DISCRIMINACIÓN
¿Es suficiente el acto heroico de Josh Cavallo?
La decisión del futbolista australiano de confesar su homosexualidad, el único en activo que ha dado ese paso, debería venir acompañada de un compromiso público de otros deportistas y de las instituciones en contra de la homofobia
Ricardo Uribarri 12/11/2021
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“No pasa nada por ser tú mismo y jugar al fútbol. No pasa nada por ser gay y jugar al fútbol. Quiero demostrárselo a toda la gente que lo pasa mal y está asustada”. Con esa motivación, el australiano Joshua Cavallo, jugador de 21 años del Adelaide United, anunció públicamente el pasado 27 de octubre su condición de homosexual, convirtiéndose en el único futbolista profesional en activo que ha dado este paso, sin duda importante para un colectivo que no tiene referentes en este ámbito. Tener el valor de contar su realidad, que él mismo confiesa que le ha costado seis años, le ha supuesto recibir muestras de apoyo de numerosos compañeros de profesión y clubes de todo el mundo pero, ¿hasta qué punto puede ser trascendente este gesto? ¿Servirá realmente para animar a otros a hacerlo y cambiar vidas, como cree una referente del colectivo, la jugadora Pernille Harder, o hace falta algo más?
En pleno siglo XXI, son escasos los espacios profesionales donde los homosexuales no tienen visibilidad. El fútbol masculino es uno de ellos. Hay pocos casos de jugadores que se hayan atrevido a salir del armario y la gran mayoría de ellos lo reconocieron cuando ya se habían retirado. Pero que no lo digan no significa que no los haya. El propio Cavallo afirma que “como futbolista gay, sé que hay otros jugadores que viven en silencio. Quiero ayudar a cambiar esto, para demostrar que todos son bienvenidos en el fútbol y merecen el derecho a ser auténticos”. ¿Por qué no se atreven a dar el paso? Principalmente, por miedo a que ese reconocimiento tenga un impacto negativo en su vida y también en su carrera, que se desarrolla durante un tiempo relativamente corto de tiempo.
Las personas referentes en el deporte tendrían que hacer un compromiso público contra la LGTBIfobia
Víctor Granado, presidente de la Agrupación Deportiva Ibérica LGTBI+ (ADI), que agrupa a la mayoría de los clubes deportivos de carácter LGTBI+ de España y Portugal, considera que el anuncio de Cavallo “ayuda sobre todo a que otras personas LGTBI+ no perciban el deporte y su ámbito como un espacio hostil y puede ser beneficioso para empoderarlas, animarlas a poder formar parte de estos espacios y a vivir de una manera libre su orientación o su identidad de género. Es un hecho aislado muy importante para esta persona y porque señala un déficit que hay, pero que debería venir acompañado de otro tipo de circunstancias”. Además, el presidente de ADI LGTBI+ añade que “siempre le pedimos a las personas LGTBI+ que se visibilicen y creo que primero habría que pedir a la ciudadanía en su conjunto y en concreto a las personas que son referentes en el mundo del deporte, es que hagan un compromiso público contra la LGTBIfobia como se hace contra el racismo y la xenofobia”.
De ahí que Granado de mucha relevancia a que equipos como el Barcelona, Liverpool, Juventus y Arsenal, instituciones como la Premier League, entrenadores como Klopp, y futbolistas como Gerard Piqué, Griezmann, De Gea, Ibrahimovic, Rashford, Varane y Giroud, entre otros, hayan respaldado con mensajes públicos la confesión de Cavallo. “Eso tiene una enorme trascendencia, porque de alguna manera mandan el mensaje de que esto no es algo heroico que hace una persona sola y aislada, sino que hay un compromiso de la sociedad en general contra la LGTBIfobia”, dice, aunque considera que deberían ser más las personalidades que mandaran este tipo de mensajes. “Si eso sucede, aumenta y se hace constante, va a suponer un antes y un después en la situación. Si un montón de personas referentes del mundo del deporte, como por ejemplo, Sergio Ramos, Rafa Nadal, Carolina Marín o Mireia Belmonte, hicieran una campaña diciendo que no hay derecho a la LGTBIfobia en el deporte, ayudaría a que personas LGTBI+ pudieran visibilizarse en espacios que se perciben como peligrosos”, añade.
