Puede parecer exagerado, pero tiene mucho de verdad: el carnaval ha sido una de las herramientas centrales que las luchas feministas han usado, en Cádiz, para extender su discurso antipatriarcal. A través de sus coplas, hay agrupaciones que desarrollan potentes defensas de la igualdad, que ponen en evidencia lo estructural del patriarcado y que visibilizan muchas actitudes y dinámicas de la ciudad y del propio carnaval que necesitan una revisión y una reforma a conciencia.

Las Cadiwoman han sido, probablemente, las primeras que han centrado su repertorio completo en un discurso de empoderamiento femenino y en una actitud beligerante contra micros y macromachismos. Hubo mujeres en el carnaval de la calle mucho antes con relatos feministas puntuales; pero Las Cadiwoman, con Susana Ginesta a la cabeza, han creado un proyecto con una clara intención combativa y pedagógica y han abierto el camino a muchas otras agrupaciones con discursos similares. Hace dos años, la comparsa We Can Do, liderada por Marta Ortiz, se atrevió a asaltar el Concurso Oficial –espacio testosterónico donde los haya– y llegó a la final con un valiente repertorio de denuncia antimachista y de calidad. Dos años más tarde, siguen sufriendo bulos y ataques de aquellos que aún no asumen que una agrupación escrita, musicada, dirigida y compuesta exclusivamente por mujeres quedara por encima de ellos. Esos bulos y ataques no solo describen a quienes los generan y difunden, sino que justifican la necesidad de esos repertorios. Que sigan.

Nombre: Las Sin filtro (Cadiwoman)

Autoría: La agrupación

Modalidad: Chirigota callejera

Tipo de copla: Canción libre

Título: Mr. Facha

Y si queréis leer un artículo de CTXT relacionado con el tema, aquí os dejamos este fragmento de una pieza escrita por Irene Zugasti:

Querido 44%. Has de saber que muchas compañeras creen que debemos seguir haciendo pedagogía con vosotros. Que hay que convenceros, seduciros, explicaros otra vez por qué ser feminista es bueno para ti y para quienes te rodean. Pero sinceramente, te estaría engañando, creo yo. Deshacerse de privilegios no es nada agradable y creo que el argumentario sobre abrazar la igualdad, los cuidados o las vidas más saludables y sostenibles no termina de convencerte. Si lo hubiera hecho, ya no estarías dentro de ese porcentaje.

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