No habrá habido muchos partidos en la racha que ha mantenido el Atleti durante más de un año sin perder en el Metropolitano, que haya jugado mejor que la ida de la semifinal de Copa. Intenso, generoso en el esfuerzo, dando criterio al balón para sacarlo desde atrás, combinando bien de medio campo hacia adelante, minimizando en ataque a un rival peligroso…La culpa de que todo eso no le sirviera ni siquiera para empatar la tuvo su falta de pegada y un Athletic que brilló a gran altura en la faceta defensiva. Un error de Reinildo terminó decidiendo un duelo vibrante que pone la eliminatoria de semifinales de cara para los bilbaínos.

En las horas previas al choque se especuló mucho sobre cómo iba a afrontar el Atleti el compromiso. Si saliendo decididamente al ataque para aprovechar su condición de local y buscar ventaja de cara a la vuelta o tomando precauciones para no verse sorprendido por la velocidad que caracteriza a alguno de los jugadores rivales, teniendo en cuenta, además, las 48 horas menos de descanso que había tenido respecto a su contrincante. Quizá el hecho de que finalmente no pudiera jugar Nico Williams por la lesión que sufrió unos días antes, propició que los de Simeone arrancaran el encuentro con clara vocación ofensiva. De hecho, nada más empezar ya tuvieron la primera ocasión, con un remate de Lino que tras ser rechazado por la defensa le llegó en el área a Witsel en buena posición para cabecear a la red, pero su inocente remate lo pudo atrapar Aguirrezabala, que fue uno de los nombres de la noche.

El Athletic presionaba alto, intentando poner en problemas la salida de balón desde atrás de los locales. Pero éstos no renunciaban a ello y conseguían avanzar con combinaciones de calidad. En una de ellas, el balón le llegó a Memphis en el área grande y su disparo en parábola buscando la escuadra se fue desviado. El neerlandés jugó de inicio debido a unas molestias de Morata, pero no pudo prolongar su racha goleadora de los últimos encuentros. Koke, Barrios y un muy entonado De Paul movían el balón buscando superar líneas y descolocar a un equipo que a base de esfuerzo, ayudas y concentración, lograba que no pasaran muchas cosas cerca de su portería. El partido atrapaba por su ritmo, intensidad y los buenos detalles técnicos que nos dejaban los jugadores a pesar de que los porteros apenas tenían trabajo.

Simeone había optado por alinear a Reinildo en lugar de a Hermoso para vigilar de cerca al mayor de los hermanos Williams, Iñaki. Una misión que estaba cumpliendo a la perfección, pero quién iba a decir que en una acción sencilla, sin riesgo aparente, se iba a equivocar con tan negativas consecuencias para su equipo. Buscando dar un pase a un compañero en área propia se durmió tanto que Williams estuvo a punto de robarle el balón, y tuvo que ser despejado de forma apurada por Savic. El Athletic lo recuperó en la parcela de campo local y tras dos pases, le llegó a Guruzeta, que sirvió dentro del área a Prados. Reinildo, que debió querer corregir su error anterior rápidamente, se tiró con los dos pies por delante intentando cortar la pelota, pero lo que hizo fue derribar al futbolista del Athletic justo sobre la línea del área grande. El claro penalti lo transformó Berenguer, que, lo que son las cosas, no hubiera jugado de haber estado apto Nico Williams. Como dijo después el Cholo, los errores se terminan pagando. Y la acción de Reinildo fue una clara imprudencia temeraria.

El gol hizo daño al Atleti que durante unos minutos perdió el orden. Un nuevo despiste defensivo casi lo aprovecha Sancet, pero su disparo en el área golpeó en Witsel y se fue a córner. Poco a poco los colchoneros fueron asentándose de nuevo y recuperando el plan inicial. Así, en otra buena combinación, Barrios hizo llegar el balón a Lino, que como en una repetición de la jugada anterior de Memphis, buscó el palo largo con su remate, pero se le fue muy desviado. En el único error que tuvo en el partido, Aguirrezabala dejó suelta la pelota en el área junto a la línea de fondo intentando evitar un córner, pero Paredes cortó el remate de Memphis que buscaba la portería desguarnecida. Antes del descanso, una combinación entre Lino y Barrios acabó en los pies de Griezmann en la media luna pero su disparo raso se fue cerca del poste. Justo después debió ver Antoine una tarjeta por una acción en la que llegó tarde y golpeó a Sancet en la tibia. 

Simeone decidió dar entrada a Hermoso por Reinildo, que estaba amonestado de la acción de penalti, para comenzar la segunda parte. El Atleti sabía que afrontaba 45 minutos vitales para la suerte de la eliminatoria y desde el principio salió al 100%, metiendo al Athletic en su parcela de campo y no dejándole apenas progresar, ya que recuperaba enseguida la pelota gracias a una intensa presión. Griezmann fue derribado en el área por Paredes tras arrollarle con el cuerpo en una acción en la que el atlético se llevaba el balón de cabeza. El Metropolitano pidió penalti, pero Hernández Hernández no quiso saber nada.

El Atleti empezó a acumular llegadas, pero sin generar ocasiones claras. Un disparo de Lino que se fue cerca del poste fue lo más peligroso que consiguió durante muchos minutos. Simeone movió al equipo, dando entrada a Llorente y Morata por Nahuel y Memphis, mientras que Valverde metía a Unai Gómez y Villalibre por Sancet y Guruceta y poco después a Ander Herrera por un amonestado Prados. Los locales asumían riesgos y el Athletic estuvo cerca de hacérselo pagar con un disparo desde fuera del área de Unai que desvió Oblak, quedando el balón en posición ventajosa para Villalibre, pero su remate se fue al lateral de la red. El árbitro se llevó una nueva bronca de la parte colchonera cuando pitó una falta a Morata que era de Vivian sobre el delantero y que podía haber sido la segunda tarjeta para el jugador del Athletic. La reclamación de Simeone le costó la tarjeta. En el otro banquillo también la vería Ernesto Valverde poco después por otra protesta al colegiado.

La insistencia de los rojiblancos madrileños hizo que finalmente aparecieran las oportunidades. Lino, que fue uno de los mejores, volvió a estar cerca del gol con un nuevo tiro que se perdió cerca del palo. Griezmann tuvo una muy clara, pero Aguirrezabala se impuso en el mano a mano. El portero vasco se agigantó en la recta final, tanto para desviar remates como para atrapar con seguridad todo lo que le llegó por alto. Y si no intervenía él, tampoco llegaba el gol porque los del Cholo no acertaban, como Morata al no poder controlar ni rematar tras recibir solo en el área un pase en largo de Hermoso, o aparecían compañeros como Lekue, que sacaba casi bajo palos un disparo de Correa, que había entrado al partido por Barrios. En la otra portería, Vivian mandó fuera un cabezazo estando en buena posición.

El partido llegaba al minuto 90 cuando Morata caía en el área tras llegar tarde Yeray a despejar un centro, derribando al atacante madrileño. El colegiado señalaba la pena máxima, pero cuando Griezmann ya estaba preparado para disparar, desde el VAR avisaron que Álvaro estaba ligeramente adelantado cuando se efectuó el pase, por lo que finalmente se invalidó la decisión. Todavía hubo tiempo para una ocasión más, en un remate de cabeza picado de Morata que se fue rozando el poste.

29 partidos después, se acabó la racha sin perder de los rojiblancos en el Metropolitano. Seguramente en el peor día para hacerlo por la importancia de la cita, pero alguna vez tenía que pasar. Si aun habiendo logrado una ventaja, el Atleti no las tendría todas consigo al tener que jugar la vuelta en un estadio que aprieta tanto como San Mamés, imagínense cómo tiene de difícil la posibilidad de alcanzar la final teniendo que remontar un 0-1 adverso. Claro que montañas más altas se han escalado. Veremos cómo llegan unos y otros dentro de tres semanas.