Se podría pensar que los valores éticos que normalmente se asocian al deporte y al olimpismo serían suficientes para contrarrestar la homofobia, pero el representante de ADI LGTBI+, cree que “no es suficiente” y que “las instituciones, las entidades, las federaciones, el gobierno estatal y los autonómicos, deberían adoptar una actitud de compromiso e impulsar campañas que visibilicen a las personas LGTBI+ y sus derechos en el mundo del deporte”. Actos como el de Joshua, recuerda Granado, “deberían venir acompañados de un cambio en lo que es el deporte, que es un espacio social importante. Es algo que por sí solo no va a suceder, porque hay intereses económicos, inercias, vergüenzas, problemas… y a lo mejor uno a nivel individual, aunque lo piense y esté de acuerdo, no decide dar el paso de denunciar esto. Es mucho más fácil si hay una estructura y un movimiento social que visibiliza que esto no es algo individual sino un compromiso colectivo por los derechos humanos de una parte de la sociedad”.
Desde que Joshua hiciera el anuncio, se han leído opiniones de gente que considera que no es necesario hacer este tipo de confesiones, porque la verdadera normalidad es que cada uno haga lo que quiera sin tener que decir si es una cosa u otra. Un planteamiento que Granado rebate de la siguiente manera. “La posición de la gente que dice eso es tan antigua como la tradicional que se mantenía sobre este asunto, por ejemplo, en el ejército estadounidense, con la política del ‘no lo cuentes, no preguntes’. Tiene que ver con una concepción de los espacios muy concreta, que es la de para que tengamos los mismos derechos y nos tratemos igual tienes que parecer idéntico a los demás y ocultar una parte de tu realidad y de tu vida. Siempre hay gente que dice ‘¿pero a quién le importa mi vida personal?’. Es importante porque hay una diferencia y es un tipo de discriminación a veces autoimpuesta cuando te prohíbes a ti mismo el hablar de tu vida personal y no actuar con la misma naturalidad que actúan otras personas”.
Granado está convencido de que el verse obligado a esconder la realidad puede llegar a influir en los resultados de un deportista. “Las personas que dicen que esto no es relevante, no se están dando cuenta de su posición de privilegio y de hasta qué punto la discriminación y a veces la LGTBIfobia interiorizada tiene un impacto en el rendimiento deportivo. Si yo todo el rato tengo la impresión de que estoy a punto de ser descubierto, que soy algo así como un impostor, de que mi situación personal o profesional va a cambiar si alguien conoce mi realidad, igual esa presión sumada a la presión que comparto con las demás personas que compiten en el mismo deporte que yo, supone una merma en el rendimiento”, afirma el presidente del ADI, que defiende que “normalmente, quien dice eso no se da cuenta de la discriminación que hay en la base de no poder vivir con naturalidad y hablar de lo mismo que hablan los demás”.
Un aspecto común entre los deportistas que deciden contar que son homosexuales es el reconocimiento de que se han quitado un gran peso de encima, de sentirse mucho mejor de como estaban antes. El propio Cavallo confiesa que “ahora es como si jugase con 100 kilos menos a la espalda”, al mismo tiempo que confiesa algo que puede animar a aquellos que no se atreven a dar el paso. “Pensaba que la gente me vería de otra manera cuando se enterasen, que empezarían a tratarme de otra forma. Que empezarían a decir cosas malas de mí, pero no ha sido así. En todo caso, tienes más respeto de la gente”. Sin embargo, Granado no cree que las cosas sean así de positivas en todos los casos. “Muchas veces estos anuncios se hacen cuando los deportistas ya se han retirado de la competición y por eso el caso de Carvallo es relevante, porque es alguien que sigue en activo. Es verdad que contarlo es liberador, y yo me alegro muchísimo de que él haya tenido una visión feliz de esta manera de hacer pública su orientación sexual, pero no siempre es así o no en todos los sectores de la sociedad es así y por eso debería estar acompañado de normas y reglas claras que defiendan a las personas y a la diversidad social frente a la discriminación que pueda haber”.
Uno de los lamentos que ha dejado el jugador australiano en estos últimos días es el que hace referencia a que, si en una gran mayoría de ámbitos de la sociedad es totalmente normal la presencia de gays, por qué no puede ser igual en el fútbol. Al respecto, el representante de ADI LGTBI+ recuerda un episodio triste ocurrido hace años que, en su opinión, puede tener incidencia en la actualidad. Tiene que ver con el jugador inglés, Justin Fashanu, que en 1990 se convirtió en el primer futbolista de cierto renombre que confesó ser homosexual, lo que le costó ser tratado con hostilidad y recibir una acusación de agresión sexual por parte de un chico de 17 años que no llegó a nada por falta de pruebas, pero que provocó que Fashanu se suicidara meses después al considerar que ‘ya había sido declarado culpable por la sociedad’.
Muchas veces el fútbol se ha asociado con una forma de entender la expresión de la violencia
“Lo que sucedió con Fashanu sentó un precedente negativo en la memoria de mucha gente cuando se piensa en dar el paso”, dice Granado. “Es verdad que es un espacio donde es difícil encontrar a muchas personas visibles del colectivo. ¿Por qué? Pues probablemente porque muchas veces el fútbol se ha asociado con una forma de entender la expresión de la violencia, sobre todo verbal, pero a veces no solo verbal, y ha estado legitimada y normalizada socialmente. En los estadios encontramos a personas que entienden como lo habitual y lo posible insultar a todo el mundo”, afirma. Sin embargo, el presidente de ADI LGTBI+ considera que “frente al racismo y la xenofobia se ha ido haciendo un trabajo que no se ha hecho en otros ámbitos”.
Pese a los pasos que se están dando en ese sentido, Granado apunta que hay otras circunstancias que hacen que, para muchos futbolistas, sea complicado dar el paso que ha dado Cavallo. “Por ejemplo que haya equipos que son propiedad de estados árabes donde la homosexualidad se castiga con penas de prisión o de muerte y que se lleguen a acuerdos comerciales con empresas vinculadas con esos mismos territorios. Puede pasar que un futbolista que haya dado el paso de ser una persona LGTBI visible tenga que ir a países como Arabia Saudí a disputar la Supercopa de España o a Catar a jugar el Mundial. Al final, el fútbol espectáculo es un gran negocio en el que hay que tener en cuenta cómo va a afectar esto a mi imagen, cómo va a repercutir esto en el patrocinio o cómo va a responder la afición en las gradas. Este tipo de cosas también influyen y hacen que sea complicado”, afirma.
Joshua contó en una entrevista en el diario Marca que cree que “en tres o cuatro años la gente ya no va a necesitar hacer esto porque va a estar normalizado”. Víctor, sin embargo, no está tan seguro de cuándo puede hacerse realidad ese supuesto, pero sí tiene claro el camino para lograrlo. “No sé si va a ser en tres años, en menos o en más. Los colectivos que defendemos la inclusión en el deporte trabajamos para cambiar las cosas y para que mejoren. Creo que hay un proceso social que hay que defender porque no está garantizado y es el reconocimiento de los derechos humanos de todas las personas. Pasos como el de Cavallo y otros, de la mano de las instituciones, ayudan a que ese terreno ganado se mantenga y se consolide, pero hay que trabajar y mantener el esfuerzo para transformar de verdad la forma de ver la vida y la sociedad”, afirma el presidente de la ADI LGTBI+, que espera que “esto no sea flor de un día y que dentro de unos años no tengamos que lamentar insultos LGTBIfóbicos, como sucede hoy en categorías inferiores y en espacios deportivos de todo tipo. Ojalá que la gente pueda vivir el deporte de una forma mucho más positiva”.
“No pasa nada por ser tú mismo y jugar al fútbol. No pasa nada por ser gay y jugar al fútbol. Quiero demostrárselo a toda la gente que lo pasa mal y está asustada”. Con esa motivación, el australiano Joshua Cavallo, jugador de 21 años del Adelaide United, anunció públicamente el pasado 27 de octubre su...
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Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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