por todas estas personas. Un cambio legal, que sobreseyera sus causas y, de paso, introdujera el siglo XXI en los artículos del Código Penal que hablan de sedición, rebelión y carreras de cuadrigas. Ese movimiento debería solucionar también el problema de los exiliados. 

13- La salida de los presos, deseable, sólo debería ser un principio. Quedan más cosas. Y menos factibles. Devolver Cat a un anclaje político relajado en el Estado. Recordemos, hermanos, que todo esto empezó con una gracia constitucionalista: pelarse un Estatut votado por la ciudadanía. Esta vez el nuevo anclaje debería culminar con una votación vinculante. Se debería obtener, como mínimo, un reconocimiento nacional, una financiación razonable, y un reconocimiento lingüístico que no fuera simbólico todo ello, que supone una mayoría social en Cat superior al procesismo o a sus contrarios, es lo que quería el procesismo en 2017, aunque mintiera explicando otras metas–. Sería deseable, e higiénico, que ese anclaje supusiera también aportar más derechos desarrollados, herramientas de participación, y herramientas de control ante el nacionalismo de Estado esp y cat. Herramientas federales, vamos, para controlar la bestia/el Estado, y que no nos vuelva a caer encima, en forma de abuso de dos nacionalismos. 

La mentira y la confusión ya poseen dos grupos parlamentarios esencialistas en el Parlament, usuarios de dos nacionalismos de Estado, distantes y similares

14- Lo expuesto en el punto 12 y 13 supondría un momento cero. Un volver a empezar gracias a los indultos. Es mucho, pero no es nada sin cambios culturales. Difíciles. El constitucionalismo utilizará los indultos para la Guerra Mundial Cultural Z. Y está por ver –es un decir– lo que hará el procesismo. JxC, la CDC de siempre, pero depurada, relacionada con las nuevas extremas derechas europeas, y especializada en Guerra Cultural, no podrá parar/es su carácter. Está por ver si puede hacerlo ERC, un partido que, desde su época Junqueras, utiliza la mentira como herramienta cotidiana, incluso para menudencias que te las consigue Glovo. Sí, hay una ERC detrás de ERC, con individuos con valores republicanos. Y escandalizados. Deberían dar un paso al frente. En general, es preciso dejar de mentir. El uso abusivo de la mentira –o de algo peor: la aludida utilización de la propaganda en el rol de los análisis– es una densidad absoluta en Cat. Y en Esp. Pero Cat es una sociedad más pequeña y más frágil. No puede soportar tanto fake sin irse al guano. Ya está ahí, viendo nacer huevos de serpiente. De hecho, ya resulta difícil, sino imposible, discernir sobre el problema cat, esa cosa real, pero enterrada bajo tres metros de procesismo. Perdonar, por otra parte, no solo es noble, sino que limpia. El 70% de la sociedad cat está por ese perdón. Es, esta mañana a primera hora, la única mayoría absoluta que existe en Cat. Se tendría que ser fiel a ella. No instrumentalizarla, especialidad del procesismo. Tenerla en cuenta, por primera vez en 10 años. Y optar, sin grandes ceremonias, por vías que excluyan el uso convulso de la mentira. La mentira y la confusión ya poseen dos grupos parlamentarios esencialistas en el Parlament, usuarios de dos nacionalismos de Estado, distantes y similares. Es preciso invalidar esa vía, de mentira y mito, antes de que eso sea la normalidad. No sé si es posible, sinceramente. El perdón y el diálogo social, algo más importante que los indultos, y más costoso, y aún posible, obliga a ello.

1- Repasando articuletes, la primera vez que defendí los indultos fue en octubre de 2017. Eso no explica ningún portento personal, sino que alude a otro fenómeno mayor: el grueso de los medios esp y cat de aquel momento, un tanto illuminatis, y que informaron, antes que de lo que...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

Guillem Martínez

Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí