1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Punitivismo

Modelo 77: todos los presos son comunes

España es uno de los países más seguros de Europa –y del mundo–, y sin embargo, tiene una de las poblaciones reclusas más numerosas del continente, por encima de la media europea en número de presos y en el tiempo medio que pasan privados de libertad

Nuria Alabao / Emmanuel Rodríguez 19/10/2022

<p>Una imagen de la película Modelo 77 (Alberto Rodríguez, 2022).</p>

Una imagen de la película Modelo 77 (Alberto Rodríguez, 2022).

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

El mes pasado se estrenó Modelo 77, una película de Alberto Rodríguez (director de La isla mínima) sobre las luchas en las prisiones durante la Transición. No es solo una historia de personajes, que también, hombres que sufren la cárcel que los destruye, hombres que resisten, sino una historia colectiva: la de la COPEL (Coordinadora de Presos en Lucha). Esta doble dimensión: un guion que aúna la propuesta comercial de un thriller clásico –incluida la identificación con su protagonista– al tiempo que se retrata un proceso político colectivo no es habitual, y sobre todo, no es fácil. Pero esta película lo consigue y eso la hace potente.

Modelo 77 narra con bastante fidelidad lo que pasó. Es impecable en el retrato de las cárceles franquistas, con sus abusos y sus palizas, aplicadas por sistema contra quinquis y muertos de hambre, también contra quienes luchaban contra la dictadura. Sin embargo, la suerte de los presos comunes y la de los “políticos” fue distinta. Estos últimos salieron gracias a la Ley de Amnistía del año 77; dentro quedaron los “marginales”.

A despecho de todos los prejuicios corrientes sobre este último eslabón de la sociedad, los presos comunes se organizaron en la COPEL. Exigieron la Amnistía para todos, además de derechos y ciertas garantías frente a la arbitrariedad de la institución. Su lucha se manifestó en una serie interminable de motines, en los que tomaban los tejados de las cárceles, al tiempo que reclamaban mejores condiciones y libertad. También se organizaron en “comunas de presos” como la de Carabanchel y crearon sus propias revistas. Fuera de las cárceles, la CNT organizó los grupos de apoyo. Fue la única organización de izquierda que se solidarizó con la COPEL. En todo caso y por un momento, la energía de transformación que condensó la Transición hizo pensable la amnistía, también para ellos. Pero esa expectativa también quedó truncada. El cambio político e institucional no incluyó ninguna modificación sustancial de las funciones sociales de la prisión.

La película reta las diferencias persistentes en nuestro imaginario entre presos políticos y comunes

“Esta no es la historia de una cárcel, es la historia de un país”, dice el cartel de la película. La prisión opera aquí como metáfora de la Transición, que trajo la “libertad”, ¿para todos? “Nos interesaba esa lucha por algo tan noble, y utópico, como la justicia: entendida como justicia social, esa oportunidad de empezar de cero para un país, pero para todos”, dice su director. Otra promesa traicionada de la Transición. “Este es un país para los hijos de los dueños, nada va a cambiar”, asegura el protagonista desesperanzado, después de muchas luchas y tras varias traiciones de los jóvenes y flamantes políticos socialistas y las autoridades de prisión.

La película reta las diferencias persistentes en nuestro imaginario entre presos políticos y comunes; un imaginario que reparte la injusticia para los primeros y el merecimiento para los segundos. En la película no importa mucho por qué acabaron dentro, si ya habían sido juzgados o no, si la sentencia fue justa o injusta. El sistema, que divide a la población entre carne de presidio y ciudadanos “respetables”, es el mismo que condena a los primeros ya antes de nacer, si lo hacen en un lugar de pobreza y exclusión. Aquí lo importante es que se organizan y luchan. Al igual que en la calle, dentro de la prisión, los “marginales” fueron los grandes olvidados de la Transición.

En último caso, todos los presos son comunes. El problema es la cárcel misma, instrumento de contención de los efectos de las desigualdades por la vía represiva, por más que se venda como protección esencial de “nuestro modo de vida”. Pero como suele ocurrir, la COPEL fue derrotada. Al fin y al cabo, en el país se produjo un cambio político y cultural pero no social. Para preservar los intereses de las clases medias y la oligarquía tradicional del capitalismo español era esencial mantener incólume la función represiva. Intereses económicos y estabilidad social constituyeron las líneas rojas de los pactos entre el reformismo franquista y las propias élites de la izquierda.

La amnistía no se logró, pero los conflictos empujaron impostergable la reforma penitenciaria. Se hizo en 1979 por medio de una ley orgánica que recogía la retórica “democrática” de la “reinserción social”. Por esta vía se aprobaron algunas de las reivindicaciones de los presos: permisos de salida, visitas vis a vis, traslado al régimen de segundo o tercer grado cuando era posible, entre otras. Las condiciones en la cárcel mejoraron, pero esencialmente la reforma mantuvo toda su intención disciplinaria. Se prohibió explícitamente el derecho de asociación de los presos y se promovió la creación de “prisiones de máxima seguridad”. También se creó el régimen especial de aislamiento, precedente de los FIES –Ficheros de Internos de Especial Seguimiento– dirigido a un control feroz sobre los reclusos considerados peligrosos y principalmente destinado a aplastar cualquier insubordinación en prisión. La Transición culminó así en las cárceles españolas.

Desde entonces, la fe social en el sistema penal no ha parado de afirmarse. El propio Código Penal de la Transición de 1983, si bien despenalizaba la participación política y ampliaba las libertades civiles, supuso un endurecimiento generalizado de las penas en muchas otras cuestiones. Las sucesivas reformas no han hecho más que profundizar en esa tendencia, como demuestra la reciente inclusión de la pena de prisión perpetua (2015). Al fin y al cabo, endurecer el Código Penal no requiere presupuesto; es la política populista más efectiva.

Desde la muerte de Franco, ¡la población penitenciaria se ha multiplicado por ocho! No hay correlación con el aumento de la criminalidad

Otro dato infame, desde la muerte de Franco, ¡la población penitenciaria se ha multiplicado por ocho! No hay en este incremento una correlación con el aumento de la criminalidad, y solo se explica por el incremento en la duración de las penas. España es uno de los países más seguros de Europa –y del mundo–, y sin embargo, tiene una de las poblaciones reclusas más numerosas del continente, por encima de la media europea en número de presos y en el tiempo medio que pasan privados de libertad. Si se adecuase el encarcelamiento a la tasa de criminalidad en relación con el resto de Europa, casi la mitad de los presos deberían estar en libertad, según algunos estudios. El Consejo de Europa ha advertido de la “dureza” del Código Penal español, que presume de penas altas y de delitos que no existen en otros países, como el de ofensa a los sentimientos religiosos o el de enaltecimiento del terrorismo, un delito por el que se ha llegado a condenar a artistas y raperos. Y sin embargo, el Código Penal no deja de endurecerse, también con este Gobierno y a pesar de que la criminalidad desciende.

La situación en las prisiones

El Comité Europeo para la Prevención de la Tortura ha reclamado a España medidas contra los malos tratos en las cárceles donde sigue existiendo “un patrón” de abusos y denuncias “generalizadas”. Precisamente, las herramientas que hacen esto posible se aplicaron ya en los años de la Transición. El ya mencionado régimen FIES continúa siendo utilizado para vigilar estrechamente a aquellos presos que puedan generar conflictos internos.  El cruel régimen de aislamiento –más de 20 horas encerrados al día– se impone como castigo a los que protestan por el trato o desobedecen la más mínima orden y la dispersión –que te envíen a una cárcel a cientos de kilómetros de la familia o los amigos– todavía se utiliza como amenaza y castigo, esta vez, colectivo. (Lo cuenta aquí el militante antifascista Alfon.) La opacidad en las prisiones es además casi total.

