brecha de género
Los varones se sienten más competentes en el manejo de la tecnología digital que sus compañeras al terminar el instituto
Las jóvenes están más concienciadas en aspectos como el ciberacoso y el plagio, mientras que ellos muestran una actitud general más positiva hacia la tecnología
CTXT / Observatorio Social ‘la Caixa’ 22/03/2023
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En España, la brecha de género no se produce en el empleo de la tecnología digital; de hecho, las mujeres la utilizan en mayor medida que los hombres. En cambio, sí se observan diferencias en favor de los hombres en la percepción de sus habilidades en aspectos como la tecnoética, o habilidades informacionales, tecnológicas, multimedia y comunicativas, así como en su actitud general frente a la tecnología.
Si bien esta brecha se puede detectar desde la infancia, en nuestro país carecemos de estudios cuantitativos en el ámbito de la enseñanza secundaria que informen sobre la medida real de esta fractura y su evolución durante los distintos ciclos educativos (desde la ESO hasta el Bachillerato). La etapa de secundaria es clave, dado que es entonces cuando el alumnado crea su identidad y las instituciones educativas se esfuerzan en acompañarlos en la evolución de su competencia digital.
Un reciente estudio realizado por Mireia Usart, Carme Grimalt-Alvaro y Luz Mayra Niño-Cortés de la Universitat Rovira i Virgili (URV) busca arrojar algo de luz sobre estas cuestiones. Para su elaboración, durante el pasado curso 2021-2022 se efectuó una encuesta a 3.954 estudiantes de secundaria españoles –primer ciclo de la ESO (cursos primero y segundo), segundo ciclo de la ESO (tercer y cuarto curso) y Bachillerato (ambos cursos)– en la que se les preguntaba acerca del nivel de uso de la tecnología digital y la necesidad que sienten, tanto de conectarse a internet como de utilizar dispositivos digitales (tabletas, móviles…).
En primer lugar, se aprecia que para ambos géneros el uso de la tecnología es distinto y evoluciona de forma diferente en cada ciclo de la educación secundaria. Por regla general, los chicos usan más la tecnología en el segundo ciclo de la ESO, y las chicas en el Bachillerato. En estos dos cursos finales, la diferencia entre chicos y chicas es estadísticamente significativa.
En segundo lugar, con respecto a la dependencia o necesidad de uso de la tecnología, las chicas indican una mayor necesidad de uso que los chicos de forma significativa en todos los ciclos; es decir, las chicas se perciben a sí mismas como más dependientes de los dispositivos digitales y de internet que sus compañeros.
Ellas son más competentes en la dimensión tecnoética, dado que están más concienciadas en aspectos tales como el ciberacoso y el plagio
Por lo tanto, si realmente existe una brecha de género favorable a los chicos en el ámbito de la tecnología digital, esta no se produce en su uso, por lo que es importante medir las posibles diferencias en aspectos competenciales y de actitud.
La competencia digital, que se compone de distintas habilidades, es un concepto complejo. En concreto, puede estar integrada por aspectos tecnoéticos, informacionales, tecnológicos, multimedia y comunicativos o relacionales.
En cambio, las diferencias que atestiguan la existencia de una brecha de género en favor de los chicos se concretan en dos de las habilidades que integran la competencia digital: las tecnológicas y las comunicativas. Los chicos se consideran más competentes en aspectos técnicos (uso de hardware, wifi…) y también más capaces de colaborar y comunicarse en red. Un ejemplo de ello sería la creación de un videocurrículum o la expresión de sus opiniones en foros.
Finalmente, es necesario analizar el último aspecto de la brecha de género: la actitud. Diversos estudios indican que no basta con percibirse competente en una materia, sino que se precisa una actitud positiva para poder aplicar estas habilidades a la práctica. En la actitud frente al uso de la tecnología entre estudiantes de secundaria también se observan diferencias relacionadas con la brecha digital de género.
En este caso, aunque ambos géneros tienden a tener una actitud positiva frente a la tecnología digital, los chicos refieren una actitud más positiva en todos los ciclos de la educación secundaria: consideran que las herramientas digitales facilitan el aprendizaje y son sencillas de usar. Aun así, las diferencias entre géneros son mínimas y solo resultan significativas en el segundo ciclo de la ESO.
Cabría decir que la actitud hacia la tecnología digital empeora conforme avanzan los ciclos, al tiempo que las chicas muestran una actitud ligeramente más negativa que los chicos.
La percepción de una mayor competencia tecnológica por parte de los chicos puede determinar que a menudo elijan carreras científico-técnicas
Los resultados reflejan que, si bien el uso de la tecnología es similar entre chicos y chicas, la dependencia de las tecnologías digitales es mayor en estas últimas, especialmente en el Bachillerato. Por lo que respecta a las habilidades que conforman la competencia digital, los chicos se sienten más competentes en el dominio de la tecnología per se, lo que puede determinar la elección de asignaturas y de estudios técnicos e informáticos, pudiendo influir también en el aspecto comunicativo. Este diferencial aumenta conforme los alumnos pasan de curso. En cambio, ellas son más competentes en la dimensión tecnoética, dado que están más concienciadas en aspectos tales como el ciberacoso y el plagio, en especial en el Bachillerato. Por lo que respecta a la actitud frente a la tecnología, los chicos se muestran levemente más positivos que sus compañeras, aunque en el Bachillerato las diferencias se atenúan.
Esta brecha de género en los diferentes ámbitos relacionados con la tecnología puede generar situaciones de desigualdad. Por un lado, la percepción de una mayor competencia tecnológica por parte de los chicos puede determinar que a menudo elijan carreras científico-técnicas, relacionadas con la informática. Por otro lado, la menor competencia en tecnoética de los chicos sugiere que hay que esforzarse por conseguir que sean más conscientes, por ejemplo, del ciberacoso y el plagio.
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