1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.340 Conseguido 91% Faltan 16.270€

Reportaje

Encarcelados dos veces

En España hay más de 58.000 personas presas. Muchas de ellas con un estado de salud delicado. Países como Noruega o Irán adelantan el fin de las condenas o permiten el arresto domiciliario para evitar el contagio del Covid-19

Marina Lobo Madrid , 2/04/2020

<p>La prisión de Villanubla (Valladolid).</p>

La prisión de Villanubla (Valladolid).

Rastrojo / Wikimedia Commons

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

“Siempre se ha dicho que la experiencia es un grado. Los que cumplimos penas punitivas de libertad sabemos muy bien lo que supone no salir a la calle y estar encerrado durante semanas, meses o años. Por eso podemos considerarnos expertos en estados de alarma”.

Así termina la carta de un preso en El Acebuche, Almería, enviada al director de ese centro y que Instituciones Penitenciarias ha difundido. Probablemente habrán escuchado clamar por la prisión permanente revisable o considerar que una condena de 13 años es “muy poco” para haber intentado romper España. Probablemente, en repetidas ocasiones, pero más en estos días, se les habrá pasado por la cabeza que quizás aquello de no poder salir de casa ni para abrazar a sus familiares, ni para ir al cine, ni para desayunar unas tostadas en una cafetería, ni para caminar por la calle por el simple placer de hacerlo, sólo quizás, no era tan fácil como parecía desde nuestra posición de libertad.

En España, hay 58.369 personas presas, tal y como apunta el recluso de Almería en su texto “expert@s en estados de alarma”. Mujeres, hombres, jóvenes, ancian@s y también niñ@s que pasan 24 horas al día en las cárceles españolas y que hoy son más presos, aún si cabe, por culpa del coronavirus.

Las prisiones se dividen en módulos según las circunstancias de los internos: de aislamiento, de reinserción.... Habitualmente, cada área tiene un patio y una zona común. Dentro de la monotonía que, ahora ya sabemos, supone soportar el día a día en un mismo espacio, por muy grande que sea, los reclusos normalmente emplean parte de su tiempo en actividades deportivas o talleres de carpintería, confección, electricidad, electrónica, etcétera. Ahora ya no. Los talleres productivos se han cerrado. Ahora, informa Instituciones Penitenciarias, se están fabricando mascarillas en talleres externos y, según señalan a CTXT algunos funcionarios, en algunas prisiones los internos salen a los patios solo un rato y en turnos para mantener la distancia de seguridad obligatoria. La biblioteca, eso sí, se mantiene abierta y estos días se les facilitan puzles o arcilla para matar el aburrimiento. Los módulos donde existen casos positivos por Covid-19 están en cuarentena.

Hasta el momento [a fecha 1 de abril], 111 funcionarios de Instituciones Penitenciarias y siete internos son positivos por coronavirus. Hay dos personas fallecidas: un funcionario de prisiones de la prisión de Alicante I, en Fontcalent y una reclusa de Estremera.

Cuando pensamos en personas que están encerradas en una cárcel, probablemente a la mayoría nos venga a la mente la imagen de un varón fuerte y más o menos joven. Pero la reclusa que se llevó el coronavirus la semana pasada se llamaba Denis y tenía 78 años. Entre penados y preventivos, hay en nuestro país, según los datos oficiales, 2.784 mayores de 60 años.

Los talleres productivos se han cerrado y en algunas prisiones los internos salen a los patios solo un rato y en turnos

Los funcionarios de prisiones alertan de que el número de infectados, tanto de internos como de trabajadores “podría ser mucho mayor al facilitado desde la organización”. Según Instituciones Penitenciarias, hay a día de hoy 245 internos y 870 trabajadores en cuarentena. “No se están realizando las pruebas, cosa que me parece un problema de salud a posteriori enorme porque, si no hacemos test, vamos a acabar metiendo el coronavirus dentro de las prisiones”, cuenta preocupada Elena Getino, trabajadora del centro penitenciario de Alhaurín de la Torre (Málaga).

El protocolo a seguir actualmente, según informa la Secretaría general de Instituciones Penitenciarias, es dar parte a la autoridad sanitaria si un interno o interna se pone enfermo/a y, a partir de ahí, aislarle en una celda o mandarle al hospital. También se han dejado módulos vacíos para aquellas personas que tengan que pasar la cuarentena en prisión.

Unos días antes de que se decretara el estado de alarma, Instituciones Penitenciarias comenzó a tomar medidas para prevenir los contagios, como prohibir los vis a vis y las entrevistas cara a cara. Días después, se prohibieron todas las visitas y se ordenó poner en cuarentena 14 días a los nuevos internos. También se suspendieron todos los permisos.

 “Los psicólogos en prisión seguimos trabajando, aunque evidentemente el tipo de trabajo cambia”, cuenta Zoraida Estepa Carmona, psicóloga en el Centro penitenciario Madrid VI. “Nuestro trabajo es en el tú a tú. Ahora, para evitar contagios, estamos atendiendo en ocasiones vía instancia (nos mandan un papel con la consulta y a través de él contestamos), pero si hay una urgencia tiene que ser atendida fuera del módulo (en el exterior) y tenemos que mantener dos metros de distancia”. No es lo ideal, pero es lo que tienen que hacer para evitar los contagios.

Fuera de las prisiones, las familias de los internos también se enfrentan a un virus que se ha cobrado ya más de 9.000 vidas en nuestro país. El duelo por la pérdida de un ser querido tiene un impacto diferente cuando estás encerrado. “El otro día falleció la madre de un interno y tuvimos que ir la trabajadora social y yo a comunicárselo”, ilustra Zoraida. “Claro, él preguntaba si podía salir. Tras dos horas de conversación en las que le explicamos que tendría que pedir un permiso extraordinario y que, en caso de que se lo concedieran, de lo que no estábamos seguras, a la vuelta del permiso tendría que estar 14 días en cuarentena, solo, con toda esa tristeza después de perder a su madre y teniendo también él un problema de movilidad… finalmente él mismo decidió no salir”.

Una decisión realmente dura después de no haber podido recibir visitas de sus familiares y seres queridos desde hace más de 15 días. Ahora, solo quedan los teléfonos. Las autoridades han ampliado el número de llamadas telefónicas permitidas para paliar, de alguna manera, esa falta de contacto directo con el exterior. Durante estos días se van a distribuir algo más de 200 móviles (bajo control) entre las diferentes prisiones que permitirán a los presos y presas hacer videollamadas con sus familiares y amigos. “Las videollamadas les darían a los internos e internas la posibilidad de comprobar que lo que les cuentan por teléfono es cierto”, afirma Zoraida. “Porque, cuando estás en prisión, es habitual que a veces tus familiares te oculten la realidad para no preocuparte más. Una videollamada les daría tranquilidad emocional”, añade.

Más del 30 % de los internos padece enfermedades infectocontagiosas. Hay hepatitis y sida, lo que haría aún más dramática una posible entrada del coronavirus

“La verdad es que el ambiente está muy enrarecido”, observa Nacho López, educador en la prisión de Alhaurín de la Torre. “Los educadores normalmente informamos y reconfortamos en muchos casos a los internos, pero en estos momentos no somos capaces de transmitir esa tranquilidad, porque no la tenemos. Las fechas importantes para ellos, las de los beneficios penitenciarios como permisos y terceros grados son inciertas, ellos ahora mismo no pueden conseguir certezas y están impacientes. En estos momentos no podemos hacer actividades como antes, no pueden relacionarse con internos de otros módulos, etc. y todo ello hace muy difícil nuestra labor”.

En las prisiones, muchos de los internos sufren patologías previas, en ocasiones derivadas del consumo de drogas, pero también por otras circunstancias. En total, más del 30% padece enfermedades infectocontagiosas. Hay hepatitis –la prevalencia del virus de Hepatitis C es del 20%–  y sida, lo que haría aún más dramática una posible entrada del coronavirus. “Si el coronavirus se extiende en prisión, la mortalidad podría ser superior a la de los ancianos porque están mucho más tocados, el consumo de medicación en prisión es mucho más elevado que en la calle y el índice de patologías también es superior. Si el Covid se extiende en prisiones será un drama humano y también podría afectar a la conducta del resto de internos no infectados”, advierte un funcionario de un centro penitenciario de Madrid que prefiere ocultar su nombre. Además, pone en entredicho las cifras de positivos ya que, señala, habría que sumar todas aquellas personas contagiadas, pero a las que aún no se han hecho las pruebas.

A  las enfermedades físicas hay que añadir las mentales. En 2016, en torno al 40% de los presos padecía algún trastorno mental y de la personalidad y un 8% enfermedades mentales graves, según las cifras recopiladas por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía en su informe Sanidad en prisión: la salud robada entre cuatro muros.

Conscientes de que no pueden salir y de que no pueden protegerse activamente contra el coronavirus más que manteniendo la distancia y cuidando más que nunca su higiene, los internos están empezando a autogestionarse en algunas cárceles.“Saben que el virus viene de fuera. Nos hemos encontrado con situaciones en las que hay que entrar por ejemplo a limpiar y los propios presos se organizan entre ellos formando brigadas de limpieza para que nadie externo tenga que entrar y así poder mantener esa distancia”, expone Zoraida acerca de la  situación en algunos de los módulos del centro en el que ella trabaja.

Conscientes de que no pueden protegerse activamente contra el coronavirus más que manteniendo la distancia y cuidando su higiene, los internos están empezando a autogestionarse en algunas cárceles

Aunque esto no ocurre en todas las prisiones, según cuentan otros funcionarios, lo que sí se repite es el acatamiento de las medidas extraordinarias por parte de los internos.  “Toda la información que reciben los presos es a través de los medios de comunicación y ellos entienden que lo importante es la salud y nos requieren para que nosotros entremos protegidos y no les contagiemos ‘el bicho’, como lo llaman”, cuenta Getino. Esto, sin embargo, en ocasiones es complicado, ya que el contacto con los internos es muy habitual y se comparte el mismo espacio durante muchas horas. El material (mascarillas y guantes), se quejan, es “escaso” y, en ocasiones, “ineficaz”. En algunas prisiones ni siquiera se cuenta aún con mascarillas rígidas.

Instituciones Penitenciarias afirma que tienen problemas de material, como ocurre en otros lugares, pero que están continuamente distribuyendo por las diferentes prisiones conforme les va llegando. “Estamos trabajando con mucha incertidumbre”, denuncia Getino. “Partimos de un déficit estructural de muchas bajas. Nosotros voluntariamente hemos modificado nuestra jornada para que haya guardias de trabajadores estancos, que no trabajen guardias diferentes juntas y así limitar el contagio entre grupos de trabajadores, pero eso nos lleva a un desgaste físico enorme al tener que juntar turnos, llegando a hacer jornadas de 24 horas seguidas”.

Conscientes de ser posibles vectores de transmisión del virus, el personal que trabaja en prisión extrema las medidas de higiene y protección. Saben que un brote de Covid-19 en un espacio compartido por tanta gente podría ser muy peligroso. “Si hubiera un foco importante de coronavirus, por ejemplo, habría que proceder al aislamiento y la cuarentena del módulo o los módulos donde estuviera localizado el brote trasladando a los hospitales a los casos más graves y, dependiendo del volumen de enfermos, quizás habría situaciones donde el sistema pudiera verse desbordado al no haber espacios físicos suficientes”, advierte Getino. “Es un escenario al que no esperamos no llegar, porque el nerviosismo que produciría eso podría desembocar en imágenes que no queremos ver: agresiones, motines… podría ser caótico”.

Cada semana muere una media de casi cuatro personas en las cárceles españolas. Entre las causas destacan la sobredosis y el suicidio, cuya tasa es mucho mayor dentro de prisión. Desde que empezó la crisis sanitaria y se cerraron las comunicaciones, cuentan desde Instituciones Penitenciarias, no ha habido muertes por sobredosis. Al no salir los internos de permiso y no recibir visitas de las familias, se han cortado las principales vías de introducción de droga. Lo que puede complicar aún más la situación ya que los internos politoxicómanos siguen necesitándola. Muchos funcionarios temen que, cuando los estupefacientes se acaben, pueda empezar a haber altercados.

Pese al nerviosismo, derivado del aumento de número de contagiados en los centros y del de aquellos internos con adicción, los funcionarios no ven probable, al menos por el momento, que vayamos a ver imágenes de motines o incidentes graves, como ha ocurrido en Italia, donde se han producido disturbios, fugas –50 internos lograron escapar de la prisión de Foggia según las autoridades; la federación de Sindicatos Autónomos de la Policía Nacional Penitenciaria habla de 370– y seis muertos tras las medidas decretadas por el gobierno para prevenir la entrada del Covid en las cárceles, como el cierre de las comunicaciones. “No sé si llegaremos a ver las escenas de las prisiones italianas, esperemos que no porque la arquitectura nueva y moderna de las prisiones españolas es distinta y no permite un motín colectivo, pero sí que permite ver problemas y creo que los veremos dentro de poco”, afirma el funcionario de Madrid. Hasta ahora, los hechos más graves que han tenido lugar en el país vecino han sido en la prisión de Sant’Anna (Módena), donde un motín causó seis muertes, tres dentro de los muros de la prisión durante los disturbios y tres durante los traslados a otras cárceles para que la situación volviera a la normalidad. La Fiscalía ha abierto una investigación para determinar las causas de las muertes aunque, según las primeras informaciones, se deberían a sobredosis ya que, durante el motín, los reclusos entraron a la enfermería e ingirieron una gran cantidad de sustancias.

Aquí no ha habido nada parecido, más allá de algunos incidentes puntuales, según informa Instituciones Penitenciarias.  En la prisión de Aranjuez,  el pasado 18 de marzo algunos internos, jóvenes, de un módulo comenzaron a prender fuego a rollos de papel higiénico y tirarlos por la ventana mientras se realizaba un aplauso a los sanitarios a las 8 de la tarde. En la cárcel de Las Palmas el 27 de marzo, los internos se negaron a entrar el comedor como protesta porque uno de los presos presentaba síntomas de coronavirus. Y en Picassent (Valencia), según se informó el 23 de marzo, varios internos empezaron a dar golpes y a gritar contra las medidas restrictivas impuestas a raíz del coronavirus. En los tres casos, la situación pudo controlarse mediante la negociación y el diálogo.

España es uno de los países con más población reclusa de Europa. Para abordar los riesgos a los que está sometida la población reclusa como consecuencia del coronavirus, la OMS ha publicado una guía en la que insta a los Estados a “considerar con mayor detenimiento el recurso a medidas no privativas de la libertad” y, continúa, “dar prioridad para los presuntos delincuentes y los reclusos con perfiles de bajo riesgo y especialmente vulnerables, dando preferencia a las mujeres embarazadas y a las mujeres con hijos dependientes”. Conmutación de sentencias, libertad anticipada y libertad condicional o reevaluación de las necesidades de continuar en internamiento involuntario de pacientes psiquiátricos, son algunas de las propuestas que se están haciendo desde diferentes organizaciones para afrontar esta crisis desde las prisiones. En Noruega, el pasado 20 de marzo se adelantó la liberación de 126 presos y se anunció que saldrían más en los próximos días ­(en un contexto en el que el número total de presos es de aproximadamente 3.000 personas, con muy pocos positivos a día de hoy en las prisiones, y con celdas individuales para la mayoría de los presos). En Irán, las autoridades han dado permiso a unos 70.000 presos para permanecer en casa.

Veremos si en España, donde tradicionalmente se ha apostado por el punitivismo en lugar de por la pronta reinserción, el coronavirus puede cambiar esa tendencia o si, por el contrario, se seguirá manteniendo un sistema rígido y de largas condenas y que se ha demostrado, a lo largo del tiempo, ineficaz. Puede que este confinamiento nos sirva para ponernos en el lugar de quienes tienen que pasar así meses o años, sin poder siquiera bajar a la calle a comprar el pan.

“Siempre se ha dicho que la experiencia es un grado. Los que cumplimos penas punitivas de libertad sabemos muy bien lo que supone no salir a la calle y estar encerrado durante semanas, meses o años. Por eso podemos considerarnos expertos en estados de alarma”.

Así termina la carta de un preso en...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autora >

Marina Lobo

Periodista, aunque en mi casa siempre me han dicho que soy un poco payasina. Soy de León, escucho trap y dicen que soy guapa para no ser votante de Ciudadanos.

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

4 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. David

    Propongo que cada Progre acoja a un preso y a un migrante, sí de esos que huyen de guerras y llegan en pateras (Ahh perdón, que ahora NO llegan pateras jajaja) en la cárcel se está por cometer delitos tras pasar por un procedimiento judicial pleno de garantías procesales, si es antiguo, ya sabéis, le decís a Sr. Presidente y Vicepresidente que lo derogue como hacen con todo lo que no les gusta.

    Hace 4 años 7 meses

  2. andrés fariña fontcuberta

    La falta de libertad es ya de por si tremenda...

    Hace 4 años 7 meses

  3. Pepet

    Todos sabemos que hay gente encarcelada que nunca daberia haber entrado.Pero tambien que hay gente paseandose y presumiendo por su estatus social para reirse de españa, con el visto bueno del amiguismo de la justicia franquista y las medidas confinatorias.Sin comentàRIOS.

    Hace 4 años 7 meses

  4. milana

    Inteligente planteamiento haciendo un paralelismo de la situación de confinamiento con la reclusión en un olvidado sistema punitivo inhumano y olvidado. Que dureza de reportaje y que necesario. La población reclusa es también población, son personas humanas, tienen derechos y no pueden/deben ser ocultados. El punitivismo es a la justicia lo que la caridad/filantropía es a la economía. Es una lástima que no podamos tener debates adultos y profundos sobre los grandes problemas estructurales de esta berlusconizada sociedad que en su estructura de estado (R78) jamás se ha separado del franquismo. Gracias por el artículo

    Hace 4 años 7 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí