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entrevista

13 años de lucha para salvar el último pulmón verde de Valencia

Rubén Fernández Arizmendi, de la Coordinadora per la Protecció de Les Moles, relata la historia de resistencia ciudadana contra la construcción del centro comercial más grande de Europa

Yayo Herrero 31/01/2024

<p>Bellotada (plantación de semillas) celebrada en Les Moles en noviembre de 2019. / <strong>Coordinadora per la Protecció de Les Moles</strong></p>

Bellotada (plantación de semillas) celebrada en Les Moles en noviembre de 2019. / Coordinadora per la Protecció de Les Moles

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La Transición Ecosocial Justa es el proceso que puede conducir a garantizar condiciones de vida dignas para todas las personas en un contexto de contracción material y de caos climático. Son muchas las cuestiones que hay que resolver. La garantía de cobertura de necesidades, la reducción de la huella ecológica, la transformación y planificación de los sectores económicos, el cambio cultural… Una de las más importantes es la conservación y restauración de los ecosistemas. Con frecuencia, en los discursos políticos de lo verde conviven sin rubor las declaraciones grandilocuentes sobre la sostenibilidad con el sistemático sacrificio de los territorios y los parajes en los que tiene que desenvolverse la vida presente y futura. 

En muchas ocasiones de forma invisible, hay personas que se organizan para mantenerlos e impedir que se cementen. En esos procesos de defensa de la tierra se construye comunidad y agencia política y, por eso, es importante darlos a conocer.

Hace unos meses, tuve la suerte de conocer la experiencia de la Coordinadora per la Protecció de Les Moles, una organización en la que participan diversas entidades de Paterna (Valencia). Asociaciones vecinales, ecologistas, de comerciantes, deportivas, de acción social, AMPAs de colegios y conservacionistas llevan varios años impidiendo el deterioro de un territorio plagado de vida y de historia. Hablamos con Rubén Fernández Arizmendi, una de las personas de la coordinadora.

¿Qué son Les Moles? 

Les Moles conforman un paraje natural de 471 hectáreas en el término municipal de Paterna, una extensa área sin urbanizar que alberga varias zonas de alto interés ecológico y recreativo, compatible con los objetivos de conservación y mejora del espacio natural. Por un lado, encontramos áreas forestales de pinos, carrascas y otra vegetación típica mediterránea. Algunas de estas zonas son resultado de la reforestación llevada a cabo por escolares del municipio a finales del siglo XX. También hay campos de cultivo de secano, como algarrobos, almendros y olivos, así como un par de barrancos, el travessat y el d’endolça, con su régimen hídrico estacionario y vegetación típica de ribera, como baladres, juncos, zarzales, etc. Por otro lado, contamos con una gran explanada central con hoyos y elevaciones en los márgenes, resultado de maniobras militares. El gran valor de esta área reside en la centralidad de los terrenos con respecto a los núcleos poblacionales de Paterna y otros municipios colindantes. Esta zona ha estado en el punto de mira de proyectos excluyentes, como Puerto Mediterráneo (el centro comercial más grande de Europa) y Zona Franca, una gran área logística para productos procedentes de Asia. Estos proyectos, además de implicar depredación medioambiental, conllevarían graves perjuicios en el tejido comercial de la comarca, provocando destrucción de puestos de trabajo y profundizando en un modelo, el de la construcción, que llevó al colapso a la economía valenciana en la primera década del siglo XXI.

Rubén Fernández Arizmendi, de la Coordinadora per la Protecció de Les Moles, en una imagen cedida.

Rubén Fernández Arizmendi, de la Coordinadora per la Protecció de Les Moles, en una imagen cedida.

¿Por qué es importante defender Les Moles? ¿Cuál es la importancia de este espacio?

Les Moles representan el último pulmón verde del área metropolitana de València, donde las conurbaciones de la ciudad se extienden como una metástasis

Les Moles representan el último pulmón verde del área metropolitana de València, donde las conurbaciones de la ciudad se extienden como metástasis de un cáncer que fracciona y divide el territorio: huertas, áreas forestales y campos de secano. Les Moles se encuentran a escasos minutos de la ciudad y constituyen el único paraje natural del área metropolitana, quitando El Saler, sin urbanizar y poco antropizado. Un espacio amplio donde la fauna mediterránea (zorros, garduñas, ginetas, erizos, tejones, petirrojos, abejarucos, búhos reales) resiste los embates de la urbanización especulativa que rodea a la ciudad de València. Sus 471 hectáreas de naturaleza se encuentran, además, conectadas con el Parque Natural del Túria, un gran corredor ecológico que une L’Horta de València y el mar con las montañas del interior, con el río Túria como eje central. Un parque natural que se beneficia de su reciente incorporación a la red Natura 2000. Además, el paraje natural de Les Moles sirve como conector entre el Parque Natural del Túria y la Sierra Calderona. 

Esta amplia zona de mosaico agrícola forestal cuenta, además, con unos usos sociales extendidos por toda la comarca, reforzando la necesidad de su protección. Actualmente, habitantes de los pueblos circundantes utilizan el paraje para pasear mascotas, hacer paseos al aire libre, crossfit, ciclismo de montaña, recoger setas, espárragos, hacer picnic o, simplemente, evadirse del estrés diario paseando por la naturaleza. Situado en el término municipal de Paterna, linda con Burjassot, Godella y San Antonio de Benagéber; y a escasos kilómetros nos encontramos con los barrios periféricos del oeste de València. Un uso potencial para más de 300.000 habitantes. En el paraje natural de Les Moles también encontramos importantes elementos etnográficos que nos hablan del pasado de Paterna: cuevas vivienda, refugios de pastor construidos en piedra seca, canteras de muelas de molino (de ahí su nombre), trincheras de la Guerra Civil, aljibes, muros de piedra seca y el paredón del Terrer. Punto en el que fueron fusiladas más de 2.000 personas durante la dictadura franquista. Un muro testigo de los horrores del franquismo y que, si no se evita, acabará en la rotonda de una urbanización.

¿Cómo se conecta este espacio con la memoria de Paterna y de Valencia?

Históricamente, Les Moles fueron campos de secano y forestales de Paterna. La denominación de algunas de sus partidas nos da indicios de sus usos y características: partida de la Cova de la Mel (cueva de la miel), el Rabossar (zona de zorros), Pixadors (surgencias de agua) o Les Moles (canteras de muelas de molino). Los campos de algarrobos para alimentar al ganado, los olivos para aceite y los almendros convivían con las zonas forestales de pinos y carrascas, los rebaños de ovejas y cabras, y la zona de cantera. De aquella época quedan los restos de muelas de molino, los abancalamientos de piedra seca, los refugios de pastor, los aljibes, las cuevas vivienda, las cuevas establo, etc. 

A principios del siglo XX, el ejército español expropió gran parte del paraje natural para utilizarlo como campo de tiro y práctica de vehículos blindados

A principios del siglo XX, el ejército español expropió gran parte del paraje natural para utilizarlo como campo de tiro y práctica de vehículos blindados, reformando el paraje generando una gran explanada central donde se practicaba el manejo de tanques y elevaciones artificiales para prácticas de tiro. Hoy en día persisten todos estos elementos, aunque la vegetación se ha ido abriendo paso y la fauna también ha hecho uso de ellos. Por ejemplo, en los taludes de tierra, hoy anidan los abejarucos... 

Durante la Guerra Civil se construyó la Línea Defensiva Inmediata de la ciudad de València, cuyos vestigios más cercanos a la urbe son las trincheras de Les Moles. Construidas con piedra y orientadas hacia la antigua carretera de Llíria que conectaba con Teruel. En las trincheras, pese a su estado de abandono, aún encontramos bunkers, nidos de ametralladoras y zanjas bien conservadas, justo en la zona más alta del paraje, desde donde se divisa la ciudad de València, el mar, la Sierra Calderona y, en los días despejados, el Montgó de Denia (provincia de Alicante).

¿Cuánto tiempo lleváis organizadas? ¿Qué acciones habéis llevado a cabo?

Las primeras reivindicaciones para la recuperación del paraje ocurrieron en los años noventa, cuando aún era utilizado por el ejército. Sin embargo, el detonante de la movilización social para su protección surgió a raíz del proyecto presentado por el Ayuntamiento de Paterna para construir en él el centro comercial más grande de Europa. Este proyecto implicaba la destrucción de dos millones de metros cuadrados de bosque, el encapsulamiento artificial de un barranco y la construcción de viales en los márgenes de la autopista. De eso hace ya casi 13 años y fue en ese preciso momento cuando algunos partidos políticos alzaron su voz en contra del proyecto. Poco después, la sociedad civil organizada asumió la lucha, creando la Coordinadora per la Protecció de Les Moles, una organización que reúne a diversas entidades de Paterna, como asociaciones vecinales, ecologistas, comerciantes, deportivas, de acción social, AMPAs de colegios y conservacionistas. Desde entonces, hemos llevado a cabo diversas actividades, incluyendo numerosas excursiones a Les Moles, reforestaciones, talleres de bombas de semillas, marchas reivindicativas, excursiones temáticas (patrimonio etnográfico, endemismos botánicos, aulas de la naturaleza, etc.), exposiciones, charlas y coloquios sobre la flora de Les Moles… Hemos participado en congresos internacionales sobre flora mediterránea, geolocalización y catalogación de especies endémicas protegidas, concentraciones en el Ayuntamiento y la Generalitat Valenciana, así como en reuniones con políticos de todos los niveles que han estado dispuestos a recibirnos. De hecho, hemos tenido encuentros con consellers, vicepresidentes del gobierno autonómico, diputados del Congreso, eurodiputados y alcaldes de diferentes municipios. Sin embargo, curiosamente, nuestro alcalde no ha encontrado tiempo en estos trece años de lucha para reunirse con nosotras.

¿Cómo se relaciona la defensa de un espacio natural concreto con la defensa de la vida en su conjunto? 

Nosotras siempre hemos defendido que protegiendo Les Moles protegíamos la vida. Ya no es solo la fauna que actualmente habita en Les Moles: zorros, ginetas, erizos, garduñas, tejones, petirrojos, abejarucos, búhos, cogulladas… O la flora: pinos, carrascas, enebros, baladres, Poliol mascle (especie endémica protegida), pebrella (una de las poblaciones de esta especie más septentrionales), etc. También se preserva la vida de los habitantes de la comarca por la aportación de oxígeno y bienestar para una ciudadanía que vive rodeada de infraestructuras viales, polígonos industriales, urbanizaciones e infraestructuras eléctricas.

Los espacios naturales desempeñan un papel importante en la regulación del clima y la mitigación de eventos extremos

Los espacios naturales desempeñan un papel importante en la regulación del clima y la mitigación de eventos extremos, eventos que, desgraciadamente, se están produciendo con más frecuencia en estos últimos años. Así pues, somos conscientes de que la degradación de espacios como Les Moles contribuye al cambio climático, afectando la vida en su conjunto. Los espacios naturales contribuyen a mantener la calidad del aire y del agua. Luchar por preservar Les Moles es luchar por un ambiente más saludable para todas las formas de vida, seres humanos incluidos. La conexión con la naturaleza, el arraigo a la tierra que se habita, el respeto por el entorno, llegar a la conciencia de que somos uno con el territorio, y que este no solo aporta recursos, también los saberes acumulados de nuestros ancestros, lugares de recreación imprescindibles para una buena salud física y mental. Mantener la biodiversidad, los ciclos naturales y los recursos esenciales que sustentan la vida en la Tierra, aunque sea en un espacio natural concreto, ayuda a la idea global de cuidado exterior e interior de las personas.

¿Qué habéis aprendido en estos años de lucha? 

Una de las primeras cosas que hemos aprendido y, casi podría decir, la más importante, es que la lucha hay que afrontarla con alegría, tejiendo complicidades y disfrutando de ella. Estas luchas suelen ser largas y nunca se pueden convertir en un deber o una obligación. Hay que disfrutar de cada momento. También hemos aprendido a escuchar, a escuchar a todo el mundo, incluso a la gente que no pensaba como nosotros. Por un lado están las empresas que promueven los proyectos especulativos que pretenden destruir el territorio. Su lógica es la del enriquecimiento a costa de la destrucción, pero por otro lado está la gente que les da su apoyo. Así que para nosotras era imprescindible entender por qué vecinos y vecinas apoyaban el proyecto: necesidad de empleo, malinterpretar la idea de progreso, menosprecio de los valores ambientales del paraje natural, etc. Esta escucha nos sirvió para crear nuestro argumentario y enfocar la lucha teniendo en cuenta las necesidades de la gente. Aprendimos, también, a respetarnos entre nosotras. Cada cual ha aportado a la lucha lo que ha podido, teniendo en cuenta sus habilidades o desarrollando otras que, normalmente, no ha podido desarrollar en su vida profesional. Hemos aprendido a trabajar en red con otras organizaciones, desde el respeto a la diferencia.

Es preciso mencionar que el TSJ valenciano tiene un largo historial de sentencias contra la protección del territorio y contra las leyes de protección medioambiental

¿En qué momento se encuentra vuestra lucha en estos momentos?

En el año 2021, el Consell (gobierno autónomo) incluyó Les Moles en el Parque Natural del Túria. Pero el ayuntamiento e INTU, la promotora del proyecto de Centro Comercial, recurrieron la sentencia y el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, les dio la razón, anulando la inclusión de Les Moles en el Parque Natural. Nosotras hemos recurrido las diferentes sentencias al Tribunal Supremo y, de momento, hemos conseguido que el PORN (Plan de Ordenación de Recursos Naturales) siga vigente, aunque con Les Moles fuera. Es preciso mencionar que el TSJ valenciano tiene un largo historial de sentencias contra la protección del territorio y contra las leyes de protección medioambiental (ley valenciana de costas, de protección de l’horta, etc.). Leyes que el Tribunal Supremo ha acabado avalando. Esperemos que con Les Moles no pase lo mismo, porque los argumentos que utiliza el TSJ-CV para cargarse la protección son, como se dice en València, de traca.

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Autora >

Yayo Herrero

Es activista y ecofeminista. Antropóloga, ingeniera técnica agrícola y diplomada en Educación Social.

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