LA VISIÓN EN EL OÍDO
Destrucción creativa: la pandemia como acelerador
La crítica no puede limitarse a denunciar la “vuelta a la normalidad”, sino pensar y cartografiar en qué consiste concretamente la “nueva normalidad” que se está configurando y cómo interrumpirla, sabotearla
Amador Fernández-Savater 15/01/2022
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¿Alguien escucha los discursos de Pedro Sánchez? A mí me cuesta mucho, la verdad, me parecen siempre el más perfecto encadenamiento de lugares comunes progresistas, la retórica vacía de lo políticamente correcto, los automatismos biempensantes bien diseñados para evitar todo pensamiento, es decir, toda problematización (¡tan necesaria!) del mundo en que vivimos, propaganda. Y sin embargo…
Sánchez viene diciendo últimamente algo a lo que tal vez deberíamos prestar atención: “La pandemia no ha sido un freno, sino un acelerador del gran proceso de modernización que está viviendo España”. Es decir, para el gobierno no se trata simplemente de contener o paliar los peores efectos de la crisis del coronavirus y volver adonde estábamos, sino de “aprovechar la ocasión” para empujar una serie de reformas necesarias: la “transición verde y digital” de la economía. Sánchez llegó a hablar, retomando el famoso término del presidente Mao, de “gran salto hacia adelante”. Fue la única aportación de su cosecha a un discurso que, por lo demás, calca el de la Comisión Europea.
Cuando un político habla en estos términos deberíamos ponernos a temblar y activar todas las alarmas. El imaginario de la modernización remite a la creencia en la bondad y racionalidad intrínseca de algunos procesos: renovación de la tecnología, de los modos de trabajo, de las formas y los espacios de vida, etc. Como estos procesos encarnan la racionalidad y el progreso en sí mismos deben ser impulsados por los gobiernos cuenten o no cuenten con el apoyo de las poblaciones. A fin de cuentas, la gente “no sabe lo que quiere”. La modernización requiere siempre políticas agresivas de tábula rasa: borrar todo lo que, en las formas de vida, los vínculos y las instituciones, entorpece el “despegue de la economía”. Tanto en el Este como en el Oeste, en la URSS y en EE.UU., por la izquierda o la derecha, para Mao o Sánchez.
Investigadores como Jun Fujita nos advierten: de ningún modo está hoy en los planes del capital rebobinar el mundo hasta enero de 2020, sino aprovechar la pandemia para modificar los modos de explotación. La crisis del covid-19 hace estallar de manera definitiva un régimen de acumulación en crisis desde hace cincuenta años y permite implementar otro. La hegemonía pasa de los Estados Unidos a la República Popular China, de los valores asociados al petróleo a los metales raros (litio, niobio, coltán), de la presencialidad y lo que conlleva a la digitalización y virtualización del trabajo y la vida (siempre más y más precarios).
La covid-19 hace estallar de manera definitiva un régimen de acumulación en crisis desde hace cincuenta años y permite implementar otro
Los grandes saltos adelante implican la eliminación de todo lo que aún no encaja en el mundo del mercado, la empresa y el beneficio, y la producción de una realidad más “ajustada” a la utopía del capital. La ocasión que antes propiciaban las guerras, ahora la brindan las catástrofes. En el miedo y la confusión aceptamos dócilmente la “movilización general” que implica la implantación de los nuevos modelos de acumulación: la reestructuración radical de nuestras costumbres y formas de vida más concretas y cotidianas, los modos de trabajo, de socialidad, de relación con el espacio.
Lo peor entonces no es “volver a la normalidad” sin haber cambiado nada a mejor. No hay vuelta a la normalidad, sino estrategia del shock: borrón y cuenta nueva. La crítica no puede por tanto limitarse a denunciar la “vuelta a la normalidad”, sino pensar y cartografiar en qué consiste concretamente la “nueva normalidad” que se está configurando (los nuevos modos de acumulación y explotación) y cómo interrumpirla, sabotearla.
¿Alguien escucha los discursos de Pedro Sánchez? A mí me cuesta mucho, la verdad, me parecen siempre el más perfecto encadenamiento de lugares comunes progresistas, la retórica vacía de lo políticamente correcto, los automatismos biempensantes bien diseñados para evitar todo pensamiento, es decir, toda...
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Amador Fernández-Savater
Es investigador independiente, activista, editor, 'filósofo pirata'. Ha publicado recientemente 'Habitar y gobernar; inspiraciones para una nueva concepción política' (Ned ediciones, 2020) y 'La fuerza de los débiles; ensayo sobre la eficacia política' (Akal, 2021). Su último libro es ‘Capitalismo libidinal; antropología neoliberal, políticas del deseo, derechización del malestar’ Sus diferentes actividades y publicaciones pueden seguirse en www.filosofiapirata.net.
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