1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.347 Conseguido 91% Faltan 15.800€

Literatura

La tragicomedia de ser joven en el mero DF

Sobre ‘Mundo anclado’, de Alejandro Espinosa, que admite ser leída en clave de novela policial alternativa latinoamericana

Rubén A. Arribas 21/02/2024

<p>Singular retrato del novelista mexicano Alejandro Espinosa Fuentes.</p>

Singular retrato del novelista mexicano Alejandro Espinosa Fuentes.

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Hay una antología llamada Sol, piedra y sombras (FCE, 2008) que reúne una veintena de cuentos imprescindibles para acercarse a la narrativa mexicana de la primera mitad del siglo XX. Hasta donde recuerdo, la persona que me lo regaló –una amiga del DF que vive en España– destacó que la selección le parecía excelente, pero no me dijo nada sobre el título; en cambio, otro amigo chilango, también radicado aquí, no me comentó nada sobre los cuentos, pero me explicó que el título lo encontraba espléndido: esas tres eran las palabras más frecuentes de la literatura mexicana. Pese a que el prólogo no decía nada de todo ello, elegí creer a mi amigo.

De ahí que lo primero que aclararé sobre Mundo anclado (Contrabando, 2023), la tercera novela de Alejandro Espinosa Fuentes publicada en España, es que cumple con esa marca de identidad mexicana. Es más: se compone de seis partes, y una de ellas se llama “Diccionario de piedras”, donde lo enciclopédico y lo literario se entremezclan de una manera original de la mano de Pedro Vallejo. Este veterano estudiante de la UNAM –lleva más años allí como alumno que muchos catedráticos dando clase– estructura su discurso narrativo alrededor de una veintena de entradas dedicadas a piedras conocidas o a expresiones coloquiales que contienen este sustantivo lítico. Así, Vallejo hace avanzar la trama a la par que nos habla de la piedra angular, la filosofal, la Rosetta, la nefrítica, la que compite con el papel y la tijera, la que se cuela en el zapato, etc.

Según Vallejo, el mayor mérito de Octavio Paz es haber sido el primer poeta del país en convertirse en millonario

En cuanto a la palabra sol,ese mismo diccionario incluye una entrada sobre el poema “Piedra de sol”, de Octavio Paz. Según Vallejo, el mayor mérito del tótem académico mexicano por excelencia es haber sido el primer poeta del país en convertirse en millonario. Paz no es el único damnificado por las críticas algo arbitrarias de este eterno doctorando en bares de la UNAM. También lo es Bolaño, quien, según Vallejo, “hizo el Disneyworld de los poetas malditos, le dio al mercado masivo algo consumible, y sin querer se chingó a todas las voces peculiares encasillándolas como detectives salvajes”. Ironías de la vida literaria, Vallejo terminará convertido en detective bolañesco en una novela que no oculta su deuda con el autor chileno.

Por último, resta la palabra sombra. Quizá una de sus apariciones más relevantes sea en esta sencilla frase: “Conduje con cautela por la ensombrecida noche capitalina”. La escribe Julián Segovia –otro de los narradores de la novela– cuando recuerda el día en que Vallejo, Mélida y él fueron a buscar a su amigo Cuautli hasta el Reclusorio Sur, donde estaba encarcelado por haber robado unas zapatillas. Por el momento y el contexto en que aparece, la frase remite al espíritu chilango, antisolemne y decadente que recorre esta novela, que bien podría etiquetarse de campus o académica debido a la omnipresencia de la UNAM.

Volviendo a esos universitarios que atraviesan la noche del DF en un coche que les han prestado para ir –supuestamente– a la presentación de un libro, vale decir que Mundo anclado es una narración muy urbanita. Si bien una parte de ella transcurre en la Huasteca potosina –a unos 400 km de la capital mexicana–, el regusto final que deja la lectura es similar al de Mantra de Rodrigo Fresán o Los detectives salvajes de Roberto Bolaño, esto es, el de hacernos sentir que el DF es un desmesurado animal mitológico que exige ser adorado presencial y literariamente al menos una vez en la vida.

Salir a buscar la verdad

En total, Mundo anclado tiene seis partes y seis narradores, de los cuales cinco son los que vertebran el grueso del relato –unas 370 páginas– a través de una narración fragmentaria que transcurre siempre en este orden: Julián, Mélida, Cuautli, Jenny y Vallejo. En esencia, lo que une a estos cinco personajes es que, al poco de hacerse amigos en su juventud en el DF, se marcharon a vivir juntos en una casa de campo en la Huasteca. Al cabo de unos meses, colisionaron de lleno con el horror: Mélida apareció en la bañera con tres tiros en la cabeza y Jenny desapareció sin dejar rastro. Ese día se les terminó la juventud y, por extensión, cualquier resto de inocencia que les quedara.

El sexto y último narrador es un tal Jerónimo Hierro, que dice ser “amigo de la familia”, pero de quien el lector no sabe nada previamente. Su intervención se limita a unas escasas –pero decisivas– diez páginas, que se anuncian como un epílogo. Hierro dice ser el abogado de Emilio Bazán, un eminente catedrático de la UNAM que adoptó a Mélida cuando esta quedó huérfana y que dio trabajo a Julián como asistente. Si bien Hierro cumple con la tarea de informar al lector para que ate cabos sueltos, en realidad, le imprime un último giro al asunto central de la novela: a qué llamamos verdad y de qué modo eso compromete ciertas decisiones personales.

La organización temporal de Mundo anclado tiene su complejidad. A grandes rasgos, baste decir que la historia alterna el plano presente, donde están instalados Julián y Vallejo como relatores de referencia, y un plano pasado donde los cinco narradores hablan de los meses que duró su amistad, pero también de otros momentos importantes de su vida. Entre esos dos planos principales –presente y pasado–, hay unos diez años de diferencia. El punto de partida es que Julián, hastiado de ser un burócrata de la Secretaría de Cultura y cansado de la mediocridad que envuelve su existencia, retoma el hábito de escribir a deshoras y se propone “devolverle un poco de orden al pasado” y reconstruir aquel momento en que todavía tenía ilusiones, expectativas y ganas de bailar. Aquello que alguna vez llamó juventud.

En ese presente tan poco halagüeño, Julián retoma el contacto con Vallejo –de quien se había distanciado desde la muerte de Mélida– y le propone que investiguen qué ocurrió aquella noche en la Huasteca. Puesto que los dos comparten frustración ante la proverbial inoperancia y desidia de las instituciones mexicanas, enseguida se ponen en marcha. Como sostiene Julián, son tantos “los muertos últimamente” que “si nosotros no salimos a buscar nuestra verdad, a nadie más le importará descubrirla”.      

Metamorfosis de una juventud anclada

Además de rica en sol, piedras y sombras, la novela de Espinosa Fuentes es generosa también en otras palabras tan mexicanas como las anteriores. Una de ellas es desencanto, un sentimiento que emana de la imposibilidad de cambio que transmite un país que ha normalizado la corrupción, la violencia contra las mujeres o la falta de voluntad política para enmendar la situación. Así nos lo cuenta Mélida, militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores y activista del movimiento feminista: “Desencanto es una palabra muy bonita para lo que siento –le dije–, yo tengo rabia, estoy harta de esta mierda, a todos les vale madres y nada cambia”. Y, un poco más adelante, agrega: “Cada vez está más aceptado ser un vendido, renegar de cualquier creencia alegando una madurez sensata”.

Mélida se sentía abrumada porque vivía rodeada de compañeras y compañeros que fingían defender el bien común mientras esperaban que les llegase la oferta adecuada para traicionar su militancia política. De ahí que ella presionara a Julián, Vallejo, Cuautli y Jenny –que nada tenían que ver con el activismo– para marcharse juntos a una casa de su familia y probar allí la receta neorrural como empujón definitivo a sus vidas ancladas. De repente, cultivar un huerto, criar gallinas o matar un pavo para cocinarlo, según Mélida, era “tomarse la vida en serio”.

Otra palabra importante es orfandad. Pese a tener orígenes sociales, trayectorias vitales o bagajes culturales muy diferentes, la mayoría de los protagonistas estaban atravesados en su juventud por algún sentimiento de pérdida. Por los “orígenes rotos”, como se refería Mélida al hecho de ser huérfana de un padre asesinado y una madre suicida. Cada quien tenía lo suyo. Así, Julián había perdido a su madre debido a un cáncer fulminante y no se hablaba con su padre, mientras que Jenny se prostituía desde los 12 años en el peligroso barrio de Tepito. En cuanto al mestizo Cuautli, él se creía una suerte de reencarnación maya de Batman, si bien su experiencia tenía más que ver con el abandono, la precariedad económica o el racismo policial.

Estamos ante una novela que utiliza estrategias del género policial, pero que establece un modo de lectura típico de la alta literatura

La excepción era Vallejo, procedente de una familia adinerada con la que no parecía tener desavenencia alguna. De hecho, ese bienestar económico le permitía mostrarse cínico, nihilista y desapegado, pues, a diferencia de Jenny, Cuautli o Julián, no necesitaba trabajar. Sin embargo, como escribe él mismo al poco de empezar la novela, ya en tiempo presente, ver el rostro baleado de Mélida le hizo entrar en contacto con una “imagen del horror” que, desde entonces, sopla sobre “su pasado hecho de escombros” y lo condena “al miedo”, en especial cuando las luces están apagadas. Esa es su orfandad.

La medida de su metamorfosis entre el pasado y el presente nos la dan fragmentos como este: “Veo pasar la destrucción del mundo en esta página. Veo el pasado vivo, se repite por primera vez , las cosas aparecen en la hoja en blanco y al nombrarlas les doy cuerda. Capto lo perdido a través de estas piedras con forma de palabra. Aquí existen. Un mundo anclado los preserva. Es lo único que nos queda a falta de respuestas, nada de lo que suceda aquí tendrá respuesta, la forma de este país es un enorme signo de interrogación clausurado abruptamente por el interrogante de sus muertos”.

Un espejo burlón para contar la realidad

Mundo anclado admite ser leída en clave de novela policial alternativa latinoamericana, por seguir la nomenclatura propuesta por Diego Trelles Paz, autor del esclarecedor ensayo Detectives perdidos en una ciudad oscura (cuya genealogía arranca, según este autor peruano, en Borges, pasa por escritores mexicanos como Vicente Leñero, Jorge Ibargüengoitia o José Emilio Pacheco, y alcanza su esplendor con Piglia y Bolaño). Al fin y al cabo, estamos ante una novela fragmentaria y polifónica que utiliza estrategias del género policial, pero que huye de él estableciendo un modo de lectura típico de la alta literatura. Como sostiene Trelles Paz, y como demuestra Mundo anclado, la realidad latinoamericana desborda los moldes del policial anglosajón, mientras que el cauce bolañesco proporciona una estructura idónea para expresar esa complejidad.

El mero DF es hoy la ciudad literaria por antonomasia

De hecho, Vallejo y Julián están perfectos en su papel de letraheridos que realizan una serie de pesquisas que parecen alejarles más que acercarles a la resolución del enigma. Más que énfasis en averiguar quién asesinó a Mélida, que pasó con tal o cual personaje o dar cuenta de las corruptelas que acontecen en la UNAM, la novela construye un espejo que nos devuelve una imagen tragicómica respecto del horror que vive México desde hace tiempo. De hecho, estos dos amigos metidos a detectives improvisados repiten cada tanto una frase que Mélida hizo célebre: “A la justicia siempre llegamos tarde”. Ante lo que Vallejo, anforita de ron en mano, podría acotar chistosamente algo como: “Si es que llegamos, carnal...”.

Esa lectura, más despegada del realismo y más apegada a la imaginación o el humor, viene sugerida desde la cubierta, que está dedicada a un cuadro tan irónico y divertido como La extracción de la piedra de la locura, de El Bosco. También la corrobora el propio Vallejo, quien le dedica una entrada a la piedra en cuestión y lee el cuadro no solo como un “fiel testimonio de la época”, sino “como un espejo burlón de la locura creativa” y como la prueba fehaciente de que “la locura se cura con locura”.

Eso explica la saludable desmesura que desprende esta novela, donde cabe de todo: juegos verbales, coloquialismos fascinantes, guiños a la cultura popular –como el uso de la palabra catafixia, inventada por el humorista Chabelo–, reflexiones sobre política o diversidad cultural, y hasta un homenaje a Las mil y una noches. Y todo ello teniendo por motor literario una voluntad desacralizadora de la literatura y de lo académico similar a la que encontramos en Antonio Orejudo.

Ahora bien, si esta novela deja huella en quien la lee, es también porque bebe de una tristeza que se palpa entre broma y broma. Este es el libro de un joven autor que, como dice Vallejo de Julián, asumió el reto de “rendirle tributo a los muertos” y que apostó por “relatar una historia a la altura de su orfandad” (cuatro in memoriam abren la novela). El resultado no solo supone la irrupción definitiva del enorme talento que ya se avizoraba en obras anteriores de Espinosa Fuentes, sino la constatación de que el mero DF es hoy la ciudad literaria por antonomasia. Allí, como cuenta Mundo anclado, sigue habiendo vacantes para ejercer como detectives salvajes... Eso sí, acaso nada de lo que suceda tendrá respuesta.

Hay una antología llamada Sol, piedra y sombras (FCE, 2008) que reúne una veintena de cuentos imprescindibles para acercarse a la narrativa mexicana de la primera mitad del siglo XX. Hasta donde recuerdo, la persona que me lo regaló –una amiga del DF que vive en España– destacó que la selección le...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí