España se encuentra inmersa en una profunda crisis de vivienda que se arrastra desde la Gran Recesión de 2008. Un problema que ha llevado a que cada vez menos ciudadanos puedan acceder a una vivienda, y con ello a que la edad de emancipación sea cada vez más alta. Según el último informe del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España, únicamente el 16,3% de los jóvenes (menores de 35 años) de nuestro país vivían fuera del hogar familiar en 2023. Casi diez puntos por debajo del 26% del inicio de la crisis de 2008. La edad media de emancipación es de 30,3 años en la actualidad.

A pesar de que el porcentaje de jóvenes emancipados presenta una ligera mejoría con respecto a los dos años anteriores –en 2021 se alcanzó un mínimo histórico del 15,9%–, evidencia la incapacidad de toda una generación para vivir de forma independiente. La tasa de emancipación ya no solo se sitúa muy lejos de los años anteriores a la crisis de 2008 (26%), sino que no ha recuperado las cifras anteriores a la pandemia (17,3%), y se aleja de la media de la Unión Europea (31,9 %).

Los bajos sueldos y la imposibilidad de acceder a una hipoteca han generado que la mayoría de los jóvenes únicamente puedan optar por el alquiler. De 2011 a 2020 el número de propietarios menores de 35 años se redujo del 69% al 36%. Para pagar la entrada de una vivienda, una persona joven tendría que ahorrar de media 53.796 euros, el equivalente a cuatro años y medio de su sueldo total. Así, el arrendamiento es la forma más común de emancipación. Además, la constante subida de precios ha sido muy superior a la de los salarios jóvenes, lo que les aleja del estándar planteado por el estudio de un gasto del 30% del salario mediano como máximo aceptable para poder llevar una vida digna.

La constante subida de precios ha sido muy superior a la de los salarios jóvenes

Desde el Observatorio recalcan cómo el precio mediano del alquiler está superando máximos históricos, y la tendencia no parece frenar. Durante el primer semestre de 2023, el precio medio de una vivienda en nuestro país alcanzó los 944 euros mensuales, la cifra más alta desde que existen registros. Esto supone el 93,9% del salario mediano de una persona joven. Si a esa cifra le sumamos el gasto mediano de los suministros (luz, gas, alimentación, agua, etc.), de 138,12 euros mensuales, los gastos ascenderían a 1.082,12 euros mensuales, que superarían la cuantía del sueldo. A esto habría que añadir los incrementos de los precios. Solo en 2023 el coste del alquiler se encareció un 9,3%, y un 63,9% si atendemos a la última década. Por su parte, las habitaciones se encarecieron un 7,1% el pasado año.

Lejos del mito malintencionado de que las personas jóvenes no quieren trabajar ni estudiar, los datos de inactividad desmontan este relato: más del 90% de las personas que no trabajaban ni buscaban trabajo no lo hacían porque estaban estudiando a tiempo completo. Únicamente el 1,9% de las personas jóvenes no trabajó o estudió durante el año 2023. Además, la tasa de jóvenes que trabajaban y estudiaban a la vez era del 34%. El porcentaje de paro se redujo en la primera mitad de 2023 hasta el 20,1%, el más bajo desde mediados de 2008. El salario mediano de los jóvenes subió un 5%, hasta alcanzar los 12.062,59 euros netos anuales. Pese a este incremento, la subida de los alquileres llevó a que los ingresos de un hogar joven se redujeran un 6,6%. Lo que implicó una caída del poder adquisitivo de los jóvenes trabajadores en un 3,3%. Un claro empeoramiento de las condiciones de vida, a pesar de ser un sector activo.

Por todo ello, el Observatorio de Emancipación alerta de que la juventud española es el segundo colectivo de edad con mayor riesgo de pobreza y exclusión social, solo superado por la infancia (menores de 16 años). En 2022, el 30,2% de las personas jóvenes se encontraban en esta situación. Además, una de cada cinco personas jóvenes con trabajo también se encontraba en riesgo de pobreza, por lo que tener un empleo no es una garantía de estabilidad económica.