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Le doy un consejo a los miembros de la Real Academia de la Lengua. En la próxima revisión del Diccionario de la Lengua Española, añadan una acepción a la palabra contundencia: “Cualidad de la que carece el Atlético de Madrid”. Resulta curioso porque, si algo caracterizó los primeros años del cholismo, fue precisamente ese aspecto. Contundencia en defensa para dejar su portería a cero y contundencia en ataque para aprovechar alguna de las ocasiones que generaba. Sin embargo, en algún momento del camino la perdió y le está costando recuperarla de forma regular. Y en este buscar y no encontrar, pasan los partidos y se van escapando los puntos en la Liga como se dejó escapar la presencia en Europa. El partido de Almería fue un ejemplo más de ello.
Después de la experiencia del anterior encuentro ante el Barcelona, se esperaba que el Atleti no volviera a cometer el mismo error y saliera enchufado y con intensidad desde el primer minuto. Pero la esperanza no se vio satisfecha. Simeone apostó de inicio por dejar solo a Correa en ataque con Griezmann posicionado más como un mediapunta desde el que generar juego. Una decisión que habla muy bien de las cualidades que puede desplegar el francés, pero que deja en evidencia las carencias que tiene el equipo en el centro del campo, donde muy pocas veces sus integrantes son capaces de imponerse al rival. El caso es que el partido transcurrió en los primeros minutos sin dominador ni ligazón en las combinaciones hasta que de la nada se hizo la luz. Un balón vertical servido por Kondogbia a Griezmann, que el francés dejó pasar sin tocarlo, con inteligencia, despistando a su marcador, y llegó a Correa para definir con remate de zurda, haciendo su gol 50 en Liga.
En épocas pasadas, ponerse por delante en el marcador era un salvoconducto hacia la victoria para los de Simeone, pero hace tiempo que eso dejó de ser así. Nada más encajar el gol pudo empatar el Almería. Un disparo de Akieme se marchó fuera por poco. La defensa colchonera se limitó a mirar la combinación previa. Los de Rubi adelantaron líneas y empezaron a dificultar la salida de balón de los atléticos. Ninguno de los zagueros daba mucha sensación de tranquilidad y hasta Oblak parecía contagiarse: tuvo que enviar un balón a córner por no saber qué hacer con él ante la presión de un rival.
Con Koke y Lemar sin peso en el juego, el Atleti no conseguía mantener el balón, pero una buena acción de Correa permitió salir a la contra a Llorente, que buscó a Lemar en el palo contrario, y tras una dejada del francés, remató el propio Correa de manera defectuosa, aunque el balón salió a córner. Y en el tercer saque de esquina consecutivo llegó una acción decisiva en el encuentro. Hubo un remate de Hermoso que obligó al portero Fernando a desviar el balón con apuros, Koke le pasó a Llorente, que lanzó un balón colocado que iba a gol. Pero Kondogbia ya había iniciado la carrera, no pudo frenar su impulso y metió la pierna empujando la pelota a la red. Como era el más adelantado le señalaron fuera de juego, lo que impidió que el segundo tanto subiera al marcador. Cuando se dio cuenta, el centroafricano se echó las manos a la cara. No era para menos. Las cosas que le pasan al Atleti.
Ya saben esa máxima del fútbol: el que se equivoca lo paga. Y de lo que pudo haber sido el 0-2, se pasó al empate. Nahuel se empeñó en despejar de cabeza un centro que no iba a ningún sitio y los locales volvieron a ganar el balón tras un par de disputas. Robertone metió un buen pase al área que superó a Hermoso y Witsel y que encontró a El Bilal para que mandara el balón a la red con un potente testarazo. Pocos minutos antes, Simeone había cambiado a defensa de cinco. Habrá quién crea que eso pudo influir en que llegara el empate. Sinceramente, pienso que lo que faltó en esa acción fue más concentración y lo que ya saben: contundencia.
La misma que se echó especialmente en falta en la segunda mitad, que comenzó con Barrios ya en el césped en lugar de Koke. Del canterano fue la primera oportunidad con un remate desde el área grande que se fue alto. Simeone volvió a defensa de cuatro, pero el equipo siguió sin mandar. Pese a ello, fue capaz de empezar a realizar alguna contra con velocidad. Griezmann tuvo dos disparos en ventaja dentro del área, pero no pusieron en mucha dificultad a Fernando, que iba a terminar convirtiéndose en el gran protagonista de la tarde.
Los rojiblancos tienen el segundo porcentaje más bajo de la Liga en aprovechar grandes ocasiones
El partido empezó a romperse, aparecieron los huecos y daba la sensación de que cualquiera de los dos podía marcar. El Atleti llegaba con más frecuencia al área rival que en el primer tiempo, pero el Almería mostraba peligro cada vez que se acercaba al área de Oblak ante una defensa que no tenía contundencia. Simeone sacó a Reguilón y Morata y el delantero internacional tuvo dos ocasiones claras, pero mandó un cabezazo fuera en buena posición y conectó un remate con la zurda desde el punto de penalti que repelió el guardameta. Casi a continuación, pase de Griezmann a Correa que disparó a bocajarro solo en el área, pero el balón le salió centrado facilitando que Fernando lo pudiera rechazar. En la banda, Simeone no podía creer lo que estaba perdonando su equipo. Ya saben, la contundencia. Basta decir que los rojiblancos tienen el segundo porcentaje más bajo de la Liga en aprovechar grandes ocasiones (11/40), apenas el 27,5%, solo por detrás del Valladolid (según datos de OPTA).
Viendo que se entraba en la recta final con el empate, a los dos técnicos les entró vértigo y prefirieron amarrar el punto que arriesgar y poder quedarse sin nada. Simeone quitó a Correa para dar entrada a Felipe, uno de esos cambios que chirría a ojos de los aficionados, volviendo a defensa de cinco, y Rubi también realizó cambios conservadores. Por segunda semana consecutiva, el Atleti acabó con un jugador menos en el campo. Si ante los azulgranas fue Savic el que no supo contenerse y se metió en una trifulca, esta vez fue un acelerado Reguilón el que, en apenas cuatro minutos, se ganó dos amarillas, una por discutir con un rival y otra por golpear a un rival con el brazo en un salto. Vio la roja en el 89. Tan mala es la falta de carácter como el exceso de revoluciones.
Tan cierto es que al Atleti le falta juego y que muchos de sus jugadores no atraviesan un buen momento, como que con un poco más de acierto, de contundencia delante de la portería rival estaría mucho mejor clasificado en la Liga y podría disputar aún una competición continental. Dice Simeone que no pueden más que insistir y que si siguen creando oportunidades, algún día llegarán los goles. Falta hace que ese día llegue pronto, porque una cosa está clara: sin gol, no hay el paraíso de la Champions. El problema es que más de uno piensa que con el equipo debilitado en ataque y con los actuales mimbres, estamos más ante un problema estructural que puntual.
Le doy un consejo a los miembros de la Real Academia de la Lengua. En la próxima revisión del Diccionario de la Lengua Española, añadan una acepción a la palabra contundencia: “Cualidad de la que carece el Atlético de Madrid”. Resulta curioso porque, si algo caracterizó los primeros años del cholismo, fue...
Autor >
Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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