La vita nuova
Adiós a –casi– todo eso
Hay que aplaudir el artículo de Junqueras y lamentar que no llegara antes. Para los amantes de la política sustentada en juramentos y ceremonias –el unilateralismo esp y cat–, esto es un arrepentimiento. Si lo querían, aquí lo tienen
Guillem Martínez 14/06/2021
En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
1- Se ha finiquitado el procés. Bueno, eso es lo que parece. No se pierdan el punto 8.
2- La pregunta es, dos puntos, ¿cómo, desde dónde se finiquita el procés en una sociedad con medios degradados, al punto de que, si no lo estuvieran, el procés no hubiera existido nunca jamás? Pues a través de dos artículos periodísticos, aparecidos en el diario Ara y firmados por líderes procesistas. Es decir, a partir de un género del siglo XIX. Es decir, la cosa está tan desparramada que, para frenarla, se ha evitado los medios y formas del siglo XX y XXI, en los que nació, creció y vivirá, de algún modo, el procés. Lo que es un indicativo de que, para hablar en serio –algo que no ocurría desde hace diez años–, no son fiables los medios de broma. Ni siquiera para sus líderes. Este punto 2 es absolutamente inquietante, ahora que lo releo.
3- Aprovechando que, por fin, ha aparecido el verbo en el procés, el presente artículo interpretará esos dos textos. Esos dos textos no solo son el presente, sino indicios del futuro, no necesariamente brillante. Este articulete finalizará –y todo por el mismo precio– con un simpático –o no– popurrí sobre el minuto y resultado en los indultos. Bueno. Al tajo. El primer texto, el más importante, es Mirant el futur, de Junqueras. Es el más nítido y programático.
Junqueras y ERC han quedado a la altura del betún en el target procesismo-hegeliano y de las JONS. Para estos consumidores de fake, Junqueras y ERC son unos traidores
4- El texto, rico en fórmulas procesistaZzzz, de pronto opta por lo inaudito. La realidad. A) Dibuja un “Estado que –a lo largo del procés– ha sido cada vez menos legítimo y democrático”. Si bien B) y aquí empieza la juerga, “nuestra respuesta tampoco fue entendida como un planteamiento legítimo por una parte de la sociedad”. Vamos, y esto es importante, equipara la cultura democrática de ambas trincheras, sumamente chungas en ambas trincheras. Se dice rápido. Mola. Se apuesta por C) la vía escocesa, inaplicable e intraducible fuera del Reino Unido. Si bien con ese simbolismo escocés se rechaza, zas, el unilateralismo, esa cosa inaplicable e intraducible fuera de Cat. Y que es una suerte de unilateralismo simbólico, inoperante, electoralista, fundamentado en declaraciones y en información de medios acólitos. Se viene a explicar que D) la indepe consiste en “crecer en votos”. Vamos, en hegemonía. Y esto, a su vez, también lo cambia todo. Sin hegemonía –ese ha sido el caso desde el minuto 0 del procesismo–, todo lo hecho es opereta, propaganda al servicio de una minoría social, verticalidad, y todo ello sin el engorro agregado de emitir políticas públicas. Lo que en póker se llamaría un farol, en TV3 un procés d’autodeterminació Mare de Déu de Montserrat size, y en JxC, Vox, el pack brexit y el pack trumpismo, política. Se establece, E) un referéndum como punto final –sin fecha y tan amplio y genérico que puede serlo para un nuevo estatut, o para que David Bisbal salga de la Academia–. Se alude a la mesa de negociación como F) un momento para la “desjudicialización”. Y emplaza al Gobierno a que G) muestre su compromiso “con la reconciliación, el diálogo y la negociación”. Es decir, que indulte, rapidito.
5- Podría haber sido más lúcido pero, en su contexto –el procesismo/el fake–, es exótico. Reconoce un error táctico y lo minimiza, si bien solo eso da pie para que la ciudadanía del presente y del futuro pueda evaluar, por sí sola, la debacle ética que ha supuesto el procés, una prolongada mentira de Estado, la degradación del periodismo cat, la incorporación de las nuevas extremas derechas en Cat, y una subnormalización de la política y de la sociedad, tratada, durante años, como menor de edad. Hay que aplaudir ese artículo, lamentar que no llegara antes –el diagnóstico exhibido es antiguo; tanto como el procés–, y ver en él una disculpa. En la vida de los adultos, y más en la política, la disculpa se produce poco, y de manera formal incluso menos. Para el creciente segmento de amantes de la política sustentada en juramentos, ceremonias y renuncias públicas a las pompas y obras de Satanás –el unilateralismo ese; esp y cat–, esto es un arrepentimiento. Si lo querían, aquí lo tienen. Que luego no digan que no se produjo y que, por tanto, no ha lugar al indulto. Punto pelota. Por lo demás, Junqueras y ERC han quedado a la altura del betún en el target procesismo-hegeliano y de las JONS. Para estos consumidores de fake –el manjar de la nueva extrema derecha–, Junqueras y ERC son unos traidores. En todo caso, eso –traidores– es lo que necesitábamos y pedíamos. Alguien que traicionara a una industria política y comunicativa, diciendo algo muy parecido a la verdad, y exponiéndose con ello a ser corrido a boinazos. Lo que nos lleva al segundo artículo. La respuesta de JxC al artículo de Junqueras, firmada por Jordi Sànchez. L’1 d’Octubre no va ser un error.
6- Sànchez emite un artículo confuso. La confusión es el sello de los señores/as búfalo. Reivindica los indultos, observa el artículo de Junqueras como un giro radical y condenable, si bien, wala, no supone una ruptura en la coalición de Govern. No asume error ni ruptura social en Cat. Y se centra en dos conceptos importantes, que separan a ERC y a JxC en esta fase. Ojo. Concepto a): no es necesaria una mayoría social para la indepe –lo que es ya un decálogo de una idea restrictiva de democracia, cotidiana–. Concepto b): la unilateralidad es irrenunciable. Es decir, la propaganda, el mito –en eso ha consistido la unilateralidad en Cat–. Entre medias, y consciente de que el artículo de Junqueras emite algo de realidad, Sànchez se plantea jugar en esa liga. Y la lía. Afirma que el 1-O “fue concebido para forzar al Gobierno a abrir una vía de diálogo y negociación”. El 1-O era, vamos, un objeto con el que negociar con el Estado cualquier otra cosa, salvo la indepe. Defendiendo que Junqueras era un traidor, un mentiroso, Sànchez aporta una prueba de la gran mentira del procés. Una manifestación, duramente reprimida y judicializada, pero defendida como referéndum, de pronto, y contradiciendo toda la información oficial –no hay otra en Cat–, no era un referéndum, como se podía apreciar usando los ojos.
7- A Sànchez, por eso, le ha caído la del pulpo. Sectores de JxC –un partido sin sectores, con capillitas, todas centralizadas en Waterloo– han firmado un manifiesto para que dimita. Kim II Sung, desde Waterloo, ha desautorizado ese manifiesto, que sólo puede existir con su autorización y promoción, por otra parte. La sensación es que Sànchez tiene los días contados, antes de ser fusilado –mediáticamente– por ser un espía al servicio del capitalismo y de Corea del Sur. Lo que dibuja un JxC sumamente inestable, y aún más inestabilizado por los indultos, que todavía no se han producido. No existe unidad en el procesismo. Tan solo la mínima: seguir en las instituciones. No les es precisa ninguna más, pues nunca se trató de nada más.
8- Uno de cada dos artículos sobre indultos, por tanto, reclaman unilateralidad. La unilateralidad es, para el procesismo, lo que el chicle sin azúcar para los dentistas. Creo que está todo dicho sobre ella –es un símbolo; propaganda; es cursi; idiotiza; es el constitucionalismo en Cat–, pero se han dicho cosas tan divertidas que merece la pena dedicarle un punto. El 8. Sànchez afirma que el Estado es unilateral –en efecto; te puede unilateralizar en toda la frente en un plis-plas, como señaló Hobbes–, por lo que también debe serlo el procesismo. Entiende la unilateralidad como una forma propagandística que, en el Estado o en la Gene, no está sujeta a derecho. Es su elisión. Es, por ejemplo, lo que dijo Ayuso en Colón –supéralo si puedes, Puigdemont–. Elsa Artadi –tal vez la futura presi del Parlament, en cuando empuren a Laura Borràs, un juguete que ahora nadie quiere, después de confiar en él para otra partida judicial; el procés es, también, inhumano–, afirma, sic, que la unilateralidad es como el derecho a la huelga. Es decir, como una huelga en la Diagonal, ese día en el que no puedes comprar un huevo Fabergé. Es, vamos, una molestia. En este caso, simbólica, y con la que molestar al Estado –el Estado, en general, es esa cosa a la que resulta difícil molestar– y a todo lo contrario a él, una mayoría de la sociedad Cat. Por lo mismo, no creo que desaparezca. Por selección negativa, el periodismo y la política cat consiste, en muchos casos, en eso. Habrá que convivir con ello. Y reírse. Se nos olvida, pero hemos reído mucho con la unilateralidad, el bufalismo local. Y no se me ocurre otra. Si ríes, el yuyu no vendrá.
