1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.347 Conseguido 91% Faltan 15.800€

Huelga

Palabras de una LAJ

Todos los gobiernos se han servido de que somos un cuerpo pequeño y desconocido para no acometer la adecuación salarial prevista desde 2009. Ahora estalla nuestra indignación porque nos han engañado

Marta A. R. 13/03/2023

<p>Huelga en Justicia.</p>

Huelga en Justicia.

Malagón

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Asisto con una mezcla de estupefacción y dolor, por la parte que me toca, a argumentaciones tan simples, ante las reivindicaciones del colectivo de letrados de la administración de justicia (LAJ), como “bueno, yo creo que, si estos funcionarios ganan entre 1.900 y 3.000 euros, ¿está bien no?” Normalmente esta argumentación procede o bien de cargos políticos, que suelen cobrar muchísimo más sin que quede claro su mérito y capacidad, o bien de personas poco informadas que se dejan llevar por la demagogia. 

Resulta realmente difícil explicar toda la indignación que sentimos, acumulada durante años en los que nos hemos dedicado a trabajar de manera prácticamente invisible, salvo para los operadores jurídicos que conocen la importancia de nuestra labor en los juzgados. 

Para empezar, diré que nosotros somos funcionarios del grupo A1 de la Administración de Justicia, al igual que jueces y fiscales, y también licenciados en Derecho. Llegamos aquí tras superar una dura oposición de casi trescientos temas que requirieron años de estudio. En mi caso, hice exactamente el mismo tipo de examen que un juez o un fiscal: dos exámenes orales de 75 minutos cada uno. A uno le puede gustar más o menos nuestra profesión, pero esa es la oposición que preparamos y aprobamos.

Sin embargo, tras ese largo esfuerzo, la diferencia de retribuciones con mis otros compañeros A1 era significativa. El motivo se remonta a la década de los noventa, cuando se aprobaron unas subidas salariales a jueces, fiscales y secretarios judiciales (ahora LAJS) en las que la última partida, la destinada a los letrados de la administración de justicia, se repartió entre el resto de Cuerpos de la Administración de Justicia… De aquí viene la gran brecha salarial con nuestros compañeros porque, históricamente, el porcentaje de retribución en relación a los jueces estaba en torno al 80%. Y de ahí se pasó a una proporción de entre el 61 y 65% aproximadamente. 

La cláusula de enganche que reclamamos, de la que ahora se habla tanto, no la hemos inventado nosotros, es algo establecido ya en la Ley de Retribuciones de 1966, que, tras la supresión de las tasas judiciales, hasta entonces gestionadas a modo de notaría por los secretarios judiciales, acordaba para estos el 80% de la retribución del juez. 

Una vez enmarcado el asunto, lo actualizamos. 

En 2009, se realizan una serie de reformas procesales que configuran la nueva Oficina Judicial y que se traducen, en la práctica, en un aumento no solo de nuestras funciones sino, lo que es más importante, de la responsabilidad que las acompaña y que hacemos nuestra con la firma. Hasta entonces estas responsabilidades estaban encomendadas al juez, pero, dada la preparación jurídica de los LAJ, se acordó atribuírnoslas para que el juez pudiera encargarse únicamente de dictar sentencia y ejercer la potestad jurisdiccional. Todas esas reformas procesales hacen alusión al compromiso retributivo que asume el Estado. En ese momento, la situación económica que se vivía en España hacía imposible una adecuación salarial, que se pospuso. 

Duele la desconsideración y el desprecio a todo nuestro trabajo

Los LAJS, con nuestra vocación de servicio público, asumimos a coste cero desde el año 2009 toda esa nueva responsabilidad con el único fin de mejorar la Administración de Justicia. Hay miles de informes elaborados que avalan con datos la ingente labor realizada desde entonces. Después han venido más reformas, como la Ley de Jurisdicción Voluntaria en el año 2015, que siguen aumentando nuestras funciones y responsabilidades… Pero, además, en palabras del Ministerio, somos la “piedra angular” del funcionamiento del juzgado. Así adoptamos una actitud proactiva en todas las reformas que se realizan en los juzgados, como la digitalización de la Justicia. Somos los que dirigimos y organizamos el trabajo para que se vayan dando los pasos necesarios que acuerdan las autoridades competentes… Y, tristemente, ya parece haberse olvidado que, durante la pandemia, fuimos esenciales en la actividad de los juzgados. En ese momento, si no paró totalmente la actividad fue gracias a nosotros; fuimos el enlace para organizar diariamente, sábados y domingos, a cualquier hora, toda la actividad de lo que se podía hacer en el juzgado porque además éramos los únicos, en aquel momento, que podíamos teletrabajar junto al juez. Y qué decir de las guardias. Pese a no ser considerados personal esencial ni de riesgo tuvimos que trabajar, no estuvimos confinados y seguimos haciendo Entradas y Registros, sufriendo el terror de tener que acceder a viviendas para su registro sin apenas protección cuando se desconocían los efectos que podía tener para nuestra salud… Son tantas cosas que duele la desconsideración y el desprecio. Todo hasta ahora lo hemos hecho en silencio; nadie sabía de nuestra existencia hasta que hemos dicho BASTA YA. Se trata de una cuestión de dignidad. Somos un cuerpo esencial y eso lo sabemos todos, jueces, fiscales y funcionarios que trabajan en el juzgado. (Por supuesto, siempre existirá la excepción que confirme la regla). Por ello, no entendemos cómo nuestros “jefes”, el secretario de Estado de Justicia, entre otros, han podido menospreciarnos del modo que lo han hecho. Estamos atónitos.

Todos los gobiernos, desde 2009, se han aprovechado de que somos un cuerpo pequeño, desconocido, poco reivindicativo y hasta hace poco tiempo desunido, para no acometer aquella adecuación que ya previó el legislador. 

¿Por qué ha estallado nuestra indignación ahora? Es sencillo: se nos ha engañado. En la Disposición Adicional 157 de la Ley de Presupuestos Generales del Estado para el año 2021 se consiguió (o eso parecía) la tan ansiada adecuación salarial. Esta se tradujo en una subida para todos los funcionarios de la Administración de Justicia. A los LAJ se nos subió el salario diez euros más que a los gestores procesales, uno de los cuerpos de funcionarios a los que dirigimos. Ello significaba que las responsabilidades que asumimos se valoraban en diez euros. Y fue negociado por los sindicatos, que a nosotros NO nos representan porque, salvo alguna excepción, estamos afiliados a asociaciones profesionales, como jueces y fiscales. Evidentemente, algo falla, por mucho que lo diga la Ley, cuando los intereses de los directores de los juzgados los negocian los representantes de las personas a las que dirigen. Así lo demuestra el que nuestras asociaciones consiguieron un Real Decreto para el pago de sustituciones (es decir, que, si sustituyo a un compañero en otro juzgado, con el consiguiente incremento de carga de trabajo, se me retribuya dignamente) y los sindicatos lo recurrieron y anularon porque ellos no habían opinado. O cuestiones nimias, como el hecho de que todos los cuerpos de funcionarios, incluidos jueces y fiscales, puedan disfrutar de sus días de asuntos propios hasta el 31 de marzo del año siguiente, menos los LAJS, que solo podemos hacerlo hasta el 31 de enero. Es sorprendente que los que dicen representarnos vayan en contra de nuestros intereses. 

El segundo engaño se produce porque, tras unas jornadas de paro hace más de un año, se llega a un acuerdo con el Ministerio de Justicia en el que se nos reconoce la adecuación salarial y esta se traduce, y así lo propone el Ministerio, en fijar nuestro salario al 85% de lo que cobra un juez o un fiscal. Esta es la famosa cláusula de enganche. Este compromiso, acuerdo o lo que quieran llamarlo, está publicado en la página del Ministerio de Justicia con fecha de 4 de abril de 2022. Es lamentable, que después de ello, el Ministerio lo niegue, llegando incluso a borrarlo (aunque después no haya tenido más remedio que volver a colgarlo en la web, ya que todos nosotros lo teníamos descargado, y NO podía negarlo). Pero lo peor de todo ha sido el desprecio hacia este Cuerpo Superior Jurídico. Nos han insultado, menospreciado y han lanzando mensajes totalmente distorsionados a la población para que piensen que somos unos privilegiados, que ya ganamos mucho dinero… Sólo tenemos que comparar las nóminas, en un mismo juzgado, del juez, del fiscal, del LAJ y del gestor, funcionario al que dirigimos técnico-procesalmente, para ver que no hay proporcionalidad alguna. Es cuestión de Justicia. No es lógico que cobremos entre el 60 y el 65% del sueldo de los otros grupos A1, y la diferencia entre sueldo del gestor y el LAJ sea del 5% aproximadamente. Y, en algunos destinos, el LAJ cobra incluso menos que un gestor.

Hoy en día, ser LAJ es asumir responsabilidades no pagadas 

No es proporcional porque la responsabilidad que tenemos, y que se traduce en los seguros de responsabilidad civil que pagamos, es igual que la de los jueces, si no mayor, mientras que un gestor no paga ningún seguro. Sin duda alguna estamos discriminados.

Ninguno de los gestores a los que dirijo tiene interés alguno en ser LAJ por pura lógica. Porque, hoy en día, ser LAJ es asumir unas responsabilidades no pagadas, pudiendo ejercer otras profesiones con escasa diferencia salarial y menor responsabilidad. 

Llegados hasta este punto, solo puedo pensar que lo que se busca realmente es hacer desaparecer una de las funciones esenciales de los LAJ, que es un pilar esencial del Estado de Derecho: la Fe Pública Judicial, concebida en su origen como garantía de veracidad de los ciudadanos frente a posibles abusos de los jueces canónicos inquisidores, y que se establece en la actualidad como la garantía cotidiana de los derechos constitucionales de los ciudadanos en el proceso judicial. Habrá que preguntarse por qué hay interés en que desaparezca esta garantía para el justiciable. En estos últimos días se está poniendo en tela de juicio y esto daría para escribir mucho más. Solo puedo decir que, si se acaba con la Fe Pública Judicial, se acabará con el Estado de Garantías. No puedo creer que todo esto pueda hacerlo un Gobierno democrático y progresista… El tiempo lo dirá… La memoria es corta muchas veces, pero solo diré que del año 1992 al 1995 se prescindió de la Fe Pública Judicial en muchos registros domiciliarios (es decir, se prescindió de la obligada presencia de un LAJ como garante de que las actuaciones se desarrollan conforme a derecho y con total garantía para los moradores). Y en 1995, todos los grupos parlamentarios se pusieron de acuerdo en la necesaria presencia del secretario judicial (hoy LAJ) durante estas diligencias. Por algo sería… 

Asistimos perplejos al daño que el Ministerio de Justicia se empeña en causar a los ciudadanos y pido a la gente que reflexione. Nosotros estamos sufriendo un gran daño moral, económico y la situación, en muchos casos, está afectando a nuestra salud. Sin embargo, casi todos permanecemos unidos. Eso es porque estamos convencidos de la justicia de nuestras reivindicaciones, del maltrato que sufrimos desde distintos ámbitos en nuestros juzgados y de lo muy cansados que estamos. Se trata de una cuestión de DIGNIDAD. Y, por supuesto, hay otras muchas injusticias y causas por las que luchar… Pero esta es la nuestra. 

Asisto con una mezcla de estupefacción y dolor, por la parte que me toca, a argumentaciones tan simples, ante las reivindicaciones del colectivo de letrados de la administración de justicia (LAJ), como “bueno, yo creo que, si estos funcionarios ganan entre 1.900 y 3.000 euros, ¿está bien no?” Normalmente esta...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autora >

Marta A. R.

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

1 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. carlos3

    Lo siento, pero me parece que faltan cosas. Yo también soy funcionario del cuerpo superior de la Administración y mi salario está dentro de la horquilla que indica el artículo para las personas que ocupan plaza como LAJ. No me considero mal pagado, ni mucho menos, aunque una parte derive de los 14 trienios devengados. Pero, independientemente de que esta categoría profesional deba ganar más o menos dinero, me importa el hecho de que la Administración de Justicia -y la Administración general, en la que yo trabajo- tienen otros problemas mucho más graves: no son en absoluto fiables, y aquí las voces internas ya no suenan con tanta insistencia, en cuanto a la falta de fiabilidad de sentencias. Estas pueden ir contra lo estipulado por la Ley sin que los órganos de control de la Justicia adopten medidas para corregirlas -invocando un principio de independencia de jueces y juezas, que, de esta forma, se ven en la libertad de acatar o no principios legales-, o, por ejemplo, declarar en un párrafo que una persona es responsable de unos actos que la lleva a perder una parte importante de su patrimonio para, en el siguiente, declarar con toda tranquilidad que no han entrado en el fondo de la cuestión. Son un par de ejemplos que conozco, pero, en general, la fiabilidad de la Justicia, desde la sociedad, la percibimos como muy precaria. También en el resto de la Administración, donde los informes pueden estar hechos a medida de intereses políticos o personales, o la planificación del gasto público ir en la misma dirección, con una infinidad de controles internos que dependen todos del mismo dedo designador, y en cuyo ejercicio profesional aspectos como la dignidad o la ética pierden sentido, porque, de tenerlo, lo que se perdería sería el ventajoso puesto. Cuando las personas empleadas públicas atendamos de verdad a nuestra responsabilidad de cumplir y hacer cumplir la ley -denunciando los abusos que vemos, o emitiendo informes de acuerdo con nuestro criterio profesional verdadero-, tendrá sentido que reclamemos emolumentos, pero quizá no haga falta, porque empezaremos a sentir satisfacción por nuestra labor, en lugar de desviar frustraciones a nuestro descontento con una nómina que, para los sueldos que hay en el país, tampoco deja tanto que desear.

    Hace 1 año 8 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí