En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
Un amigo escritor me pone al corriente de un programa impulsado recientemente por el Instituto Cervantes. Se llama “Las ínsulas prometidas” y está dedicado a “autores que viven un momento esplendoroso de su proyección internacional y que se encuentran en pleno desarrollo de su obra”. El programa consiste en una serie de entrevistas de una media hora de duración que el Cervantes cuelga en su web y divulga en la red, con el objeto de promocionar la obra y la figura de los autores escogidos. Está prevista, además, la creación de una colección asimismo titulada “Las ínsulas prometidas”, dedicada a “la publicación de estudios académicos y críticos de nuestros escritores hispanoamericanos contemporáneos”, comenzando, al parecer, cómo no, por esos que “viven un momento esplendoroso de su proyección internacional”.
¿Por qué demonios el Instituto Cervantes dedica una parte de su presupuesto, por escasa que sea, a una iniciativa de este tipo? ¿Qué necesidad hay de promocionar precisamente a los autores que “viven un momento esplendoroso de su proyección internacional”? ¿No sería más oportuno y más justo, puestos a ello, promover a los que, gozando en sus países de cierto reconocimiento, tienen escasa visibilidad en el exterior, o carecen por completo de ella? Por otro lado, ¿en función de qué índices y baremos se valora que la proyección internacional de un autor se halla en “un momento esplendoroso”? Y antes de eso: ¿quién lo valora?
Pero veamos la lista de los primeros autores seleccionados. Se trata de la argentina Claudia Piñeiro, del vasco Bernardo Atxaga, del colombiano Juan Gabriel Vásquez y del cubano Leonardo Padura. No dudo de que los cuatro se hallen en “un momento esplendoroso de su proyección internacional”, pero no me digan que la selección es cuanto menos caprichosa. Se me ocurren un montón de escritoras y de escritores del ámbito hispánico cuya proyección internacional vive un momento tanto o mucho más “esplendoroso” que el de estos autores. Ya no digamos si se obvia el criterio de calidad y de exigencia literaria, que por cierto no se menciona en absoluto en la declaración que justifica la iniciativa del programa de marras, por lo que no sería de extrañar que en breve destacara, con muchas más razones, a autores como Isabel Allende y Arturo Pérez Reverte, pongo por caso.
Lo que se propone este programa, al parecer, es –cito literalmente– “rescatar la idea de la literatura como lugar propio en el que los autores construyen un universo de palabras donde reinan la imaginación y lo ficcional como complementos de la realidad”.
¡Santo cielo! ¿Y qué demonios pinta el Instituto Cervantes en esta lid? ¿Desde cuándo se cuenta entre los objetivos del Instituto “rescatar” y promover concepto alguno de literatura, menos aún uno tan chato y tan gratuito como el que así se formula?
Las entrevistas de “Las ínsulas prometidas” las realiza el escritor venezolano Juan Carlos Méndez Guédez, del que admito no haber leído nada pero del que me consta que es un declarado y acérrimo antichavista, instalado en Madrid desde hace un porrón de años, donde predica que el presidente legítimo de su país es Juan Guaidó. Me pregunto si no se podía haber escogido a un tipo, si no más señalado literariamente, al menos políticamente más neutral, ya puestos. Como sea, sus entrevistas, más bien soporíferas, están grabadas con la consabida e irresistible escenografía consistente en dos sillas enfrentadas con montones de libros alrededor.
Me entretengo en hacer averiguaciones y reparo en que, de los cuatro autores seleccionados, de momento, por el programa “Las ínsulas prometidas” (vaya con el nombrecito), tres están editados –al menos en España– por Alfaguara (Grupo Penguin Random House) y otro por Tusquets (Grupo Planeta). Imagino que se tratará de una casualidad, pero me digo que hubiera estado bien intentar cierta ecuanimidad en este punto, y aparcar por una vez, por muy cervantino que sea, el lema sanchopancesco de “Viva quien vence”.
No soy dado a las interpretaciones conspirativas de este tipo de chapuzas, pero no cabe duda de que, al menos hasta donde el ciudadano corriente puede alcanzar, la iniciativa del Cervantes, por irrelevante que sea, parece –cuando no algo peor– un nuevo coladero del favoritismo y del amiguismo más descarados, además de una nueva manifestación de inopia y de despilfarro.
Un amigo escritor me pone al corriente de un programa impulsado recientemente por el Instituto Cervantes. Se llama “Las ínsulas prometidas” y está dedicado a “autores que viven un momento esplendoroso de su proyección internacional y que se encuentran en pleno desarrollo de su obra”. El programa consiste en una...
Autor >
Ignacio Echevarría
Es editor, crítico literario y articulista.
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí