Gabriela Rivadeneira / expresidenta de la Asamblea Nacional del Ecuador
“En este año llevamos cerca de 20 atentados a políticos. Ocho han acabado en asesinato”
Pascual Serrano 11/10/2023
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El próximo 15 de octubre, Ecuador celebra la segunda vuelta de sus elecciones presidenciales en un ambiente de violencia sin precedentes en el que los asesinatos y amenazas a los candidatos marcaron la primera vuelta de agosto. La presidencia se dirime entre Luisa González, del Movimiento Revolución Ciudadana, y Daniel Noboa, de la coalición Acción Democrática Nacional.
Gabriela Rivadeneira (Quito, 1983) fue la presidenta de la Asamblea Nacional de Ecuador durante dos períodos consecutivos (2013-2017) tras ser la parlamentaria más votada, y formó parte del grupo de la Revolución Ciudadana, el partido de Rafael Correa. Además, entre febrero y junio de 2016 ocupó la presidencia del Parlamento Latinoamericano.
Su trayectoria no ha sido fácil. El 15 de febrero de 2017, días antes de las elecciones generales, sufrió un atentado fallido al recibir un sobre bomba en su despacho de la Asamblea. Meses después, poco antes de la toma de posesión de Lenin Moreno como presidente, Rivadeneira fue nombrada secretaria ejecutiva de Alianza PAÍS. Desde ese puesto fue una de las protagonistas de la pugna interna entre la facción afín al expresidente Rafael Correa y la partidaria del presidente Moreno. En medio de la revuelta popular de octubre de 2019 en contra del Gobierno, fue acusada por Lenin Moreno y el sistema judicial ecuatoriano de “instigación”, lo que la llevó a buscar protección del Gobierno de México. Desde enero de 2020 vive como asilada política en este país, aunque sigue participando en la vida política de Ecuador y trabajando para el proyecto político de la candidata presidencial Luisa González, favorita para la segunda vuelta.
El próximo 15 de octubre tendrá lugar la segunda vuelta de las elecciones presidenciales ecuatorianas, un proceso electoral que se está caracterizando por la violencia política que están viviendo los candidatos. ¿Cuál es el origen de esa violencia? Y lo que es más importante, ¿a quién cree que le interesa o quiénes son los responsables intelectuales?
Lenin Moreno [el presidente que sucedió a Rafael Correa y estuvo al frente del país desde 2017 a 2021] fue el responsable de una desinstitucionalización acelerada del Estado, llamaron a “descorreizar”, a reducir el Estado y todas sus prestaciones sociales al mínimo.
Guillermo Lasso ha convertido al Ecuador en el país más inseguro del continente
Sin capacidad de respuesta alguna al control territorial, desaparecieron algunos ministerios, entre ellos el Ministerio Coordinador de Seguridad y el de Justicia; redujeron el presupuesto de seguridad y menoscabaron a las fuerzas públicas. Empezó una de las crisis carcelarias más atroces y prolongadas de nuestra historia, así como el empobrecimiento de la gente y el sobreendeudamiento del país.
No es casual. Habíamos retornado a un modelo neoliberal bajo la receta del FMI durante el gobierno de transición al gobierno corporativista de Guillermo Lasso, el banquero que llegó a ser presidente y que ha convertido al Ecuador en el país más inseguro del continente, con el mayor número de muertes violentas, con olas migratorias y con un crecimiento de la brecha de desigualdad que nos devolvió a la realidad de los 90 del siglo pasado.
En ese marco, la naturalización de la violencia, el sicariato, el femicidio, o los discursos de odio se han convertido en parte del día a día de la sociedad que transitó del Ecuador que ama la vida, al Ecuador de la muerte. Es profundamente doloroso que las mujeres, los niños y niñas no puedan caminar seguros, que los padres y madres sufran porque sus hijos salgan y no saben si vuelven. En esa realidad violenta, que la violencia llegue a la política era solo un paso. En este año han sido cerca de veinte atentados a políticos, candidatos o autoridades en funciones. Ocho han sido asesinados, incluyendo el candidato presidencial Fernando Villavicencio en circunstancias totalmente extrañas y aún no aclaradas. A pesar que es el FBI quien está en el Ecuador como responsable de la investigación, luego de que Lasso se declarara incompetente.
Los familiares de Villavicencio lo consideran un delito de Estado. Después de un mes no conocemos avances, menos aún conclusiones. Sin embargo, fue un asesinato manipulado por la derecha nacional e internacional, lo convirtieron en la duda que llevó a la pérdida en primera vuelta de Luisa González, la candidata de la Revolución Ciudadana que lideraba la opción presidencial. Exigimos la verdad, exigimos que se esclarezca el caso y se señalen a los responsables materiales e intelectuales de este crimen.
¿Me puede explicar mejor por qué el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio pudo suponer la pérdida de la primera vuelta electoral de la candidata Luisa González?
Fernando Villavicencio construyó su plataforma política alrededor de una serie de denuncias en contra del presidente Rafael Correa. Villavicencio y Zurita (quien asumió la candidatura tras su asesinato) fueron opositores públicos durante ese periodo y mantuvieron su postura opositora a la corriente política a la que la derecha nacional bautizó como “correísmo”.
A pesar de que en la campaña presidencial anticipada, Villavicencio realizó denuncias públicas en contra de Fito, uno de los cabecillas de las bandas delincuenciales en el Ecuador, por lo que recibió varias amenazas de muerte (que fueron públicas), la primera acusación de la derecha nacional e internacional posterior al asesinato responsabilizó a Rafael Correa. Esa réplica mediática afectó de manera directa a la preferencia electoral. Luisa González bajó 11 puntos en 24 horas y esto obligó a la segunda vuelta electoral. Hoy aparecen en las versiones públicas de la investigación dos nombres que llaman la atención: el expresidente Guillermo Lasso y el empresario Rubén Cherres, [uno de los implicados en el presunto entramado de corrupción estatal de Lasso]. En fin… esperamos los avances de la investigación y las conclusiones que presente el FBI respecto a este caso.
El panorama político de Ecuador resulta bastante irregular. Tanto el expresidente Correa como usted están refugiados fuera del país. ¿Cuál es su explicación? ¿Se puede considerar a Ecuador una democracia, cuando dos líderes están amenazados y asilados en el extranjero?
Es parte del formato de proscripción política liderado por Estados Unidos en toda la región. El informe de Odebrecht [se refiere a una investigación del Departamento de Justicia de EE.UU. de diciembre de 2016, que concluía que la constructora brasileña Odebrecht habría pagado mordidas a presidentes y altos funcionarios de los gobiernos latinoamericanos a cambio de beneficios en contrataciones públicas] que salió desde Washington permitió el inicio de una guerra judicial sin tregua, que judicializó a Lula, lo sigue haciendo con Cristina [Kirchner], lo hizo en su momento con Evo Morales y lo hizo en Ecuador, con Rafael Correa, Jorge Glas y la primera línea dirigencial de la Revolución Ciudadana.
Todo esto no hubiera podido ocurrir sin la injerencia directa de los medios de comunicación corporativistas
Todo esto no hubiera podido ocurrir sin la injerencia directa de los medios de comunicación corporativistas que sentenciaron en titulares lo que luego fueron causas judiciales. En el caso de Rafael Correa, como de muchos de nosotros, los procesos judiciales son por supuestos delitos políticos. Llevar al descrédito público a los rostros de la izquierda progresista en el Ecuador ayudaba a golpear los procesos de transformación que tuvieron lugar en la primera década de este siglo. Permitió que la traición de Moreno y el quebranto del Estado después fueran socialmente justificados. Hoy los resultados son nefastos, nos tomará al menos una década más volver a los indicadores de desarrollo que tuvimos en 2017.
Esta segunda vuelta es entre Luisa González, del Movimiento Revolución Ciudadana y Daniel Noboa, de la coalición Acción Democrática Nacional, conformada por el Movimiento Pueblo, Igualdad y Democracia y el Movimiento MOVER. Es conocido su compromiso político y su opinión no será neutral, pero quisiera que me dijera algo de ambos candidatos.
Estamos entre la elección de un gobierno popular o un gobierno empresarial. Daniel Noboa ha dicho que privatizar la salud y la educación es su propuesta, o cambiar las reglas de juego de los pensionistas. Definitivamente no es una opción para un país que acumula deuda social. Su formación académica y política corresponde a la de una familia de la élite económica más dominante del país. Su padre, el bananero Noboa, que acumula una serie de denuncias por toma ilegal de tierras, explotación laboral y trabajo infantil, ha sido el eterno candidato a la presidencia durante los últimos 15 años. Su candidata a vicepresidenta, Verónica Abad, además de desaciertos conceptuales y de conocimiento de lo público, se ha declarado seguidora del ultraderechista argentino Javier Milei.
Por el lado de la Revolución Ciudadana está Luisa González, un cuadro relativamente nuevo en la exposición mediática, pero que cuenta con un acumulado de experiencias y conocimiento del sector público. Su trabajo como funcionaria en diversos espacios gubernamentales en el periodo de Rafael Correa la hace conocedora del aparato del Estado, además de su formación académica ligada a la administración pública. Eso demuestra nuestra apuesta por terminar con la improvisación y la necesidad de retornar a la estabilidad nacional.
Es la primera vez que una mujer pasa a segunda vuelta presidencial, lo que nos esperanza en la posibilidad de un cambio real, más acorde a la realidad de nuestro pueblo.
¿Y está convencida de la victoria de González?
Debemos apostar al triunfo del pueblo, eso es, la posibilidad de retornar a un gobierno nacional y popular, que crea y defienda lo público, que se vuelva a esperanzar y a sentirse orgulloso de ser ecuatoriano. Debemos sintonizar nuevamente con las aspiraciones más profundas de las mayorías, de las y los jóvenes, de los pueblos y nacionalidades, de las mujeres y sus nuevas formas de expresión, de las diversidades sexuales y de género, en definitiva, retornar a la Constitución del Buen Vivir.
No es fácil. Los discursos de odio frente a la desesperanza de los pueblos ganan partidas, lo estamos viendo en los vaivenes de los procesos de nuestros países en la región; la incertidumbre provoca también retrocesos, la verdadera disputa es por las esperanzas, en eso debemos diferenciarnos, es un reto para la izquierda y los progresismos en la región, es un aprendizaje permanente y una puesta en escena de lo vanguardista.
Por supuesto que apuesto a un triunfo electoral de la Revolución Ciudadana para volver a soñar el país que queremos de herencia para nuestros hijos, hijas y futuras generaciones.
¿Cuáles son los asuntos más urgentes que debería abordar la nueva presidencia de Ecuador?
La seguridad, la economía y la protección social son tres temas urgentes con los que se debe partir, tomando en cuenta que es un año y medio de gobierno [la legislatura termina en 2025]. Hay que marcar la hoja de ruta para estabilizar el Estado y con ello tener capacidad de respuesta a las necesidades urgentes de la gente. Solo con un gobierno fuerte se va a poder arrancar una política de recuperación integral, de eso dependerá ser un gobierno de transición al 2025, avanzar al bienestar, o continuar en caída libre al barranco donde nos tiene sumergido el gobierno empresarial.
¿Cómo cree que lo tendrá el nuevo presidente para gobernar teniendo en cuenta la distribución de la Asamblea Nacional?
Uno de los factores de este segundo ciclo progresista en la región es que ninguno de los presidentes tiene mayoría parlamentaria, factor que ayudó a la consolidación de procesos de transformación en el primer ciclo progresista de este siglo. La idea de la “democratización” de los parlamentos en bloques minoritarios termina siendo una fantasía en la que los llamados “independientes” se venden al mejor postor. Las mayorías democráticas pasan a mayorías móviles que afectan a la gobernanza para cambiar temas estructurales y de ampliación y garantía de derechos. Un juego perverso, pero real, en el que la democracia liberal se queda diminuta.
¿Quiere decir entonces que usted sería más partidaria de un modelo como el español?
Para nada, tenemos un sistema presidencialista ratificado en nuestra Constitución y creemos en el poder del pueblo de elegir a su gobernante, mismo poder para elegir a sus parlamentarios. A principios de este siglo la mayoría del pueblo eligió en las urnas a una mayoría parlamentaria y oficialista que acompañó el ejercicio de gobierno, acelerando de forma positiva los avances país, legislación y ejecutivo cumpliendo el mandato constitucional.
Sin embargo, en 2018, cuando Lenin Moreno manipuló una consulta inconstitucional para afectar al Estado de derecho, cambió también las normas electorales y el método de repartición de escaños. Ya no ganaban las mayorías: las minorías e independientes formaban parte del gran reparto de lo público. El resultado es un parlamento con el 3% de aceptación y credibilidad. Bien se afirma que la democracia liberal sirve a las élites para mantener su status quo, y son esas élites quienes la forman, la deforman y la manipulan cuando les es necesario mantener ese estatus.
¿Está valorando la posibilidad de volver a Ecuador? ¿Qué condiciones serían necesarias para hacerlo?
Ser exiliado es tener el amor en otra parte. El anhelo de todo exiliado es retornar a su tierra, reconocer ese cordón umbilical que siempre te jala, que te aterriza a lo trascendente, la familia, los amigos, la militancia, los sabores, los colores, el sentirte parte de algo propio. Siempre queremos volver y tener la certeza de que podemos volver independientemente de que la vida se vaya construyendo en otras patrias. Por el momento espero que la fiscal archive el proceso por instigación (octubre 2019) que me causó el exilio. Ya prescribió, no tiene razón de seguir abierto. Aun así, entiendo que es político, no jurídico. Esperaré que cierren el proceso, que me devuelvan las cosas que se llevaron en el allanamiento, que siguen en bodegas de la fiscalía y que resarzan los daños a la moral y a la vida de mis hijos, de mi padre y de mi familia.
El anhelo de todo exiliado es retornar a su tierra, reconocer ese cordón umbilical que siempre te jala
¿Cuál es su trabajo político y social en México en estos momentos? ¿Está colaborando de alguna manera en la campaña de Luisa González?
La historia de exilios en México es larga, es un país que históricamente ha respetado los derechos humanos y políticos de quienes no tenemos garantía de vida en nuestras propias patrias. Por aquí han pasado españoles, italianos, argentinos, chilenos, centroamericanos, y en este siglo ecuatorianos, bolivianos y salvadoreños. Es increíble que lo que pensamos extinto de las dictaduras de los años ochenta vuelva a ocurrir en pleno siglo XXI.
En México formalizamos el Instituto para la Democracia Eloy Alfaro (IDEAL), nos dedicamos a procesos de capacitación y formación política de cuadros jóvenes de partidos políticos y de organizaciones del continente, poniendo herramientas de gobernanza desde la izquierda para la transformación territorial. Esto nos ha permitido tener colaboraciones con diferentes institutos, centros de pensamiento, partidos y organizaciones sociales y políticas, construir una red de protagonistas de la política de izquierda para los nuevos paradigmas de desarrollo en la región.
IDEAL es un sueño puesto en marcha con muchos compañeros y compañeras que apuestan a la revolución de las conciencias. Y, por supuesto, no he, ni hemos dejado de militar en el Ecuador. La virtualidad ha favorecido para que estemos presentes con nuestra militancia en territorio, y aportar en los procesos electorales como lo hicimos con Andrés en el 21 [se refiere a Andrés Arauz, candidato presidencial en el año 2021], en las locales del 23 y ahora con Luisa González en estas elecciones anticipadas. Estamos comprometidos en sacar adelante el gobierno de la primera mujer presidenta del Ecuador.
¿Cuál es su relación política actual con Rafael Correa? ¿Coordinan acciones legales conjuntas para retornar a Ecuador?
Rafael Correa preside IDEAL, yo soy la directora ejecutiva y tenemos más de 80 organizaciones políticas y sociales ancladas a los procesos de formación política de izquierda en la región. Además, militamos juntos en el proyecto político de la Revolución Ciudadana. Nos une no solo la convicción política sino un gran respeto y cariño.
El próximo 15 de octubre, Ecuador celebra la segunda vuelta de sus elecciones presidenciales en un ambiente de violencia sin precedentes en el que los asesinatos y amenazas a los candidatos marcaron la primera vuelta de agosto. La presidencia se dirime entre Luisa González, del Movimiento Revolución Ciudadana, y...
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Pascual Serrano
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