DISCRIMINACIÓN
La traición de la FIFA al colectivo LGTBIQ+
El organismo que rige el fútbol mundial guarda silencio tras las palabras del presidente del comité organizador del Mundial de Catar que ha confirmado que no se permitirá durante el evento ninguna muestra de afecto público entre personas del mismo sexo
Ricardo Uribarri 15/12/2021
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Quizá alguien tuvo la esperanza de que la concesión del Mundial de fútbol de 2022 a Catar sirviera para que el país árabe diera un paso adelante en cuestiones relacionadas con los derechos humanos, como es el respeto a la libertad sexual. Una expectativa que el presidente del comité organizador del campeonato, Nasser Al-Khater, se ha encargado de desvanecer a un año del inicio del evento cuando en una entrevista realizada en la CNN, ha dejado claro que las personas LGTBIQ+ que vayan al evento no podrán realizar ninguna manifestación de afecto en público. Más allá del rechazo que esta postura origina en millones de personas, cabe preguntarse: ¿Y la FIFA, que es la organizadora del torneo, qué tiene que decir sobre esto?
Pues parece que nada. Desde que salieron a la luz estas declaraciones no ha habido ninguna declaración del máximo organismo del fútbol mundial al respecto. Un silencio que hace más daño que algunas palabras y que resulta muy llamativo viendo lo que dicen los propios estatutos de la institución. El artículo 3 reza lo siguiente: “La FIFA tiene el firme compromiso de respetar los derechos humanos reconocidos por la comunidad internacional y se esforzará por garantizar el respeto de estos derechos”. Veamos ahora lo que dice el artículo 4: “Está prohibida la discriminación de cualquier país, individuo o grupo de personas por cuestiones de raza, color de piel, origen étnico, sexo, discapacidad y orientación sexual”. Da la impresión de que, a cambio del dinero catarí, el organismo es capaz de traicionar sus propios estatutos, dejando en la estacada a personas a las que debería proteger. Es triste pensar que Infantino (el presidente de FIFA) y compañía se den por satisfechos con que el país deje entrar a personas del colectivo (el negocio es el negocio) y que entiendan que con eso ya se garantizan sus derechos.
Organizaciones como Amnistía Internacional vienen denunciado desde hace tiempo diversos problemas relacionados con el Mundial de Catar. Su responsable de deporte y derechos humanos es Carlos de las Heras, que explica a CTXT que “estas declaraciones de Al-Khater son un ejemplo más en cuanto a las restricciones y violaciones de derechos humanos que hay en el país catarí. En concreto, estamos ante una situación relacionada con las restricciones a la libertad de expresión. Nadie, en ningún país, debería de sentirse obligado a tener que ocultar sus sentimientos, su orientación sexual o su identidad de género y mucho menos a tener que evitar mostrar su afecto en público”.
Da la impresión de que, a cambio del dinero catarí, el organismo es capaz de traicionar sus propios estatutos
De las Heras pone el foco sobre la responsabilidad que tiene la FIFA en este asunto y su falta de reacción tras las palabras del dirigente catarí. “Como entidad organizadora que es, tiene una serie de obligaciones y responsabilidades y si tan abierta es para cuestiones como el racismo, también debería tener algún tipo de posición en este sentido y hasta ahora no he escuchado a nadie manifestarse sobre ello. Han pasado varios días desde la entrevista y todavía no conocemos la valoración que hace la FIFA sobre esta postura expresada por el presidente del comité organizador del Mundial y si las apoya o las condena”, lamenta. Ante esa falta de respuesta, de las Heras añade que “nos gustaría saber qué es lo que piensa la FIFA al respecto. La realidad es que es tremendamente contradictorio que en sus estatutos tenga esos artículos con sus intenciones sobre la defensa de los derechos humanos, pero guarde silencio sobre esas declaraciones”.
El portavoz del movimiento global hace hincapié sobre el deber que tiene la FIFA de seguir el protocolo de los principios rectores de Naciones Unidas para las empresas, ya que el organismo rector del fútbol no deja de ser una empresa más. “Establecen que, para cumplir con la responsabilidad corporativa, deben tener un proceso de diligencia de vida en materia de derechos humanos, es decir que tienen que identificar, prevenir, mitigar y dar cuenta de cómo sus actividades impactan en los derechos humanos de las personas. La FIFA debe evaluar cómo la organización de la Copa del Mundo incide en los derechos humanos de las personas en Catar. Con lo cual, las declaraciones de Al-Khater van también en contra de estos principios rectores”.
La pregunta es qué pasará si durante la celebración del campeonato dos personas del mismo sexo deciden celebrar un gol de su selección dándose un beso en las gradas de un estadio. ¿Realmente se actuará contra ellas? De las Heras tiene dudas. “No sé si las autoridades cataríes intervendrían en ese momento, pero tendremos que estar atentos. Y la propia FIFA, ¿va a sancionar a las selecciones o a las federaciones por este tipo de conductas entre sus aficionados? Pues es una cuestión sobre la que nos gustaría tener una respuesta”.
El responsable del comité organizador señaló en esa misma entrevista al medio estadounidense que “Catar y los países vecinos somos mucho más recatados y conservadores. Así como nosotros respetamos las diferentes culturas, esperamos que estas culturas respeten la nuestra”. El portavoz de Amnistía explica que “la gente que acuda a Catar a la celebración de la Copa del Mundo debe ser respetuosa con las costumbres y las tradiciones locales, por supuesto, igual que debería ser respetuosa si el Mundial se celebrara en cualquier otro sitio. Pero por encima de eso están cuestiones relativas a la libertad de expresión y a la libertad de la identidad de género. La realidad es que la homosexualidad está penada en el país y las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo fuera del matrimonio se castigan con penas de entre uno a tres años. Con lo cual estamos ante una cuestión que tiene que ver no solo con las muestras de afecto, sino con la legalidad o ilegalidad de la homosexualidad”.
En España varias asociaciones han hecho un llamamiento para que no se vendan los grandes eventos deportivos a países que no respetan los derechos humanos
Grupos internacionales de aficionados al fútbol del colectivo gay, como el Chelsea Pride, denuncian las dificultades que les ocasiona la abundante concesión de eventos deportivos a países con estas características: “Como fanáticos del fútbol LGTBI+ estamos exasperados por la práctica de recompensar a dictaduras con competiciones prestigiosas y luego obligarnos a nosotros, nuestros clubes y selecciones, a viajar con todos los riesgos potenciales involucrados. Esto debe terminar”, expresaban hace unos días a través de sus redes sociales. En España, la Agrupación Deportiva Ibérica LGTB+, la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (Felgtbi+) y la Fundación Triángulo, también han hecho un llamamiento para que no se vendan los grandes eventos deportivos a países que no respetan los derechos humanos y reclaman que “FIFA debe retirar la organización del Mundial 2022 a Catar y comprometerse públicamente con la defensa de los derechos humanos de las personas LGTBI+ en el ámbito del fútbol”.
En este sentido, el responsable de Amnistía afirma que “FIFA, en este caso, o la Federación Española con la Supercopa en Arabia Saudí, deben ser respetuosas con los derechos humanos y a la hora de negociar la celebración de eventos deportivos en estos países tendrían que incluir cláusulas que tengan que ver con el respeto a esos derechos”.
Detrás del interés de los países árabes por acoger estos eventos está “la estrategia para depender menos, por ejemplo, del petróleo, y diversificar sus inversiones”, explica de las Heras. “¿Qué es lo que hacen? Apostar por grandes citas culturales y deportivas para ofrecer al exterior una imagen de modernidad, reformismo e incluso democrática cuando la realidad en el interior tiene muy poquito que ver. Impedir que dos personas puedan mostrarse afecto en público no nos parece la mejor manera de hacer promoción de un país”, añade.
Hay quien pone el foco en los países que compiten en el Mundial, que también parecen por la labor de mirar hacia otro lado
En los últimos meses hemos visto a jugadores de selecciones protestar antes de los partidos por las condiciones laborales que sufren muchos de los migrantes que trabajan en las obras relacionadas con el Mundial. Ante esta otra situación que también afecta a los derechos humanos, Amnistía Internacional reclama a selecciones y futbolistas “que se posicionen con algunos gestos, aunque sean simbólicos, como han hecho pilotos como Vettel y Hamilton en las carreras de Fórmula Uno celebradas en los países árabes, llevando zapatillas o cascos con la bandera arco iris. Nos gustaría que antes del Mundial, el mundo del fútbol mostrara su apoyo público en solidaridad con el colectivo LGTBIQ+. Está muy bien apoyar en redes a personas que se visibilizan, como pasó con el australiano Josh Cavallo, pero las palabras se las termina llevando el viento”.
Más allá de las selecciones y los jugadores, hay quien pone el foco en los países que compiten en el Mundial, que también parecen por la labor de mirar hacia otro lado ante esta situación. “Es cierto que tampoco hemos escuchado ninguna declaración de las autoridades al respecto y sería importante tener ese apoyo de los gobernantes de los países”. El no querer enemistarse con un país poderoso económicamente y con el que muchas naciones occidentales tienen relaciones comerciales está seguramente detrás de ese silencio. Algo que se puede aplicar a las grandes compañías que patrocinan estos eventos. “Que se sitúen las cuestiones económicas por encima de los derechos humanos es triste y no nos gusta, pero es así”, reconoce el portavoz de Amnistía.
Al Khater también negó en sus declaraciones que el número de trabajadores fallecidos en las obras relacionadas con infraestructuras del Mundial en los últimos años fuera de 6.500, como señaló el diario británico The Guardian citando datos de las embajadas de los países a los que pertenecían estas personas, rebajando esa cifra a tan sólo tres por causas directas achacables a las obras del Mundial. “Llama la atención que diga eso –señala De las Heras– porque el propio comité organizador, que él preside, habla de al menos 33 muertes, que han sido documentadas en informes anuales suyos. Algunas de ellas las califican de muertes por causas naturales, como puede ser un fallo cardiaco o un fallo respiratorio, pero no especifican qué es lo que lo ha causado y ahí entran en juego ya las largas jornadas de trabajo, las temperaturas, etc. Y aún así esos informes habría que ponerlos en cuarentena porque son encargados por ellos mismos, no son totalmente independientes”.
“El fútbol es de todos”. Con esta frase empieza el presidente de la FIFA, Gianni Infantino el prefacio de la “Guía de buenas prácticas” del organismo. Una declaración de intenciones muy loable pero que, si no se aplica en la práctica, se queda en papel mojado. Debería tenerlo en cuenta para el futuro.
Quizá alguien tuvo la esperanza de que la concesión del Mundial de fútbol de 2022 a Catar sirviera para que el país árabe diera un paso adelante en cuestiones relacionadas con los derechos humanos, como es el respeto a la libertad sexual. Una expectativa que el presidente del comité organizador del...
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Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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