Sí, sí, claro que muchos siguen vivos, responde el guía. ¡Por la rechucha! ¡Qué es ese ruido!

Un golpe sordo retumba en las paredes del tercer piso de un edificio en la calle Badajoz, en la comuna de Las Condes de Santiago de Chile. El sonido es el eco del balazo que se ha pegado un tal Hernán Chacón Soto, exsoldado condenado por el asesinato de Víctor Jara en 1973. Mientras la policía esperaba en el salón de su casa para llevarlo a la cárcel, Chacón se suicidó en el cuarto de baño. 

El guía sigue con el tour. “Bueno, habrá sido un entrenamiento en la Escuela Militar”, dice, y continúa su camino por un barrio en el que este 11 de septiembre no habrá duelo, sino cueca. 

Todos los homenajes a los socios de Pinochet están en Las Condes

No hubo solo un conde, sino muchos. Y el hecho de que hasta la actualidad se erijan y mantengan monumentos a torturadores, asesinos e incitadores de odio demuestra hasta qué punto la dictadura chilena permanece en el país. Casi todos los homenajes a los socios de Pinochet están en Las Condes. Quizás el más imponente sea el Memorial Jaime Guzmán, principal creador de la Constitución de 1980 elaborada bajo dictadura, que estableció las bases del nuevo Estado autoritario y de una economía de libre mercado, mezclando las ideas de su admirado Franco, las tesis del intelectual nazi Carl Schmitt y del liberal Friedrich Hayek. Fervoroso defensor de la pena de muerte, contrario al aborto, asiduo visitante a la Colonia Dignidad¹, y fundador de la Unión Demócrata Independiente, la UDI, partido político pro-dictadura, de inspiración cristiana, alérgico a los preservativos y acusado de financiamiento irregular². Pues a este Jaime Guzmán se le levantó un memorial de más de setecientos metros cuadrados, en 2008, relleno de objetos personales y fotografías del inmortalizado. 

Las Condes, sin embargo, sufre de amnesia³ cuando tiene que recordar lugares en los que, en dictadura, se detuvieron o asesinaron a personas (tres en la calle Fuenteovejuna, uno en la calle Alhué, tres en la calle Los Illanes 75, etc.). Nadie sabe que en la ahora cuico-hipster-shuper calle Isidora Goyenechea estaba la Clínica El Bosque, una de las sedes clandestinas de la CNI donde se realizaban torturas. O podemos ir a la Casa Presidencial de Tomás Moro, residencia oficial de Salvador Allende donde no hay ninguna placa que rememore el hecho de que fuera bombardeada durante el golpe de Estado del 73 (mientras la esposa de Allende estaba en su interior), y posteriormente saqueada y ocupada por la Fuerza Aérea de Chile, que sigue siendo el propietario. No confundamos amnesia con alzhéimer. En Las Condes el olvido es forzoso. Que se lo digan al profesor de un colegio del barrio que fue despedido por decir que en Chile hubo una cosa llamada golpe militar. 

El parque temático de la dictadura es la comuna de Las Condes, conocido como unos de los bastiones del “Rechazo”, por su reciente oposición electoral al cambio de la Constitución vigente desde 1980. Aquí siempre ha ganado la derecha. Repasando algunos de sus alcaldes, nos topamos con militares como Carlos Guerraty, quien urdió atentados contra Salvador Allende, Alberto Labbé, famoso por negarse a rendir honores militares a Fidel Castro en su visita a Chile, o civiles como Carlos Larraín, homófobo, machista y padre de doce hijos (con tantos es normal que alguno le saliera rana: en 2013 su hijo Martin atropelló mortalmente a un peatón⁴, dándose a la fuga). O los alcaldes militantes de la UDI, como Joaquín Lavín, ex Chicago Boy, Francisco de la Maza Chadwick, o la actual, Daniela Peñaloza, ex dirigente estudiantil de la Fundación Jaime Guzmán. 

Entre las Condes y Providencia se eleva la jactanciosa Sanhattan, el área comercial más activa del país

Entre las Condes y Providencia se eleva la jactanciosa Sanhattan, el área comercial más activa del país. Allí se empinan como penes las torres de las empresas de los más ricos, apellidados Matte, Luksic, Yarur, Angelini, y Saieh. Pasando el puente Pérez Zujovic, en honor al ministro responsable de la masacre de Puerto Montt, está la sede de Fuerza Nacional, el Hotel Ritz-Carlton, el Hyatt y el club de Golf Los Leones. 

Indeseados

El tour, castigado por una leve pero incesante lluvia de septiembre, avanza hacia una nueva parada. Rodeado por enormes edificios acristalados, resiste heroicamente una pequeña edificación, aguantando la fiebre inmobiliaria, como la casa del cascarrabias Carl de la película Up (Pete Docter, Bob Peterson, 2009). Pero ni nos atiende un viejecito entrañable, ni la casa va a salir volando con la ayuda de globos multicolores.

Estamos en la Villa San Luis. Un conjunto habitacional diseñado por el arquitecto Miguel Lawner como parte del proyecto de integración social del gobierno de Salvador Allende. Un programa urbano socialista pensado para ofrecer vivienda digna para gente sin techo. Mil personas fueron a vivir a la villa, pero tras el Golpe de Estado, casi todas fueron desalojadas, y las casas, reocupadas por militares. Lawner fue detenido y enviado al Campo de Concentración de Isla Dawson. Hubo posteriores desalojos, y en los años ochenta solo vivían 95 familias, que compartían pasillo con los militares y sus familias.

A través de gestiones iniciadas por Pinochet, en 1991 el Ministerio de Bienes Nacionales destinó oficialmente al Ejército para fines habitacionales el conjunto. El ejército lo vendió a una inmobiliaria, que inicia una nueva ola de desalojos que esta vez también afecta a los suboficiales. La inmobiliaria es una sociedad conformada por las familias Sarquis, Martínez y Cueto, cercanos a la familia Pinochet. De hecho, el hijo menor del dictador, Marco Antonio, participó en las reuniones de la compra. Las demoliciones comenzaron en 1997. En paralelo, los propietarios originales se agruparon constituyendo el “Movimiento Reconquista de Nuestros Derechos”, demandando judicialmente al Ejército y a la inmobiliaria. Solo ganaron un caso, en el 2002, recibiendo como indemnización menos de mil euros. En el 2015 el último habitante de la Villa San Luis, en casi completa ruina, abandona su casa. El alcalde Joaquín Lavín comienza a demoler los restos de la villa, pero su declaración como Monumento Histórico Nacional le obliga a parar su destrucción. 

Hoy, la Villa San Luis⁵, desvencijado testigo de otro de los crímenes de la dictadura, el desalojo forzoso, se esconde rodeado por unas murallas negras de madera y asediado por grúas telescópicas. Sus antiguos habitantes fueron unos indeseados en Las Condes. Pero también lo son todos aquellos que quieran vivir en la actualidad en este oasis de paz y brindis con mimosas sin pertenecer al club. Si se anuncian viviendas sociales, los vecinos se ponen en pie de guerra. Igualmente si se decreta la llegada de una nueva línea de metro. Y también si se ordena la construcción de torres en una calle de casas bajas. Es que no es una calle cualquiera. ¡Es donde estaba la casa de Pinochet!

Pinochet vive

Qué susto el día en que Augusto Pinochet apareció como un fantasma detrás de su nieto en la pancarta electoral que anunciaba su candidatura como diputado por Las Condes. Con el corazón bien puesto, y los huevos, si me preguntan. 

Pero este fantasma está muy vivo. Todos los 11S partidarios del dictador se manifiestan frente a la Escuela Militar, en Las Condes. Así lo han hecho este 2023. En el 2021 mostraron el eslogan “Pinochet vive”. ¿Dónde está? En su antigua casa nos reciben unas señoras en pantis de yoga. La actual dueña es la Fundación de Señoras del Ejército, dedicada a ofrecer clases de danza árabe para las mujeres y los hijos de los militares. Si necesitan más opciones para fingir actividad, y sin salir de la comuna, pueden acudir a la biblioteca del Colegio Alcázar, llamada “Biblioteca Augusto Pinochet”. El dictador dando nombre a una biblioteca. El tipo que dijo que sus autores favoritos eran “los señores Ortega y Gasset”⁶. 

Y no hay calle Pinochet aunque se llegó a un acuerdo para que la hubiera. El entonces alcalde de Las Condes, Francisco de la Maza, proclamó el renombramiento de una calle como “Calle Augusto Pinochet”, pero no se hizo realidad. Tampoco la propuesta original del edil, que era ponerle ese nombre a la calle Burgos, donde, en ese momento, vivía Michelle Bachelet. 

