LA VITA NUOVA
Motogeoestrateguis
La marginación de Rusia puede suponer también la automarginación de Occidente. Esto es, la creación de un bloque económico, también neoliberal, que integraría Rusia, China, y parte de África, Asia y Sudamérica
Guillem Martínez 19/03/2022
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1- La guerra de Ucrania tiene una característica única. Al poco de iniciarse se iniciaron las negociaciones. Es, por tanto, una guerra, también, de negociaciones. Lo que indica que es una guerra multinivel o, como el Circo Ringling, multipista. Es lo que los listos denominan una guerra híbrida. Una guerra híbrida no es una guerra modificada para combatir el colesterol. Es guerra convencional, tecnológica, comercial, económica, informativa, de fakes, y cibernética. Todo junto y por el mismo precio. Es, por lo mismo, algo imposible de describir en su desmesura, salvo por su huella. Lo que aquí siguen son las huellas de la guerra en esta semana.
2- Sobre las negociaciones. Ha trascendido que hay –o no; vete a saber– una lógica para el acuerdo. Consistiría en asumir la independencia de Crimea, Donetsk y Lugansk / Alsacia y Lorena, así como la neutralidad de Ucrania. Esta agenda no justifica una guerra. Pero lo divertido es que tampoco asegura la paz. Por varias razones. A saber: a) las modificaciones territoriales por el método de la guerra son sumamente inestables; b) Rusia tiene otras fronteras en contacto con la OTAN, que auguran tensión en otros lares; c), no hay punto, lugar o institución en el que negociar todo ese pack de seguridad –amplio, europeo, integral– con Rusia, una vez que Rusia ha abandonado el Consejo de Europa. Rusia carece de pista de aterrizaje, por lo que seguirá volando, si un tercer país, potente y resultón, no se erige en mediador para establecer un plan de seguridad europeo entre UE y Rusia. Y, claro, luego está la cosa d).
3- Cosa d). Las sanciones de USA y UE, recordemos, no se establecieron para ganar la guerra sino, literalmente, para acabar con Putin. Por lo que continuarán incluso tras el fin de la guerra. Esto va para largo, vamos.
4- Sobre el campo de batalla económico en Rusia. Bloomberg calcula que las sanciones han ocasionado un agujero de 30.000 M$ en el PIB ruso. La devaluación real del rublo va por el 40%. La agencia Moody’s –la recordarán de otras películas de terror–, se suma a Fitch, y ha bajado la deuda a la categoría Ca –recordemos que dos Ca forman el palabro caca–, y augura una suspensión de pagos de deuda –esta semana, de hecho, Rusia se ha columpiado con el pago de deuda; unos 117 M€; no es mucho; aún así Fitch explica que este es el primer paso para el default; vete a saber–. En Oxford sitúan la quiebra para el 15 de abril. En todo caso, Rusia tiene poca deuda –el 18% del PIB; es más, en 2018 solventó el 84% de su deuda con los USA; Rusia, todo apunta a ello, viene preparada a esta guerra económica; la tenía calculada, ha ahorrado y se ha desprendido de deudas–, y tanto su economía como su ciudadanía parecen estar preparadas, o más preparadas y acostumbradas que Occidente, para una vuelta a la economía Mad-Max. Manel Pérez, en La Vanguardia señala, en todo caso, un balance de las sanciones. Han expulsado el rublo del circuito dólar. Esto es, del comercio y de las finanzas. Pueden tener consecuencias mayores si se amplían en la línea prevista por los USA –con una expulsión de organismos económicos internacionales, como la Organización Mundial del Comercio–. El principal proveedor de Rusia para casi todo es, hoy, China. Y China, que ofrece créditos en yuanes, cobra bienes en dólares, un bien escaso en Rusia –sí, se calcula que Rusia tiene fondos por 630.000 M$; la mitad en oro, y la otra mitad en divisas, hoy congeladas–. Piketty ha emitido, desde Le Monde, una primera valoración sobre la efectividad de las sanciones sobre Rusia. Son efectivas, apunta. Están afectando a la economía rusa. Mucho. Esto es, a su masa asalariada, para-asalariada y casi-asalariada. Pero está por ver si afectan a su oligarquía. La persecución internacional de fondos y propiedades rusas, señala, afecta a unas 1.000 personas, si bien debería afectar, para ser operativa, a 10.000, que son las personas que accedieron a la inmortalidad financiera desde los 90/Putin. Intensificar ese acceso a una fiscalidad internacional, señala, sería una garantía contra el militarismo que viene. Y parece que no irán por ahí los tiros.
5- Y aquí, un inciso. La marginación de Rusia puede suponer, y como su nombre indica, la marginación de Rusia. Pero también la automarginación de Occidente. Esto es, la creación de un bloque económico, también neoliberal, que integraría Rusia, China, y parte de África, Asia y Sudamérica. Un nuevo mundo bipolarizado y segregado –y no tan boyante–, en el que un bloque trabajaría con el dólar, y el otro no. Eso es increíble hoy. Pero las guerras están para hacer creíble lo increíble. En 1918, así, se hizo creíble la dolarización de Occidente. Ignoramos, en todo caso, los cálculos y la inteligencia del emisor de la guerra de Ucrania. Pero también ignoramos los cálculos y la inteligencia de su receptor, Occidente. Esta semana ha habido un encuentro en el Cidob, BCN, sobre lo de Ucrania. Ahí brilló con luz propia un analista chino, Lanxin Xiang, moderado, no probélico y out of China, que dijo algo que me dejó pasmado. La aproximación entre Rusia y China, efectiva, es inverosímil culturalmente, señaló, lo que explica algo más inverosímil: el alejamiento, el abandono de Europa respecto de Rusia. Europa, vamos, no ha tenido inteligencia desde el fin de la Guerra Fría. Ha hecho de un derrotado, que necesitaba ayuda, un enemigo. Un Versalles.
6- Más, ya puestos, sobre la ausencia de inteligencia europea. Jorge Morales, autor de Adiós Petróleo –Alianza, 2017–, ha explicado esto. Esto: la UE rebajó sus importaciones de gas ruso en verano de de 2021, y solo ha retomado los niveles habituales de compra a Rusia después de la invasión rusa. Wala. No se preparó el invierno del 2022. No se previno la escalada de precios adquiriendo gas –empezó a subir en mayo del 2021, sí, pero su explosión porno se inició en septiembre del 2021–. No hubo inteligencia para intuir que Rusia preparaba algo gordo, y que ese algo –una guerra, vamos– contaba como arma con el sistema dadá de establecimiento del precio de la energía en la UE. Como pasó con el Covid, Europa careció, una vez jubilado el Bienestar, esa forma de pensar en lo común, de un observatorio para observar lo que se avecinaba. Por recortes, Europa ha suprimido su inteligencia.
Como pasó con el Covid, Europa careció, una vez jubilado el Bienestar, esa forma de pensar en lo común, de un observatorio para observar lo que se avecinaba
7- Sobre el campo de batalla europeo. Rusia ha emitido esta semana la sanción de 200 productos para Europa y USA. El grueso son materias primas que afectarán a Europa, la gran perjudicada en este pifostio. Fertilizantes, piensos, productos químicos, minerales y alimentarios. Lo que supone ya algo que afecta a la seguridad alimenticia mundial. El Índice de Alimentos de la FAO –la carta del menú planetario– ha aumentado un 50%. El trigo, nuestro amiguito, ha aumentado ese 50% en solo 14 días. Puede hacerlo más, pues no se sabe si Ucrania segará la segunda cosecha. O, tan siquiera, si aún existe. Piergiorgio M. Sandri, en La Vanguardia, focaliza esa posible crisis alimentaria, en primer lugar, en el Norte de África, con pitote en Egipto. Más de 100 millones de habitantes consagrados, tres veces al día, al consumo de pan, alimento subvencionado por el Estado, y del que solo se dispone de stock para 3 meses. Por lo demás, la inflación sigue su curso en Europa. Y, lo que es peor, sigue su curso en las instituciones políticas y financieras europeas. Neoliberales, esto es, con una inteligencia limitada por esa mentalidad –remember puntos 5 y 6– y que, en la anterior emisión de crisis abandonaron –esa es la palabra– a amplias capas de la ciudadanía europea. Madame Lagarde ha reconocido que la inflación en la eurozona no volverá al patrón pre-covid. Esto es, avisa, otra vez, de una subida en los tipos, que ya ha iniciado la Reserva Federal. El Banco de España, esa otra metáfora de esa Europa con la inteligencia sesgada, ha comunicado al mundo que la inflación se combate bajando los salarios. Parece ser que, tanto en Rusia, como en Europa, la guerra no afectará a oligarquías.
8- La Europa lenta y que no ve venir un virus, una maniobra rara en el precio del gas, la guerra o el hambre, se reunió en Versalles, una cumbre con dos objetivos, según van der Leyen: a) “ver la guerra de Putin como una cuestión de resistencia de la democracia” –ese objeto reformulado en Europa durante la anterior crisis–, y b) “repensar la defensa europea”. Es decir, la b). En la Declaración posterior se intensificaba la UE como alianza también militar, se pasaba de integrar a Ucrania y se establecía una, sic, agenda por la soberanía, que contemplaba la soberanía energética, la defensiva y –puntos 5 y 6; la inteligencia– no la alimenticia. Antes de abril –eso es mucho, en este contexto– se estudiarán opciones para limitar el efecto del precio del gas. Hasta entonces, la Comisión autoriza a los Estados a que sufraguen parte del gasto de las empresas –la inteligencia de los puntos 5 y 6–. Parece ser que se fijará un límite en el precio del gas. Se habla de 180€. Un pasote. Pero mucho menos que los 3.000 €, posible límite de la reglamentación europea –puntos 5 y 6, no lo olviden– actual. Se habla de pasar del gas ruso, de manera efectiva en 2027 –a ver si Alemania aguanta tanto; a ver si Rusia no lo corta antes– y de mejorar la conexión energética en Europea.
9- Con eso no se alude al gaseoducto MIDCAT, al que, de hecho, no se alude en absoluto. Ese gaseoducto tiene claroscuros. Italia, un Estado pragmático, que no suele complicarse la vida, estudia conectarse con gaseoducto a BCN. Esto es, prevé que el MIDCAT no se hará. Para Esp, ese tubo es ahora una prioridad. En todo caso, no garantiza el acceso de gas a Alemania, por ejemplo, que Francia no tiene una conexión cachas y, además, apuesta por lo nuclear. Recordemos que en 2019 el MIDCAT fue paralizado por la Comisión, que observó que implicaba un amplio gasto público, y una gran rentabilidad privada. Para que una institución neoliberal diga eso es que la cosa debe de ser de chiste. El interés Esp al respecto puede no ser tanto económico como geoestratégico. No se pierdan el punto 15.
10- En todo caso, la Cumbre de Versalles fue, fundamentalmente, un giro militarista en Europa. Se acordó implementar una decisión de la OTAN, de 2014, y de la que nadie se acordaba, consistente en fijar el presupuesto de defensa en cada Estado de la UE en un 2%. Lo que implica, forzosamente, recortes sociales. Un 2% es mucho, pues los presupuestos de defensa son difíciles de calcular para un civil, y exceden al presupuesto del Ministerio de Defensa de cada Estado. En Esp, por ejemplo, si uno se pone ecuménico, se acerca ya al 2%. Ese aumento ya sucede en el continente. A lo bestia, como en Alemania –esta semana ha adquirido aviones F-35, capacitados para llevar armamento nuclear–, o en silencio. El Instituto por la Paz de Estocolmo, por ejemplo, sitúa Europa como el punto del mundo en el que más ha aumentado la importación de armas. Suponen el 13% del total mundial. Y un aumento del 19% respecto a hace 5 años. Esos datos explican que algo pasa en Europa. Pero el Instituto ofrece otros que explican que algo, incluso más gordo, pasa en Asia y Oceanía, el verdadero punto caliente, el futuro del marrón, donde sucede el 43% de las importaciones planetarias. Ojo.
11- En la última cumbre de Presis autonómicos Sánchez verbalizó la guerra. Es importante. Supone la explicitación de la inteligencia Esp –una región de puntos 5 y 6, recuerden– al respecto. Es a) una guerra larga, b) China puede ser la solución, c) Esp ayudará a llevar a Putin a la Corte Penal Internacional –supongo que es literatura, y que se traduce por Esp se meterá hasta las orejas y hasta el fin–, d) Esp se implicará en las sanciones a oligarcas rusos –es decir, Esp se implicará en el bloqueo económico a Rusia–, e) se rebajarán impuestos a los sectores afectados por la crisis –lo que no significa nada, pues están afectados todos los sectores–, f) se facilitarán recursos a CC.AA. para atender a refugiados, g) se desacoplará el gas del precio de la energía –importante: incluso si la UE pasa del tema; a ver–, h) Esp se presenta a sí misma como solución a la dependencia rusa –esto es, se presenta como un polo geoestratégico, no se pierdan el punto 15–, y g) se garantizan los suministros de alimentos –se reconoce de manera implícita que, por tanto, hay cierto riesgo–. Y ya que hablamos del terruño, prosigamos, que es una juerga.
12- La guerra está afectando a quien no debiera. Esto es, a la izquierda del PSOE, y no tanto a la extrema derecha 2.0, vinculada, incluso económicamente, con Putin, que ni se ha despeinado. En Andalucía, el pasado 27F, debería de haber aparecido un manifiesto, una propuesta de organización de la nueva izquierda confederada, que apuntaría maneras y ensayos al proyecto de Yolanda Díaz. No ha podido ser. En primera instancia, por los resultados de las elecciones en C&L, que han puesto a IU muy flamenca, y en segundo lugar, si bien mucho menos, por la cosa no-a-las-armas-a-Ucrania emitida por Podemos(a)parato. El retraso en la formulación de la nueva fuerza se solventará, al parecer. Pero explica lo peligrosos y contraproducentes que son los análisis de cercanía, sin fondo, instantáneos, y sustentados en los sentimientos. Esto es, en la guerra cultural, esa disciplina en la que se mueve más y mejor la derecha y, mejor aún, la extrema derecha.
