PALOMA DEL RÍO / PERIODISTA DEPORTIVA DE TVE
“Los programas deportivos están hechos por y para hombres. Parece que las mujeres estamos de florero”
Ricardo Uribarri 2/07/2021
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Hablar de Paloma del Río (Madrid, 1960) es sinónimo, entre otras cosas, de Juegos Olímpicos. La histórica locutora de Televisión Española es la periodista en activo que más ediciones de la gran cita deportiva ha retransmitido en nuestro país. Con la próxima de Tokio serán 15, nueve de verano y seis de invierno. Su cercana jubilación hará que esta sea la última, culminando un camino que empezó hace nada menos que 33 años, en Seúl. Durante su larga trayectoria ha cubierto numerosas disciplinas, pero su inconfundible voz está asociada, especialmente, a la gimnasia, tanto la deportiva como la rítmica, y al patinaje artístico. Meticulosa al máximo en su trabajo, defensora del deporte femenino y de los más minoritarios, es un ejemplo de que, para triunfar en la profesión, no hace falta dedicarse al fútbol. El premio Ondas y las Medallas de Oro y Plata de la Real Orden del Mérito Deportivo que tiene concedidas, entre otros galardones, así lo corroboran. Poco antes de afrontar el que será un momento emotivo e histórico para ella, atiende a CTXT para hablar de olimpismo, deporte, periodismo y televisión.
¿Qué siente al estar ante sus últimos Juegos Olímpicos?
Para mí ha sido una gratísima sorpresa el hecho de poder tener otra vez estos Juegos porque yo, de hecho, me despedí de ellos en la ceremonia de clausura de Río. Entonces ya sabíamos que había sido Discovery la compradora de los derechos. Me lo tomo como una prórroga inesperada. Pero estos sí que definitivamente van a ser los últimos, independientemente de lo que haga Radio Televisión Española, porque los siguientes de verano van a ser en 2024 y yo espero estar jubilada para esa fecha. Así que siento emoción y alegría por poder volver a trabajar en unos Juegos, pero, al mismo tiempo, un poco de preocupación por cómo se van a disputar, porque no van a ser unos Juegos normales, sino extraordinarios en muchos sentidos. Hay un factor importante que es de convivencia, de intercambio de culturas, de conexión con otros deportistas, con otras nacionalidades, con una torre de babel que es el mundo de la comunicación y eso en Tokio no se va a dar. Van a ser unos Juegos completamente diferentes, no van a tener nada que ver con todo lo que yo he vivido anteriormente. Normalmente suele haber entre 14.000 y 15.000 representantes de medios de comunicación en unos Juegos y en esta ocasión se calcula que va a haber unos 6.000.
¿Qué suponen para usted los Juegos Olímpicos?
Siempre me han gustado muchísimo, pero hasta que no los vives desde dentro no te das cuenta de la dimensión tan brutal que tienen. Por un lado, está la parte empresarial, que es obvio que existe, y por otro está la parte romántica de la consecución de un sueño de muchos niños cuando empiezan a hacer deporte. El olimpismo es una forma de vida en la que aprendes los valores del deporte y que yo trato de aplicar a mi vida. Valores como el esfuerzo, el trabajo, el saber gestionar el éxito, pero también la derrota, trabajar en equipo o ser generoso con el compañero. Son valores perfectamente aplicables a la vida de cada uno y se pueden utilizar como método de enseñanza y aprendizaje, especialmente para los niños.
¿De qué edición de los Juegos guarda mejor recuerdo y de cuál el menos bueno?
El mejor recuerdo, por lo que supuso de revolución, además del factor sentimental por ser en casa, lo tengo de Barcelona. Introdujo una serie de avances técnicos e ideas originales en tecnología e informática que luego se han seguido aplicando y desarrollando a mayor escala. El carril olímpico, por ejemplo, es una idea que nació en Barcelona y que se ha utilizado en muchas ciudades posteriormente. Los de Pekín fueron grandiosos, los chinos echaron el resto. Y de invierno también ha habido buenísimos, como los de Vancouver. Respecto a los peores, diría que los de Atlanta 96. Pero están a la par con los de Río, que fueron tremendos de inseguridad, de desastre de organización, de no tener cosas elementales, como papel para fotocopias, los carteles indicadores de las paradas de los autobuses llegaron el último día… Salieron adelante y seguramente los espectadores en su casa no se dieron cuenta, pero los que estuvimos allí nos dimos cuenta de las carencias que tenía aquello con el dinero y la inversión que había habido.
Si echa la vista atrás, ¿de qué retransmisión guarda mejor recuerdo?
Todas las transmisiones en las que hay un equipo español o un deportista español que tiene opciones de medalla tienen un plus de emoción. Cuando se están jugando una medalla yo paso verdaderos nervios. Fue muy entretenido, muy emotivo, muy emocionante, de hecho, lloré muchísimo, con la medalla de oro del conjunto de gimnasia rítmica en Atlanta 96, logrando batir a Rusia y Bulgaria que parecían imbatibles. O las medallas de Carolina Pascual en Barcelona 92, las de Gervasio Deferr, en salto, Patricia Moreno, en Río, el conjunto que logró la medalla de plata en 2016 y que hizo cuatro ejercicios formidables… Es muy bonito ver competir a Simone Biles, pero cuando hay españoles por medio hay otro matiz.
Se ha convertido en alguien popular retransmitiendo deportes minoritarios, lo cual invita a pensar que lo ha hecho muy bien y que, quizá, esas disciplinas interesan más de lo que parece.
Cuando me entregaron el Premio Ondas, una compañera mía, Anna Bosch, que es de Internacional, vino a la ceremonia y me dijo: “Conseguir ganar este premio desde un locutorio no es nada fácil”. Quizá, como dices, resulta que esos deportes no son tan minoritarios y que tienen una aceptación, o que, sin echarme el pisto, resulta que por la manera en la que yo retransmito hace que la gente no cambie de canal, que eso también es muy divertido y muy emocionante. Quiero pensar que el deporte en sí tiene un punto de atractivo. Entiendo que también influye que el lenguaje que utilizo es accesible para todo el mundo, no me meto en barullos técnicos, porque sino sería inabarcable para la gente. Hablo para que se entere mi madre. Y parece que llego al objetivo.
Cuando me hacen ofertas por teléfono o entro en la farmacia a comprar algo, la gente enseguida me dice que ‘esa voz me resulta familiar’
Hay un aspecto suyo muy reconocible que es la voz. Gracias a ella la gente la ha identificado con el paso de los años.
Sí, eso me lo dicen mucho, pero es algo en lo que no he intervenido, es algo como el que nace con los ojos azules o el pelo rubio. Pero es verdad que me la cuido mucho, especialmente en los Juegos Olímpicos, que tengo tantas horas de transmisiones. Con el paso del tiempo se va poniendo más grave, pero llevo una alimentación muy determinada, no tomo aquellos alimentos que me la puedan dañar. Es verdad que a mí me identifican más por la voz que por la cara. Cuando me hacen ofertas por teléfono o entro en la farmacia a comprar algo, la gente enseguida me dice que ‘esa voz me resulta familiar’. Y yo les digo, ya, ya, sobre todo si les gusta el deporte.
España es un país donde han surgido campeones por generación espontánea. ¿Paloma del Río es el equivalente a Severiano Ballesteros, Ángel Nieto, Carolina Marín o Javier Fernández, por ejemplo, en el periodismo?
Pues no sé si es tanto, pero, evidentemente, yo creo que tiene mérito el hecho de tener un prestigio dentro de la profesión y un seguimiento por parte de los espectadores de los deportes que hago. No me ha parecido nunca oportuno meterme en el mundo del fútbol, entre otras cosas, porque a mí me tiene que gustar muchísimo el deporte que retransmita y el fútbol, en general, no me parece entretenido.
¿Dedicarse a retransmitir disciplinas como gimnasia o patinaje fue una elección suya o se la impusieron?
Vino porque hubo un momento en que los que mandaban decidieron que Olga Viza, que era la que hacía la gimnasia artística y presentaba Estadio 2 los sábados por la tarde, y María Escario, que se encargaba de la gimnasia rítmica y de presentar Domingo Deporte, se dedicaran solo a presentar y había que buscar a otra persona para hacer las transmisiones de gimnasia. Fue cuando heredé de ellas ese cometido. Y con el patinaje fue algo parecido. En el año 94 la persona que lo hacía se jubiló y me pusieron a mí. Yo no he pedido nunca hacer nada. Lo que me han encargado, como fue mi primera retransmisión, que fue un campeonato de tenis de mesa en Sevilla en 1987, me lo he preparado y listo.
¿Y hay alguna disciplina que le hubiera gustado retransmitir y no la ha hecho?
Siempre me han gustado más los deportes individuales que los de equipo, quizá porque estoy más acostumbrada a ello. Cuando he hecho partidos de voleibol me ha costado un poco de trabajo adaptarme a tanto movimiento tan rápido. Es otra técnica, es otra manera de hacer las cosas, pero bueno, preparándote terminas por hacerlo y encajar bien las piezas. No hay nada que sea imposible. Si hubiera podido, me hubiera gustado retransmitir de forma más constante los saltos de trampolín. Es una especialidad del tipo de la gimnasia, de un control aeroespacial del cuerpo, en movimientos, en rotaciones… Tengo el ojo adaptado de la gimnasia y me resulta sencillo ver que es lo que hacen los saltadores.
Un aspecto que se nota que cuida mucho es la documentación de las competiciones.
Sí. Cuando empecé había publicaciones de fútbol por todos lados. Pero de estos deportes, no. Para mí era una complicación meterme en el meollo de lo que era el deporte en sí porque no había documentación más allá de los reglamentos, que te los tienes que aprender, por otra parte. Pero lo que hacía es que cuando me marchaba fuera a transmitir alguna cosa me iba a librerías a comprarme libros y revistas que me pudieran dar más documentación de lo que yo tenía que transmitir. Y así es como lo he estado haciendo hasta que apareció Internet, que ya te pone todo al alcance de tu mesa.
Al ser pocos los periodistas que siguen estas disciplinas minoritarias supongo que es más fácil que haya una relación cercana con el deportista. ¿Es bueno hacerse amigo del deportista o no conviene?
Yo procuro no ser amiga de los deportistas hasta que no se retiran, si ellos quieren ser amigos míos. Si cuando estás transmitiendo, encima tienes una relación más allá de lo profesional, todavía lo pasas peor. Si luego se da la circunstancia de que la vida nos pone en el camino de ser amigos, fenomenal. De todas maneras, yo lo transmito con todo el cariño del mundo, como si fuera mi hijo o mi hija, pero sin involucrarme emocionalmente, porque si no luego sufro mucho.
Yo lo transmito con todo el cariño del mundo, como si fuera mi hijo o mi hija, pero sin involucrarme emocionalmente, porque si no luego sufro mucho
¿Las mujeres que empiezan ahora en el periodismo lo tienen más fácil que en su época?
Sí, ahora sí, pero para hacer determinadas cosas. Desde luego, para ser directora de un programa de deportes, pues no. Porque todos esos programas están dirigidos por hombres, llevados por hombres, hechos por hombres, destinados a hombres y parece que las mujeres estamos de florero.
¿Qué le dice que en los dos últimos Juegos las deportistas españolas hayan sacado más medallas que los deportistas masculinos?
Pues que en el momento que nos han dado la oportunidad de demostrar el nivel que tienen las mujeres, ahí están, y que, aunque el resto del tiempo no aparezcan mucho en público porque los medios de comunicación no les hacen mucho caso, estas deportistas siguen trabajando y teniendo sus éxitos. Es la sensación de que no existen excepto cada cuatro años y es una pena porque no es sólo que si existen, sino que tienen un entrenamiento brutal y nadie las hace ni caso. Los medios tenemos que hacer una revisión severa de lo que hacemos. Está claro que nosotros somos los responsables de que a estas deportistas no se las vea nada más que en los Juegos Olímpicos.
¿Cree que las federaciones deportivas impulsan el deporte femenino como deberían o ponen el foco más en el masculino?
Pues ahí ha habido también una evolución. Yo soy coordinadora de patrocinios y federaciones dentro de la dirección de Deportes y hemos gestionado con muchas federaciones la emisión de acontecimientos de diferentes disciplinas. Y en un primer momento venían solo a hablarnos de la competición masculina, no existía la femenina. Hasta que desde la propia dirección de Deportes de TVE hicimos una apuesta clara por el deporte femenino y cuando venían a ofrecernos algo les decíamos que también queríamos a las chicas. Esto ocurría hace unos diez años y ahora, afortunadamente, creo que no hay ninguna federación que venga a negociar la retransmisión de competiciones exclusivamente masculinas porque, entre otras cosas, nosotros no lo aceptaríamos.
Las deportistas actuales recogen el testigo de las pioneras que abrieron el camino hace muchos años. Sobre muchas de ellas ha escrito en su último libro, Más que olímpicas.
Es un libro que nació como el deporte femenino, a trompicones. Está lleno de obstáculos, porque por una serie de circunstancias hubo un momento en 2019 que no pude seguir adelante sola, pero finalmente hemos podido sacarlo adelante gracias a la colaboración de Juan Manuel Surroca, un experto en olimpismo, al que pedí que me ayudará a escribirlo. Hemos querido dar valor y poner encima de la mesa el trabajo de estas mujeres que se han dedicado al deporte, especialmente en los años más duros, que no son los más recientes, sino los más antiguos, en los que la mujer prácticamente se dedicaba a tener hijos y a ser ama de casa. Y las pioneras, tanto olímpicas como paralímpicas de los primeros 50 años del siglo XX son las que se merecen un reconocimiento que no tienen. En el libro se pueden encontrar las biografías de varias de ellas y la gente podrá ver que ha habido mujeres que se esforzaron en hacer deporte en condiciones muy duras.
Cargar la responsabilidad en la televisión pública está muy bien como defensa, porque lo único que les parece interesar a otros son el fútbol, la fórmula uno, las motos
Muchas veces se dice que el deporte minoritario y femenino no se programa más en las televisiones porque no tiene audiencia y no es rentable, pero es evidente que lo que no se ve no existe. ¿Cómo se puede romper este círculo?
Las televisiones, tanto públicas como privadas, tenemos una responsabilidad social que debemos cumplir. Cargar la responsabilidad en la televisión pública está muy bien como defensa, porque lo único que les parece interesar a otros son el fútbol, la fórmula uno, las motos o cualquier otra cosa, pero el resto no, porque no da audiencia. ¿Y si no lo has programado nunca como sabes que no da audiencia? Enseguida le cargan a la tele pública con la responsabilidad de emitir estas cosas porque es un servicio público. Chico, tú tienes una concesión pública también y eres tan responsable socialmente como nosotros. Que digan claramente que no quieren retransmitir estos deportes y no se tiren el rollo de que no venden cuando no saben si venden. Está claro que es la pescadilla que se muerde la cola. Aquí no habíamos oído hablar de golf hasta que empezó Severiano Ballesteros y a medida que hemos ido viendo más y más golf hemos ido conociendo ese deporte, por ejemplo. Y con la categoría femenina pasa exactamente lo mismo.
¿Quién va a tomar el relevo de Paloma del Río en TVE?
Pues no tengo ni idea. No es una cosa que haya pensado. Supongo que dependerá de la gente que haya en ese momento, de los compañeros que se queden, de quién quiera hacerlo, porque no es solo cuestión de que a un compañero le apetezca, no se trata de desvestir un santo para vestir otro. Sería una cuestión de reorganizar un poco la redacción, o que vaya llegando gente nueva, que tiene que llegar.
¿Y qué va a hacer cuando deje su vida actual?
No creo que vaya a cambiar mucho con respecto a lo que hago ahora. Voy al gimnasio, hago deporte, tengo una vida tranquila, leo mucho, hago manualidades, mosaicos… No tendré la presión de levantarme todos los días para trabajar, para fichar. Podré ver la gimnasia y el patinaje como espectadora. Seguramente no podré desengancharme, porque los periodistas no nos desenganchamos mucho de la profesión, pero veré las cosas con menos angustia que ahora.
Después de retransmitir tantos deportes, ¿cuál es el que más le gusta practicar?
Pues he practicado, o intentado practicar, todos los deportes que he retransmitido. Los he hecho mal porque no soy profesional y no tengo el físico que hace falta. La primera vez que me puse los esquís me caí y me rompí una mano; monté a caballo y tuve que dejarlo porque era en la época de crecimiento y me hice una escoliosis; he nadado mucho para corregir los problemas de espalda. Y ahora camino, ando sobre la cinta y hago musculación para tener fuertes los músculos y las articulaciones. Y, sobre todo, nadar.
Presentó un proyecto para dirigir RTVE y no salió. ¿Podría volver a intentarlo?
No, ahora ya no. El presidente que ha elegido el Parlamento tiene por delante seis años, estará hasta 2027 y ya te digo yo que para entonces no estaré para esos berenjenales. Eso tuvo su momento, fue ilusionante, estuve preparando el proyecto durante más de un año hasta que lo presenté en 2018. Luego vino la pandemia, retrasos, problemas de que no había Gobierno, elecciones, otras elecciones…ha sido una carrera llena de obstáculos. Al final este año ya se ha elegido al presidente, a los consejeros y les deseo que les vaya lo mejor posible. Me hubiera gustado estar en el consejo de administración porque nunca ha estado nadie tan marcadamente deportivo dentro de él, pero los políticos han decidido que sean otras personas y fenomenal.
¿Es mejor la RTVE de ahora que la que conoció cuando entró en 1986 o no?
Ha cambiado mucho. Cuando yo entré sólo había una televisión. Luego vinieron en los años 90 las autonómicas y las privadas. A partir del 2000 llega internet, más televisiones vía satélite y nuevas plataformas. Ha aparecido tal cantidad de oferta informativa que no tiene nada que ver con entonces. Nosotros llegamos a hacer, en la época de Un, dos, tres o de Verano azul, audiencias del 60% o 70% y en estos momentos si llegas a un 15% es maravilloso. La televisión que yo conocí no tiene nada que ver con la actual ni con la que vendrá en el futuro, porque será todo muy digitalizado. Por práctica y por comodidad a la hora de trabajar diría que es mejor la de ahora. Por condiciones para los que estamos dentro de la tele, la de antes. La desaparición de la publicidad en TVE en 2010 marcó un punto de inflexión porque los ingresos son infinitamente menores y cuando tienes menos dinero puedes hacer muchas menos cosas.
Hablar de Paloma del Río (Madrid, 1960) es sinónimo, entre otras cosas, de Juegos Olímpicos. La histórica locutora de Televisión Española es la periodista en activo que más ediciones de la gran cita deportiva ha retransmitido en nuestro país. Con la próxima de Tokio serán 15, nueve de verano y seis de invierno....
Autor >
Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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