El dictador dando nombre a una biblioteca. El tipo que dijo que sus autores favoritos eran “los señores Ortega y Gasset”

La llama eterna de la libertad

Ya vamos finalizando este tour por Las Condes. Acabamos en la Escuela Militar Bernardo O´Higgins. Podemos escuchar las órdenes a los cadetes, futuros soldados de la gloria de Chile. En las monumentales instalaciones de la escuela fue donde prestaron juramento los miembros de la Junta Militar tras el golpe. Fue centro de detención y tortura durante la dictadura. Donde se veló el cadáver de Pinochet tras su presunta muerte, en 2006. Y donde, en 2018, fue homenajeado Miguel Krassnoff, asesino, secuestrador y torturador condenado por crímenes de lesa humanidad que participó en la toma de la Casa Presidencial Tomás Moro. Actualmente está encarcelado en el Penal Punta Peuco, lugar en el que recibe las visitas de José Antonio Kast, quien ha intentado gestionar su indulto, y quien será, según las encuestas, el próximo presidente de Chile. 

Damos por terminado el recorrido. Vistamos ahora la… Espera. No, perdón. Aquí ya está prohibido el paso. Adiós, chaito, adiós. 

El guía del tour abre las puertas de una sala de acceso restringido dentro de la Escuela Militar. Se arrodilla frente a una pequeña llama que danza sobre un plato cóncavo. Es la Llama eterna de la libertad. Fuego ceremonial encendido por Augusto Pinochet el once de septiembre de 1975 como conmemoración del golpe. Muchos creyeron que fue apagada en el 2004, pero no. Fue trasladada. Los chilenos pagan⁷, sin saberlo, cuatro millones y medio de pesos cada año para pagar la factura del gas de una llama que arde escondida, incendio activo sine die. Los condes son las pavesas que danzan sobre la lumbre que se pavonea en la oscuridad del corazón de Las Condes. 

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Notas: 

1. Colonia Dignidad, o Villa Baviera, fue uno de los lugares más siniestros de la dictadura. Una comuna agraria de alemanes fundada por un exmilitar nazi, que derivó en secta que encubría abusos sexuales a menores.
2. La UDI está implicada en dos grandes procesos: el Caso Penta y el Caso Soquimich. Más en https://www.ciperchile.cl/especiales/financiamiento-irregular-politica/
3. Contra el olvido se ha configurado este proyecto online con información acerca de desaparecidos en dictadura, en el que se describen varias detenciones, asesinatos, y centros de tortura. En gran parte se basa en el trabajo previo de la Comisión Valech.
4.  Tras ser acusado por homicidio, fue absuelto.
5.  Más información sobre la Villa San Luis, en https://www.archdaily.cl/cl/761203/clasicos-de-arquitectura-barrio-san-luis-cormu, https://criticaurbana.com/villa-san-luis-o-quien-escribe-la-historia y https://www.plataformaurbana.cl/archive/2009/02/19/villa-san-luis-y-nueva-las-condes-el-conflicto-bajo-el-lente-del-mercado/
6. Así lo afirma en su libro Juan Cristóbal Peña, La secreta vida literaria de Augusto Pinochet (Debate, 2013). El dictador, acomplejado por su incultura, adquirió alrededor de 55.000 libros, algunos de ellos muy valiosos.
7. Cristián Labbé, quien fuera encargado de seguridad durante la dictadura militar de Augusto Pinochet, e hijo de quien fuera alcalde de las Condes, Alberto Labbé, afirmó que pagaría de su bolsillo la factura tras conocerse la factura que anualmente sufragaba el Ministerio de Defensa. https://www.cooperativa.cl/noticias/pais/apagar-la-llama-de-la-libertad-es-un-tema-presupuestario-y-no-politico/2003-10-07/144800.html. Cristián Labbé, que está remisión condicional sujeto a firma tras ser condenado por delitos de tortura cometidos en dictadura, estuvo presente este once de septiembre del 2023 en un acto de homenaje a Pinochet. https://www.theclinic.cl/2023/09/11/con-cristian-labbe-y-camila-flores-acto-privado-de-simpatizantes-de-pinochet-se-realizo-en-valparaiso/