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Hace ya más de 20 años, empezaba yo mi caminito en la música. Muchos son los grandes y pequeños talentos que me he encontrado desde entonces, pero cuatro tipos marcaron mis primeros pasos de manera mucho más determinante que los demás: Bebo Valdés, Jerry González, Enrique Morente y Paco de Lucía.
Iba a escribir un artículo sobre los cuatro, aunque podría escribir un libro sobre cada uno. Me quedo en un término medio y dedico un artículo a cada genio. Todos han cambiado, varias veces, nuestra historia de la Música.
Algún periodista musical venido a cronista digital de segunda o tercera división, con nombre de personaje de dibujos animados para su mayor desgracia, Pluto, Goofy, Minnie… alguno de esos, me vino a preguntar hace años si cuando nos faltara Enrique Morente o Paco de Lucía el flamenco se resentiría. Tras mi obvia respuesta, el no muy lúcido amigo se quedó con la copla y años después, una vez desaparecidos los mencionados genios, me volvió a preguntar, cómo esperando una diferente respuesta. Error grave pues entonces ya no tenía yo una opinión infundada sino una realidad palpable delante de mí. El flamenco, que por cierto lleva años sin un solo artista haciendo, por ejemplo, giras importantes, cualitativa y cuantitativamente, en teatros de Estados Unidos, lleva tiempo sin el liderazgo sólido y claro que Paco y Enrique comandaban, no basado en inventos o “performances” más o menos extravagantes, sino en valientes propuestas musicales, rítmicas, líricas, armónicas… que realmente abrían puertas y caminos nuevos, y que posteriormente una infinidad de artistas apuntalaban, evolucionaban y solidificaban en el tiempo. Pese a la opinión del personaje y otros forzados optimistas de lo hondo, pocas nuevas fronteras se han visto en el mapa andaluz desde entonces. Lo que se mantiene perenne en el tiempo, con o sin líderes, es ese talante inconformista que hace del flamenco una tierra extraña en la que el periodista musical quiere ser productor, el productor quiere ser guitarrista, el guitarrista pretende cantar, el cantaor componer sus temas, el compositor quiere ser artista y productor, y todos tener mucho prestigio, hacerse ricos, bailar una patadita por bulerías en el fin de fiesta y cambiar la historia del flamenco al menos una vez. Que yo sepa solo los palmeros son felices siendo palmeros y jaleando, por cierto, una muy noble profesión.
Paco de Lucía es el primero y el más determinante de los caballeros que marcaron aquellos principios. A veces, Paco parecía saberlo todo, no solo en cuestiones de flamenco o musicales, sino de la vida. Casi todos los amigos que le seguimos recordando comentamos frases o consejos que a él se le caían del pensamiento sin apenas darle importancia y que en muchas ocasiones hacían hasta cambiar el rumbo de vida al aconsejado. Por contar algo concreto, me gustaron mucho dos cosas del disco en el que trabajamos juntos, Cositas Buenas.
La primera fue la de ver a Paco componiendo de una manera diferente. Paco no sabía escribir música de manera convencional, ni falta que le hacía. Hasta entonces lo que hacía era dedicar las mañana a grabar en un cassette ideas bonitas sin orden concreto. Y las tardes a ordenarlas y ponerlas en un sentido estético concreto. Sin embargo de esta manera solo podía componer una guitarra a la vez, pues no utilizaba el multipistas por su complejidad técnica.
Con la llegada del ordenador, Paco pudo por fin componer varias guitarras y comprobar antes de grabar cómo funcionaban a la vez. Esto en mi opinión fue revolucionario porque le permitió componer bulerías como la de Volar que da la talla de su visión armónica. Dos guitarras, doce cuerdas o voces que le dieron la posibilidad de llegar a riquezas sinfónicas a nivel armónico solo con dos pistas. Nunca antes tanta sofisticación sonora había estado en tan pocas manos, dos, y tan pocos trastes.
La segunda semilla que se plantó en esta grabación fue la creación de una nueva banda de directo donde los músicos eran por primera vez mucho más jóvenes que él, y que trajeron una sangre nueva. Creo que nadie dudará de que con Antonio Serrano, Montse Cortés, Farru, la Tana, Alain Pérez y mucho más determinante que todos, Piraña, el percusionista flamenco más relevante desde entonces, Paco se armó con una banda que supo recoger y engrandecer aún más el relevo de la anterior, y durante otros 20 años elevar el nivel rítmico y expresivo de las segundas partes de los conciertos, las que hacía con full banda, a lugares antes inimaginables. Fue bonito ser testigos de esos primeros encuentros con ellos en la grabación de Cositas Buenas en mi estudio Casa Limón.
La ausencia de Paco se hace más palpable aún si recordamos su aportación como productor y arreglista, tan desconocida. Paco fue el productor de los mejores discos de Camarón, incluso compositor de muchos de sus temas, aunque no figurara como autor. De él son las ideas de producción más revolucionarias del flamenco, como incluir coros, el manejo de la claqueta, la aportación de instrumentos nuevos como el cajón o el bajo eléctrico, así hasta el infinito. Además su amplísimo conocimiento del cante flamenco, recordemos que le dieron el carnet de artista La Niña de los Peines y Pepe Pinto previa fiesta en La Campana de Sevilla, le daba la facultad de guiar y elevar a los cantaores a su máximo nivel. Yo lo vi en pequeña dimensión en la grabación de las voces de su disco, o en la del disco de La Tana que hizo en nuestros estudio de El batán. Pero cualquiera que tenga la mínima sensibilidad para el cante se da cuenta de que los discos de Camarón de la Isla en los que Paco metía mano alcanzan unos niveles de excelencia en la interpretación vocal diferentes, son superiores. Paco trabajaba sin descanso para que la voz del genio de la Isla brillara como nunca. Pues como él decía, Camarón fue el artista que más le inspiró en toda su vida.
Las historias con el de Algeciras darían para un libro, como digo, pero lo más importante es destacar que su legado sigue vivo, su manera de hacer las cosas sigue vigente y su filosofía del toque y del cante nos sigue guiando. Muy feliz de la aparición de su fundación liderada por su familia que, con el objetivo de mantener el flamenco en la cúspide de las músicas del mundo, comienza ahora una andadura seguramente exitosa y bendecida desde lo lejos por el mejor músico de nuestra historia reciente.
¡Viva Paco!
Hace ya más de 20 años, empezaba yo mi caminito en la música. Muchos son los grandes y pequeños talentos que me he encontrado desde entonces, pero cuatro tipos marcaron mis primeros pasos de manera mucho más determinante que los demás: Bebo Valdés, Jerry González, Enrique Morente y Paco de Lucía.
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Javier Limón
Francisco Javier López Limón (Madrid, 1973), más conocido artísticamente como Javier Limón, es un compositor, productor y guitarrista español. Ahora es el director artístico del Instituto de Música Mediterránea de la Universidad de Berklee.
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