Sorprende la confianza de la izquierda en el sistema carcelario para enfrentar problemas que son estructurales

El régimen carcelario y estas formas de tortura pueden llevar al suicidio –la tasa de suicidios se multiplica por cinco en las cárceles–, siempre en una población que ya ingresa con muchos problemas de salud mental. 32 personas murieron por esta causa en 2021 –sin contar Cataluña ni el País Vasco que tienen las competencias penitenciarias transferidas–. Y sin embargo, las plazas de médicos distan de cubrirse: según datos oficiales el 67% se encuentra vacante actualmente. Hay menos de 200 médicos para 55.000 internos. Tampoco se cubren las urgencias. Sobra decir que la salud mental no tiene cabida. Según el estado previo del recluso, una condena puede ser una sentencia de muerte.

¿Quién lucha hoy por los derechos de los presos? Las asociaciones existentes, como Salhaketa Nafarroa o la APDHA entre otras, no lo tienen fácil. La conciencia de lo que pasa en prisión es casi nula, incluso (y sobre todo) entre los “progresistas”. De hecho, sorprende la confianza de la izquierda en el sistema carcelario para enfrentar problemas que son estructurales. La mayoría de las personas autodefinidas de izquierda cree que nunca acabará allí dentro o no conocen a nadie que lo haya hecho.

Nuevos delitos y penas más duras son también impulsados por discursos “progresistas”. Podríamos hablar aquí de los delitos de odio o de los nuevos incluidos en la Ley del sí es sí, supuestamente pensados para luchar contra la violencia sexual a lo que se suma la ley que se está tramitando y que criminaliza la prostitución. Todo ello legitimado bajo argumentos feministas, como si mayores penas fuesen a frenar la violencia contra las mujeres. En esta legislatura se ha aprobado también que la reiteración del hurto en comercios se conviertan en delito con penas de cárcel, una medida destinada a contentar a la patronal (Mercadona, Corte Inglés y demás). ¿Cuánta gente acabará en prisión por robar comida en el supermercado? El PSOE también ha puesto en marcha la reforma de las usurpaciones de inmuebles con un régimen punitivo más severo, para conseguir quizás arañar unos votos al PP. Como colofón, la reforma de la Ley Mordaza, una de las grandes promesas traicionadas del Gobierno progresista, todavía no se ha  aprobado. Pero en su borrador no solo no derogan los puntos más calientes como el que da presunción de veracidad a los policías, sino que pretende extender esta presunción a los funcionarios de prisiones. En el lugar más opaco de la cadena represiva, da igual las pruebas que consigas reunir para demostrar malos tratos, al final la palabra del funcionario (como ya lo hace la de la policía en comisarías) valdrá más que la de cualquier ciudadano. Y no hay diferencias significativas aquí entre el PSOE y el PP, los dos hacen una política criminal expansiva y populista, como demuestra el criminólogo José Luis Díez Ripollés.

Mientras, desde EE.UU. llega un impulso de abolicionismo policial y carcelario que propone preguntarse cómo sería una sociedad que no necesitara de las prisiones. De momento, se exige reducir la población carcelaria –que en su mayoría está por hurtos y robos o menudeo de drogas–, y se buscan formas de justicia alternativa –a nivel comunitario, pero también penas que no pasen por el encierro–. “¿Para qué demonios sirve tener a una gente encerrada, y quiénes son los que están encerrados?”, se pregunta el director de Modelo 77.

 

El mes pasado se estrenó Modelo 77, una película de Alberto Rodríguez (director de La isla mínima) sobre las luchas en las prisiones durante la Transición. No es solo una historia de personajes, que también, hombres que sufren la cárcel que los destruye, hombres que resisten, sino una historia...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autora >

Nuria Alabao

Es periodista y doctora en Antropología Social. Investigadora especializada en el tratamiento de las cuestiones de género en las nuevas extremas derechas.

Autor >

/ Emmanuel Rodríguez

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

1 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. jmfoncueva

    Con el debido respeto por la calidad del artículo, oso hacer una puntualización: la CNT nunca ha sido "una organización de izquierda", sino un sindicato anarquista, que sólo ha solicitado el voto en elecciones sindicales y siempre ha ido mucho más allá que el resto de sindicatos y organizaciones de izquierdas en reivindicaciones y acciones. Salud, contextatarios.

    Hace 1 año 4 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí