PROCESANDO EL YUYU
ZPlanismo
La extensión intensa del brindis al Sol, de las leyes votadas pero no dotadas, explica que, tras el ciclo 15M, hoy pajarito, estamos en la vuelta a la política, esa comunicación ‘non-stop’. Esa nada
Guillem Martínez 22/04/2023
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1- En los 70, en ese momento de una década en el que la década parece interminable y parece el mundo, la eternidad, la URSS dio mucho miedo. Bú. A saber: el poder adquisitivo de la clase trabajadora soviética no solo era alto y comparable, a escala, al de los trabajadores de Occidente, sino que subía con mayor rapidez y constancia. La economía soviética funcionaba, y lo hacía con aparente poderío, sin resentirse, aparentemente, por la crisis del 73. Eso provocó cierto desánimo en Occidente, que, por primera vez, y en petit comité, valoró la posibilidad de una derrota en la Guerra Fría. Se dice rápido. En ese estado de ánimo y de opinión influyó, fundamentalmente, la mala información. Occidente desconocía que Nikita Jrushchov no había acometido reforma alguna en el momento dramático y exacto para realizarlas. O, más bien, desconocía las consecuencias de esa decisión, prolongada por Brézhnev –el segundo dirigente soviético más longevo, tras Stalin–, bajo cuyo mandato se fosilizó el estancamiento económico soviético. Tanto que Estancamiento Brezhneviano fue, de hecho, el nombre artístico de ese muermo, que se prolongó, así como suena, hasta la disolución de la URSS. En los 70, en efecto, en la URSS las cosas funcionaban. Aparentemente. Funcionaban, sí, pero no gracias a una economía centralizada, sino gracias a una corrupción intensa, constante, cotidiana, que solventaba una economía centralizada con la punta del XXXX. Lo que Occidente veía –éxito– era en realidad otra cosa –corrupción; el éxito de la corrupción; tal vez el espectáculo impresionante del mercado negro más importante y gigantesco y absoluto en toda la historia del mundo, en el caso de que eso no lo sea el Mercado, así, a secas–. Occidente tardó una década en comprenderlo. Cuando lo comprendió, en los 80, se aplicó al acoso y derribo de la URSS con una inteligencia renovada, que hoy podemos contemplar ojipláticos en Ucrania.
2- Hola, soy el punto 2, y he venido al mundo para llenarlo de moralejas sobre el punto 1. Ahí van, que me las estoy haciendo encima. Moraleja 1, o sic transit gloria mundi: los imperios, todos, desaparecen, si bien, y esto es muy importante, lo suelen hacer 20 años antes de desaparecer, en pleno éxito aparente. Moraleja 2: la ausencia de reformas es siempre –siempre, siempre, siempre– lo que comunica a los Estados con su muerte, que, en primera instancia, como sucede siempre –siempre, siempre, siempre–, es cerebral. Es más, se conoce el estadio de decadencia de un Estado por su ausencia de reformas/su muerte cerebral. España’78, con una reforma constitucional en 45 añitos –fue además, glups, una reforma reaccionaria, restrictiva, que somete a contradicción buena parte del texto constitucional, creado en el 78 para ordenar lo que la reforma, zas, eliminó: el Bienestar–, puede ser un ejemplo. Si bien en Europa no se cabe de ejemplos. Lo que indica un fin de época. Está sucediendo, así, algo parecido en Francia’58, con mayor dignidad –es decir, indignación–, y sin reforma constitucional, a través de otra reforma de las pensiones, la metáfora del fin del Bienestar. La V República Francesa se parece, en ese sentido, a la II Restauración Española en que hace 20 años ambos cacharros parecían sistemas en verdad solventes, etc. La Moraleja 3, precisamente, explica eso: todo el mundo –no sé, España, Francia, la URSS– funciona, si observas el mundo desde la desinformación. La desinformación quita 20 años a los Estados. Con desinformación, un Estado está hecho un chaval. La Moraleja 4 tiene tan mala sombra que el resto de moralejas no le hablan, por lo que hemos creado un punto para ella sola. El punto 3.
Se conoce el estadio de decadencia de un Estado por su ausencia de reformas/su muerte cerebral
3- Si Occidente no supo ver a su gran enemigo equivocarse a tiempo real, es muy probable que, por lo mismo, no sepa ver sus propios errores, 20 antes de que estallen. Lo que invita a ver que Europa, vale, es un éxito, como dicen. Si bien debajo de él no hay que descartar la presencia de un polvorín. El de siempre. La ausencia de reformas. La UE, que no tiene constitución, que va tirando, a condición de no tenerla, de no reformarse, de no tocarse, es el fiel reflejo de unos Estados que parecen vivir, en cierta manera, un eterno 1847, a la espera de que tarde o temprano llegue 1848. Lo que es tan probable –la vida empieza a ser invivible, literalmente, tras 4 décadas de neoliberalismo– como incalculable. Nadie sabe cuándo será, porque, Moraleja 5, los objetos abandonados, no reformados, sometidos por tanto a informalidad –gigantesca, como el mercado negro en la URSS–, son impredecibles.
4- Hola. Martínez. El Yuyu. La alegría de la huerta / un serio intento de no hacer el ridi, o al menos de no tardar 20 años en ver lo que tienes delante de las narices. Hoy, me temo, sobre la ausencia de reformas, esa muerte cerebral. Lo que es, a su vez, un buen resumen de la semana política española. Suena raro, pero es la época. No se vayan.
5- Esta semana se ha anunciado a) el traslado de 50.000 pisos, desde el mercado negro de la Sareb, al mundo de los unicornios y del alquiler social. También ha trascendido la b) construcción, vía créditos ICO, de 43.000 viviendas, que pasarían a engrosar el parque de vivienda pública. Y, claro, también se ha anunciado, tras pacto PSOE-Bildu-ERC, la c) nueva Ley de la Vivienda, que podría ser aprobada antes de las municipales, y que contempla una regulación de los precios del alquiler. La cosa a), b) y c) supone un cambio notorio en el pack vivienda, lo que permitiría a la URSS que llevamos dentro sobrevivir bajo techo 20 años más. O no. Vayamos por partes. Concretamente, la c).
6- El texto de la Ley de la Vivienda presenta claros y oscuros. Es una música buena, pero con una letra muy mala. Es una ley llena de resquicios, esas cosas que los Gobiernos consideran vías de escape para el inversor, y que se legislan en honor del inversor, de manera que el inversor las pilla al vuelo. El borrador, analizado por Jaime Palomera, líder del Sindicat de Llogaters/inquilinos, permite los alquileres de temporada, una suerte de contratos basura que fijan subidas y expulsiones de inquilinos, y que permiten al propietario no entrar en el mercado regulado. Sí, no se puede superar el precio del anterior contrato, pero será difícil comprobarlo por parte del inquilino, por otra parte, pues no se obliga a especificarlo. Se indican posibles prórrogas de hasta tres años en los contratos vigentes. Pero solo a los vigentes desde 2023. Se incluyen muchos supuestos para subir un 10% adicional en los alquileres. Como instalar una rampa de acceso al edificio –esa posibilidad de subida, contemplada en Suecia o Alemania, ha llenado Suecia y Alemania de rampas de acceso; y, claro, de subidas del 10%–.
El texto de la Ley de la Vivienda es una música buena, pero con una letra muy mala
7- A falta de posibles modificaciones –no se pierdan el punto 12– “es una mala ley”, me explican en el Sindicat, “es una mala regulación, que puede poner en peligro la propia idea de regulación”. Me ponen como ejemplo la ley catalana, que existió un año y medio, conseguida por el Sindicat durante el Govern Torra. “Aquella ley, que estaba muy bien, mientras duró creó datos, que demuestran hoy, cuando ya no existe esa ley, lo beneficiosa que es una regulación de los alquileres. Esos datos no existirán con el actual proyecto de la Ley de la Vivienda. Lo que afectará a la legitimidad de una regulación efectiva futura”.
8- La ley empezó a discutirse hace años, en lo que es un proceso larguísimo, pero no fue hasta principios de enero cuando se empezó a negociar. Rapidito y, se supone, con el ojo puesto en la campaña electoral de las municipales. El último tramo, por criterios políticos, lo han cerrado PSOE, Bildu y ERC. El 80% del electorado PSOE está a favor de la regulación. Se supone que el porcentaje es mayor en ERC, Bildu y en UP, que participó previamente en las negociaciones, a través de representantes random, no all-stars. PSOE ha estado presionado en todo momento por Joan Clos, exalcalde de BCN y –ay, uy– líder de ASVAL y de FIABCI, la patronal inmobiliaria. La presión ha debido de ser muy alta, o no, tal vez ha sido innecesaria. En todo caso, PSOE, satisfaciendo al gran propietario, se presenta como defensor del pequeño propietario, lo que ilustra cierta consciencia, cierto conocimiento de sus actos políticos, y cierto intento de camuflarlos. ¿Poseen ese autoconocimiento, saben lo que han hecho, Bildu, ERC o UP, partidos que se han felicitado por el texto de la Ley? No se pierdan el punto 12.
9- Respecto al pack a) –traslado de 50.000 pisos de la Sareb al mercado social de alquileres–, es preciso señalar, en primer lugar, que ese mercado no existe. La media de vivienda pública en Europa es del 9%, mientras que en España es del 3% –Dinamarca y Holanda, otra poética, ofrecen un 20%–. Esos 50.000 pisos serían, por eso mismo, una lágrima en el mar. Si existieran. Algunos no están finalizados, otros no están disponibles y otros tantos se encuentran en ninguna parte, lejos de una zona tensionada. Se calcula que el monto se podría reducir a menos de la mitad, y vete a saber dónde. Además, son Sareb, una empresa que pretende beneficios, más allá del rescate de la banca, aún no devuelto, pagado por usted. Sobre b) las 43.000 viviendas anunciadas, es preciso señalar que son eso, anuncios. Si algo sabe el lector usuario de mis secciones que empiezan con el palabro Procesando, es que lo anunciado no debe de confundirse nunca jamás con lo ofrecido. Más aún en año electoral. ¿Por qué se hacen anuncios del tipo a) o b) y nadie se ríe? No se pierdan el punto 12.
10- El festival de la reforma que no reforma ha culminado esta semana con otras dos actuaciones en directo. La primera sería el anuncio del Banco de España de que el Escudo Social pactado entre el Gobierno y la Banca –un decálogo, esto es, nada; en principio protegería a usuarios de hipoteca en caso de desmadre psicópata del Euribor–, que cubriría a un millón de familias, en realidad afectaría solo a 550.000, si bien, de manera efectiva –el Banco de España son unos cachondos–, la cosa ya si eso afectaría positivamente a 200.000 familias. Que, de hecho, no necesitarían protección alguna. El segundo show se ha producido en el Congreso. Se trata de la reforma del ‘solo sí es sí’. Una actualización que mejora el texto –me dice mi feminista no PSOE de cabecera–, si bien sube las condenas y no soluciona la rebaja de las condenas pasadas o futuras. Esto es, una reforma un tanto incomprensible, que viene a potenciar, como rasgo identificable, el endurecimiento de penas, ese llenapistas de la derecha, hoy ya ecuménico y transconfesional, al parecer. ¿Qué está pasando?
11- ¿Qué está pasando? ¿Por qué, en este tramo final de legislatura, prima cierta chapuza legislativa? ¿Por qué, desde noviembre, cuando se empezaron a emitir leyes y reformas à gogó, esas leyes adolecen de mal redactado, de mal cálculo, de lo contrario a lo anunciado, de indicios que les presuponen poca voluntad de ser, de reformar, de transformar? ¿Por qué se ven afectados en esa dinámica partidos de izquierdas gubernamentales o no, como PSOE, UP, ERC, Bildu…? ¿Qué fenómeno explican?
12- Explican, en todo caso, la voluntad de comunicar, no la de trascender. Explican la voluntad de comunicar éxitos, no de realizarlos. Explican una dinámica consistente en legislar, y no tanto en implementar. Explican un estado de ánimo, e intelectual, de las izquierdas, no solo las locales, en absoluto nuevo o reciente. Viendo de dónde y de cuándo viene, será posible entender a qué responde. Por mi parte, puedo exponer que la primera vez que vi, de forma nítida y radicalmente novedosa, esa feroz voluntad de no legislar nada mientras se legisla todo, fue hace mucho, en 2006, con la Ley de la Dependencia. Una ley fantástica. A la que no se dotó de pasta. Es decir, una ley votada, pero no dotada. Un brindis al Sol. Un nuevo triunfo del plan quinquenal de hace, glups, casi 20 años. La extensión, urbi et orbe, intensa, de esos modos de no hacer explica que, tras el ciclo 15M, hoy pajarito, estamos en la vuelta a la política, esa comunicación non-stop. Esa nada.
El 24A será un buen día para evaluar la fuerza de Podemos para crear candidaturas propias
13- Prosigue el culebrón Podemos-Sumar/P-S. El lunes 24A es la fecha límite para presentar candidaturas. No habrá acuerdo de unificación –unificación de algo que no está escindido y que gobierna junto, lo que habla del predominio del lenguaje sobre la realidad en este pack– antes de las Municipales. Se ignora si lo habrá antes de las Generales –no se pierdan en punto 14–. El 24A será, por tanto, un buen día para evaluar la fuerza de P para crear candidaturas propias. Con los datos actuales, no ha exhibido una fuerza hercúlea, pero sí molesta. Más en Andalucía, donde P puede haber incidido, con una lista propia, en la posible pérdida de la alcaldía de Cádiz. En Asturias, no obstante, es donde se está produciendo la metáfora, tal vez una biografía condensada de P. Vía primarias –ese fetiche lingüístico, procesista, del aparato P–, se votó en su día una candidatura, que no fue la favorita del aparato. Nadie de la Ejecutiva local, de hecho, pudo meterse en esa candidatura, por lo que la idea parece ser eliminar a los 4 primeros candidatos de esa lista, en el día de hoy expedientados por el Brézhnevicato, y poner acólitos. Para que ese cambiazo de candidatos –posible hasta el lunes– no se produzca, los líderes electos de la candidatura por sufragio, no respetada, están encerrados en el local central de P-Asturias, como pasaba en las iglesias cuando la reconversión. Jefatura les ha hecho el abrazo del oso –de Mimosín– y les ha dicho que salgan, que hagan campaña, que no pasa nada. Pero de ahí nadie se mueve, en el momento en el que escribo estas líneas.
14- Es posible que asistamos, en todo caso y en breve, al nacimiento de un nuevo partido de izquierdas en Esp. Veremos. No es despreciable la idea. Y menos ahora, que el CIS otorga a ese posible nuevo partido representación suficiente como para mantener una estructura de cuadros mínima, y un posible acceso a un Gobierno de coalición justito. Sería un nuevo partido en esa izquierda amplia, sin especial interés en legislar, pero sí en comunicar. Sería, por tanto, una nueva forma de comunicar. En ese sentido, esta semana he podido leer cuatro veces la palabra “miserable” o “miserables”, emitida por Pablo Iglesias. ¿Qué significa esa forma de comunicar? Veamos sus orígenes. La primera emisión en la política de esos palabros fue en la II Legislatura Aznar, y en la voz de su ministro de Interior, Ángel Acebes. Fue una palabra fundamental para construir la crispación, ese proceso comunicativo, que lo impregnó todo –tal vez, visto lo visto, hasta hoy–. De todo ello hace más de 20 años, la fecha mágica de la muerte. Es imposible hablar a través de ese tipo de palabras. La buena noticia es que, como tampoco se quiere legislar, pues no pasa nada por no poderse hablar.
1- En los 70, en ese momento de una década en el que la década parece interminable y parece el mundo, la eternidad, la URSS dio mucho miedo. Bú. A saber: el poder adquisitivo de la clase trabajadora soviética no solo era alto y comparable, a escala, al de los trabajadores de Occidente, sino que...
Autor >
Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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