En diciembre de 2014, pocas semanas antes del nacimiento de CTXT, los periodistas que lanzamos esta revista publicamos un decálogo con una serie de compromisos con nuestros lectores. El marco de ese ideario era una llamada a recuperar el periodismo de calidad y de servicio público, que a partir de ese momento nos obligábamos a practicar. La hoja de ruta, que hemos intentado no olvidar en estos ocho años y medio de vida, consistía, fundamentalmente, en contar con periodistas solventes, que aportaran información propia, de primera mano y realizada sobre el terreno; con lectores curiosos, críticos y exigentes, que buscasen un medio generalista donde informarse y formarse a través de un debate de ideas libre y abierto; y con un modelo transparente de empresa informativa, donde no tuviesen cabida opacidades, regalos, prebendas ni publicidad encubierta.

Al echar la vista atrás, recordamos que no ha sido fácil cumplir con esos compromisos que adquirimos: huir de la última hora y del corta y pega tiene un alto coste económico, porque el periodismo de calidad –el único que merece el nombre de periodismo– es más caro y las vías de financiación que no se basan en trillones de clicks son mucho más complicadas.

Sin embargo, hoy os escribimos esta carta para reafirmar nuestro modelo de periodismo, artesanal y lento, porque seguimos estando orgullosas de llegar tarde a las últimas noticias para llegar mejor. Pero el escenario actual dista mucho de aquel de 2015, sobre todo el tecnológico, y consideramos que para que ese pacto que acordamos con vosotras y vosotros siga vigente debemos añadir un nuevo decálogo que defienda las buenas prácticas periodísticas frente a la expansión imparable de la manipulación y las mentiras, y ante las amenazas que suponen nuevas herramientas como la Inteligencia Artificial (IA).

Hoy os escribimos esta carta para reafirmar nuestro modelo de periodismo, artesanal y lento

La XXI edición del informe mundial sobre la libertad de prensa de Reporteros Sin Fronteras (RSF) destaca “los dramáticos efectos de la industria del engaño en el ecosistema digital”. En 118 países, dos tercios de los evaluados, el estudio ha detectado “la implicación de actores políticos en campañas de desinformación masiva o de propaganda, de manera regular o sistemática”. Y  concluye: “Se utilizan capacidades de manipulación sin precedentes para debilitar a quienes encarnan el periodismo de calidad, al tiempo que debilitan el propio periodismo”.

RSF pone el foco en el desarrollo de la IA, un asunto que desde hace meses ocupa parte de la agenda informativa de la revista (en CTXT le hemos dedicado un especial con tres artículos formidables: una entrevista con Noam Chomsky –“No creo que se puedan controlar las amenazas de la tecnología avanzada”–, una reflexión de Franco ‘Bifo’ Berardi –“El cerebro sin órganos de la inteligencia artificial”– y un análisis de Samuel Witteveen Gómez –“El derecho a transgredir”–).

Hace unas semanas, El Mundo publicó en portada una imagen generada por inteligencia artificial de Yolanda Díaz y Pablo Iglesias juntos, y nos demostró, por si aún hacía falta, que lo que no ha ocurrido puede ocurrir gracias al algoritmo de una máquina. El “no dejes que la realidad te estropee una buena noticia” –en este caso no era buena para el periódico en cuestión–, que siempre ha existido, está ahora al alcance de los dedos de cualquier medio sin escrúpulos.

Ante el desarrollo imparable de la inteligencia artificial, y su uso en el campo de la comunicación y el periodismo –hay medios que ya entrevistan a personas con robots adiestrados–, y contra la amenaza gigantesca para la integridad y el trabajo de los periodistas que supone la IA, el equipo de CTXT quiere darse un nuevo código ético para seguir haciendo el periodismo de calidad que defendemos. Como escribió Jorge Luis Borges en La biblioteca de Babel, “la certidumbre de que todo está escrito nos anula o nos afantasma”.

1. CTXT no publicará nunca un artículo “escrito” por una máquina. Los y las periodistas y los y las especialistas serán siempre los autores de las piezas que publique la revista. Estos artículos serán originales y aportarán información propia (o atribuida a las fuentes de las que provenga).

2. CTXT no sucumbirá a la tentación de usar robots entrevistadores. La entrevista es uno de los grandes géneros periodísticos, y la revista seguirá respetando a sus entrevistados y a sus lectores.

3. CTXT no usa ni usará tecnología de IA para la edición de los textos, más allá de los correctores gramaticales y ortográficos. La revista seguirá contando con un equipo de editores humanos que verifiquen la información, la contrasten y la corrijan si fuese necesario.

4. CTXT se compromete a añadir más filtros en la comprobación del material gráfico que publica para que este se ajuste a la realidad y a las normas deontológicas y profesionales. Jamás se publicará a sabiendas una fotografía generada por inteligencia artificial, ni siquiera con claro aviso. El trabajo de los fotógrafos debe ser cuidado y protegido.

5. CTXT no utilizará ningún tipo de tecnología para rastrear y localizar noticias de última hora y apropiarse del trabajo ajeno. Defendemos el buen periodismo, el nuestro y el que hacen otras. La agregación de contenidos ajenos y el copia y pega seguirán estando prohibidos. Y por supuesto, seguiremos citando y enlazando a otros medios de comunicación siempre que sea pertinente (tal y como nos gustaría que se hiciese con nuestros artículos).

6. CTXT no usará tecnología para simular conversaciones en redes sociales a través de chatbots, una práctica que empieza a asentarse en los medios de comunicación. No queremos conocer las preferencias informativas de nuestros lectores y no queremos personalizar ningún contenido. Nosotras hacemos periodismo, no publicidad. Entendemos que nuestros lectores son personas con espíritu crítico y les tenemos mucho respeto. (Y cariño: sin la comunidad suscriptora no existiríamos).

7. CTXT solo usará traductores tecnológicos en caso de urgencia; todos los textos serán, como ocurre ahora, traducidos por traductores profesionales y revisados y editados por periodistas, y el posible uso de robots como ayuda a la traducción será advertido claramente a los lectores.

8. CTXT no utilizará ninguna tecnología que permita rastrear a sus lectores con fines publicitarios. La publicidad en la revista ocupa un espacio muy pequeño, y así seguirá siendo. Los suscriptores, además, seguirán leyendo los artículos sin ningún banner publicitario. Y reafirmamos además nuestra oposición a la publicación de textos presuntamente noticiosos que no son más que publicidad encubierta.

9. CTXT seguirá defendiendo la ciencia –Noam Chomsky, presidente de honor de la revista: “La sociedad lleva un siglo plagada de intensas campañas corporativas que fomentan el desprecio por la ciencia”– y el desarrollo tecnológico como herramientas de lucha contra la desigualdad y de defensa del planeta.

10. CTXT se compromete, en definitiva, a abrir un debate profundo sobre la inteligencia artificial y a mantener a sus lectores lo mejor informados que podamos sobre este asunto crucial en el desarrollo de las sociedades contemporáneas. Somos conscientes de que nos encontramos ante un cambio de paradigma que necesitará de un periodismo más ambicioso y reflexivo y cada vez con mayor capacidad de escrutinio.