El último dato facilitado hace apenas unos días revela que la inflación en la Eurozona no ha dejado de aumentar, situándose ya en el 8,6% en el mes de junio frente al 8,1% que se registró en mayo. Este dato supondría el mayor encarecimiento interanual de los precios en la región del euro de toda la serie histórica, y sobrepasa muy ampliamente la meta de estabilidad de precios del 2% del Banco Central Europeo (BCE).

Las mayores subidas de los precios en la eurozona se registraron en Estonia (22%), Lituania (20,5%) y Letonia (19%), mientras que los países en los que menos aumentó la inflación fueron Malta (6,1%), Francia (6,5%) y Finlandia (8,1%). Por otro lado, la subida del IPC en nuestro país durante el pasado mes fue del 10% frente al 8,5% de mayo. Es el peor dato en los últimos 37 años, que nos situaría en niveles similares a los de Eslovaquia (12,5%), Grecia (12%), Eslovenia (10,8%), Bélgica (10,5%) o Luxemburgo (10,3%).

De acuerdo con los datos proporcionados por Eurostat, la incontenible subida de los precios está relacionada con la subida interanual del 41,9% del precio de la energía (39,1% el pasado mayo), mientras que el incremento del precio de los alimentos frescos en junio fue del 11,1% interanual, cuando en mayo había sido del 9%. Por otra parte, los servicios se encarecieron un 3,4% interanual, una décima menos que el mes anterior, mientras que los precios de los bienes industriales no energéticos subieron un 4,3%, frente al 4,2% de mayo.

Respecto a la inflación subyacente, aquella que se calcula restando el índice energético y el de alimentos no elaborados por tratarse de los precios más volátiles, los datos fueron los siguientes: al excluir del cálculo el impacto de la energía, la tasa de inflación interanual de la zona euro se situó en junio en el 5%, frente al 4,6% del mes anterior, mientras que al dejar fuera también el efecto de los precios de los alimentos frescos, el alcohol y el tabaco, la tasa de inflación subyacente se situó en el 3,7%, apenas una décima por debajo del récord registrado en mayo.

Analizando ya la situación en nuestro país, la inaudita escalada de los precios podría hacer perder de media más de 1.100 euros de media a cada asalariado, dado que todo apunta a que el encarecimiento de los productos y servicios va a terminar el año muy por encima de la subida de los salarios pactados en convenio. Los pensionistas, por su parte, también van a perder poder adquisitivo, situándose en 1.132 euros la pérdida anual media. Por géneros, la pérdida de poder adquisitivo será mayor para las mujeres, cuyo sueldo medio es más bajo, de 21.682 euros anuales. En su caso, perderán 1.006 euros anuales, mientras que en el caso de los hombres, con un sueldo medio de 26.934 euros anuales, será de 1.250 euros.

En cualquier caso, los más perjudicados serán los receptores del salario mínimo interprofesional (SMI), que desde enero está situado en 1.000 euros al mes en 14 pagas. En su caso, no se prevé ninguna actualización hasta el próximo año, por lo que verán cómo desaparecen 980 euros de los 14.000 anuales que perciben, si, conforme a las previsiones, la inflación media de 2022 se sitúa en el 7%.

Y es que, según el centro de análisis Funcas, que elabora una media con las previsiones macroeconómicas de los principales organismos, instituciones y servicios de estudios, la inflación media de 2022 se situará en el 6,9%, y la subyacente, en el 3,6%. Se espera que el IPC experimente una bajada durante lo que queda de año hasta registrar en el mes de diciembre una tasa interanual del 4,3%. Para 2023, confían en que la inflación se modere hasta el 2,2% y que la inflación subyacente baje hasta el 2,4%.

En cualquier caso, esta pérdida de poder de compra se sumará a la que los españoles sufrieron el año pasado, cuando los precios subieron de media un 3,1% mientras que los sueldos pactados en los convenios crecieron un 1,5% durante dicho periodo.