9- Bueno. Indultos. Calentitos, al punto que igual salen del Consejo de Ministros esta semana. Me alegro de que el Gobierno apueste por ellos. Pero ignoro la razón. Lo que el procesismo va a hacer con Junqueras y con Sànchez no será nada comparado con lo que le hará el constitucionalismo al Gobierno. Es un combate desigual. Y el beneficio es poco. Dos años de negociaciones y relativa tranquilidad, hasta que la mesa de negociación –todo pinta así– se agote. No hay cambio constitucional posible, ni interpretación nueva en el TC, ni mayoría para una reforma constitucional que cree un reconocimiento a la plurinacionalidad, o a un Estado Cat federado. Será necesario imaginación y símbolos –el procesismo se conformaría, incluso, con eso último, siempre que el premio quede repartido, de forma asimétrica, entre JxC y ERC/el pupas–. El Gobierno podría haber optado por el tercer grado como solución, que llegaría en breve. Lo ha hecho por los indultos. E, importante, por la reforma del Código Penal. Un indicativo de que no lo tiene claro con los indultos, y que no descarta una sorpresa en el TS. En ese sentido –lo veremos en breve– puede tener razón.
10- El informe del TS sobre los indultos es inquietante. Lo inquietante: es un dictado, unas instrucciones de uso para la Sala III, la que tendría que evaluar los indultos como dotados de argumentario por parte del Gobierno, y nada más. El texto de Marchena es, así, un indicio de que la Sala III puede practicar huelga a la japonesa con los indultos. El asidero sería el concepto motivación, introducido en 2004 por Ramón Trillo –jurista, como todos los del pack constitucionalismo, prestigioso en el pack constitucionalismo; al punto que, no te digo más, en 2011 recibió la prestigiosa Orden de la Vieira–. Utilizado, desde entonces y hasta ahora, para aceptar o negar cargos, ese principio puede utilizarse en este momento –ese sería el riesgo democrático– para aceptar o negar indultos, esa facultad del Ejecutivo. La Ley de Indultos –muy razonable; creada en el periodo revolucionario de 1868– no establece que el TS tenga que valorar un indulto. Pero el TS puede elaborar doctrina. O sus símiles. Sin otro límite que el TC, ese ente que no se mete en política. “No somos los últimos porque seamos infalibles, somos infalibles porque somos los últimos”, dijo, en ese sentido, Robert Jackson, miembro del TS USA para explicar un TS. Glups. Un señor muy listo me señala que el punto para ver si el TS la lía, o no, será ver si admite, o no, recursos de partidos contra los indultos. Algo, en principio, inadmisible.
11- El argumentario del Gobierno frente al constitucionalismo es la ley –algo que, visto lo visto, no es tan importante en el constitucionalismo–. Y la percepción internacional. El hecho de que la UE, el Consejo de Europa, votos particulares en el TC, y Amnesty International avalen o, incluso, pidan los indultos, con todas las letras. Es un combate con el constitucionalismo, ese golpe de Estado latente, unilateral, lento, sustentado en la percepción, como se vio el domingo en Colón, cuando el staff PP presentó la posibilidad –inconstitucional, como el grueso del constitucionalismo– de que el rey no firme los indultos. El rey, tan expansivo en 2017, debería decir algo al respecto. Es decir, pedir que le refrenden un discurso compensatorio al suyo de 2017, que le permitiera alejarse del constitucionalismo y del pack ultra-derecha esp. Ahora, que sólo se han embarcado PP, C’s y Vox en esta involución, sería el momento. Por lo que sea, el Gobierno Sànchez sólo refrenda discursos del rey en modo Miss América. Igual, glups, es buena idea.
12- Más sobre el combate aludido en las alturas del Estado. No sólo es entre el constitucionalismo y un punto de vista no integrista del Estado-nación, sino entre la Responsabilidad de Estado esa y la Irresponsabilidad de Estado. El PSOE es el valedor de la Responsabilidad. En solitario. Se preocupa, en este caso, por el prestigio, sumamente erosionado, de la Justicia esp. Por otra parte y en general, el PSOE es fiel, responsable, ante los pactos no escritos del R’78. Esta semana, verbigracia, parece que se pelará la ley cat que regula los alquileres. En tanto el Parlament no tiene competencia. Es decir, que el Gobierno debería legislar una para todo el Estado. La Irresponsabilidad de Estado, la política consagrada a mitos no integradores es, a su vez, el constitucionalismo –y, en menor medida, en tanto es muy menor, el procecismo–. La Responsabilidad y la Irresponsabilidad de Estado son, esta mañana a primera hora, y en términos generales, dos tipos de inmovilismo –lo de los alquileres, ya es de guasa–. Uno de esos inmovilismos es, incluso, regresivo –lo de los indultos haría reír, si no hiciera llorar.
1- Se ha finiquitado el procés. Bueno, eso es lo que parece. No se pierdan el punto 8.
2- La pregunta es, dos puntos, ¿cómo, desde dónde se finiquita el procés en una sociedad con medios degradados, al punto de que, si no lo estuvieran, el procés no hubiera existido nunca...
Autor >
Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí