Álvaro Jiménez Millán / politólogo
“La izquierda colombiana está en su mejor momento pero el escenario es abierto”
Pablo Stefanoni 8/03/2022
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Colombia votará este año en dos etapas. El 13 de marzo se decidirá la composición del Congreso y las candidaturas de las coaliciones, y el 29 de mayo será la primera vuelta de las presidenciales. En un escenario abierto, el postulante de izquierda Gustavo Petro aparece como uno de los favoritos, pero es el único que se ha subido verdaderamente al caballo. Sus contrincantes no están aún definidos.
En esta entrevista, Álvaro Jiménez Millán (Tuluá, Valle del Cauca, 1961) explica las tendencias que marcan la campaña electoral, en medio del debilitamiento del uribismo histórico. Jiménez Millán es politólogo, columnista de la revista Semana y director de la Campaña Colombiana contra Minas Antipersonal. Es cofundador de Colombia Risk Analysis, una iniciativa de estudio sobre el riesgo político, y de Crudo Transparente, centro de pensamiento e incidencia sobre el impacto socioeconómico y político de la industria del petróleo en el país.
Si miramos la prensa internacional, muchos dan por hecho que Petro se encamina hacia la presidencia en Colombia, pero en Colombia algunos ponen en duda que el escenario sea tan claro, ¿Cuál es su visión?
Yo creo que es temprano para tener una opinión definida. Lo que podemos decir es que la izquierda colombiana está en su mejor momento y que Gustavo Petro está haciendo la campaña más movilizadora, la campaña más activa en las regiones. Ha logrado crear un clima que no se veía desde hace mucho tiempo en el escenario político colombiano. Las elecciones legislativas del 13 de marzo van a mostrarnos cuál es el escenario real, dónde está parado cada bloque. En ese momento, vamos a tener una definición de las coaliciones políticas que están definiendo sus candidaturas. Hay tres: la Coalición de la Esperanza, de centro, el Pacto Histórico, de izquierda, y la Coalición de la Experiencia, que cambió el nombre por Equipo por Colombia. En marzo, no solo se configurará el Congreso sino que las tres coaliciones definirán sus candidaturas. Una vez que eso esté definido, el escenario va a ser mucho más claro.
En el Pacto Histórico no parece haber mucho espacio para las sorpresas…
Es cierto que Petro va a ganar en su coalición, pero puede surgir un problema: hay sectores de izquierda que quieren que quien salga segundo acompañe a Petro como candidato a la vicepresidencia. Eso puede ser un debate problemático porque Petro necesitará ampliar las fronteras de su coalición. Sin eso, sus fuerzas pueden ser insuficientes para ganar la presidencia.
¿Y en el centro?
En la Coalición de la Esperanza hoy están Sergio Fajardo, Alejandro Gaviria, Jorge Enrique Robledo y también Juan Manuel Galán, el hijo del líder liberal de los años 80 Luis Carlos Galán. En esa coalición es probable que gane Gaviria, aunque Fajardo encabeza las encuestas. Gaviria es una figura pragmática. Ha entendido que necesita de los respaldos de jugadores históricos, de los partidos tradicionales, mientras que Fajardo aparece un poco perdido y gastado. Pero bueno, está por verse. Y hay luchas internas. Hace poco, Ingrid Betancourt abandonó el espacio y lanzó su candidatura de manera independiente. Así busca evitar el desgaste de las primarias y llegar fresca a la primera vuelta. Es la misma estrategia del Centro Democrático (uribismo), que no se sumó a ninguna coalición.
Añadiría que la figura de la coalición como herramienta para definir candidaturas es novedosa en Colombia e insisto en lo que decía antes: Petro está viviendo un buen momento pero no tiene nada ganado nada aún, es el mejor posicionado porque hasta ahora va cabalgando solo; los otros no se han subido aún a los caballos. Luego de marzo veremos con más precisión cómo evolucionan las tendencias.
Hay sectores de izquierda que quieren que quien salga segundo acompañe a Petro como candidato a la vicepresidencia
Al mismo tiempo, se ve un debilitamiento de la derecha uribista…
En efecto, los sectores del uribismo clásico están débiles, eso es una realidad. Pero la derecha es una fuerza real en Colombia y está lejos de haber sido derrotada. De allí la importancia de que el Pacto Histórico tenga unos buenos resultados en las parlamentarias de marzo.
¿Y cómo viene la coalición de Petro en términos de candidaturas para el Congreso?
La figura de Petro es fundamental para arrastrar votos. Pero no puede olvidarse que en las otras coaliciones hay maquinarias, estructuras políticas importantes. La del Centro Democrático es significativa, no hay que olvidar que tiene el gobierno. Y seguirá siendo un actor significativo. Los partidos históricos, Liberal y Conservador, tienen estructuras clientelares que van a canalizar votos y son conscientes de que su futuro está en juego, al igual que Cambio Radical, otra fuerza de la derecha. También se ve el efecto político de las Iglesias cristianas evangélicas, que han crecido en los últimos quince años, y en muchos casos tienen posiciones conservadoras. Por tanto Petro no la tiene fácil, hay quienes estiman que empujará 20 o 22 senadores; si eso ocurre, sería una victoria y tendría una incidencia fuerte para la primera vuelta presidencial.
¿Y la segunda vuelta? Si compitiera Petro contra un candidato centrista…
Si eso ocurre, existe un alto riesgo para la izquierda.
Porque la derecha votaría por cualquier candidato contra Petro…
Exactamente. Pero adicionalmente, porque muchos sectores no necesariamente de derecha, de centroderecha o incluso de centroizquierda, podrían moverse hacia la candidatura de centro.
Si miramos a Chile, Boric logró que el centroizquierda, incluidas fuerzas como la Democracia Cristiana, lo apoyen en la segunda vuelta. Petro parece tener más resistencias, ¿a qué se debe?
Yo creo que eso se vincula con nuestra propia historia, la de un país cuya élite no ha cambiado nunca, donde la guerra generó una hostilidad evidente hacia la izquierda, incluso en sus vertientes más liberales. Y esa historia se refleja en la resistencia a hacer acuerdos con Petro. Hay evidentemente algo de la personalidad de Petro, pero el peso de la historia es fundamental para entender la relación de muchos sectores hacia el Pacto Histórico. Hay ecos que quedan en la mente colectiva de este país respecto de la izquierda. Superar eso sería un elemento que supondría una enorme ruptura de nuestra historia. Y posiblemente ese sería el aspecto más decisivo de una victoria electoral de Petro.
Nuestra historia es la de un país cuya élite no ha cambiado nunca, donde la guerra generó una hostilidad evidente hacia la izquierda, incluso en sus vertientes más liberales
A muchos militares no les agradaría que un exguerrillero se transforme en su comandante en jefe….
Ese es un gran tema, porque siempre se ha considerado a los militares colombianos obedientes al poder civil, que por otro lado ha estado siempre en manos de las mismas élites. Evidentemente, un triunfo de Petro significará la más alta prueba, en este sentido, para las Fuerzas Armadas. Hoy están inmersas en niveles de crisis, de corrupción muy profundos, muy politizadas, quizás como nunca antes. Por eso, yo no enfocaría la cuestión en unas fuerzas armadas institucionales o no institucionales, sino en unas fuerzas armadas que no tienen muy claro cuál es su rol. Esto podría ser aún más peligroso porque se trata de un aparato militar muy grande y si se descontrola pueden suceder cosas muy terribles. Como país, el principal reto será discutir a fondo la política de las armas de la nación, una discusión que las élites impidieron durante el proceso constitucional de 1991. Una discusión que está en el centro del futuro de la democracia en Colombia y que ha sido evadida hasta el momento en el debate electoral.
¿Qué pasa con los outsiders? Por ejemplo, Rodolfo Hernández, empresario y exalcalde de Bucaramanga, se ubica bien en las encuestas. ¿Son estrellas más bien fugaces o realmente podrían sorprender?
El uso masivo de elementos tecnológicos le permitió a Rodolfo Hernández posicionarse y lo ha hecho bien. Ha logrado crecer a partir de la utilización de Twitter, Tik Tok, etc. y de discursos anticorrupción que son siempre una bandera vendedora y conectan con el agotamiento ciudadano con el gobierno de Duque y con los anteriores. Pero habrá que ver las elecciones de marzo. Esta campaña empezó hace ya más de dos años, es una campaña continua, pero realmente el tiempo de definiciones viene ahora. Creo que no hay que despreciar a Hernández, porque finalmente él o alguien de centro puede ser quien termine asumiendo la voz y el liderazgo de la oposición a Petro.
Parece algo excéntrico, ¿dónde ubicaría a Hernández?
Hernández es un hombre con una mentalidad de derecha, que viene del mundo económico regional. Ha logrado una performance en una región como Santander, pero le falta visión de país. Aun así, podría ser un gran instrumento para combatir la candidatura de Petro.
Hace poco, una senadora dijo que a Uribe el gobierno de Duque “le sabía a mierda”. ¿La crisis del uribismo se explica por el mal gobierno actual?
Yo creo que tiene que ver con el debilitamiento del liderazgo del propio Uribe, por los falsos positivos, por la historia del uribismo en sí. En esto ha sido muy importante el rol que han jugado las denuncias de las violaciones a los derechos humanos. También creo que juega en su contra su oposición a los acuerdos de paz. ¿Y el tema del gobierno de Duque? También, pero no es tan importante a mi juicio. Duque es un pusilánime. Un hombre al que todo el mundo desprecia. Haberse opuesto al proceso de paz le dio réditos al uribismo y le permitió ganar la elección a Duque. Pero a mediano plazo es contraproducente, porque hay un agotamiento en este país con la guerra, un agotamiento con la violencia. La gente está cansada y quiere ver cumplida la promesa de Estado social de derecho como lo define la Constitución colombiana.
¿Hasta qué punto incide la crisis de Venezuela en la campaña?
Venezuela pesa, pero pesa para Colombia, no solo para Petro; le pesa a todo este país. La llegada de cerca de tres millones de inmigrantes tiene un impacto enorme. Ha ido creciendo la fobia a los venezolanos en parte de la sociedad colombiana. Y ese es un elemento que está ahí e incide en el plano político. Pero es cierto que también le pesa a Petro. Aunque siempre fue muy crítico y claro en relación a Nicolás Maduro, su cercanía anterior con Hugo Chávez es utilizada por los medios y especialmente por la derecha de manera reiterada. La migración masiva, a su vez, pone en evidencia entre la población el fracaso total de un gobierno bajo cuyo liderazgo se expulsa a parte de sus ciudadanos, que huyen del hambre y de la falta de futuro.
Quizás podrían golpear más a Petro las acusaciones contra la exsenadora Piedad Córdoba, candidata del Pacto Histórico [sobre posibles vínculos con Alex Saab, extraditado desde Cabo Verde a Estados Unidos y figura en el entramado económico de Nicolás Maduro]. Yo en lo personal creo que Piedad es una mujer valiente, que logró hacer cosas muy importantes en la liberación de prisioneros de las FARC, por ejemplo. Pero todo eso puede pesar en la opinión pública.
¿Cómo juegan las élites económicas en esta presidencial?
Sin duda, las élites económicas están contra Petro. Pero parecería que hay sectores de élite que están comenzando a pensar “bueno, pues si es Petro, toca jugar con Petro”. Pienso que hay un nivel de racionalidad para no adoptar metodologías violentas de épocas anteriores para evitar cualquier avance de la izquierda. Hoy no es el caso de los 80, cuando tuvimos articulaciones tan evidentes de sectores de poder empresarial con grupos paramilitares. Pero en el marco del actual desorden en que se encuentran las Fuerzas Armadas, los temores pueden dar pie a respuestas imprevisibles. Los sectores industriales, los sectores financieros, estarían dispuestos en principio a tener algún nivel de interlocución con un gobierno de Petro. Pero los sectores articulados al mundo agrario, a las dinámicas de la derecha enquistada incluso en negocios ilegales, pueden llegar a convertirse en un problema más serio y de mayor riesgo para la vida misma de Petro. No hace falta atentar directamente contra él para general situaciones de caos. Es un momento a la vez muy atractivo y potencialmente frágil.
Hablando de las derechas radicales, ¿qué repercusión tuvo la reunión organizada recientemente por Vox y el Foro de Madrid en Bogotá?.
Digamos que el sector más derechista del uribismo, gente como la senadora María Fernanda Cabal, que hace eje en el discurso anticomunista, siente como una victoria haber podido realizar esa reunión y mostrar como violenta a la izquierda que atacó la sede del evento, a la que tratan de vincular a Petro. Pero es algo más bien de nicho y pasan tantas cosas en Colombia que una noticia es tapada rápidamente por otras.
El Ejército de Liberación Nacional decretó un paro armado nacional entre el 23 y el 26 de febrero. ¿Quién toma esas decisiones? Ayudan claramente a la derecha
¿Quedó algo en el tintero?
Yo tengo una preocupación y es el hecho de que el ELN [Ejército de Liberación Nacional] decretó un paro armado nacional entre el 23 y el 26 de febrero. ¿Quién toma esas decisiones? Sin duda, buscan producir un resultado y son muy peligrosas para Colombia. Le ayudan claramente a la derecha. Cuando se echan a rodar las armas, nadie sabe qué puede ocurrir. Creo que es muy importante el llamado que han hecho la Iglesia, la comunidad internacional y organizaciones de derechos humanos pidiendo una tregua unilateral o bilateral para que el tiempo electoral discurra de manera tranquila y se permita que haya unas elecciones sin violencia. Unas elecciones en medio de un charco de sangre serían un espanto mayúsculo considerando que ya tenemos una violencia inaceptable contra líderes sociales y comunitarios, y que la guerra está presente en buena parte de la periferia geográfica de Colombia. Un recrudecimiento de esta violencia convoca nuevamente los fantasmas de épocas que parecían superadas.
Colombia votará este año en dos etapas. El 13 de marzo se decidirá la composición del Congreso y las candidaturas de las coaliciones, y el 29 de mayo será la primera vuelta de las presidenciales. En un escenario abierto, el postulante de izquierda Gustavo Petro aparece como uno de los favoritos, pero es el único...
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Pablo Stefanoni
Periodista e historiador. Investigador asociado de la Fundación Carolina. Autor de '¿La rebeldía se volvió de derechas?' (Clave Intelectual/Siglo Veintiuno, Madrid, 2021).
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