La guerra está afectando a quien no debiera. Esto es, a la izquierda del PSOE, y no tanto a la extrema derecha 2.0, vinculada, incluso económicamente, con Putin
13- La extrema derecha está hecha un chaval. El Casadoexit no ha cortado al PP, que sigue emitiendo fakes, polarización y confusión. Por otra parte, la extrema derecha ha hecho una huelga. Es tan importante que lo diré otra vez. La extrema derecha ha hecho una huelga. La de transportes. Sus organizadores, en ese sentido, hablan de huelga contra el “nuevo orden internacional”, ese trade-mark de la extrema derecha. Para las personas que considerábamos inofensiva a la extrema derecha hasta que hablara de anticapitalismo, esto es un serio peligro. Que se suma a una socialdemocracia interesada por la clase media, y no por los sectores que está recogiendo la extrema derecha. Sectores populares, a los que les cae el marrón en tiempo directo. En Esp, sin una respuesta social, se puede ir hacia un gobierno ultraPP, apoyado por Vox. Se diría que Vox no volverá a meterse en un Gobierno Esp jamás, a tenor del pollo montado por el PP europeo con el Gobierno de C&L. O sí. La política esp, tan distanciada de la realidad, es autosuficiente y va a su bola. Si la Comisión y Moncloa no le hacen trampas –serias, estructurales– al neoliberalismo, esta extrema derecha revolucionaria, sin nada que decir, pero mucho que gritar, lo tiene a güevo. El neoliberalismo, la intensificación del beneficio y la identidad sobre la democracia, conduce a la extrema derecha. Y ese peligro es el gran peligro de esta guerra.
14- En Cat, donde el neoliberalismo ha ido, formalmente, más lejos, hasta una mayor disgregación social, han pasado dos cosas. Cosa a). En respuesta a unas declas de Gabriel Rufián se ha iniciado una cruzada de la extrema derecha local, para justificarse sobre su relación con Putin. Para ello, como en los viejos tiempos, se ha interrumpido la programación televisiva, con entrevista a líder, explicado que a.1) esos contactos son falsos, e inventados por las cloacas del Estado, y, a la vez, que a.2) esos contactos existieron, pero que fueron con “la sociedad civil rusa”, esa cosa que no existe en una dictadura, salvo en la oposición. No se reunieron con la oposición. La cosa a) nos vuelve a explicar que la extrema derecha, el fake, solo se produce con facilidad en Estados y territorios europeos donde esas derechas tienen medios de comunicación propios. La cosa b) es una huelga, llamativa, de 5 días en la educación. Es importante. Tras 10 años, uno de los sectores más fieles al Procesismo hace huelga para reclamar condiciones materiales. Para explicar lo que sucedió hace más de 10 años. Los recortes más fabulosos de Europa. Algo está pasando en Cat. El fin de una etapa. Y el inicio de ninguna, hasta que el Govern no rompa con la extrema derecha local.
15- Tras la iniciativa de Trump, no desmentida por Biden, y la apuesta alemana, Esp reconoce un Sahara autonómico anclado en Marruecos. Lo que es una ilegalidad, que contradice el derecho internacional y la doctrina de la ONU, y ante la que la UE aún no ha abierto la boca de la cara. Todo es confuso aún, al punto que se desconoce el punto de vista argelino. ¿Argelia ha abandonado, como parece, al Polisario? ¿Esp ha preferido cambiar soberanía energética por moderación en la presión de inmigración marroquí, o ha asegurado tranquilidad migratoria y energética, por ahora en secreto? La Vita Nuova, el mundo tras la guerra, apunta a ser una realidad en la que la cosmovisión neoliberal prime sobre la democrática, el beneficio sobre lo social, lo militarista sobre lo civil. Y donde el acceso a –lo que queda de– combustibles, así como la contención de la inmigración, sean ejes de la política internacional, más alejada aún del derecho y de los valores democráticos. Esp parece querer ser un polo geopolítico, todo apunta a ello, a partir de la gestión de los dos últimos puntos. La extrema derecha europea y esp deben de estar frotándose las manos. Se está cruzando un límite. Es muy posible que, en esta emisión, no lo crucen todos los partidos del Gobierno de coalición esp.
1- La guerra de Ucrania tiene una característica única. Al poco de iniciarse se iniciaron las negociaciones. Es, por tanto, una guerra, también, de negociaciones. Lo que indica que es una guerra multinivel o, como el Circo Ringling, multipista. Es lo que los listos denominan una guerra híbrida....
Autor >
Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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